Laura Estrin y su Libro de autor. La singularidad de quien escribe. Los múltiples posibles

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Regresamos con otra entrega de nuestro ciclo de reseñas, en esta oportunidad, para conocer de qué se trata Libro de autor, de Laura Estrin. Título coeditado por la Editorial Universitaria Villa María (Eduvim) y la Editorial de la Universidad Nacional de Tucumán (EDUNT).

Nuevamente Eduvim nos seduce con su producción. Esta vez, lo hace sobre la particularidad de este texto que publica. Libro de autor, es una increíble e inteligente enunciación sobre la singularidad de cada texto… pero desde la multiplicidad que posibilita la escritura. Por eso, cuando empezamos a leerlo, comprobamos que están dos textos diseñados. Las hojas en blanco que muestran la totalidad de los enunciados, -el texto propiamente dicho- y las hojas de color que sintetizan y señalan lo relevante, lo importante, lo definitorio. Pero también, ese texto propiamente dicho, es como si estructurara tres libros diferentes: I Libro de autor, II Fuera de libreto pero dentro de la literatura, libros incurables y III Otros versos: prosa sobre poesía de algunos poetas de entre siglos. Texto a su vez, que se completa con cuatro fragmentos: una Adenda, la información sobre Laura Estrin en Sobre la autora, una especie de ensayo breve -irónico y mordaz- de Juan Carlos Gómez: Laura Estrin, la francotiradora y finalmente el Índice.

Y entonces, volvemos al libro como objeto. Juan Pablo Bellini es el responsable del diseño de la colección y Augusto Bernhardt de las ilustraciones. La tapa, tiene un diseño muy simple, pero resume la estructura. El título y el nombre de la autora en el margen superior izquierdo. Una imagen muy simple de una figura humana, en el margen inferior derecho. La importancia y la significación de esta imagen se explica cuando vemos que cada uno de los tres capítulos, -que comparábamos con tres libros diferentes- se inicia con un fragmento de esta imagen. Por eso, decimos que resume la estructura. Pero a su vez, destacamos la presencia permanente de ilustraciones, muy pequeñas, que ratifican esa cuidadosa edición.

 Me pregunto: ¿Se refuerza así desde el diseño la idea de singularidad que entraña el enunciado de Libro de Autor?

 La contratapa, escrita por la autora, explicita el sentido, el objetivo primario de la escritura. Se inicia con un enunciado que explica ese subtítulo que recién aparece dentro del texto: Impresiones de una francotiradora. Ese enunciado que remite al acto de escribir en esa metáfora que, se continúa después, nominada en otras referencias: “Un día de fines de 2020 con viento y fuego amigo comienzo a armar este Libro de autor.” … y dice entonces: “Archivo que cobra pertinente vida impertinente cuando descubro que Gombrowicz escribe en su último año en Vence que lee tonterías de Proust, que la mujer de Milosz es aburrida y que él domina la conversación, el encuentro.”  Y continúa en esa suerte de desacralización que propone: “El libro de autor es esa seguridad que traducen a veces como altanería o aristocracia.” …. “Un libro de autor con mucho de lo que está hoy reñido con el mercado literario/ pobre espectáculo: ser un autor está penado, censurado, archivado.” “La firmeza, la certeza, la contundencia, y la intensidad, eso altivo que perdonan solo en algunos, es expulsado de la comedia del arte que luce en nuestros días una democrática y flexible inexistencia.”  La contratapa como una síntesis que explica a su vez, el fragmento de Juan Carlos Gómez que cierra el texto.

Y continúo la lectura.  Me siento interpelada. La inteligencia desplegada y pronunciada en esa ironía permanente, logra seducirme.  Vuelvo una y otra vez a esas hojas prolijamente diseñadas e ilustradas en un placer que transforma en gozo la lectura.

Vuelvo a ese texto que defino desde el color de las hojas que lo forman. Resume lo importante. Solo en dos textos se transforma en otras voces -transcripciones de Artaud y Cézanne- que enfatizan la singularidad, la irreverencia imprescindible en toda representación. Ratifican así, el sentido que pivotea en todo el libro.  Y continúo. Leerlos es como hacer un recorrido desde las marcas que representan en el libro. Es la voz de Laura la que habla. Dice de la significación de “el autor”. Les transcribo algunos: “Un libro de autor es aquel que nos dice mejor, más original, otra nueva vez, algo de nosotros/as mismos.”  “Los libros de autor se juegan el cuero, la vida, en la frase.” “Los libros de autor son fragmentos de lo real transpuestos tratan con el tiempo y construyen tiempo, arriman tiempo.”  “…el autor no pasa su vida directo a su obra, sino que traspone la sensibilidad de aquella en esta. Una forma de vida en una forma de lenguaje –dice Meschonnic–.”  “Los libros de autor marcan bien la distancia que va de la paja al trigo, de la fábula a la literatura, ávidos y malditos desprecian el mundo que los arrumba por desaforados.” Otros fragmentos, definen este concepto desde la particularidad en algún autor o autores: “ El Diario y todos los escritos de Gombrowicz son unos de los mayores tratados literarios, como las cartas de Flaubert a Lousie Colet y a Turgueniev y las de Céline a sus amigas y todas las cartas y memorias de los pintores, de Pisarro o Chagall.”  Y por supuesto no podía faltar un acercamiento a la literatura: “Tal vez, la literatura sea toda intempestiva, es decir, que va contra su tiempo, sobreviene en la historia, es siempre inesperada o imprevista.”  Un acercamiento no carente de revulsiva postura: “Y hemos vuelto a la historia. Historia de censuras y permisos, literatura permitida y literatura sin permiso, la historia de siempre. Y la historia es una herida y nada hay más legible que una herida.”

Volvamos al texto propiamente dicho.  El texto se abre con una suerte de epígrafe de Oskar Kokoschla de Mi vida. Epígrafe que enfatiza el sentido de la observación sobre el mundo y de ahí, la relevancia de la originalidad de toda obra.

Decíamos que este espacio compendiaba una especie de tres libros. Y ahora, de nuevo, digo así, porque se dividen en fragmentos titulados además de indicar la bibliografía pertinente.  El primero se titula Libro de autor Se estructura con un fragmento titulado Presentación y doce capítulos, más las Lecturas -listado de los libros citados-. En la Presentación se incluyen cuatro epígrafes sobre el sentido de la digresión lírica en toda escritura con textos de Anna Ajmatova, Irina Bogdaschevski, Fulvio Franchi y Marina Tsvietaierva.  La voz de Laura dice, entonces, enunciados -que se transcriben en la contratapa y que reseñamos anteriormente- que “presentan” los sentidos que sobrevuelan todo el libro: el autor y su imprescindible actitud revulsiva… y el libro que resulta. Los distintos capítulos indagan sobre las cualidades específicas de toda literatura que conducen a la creación del libro de autor. Lo define. Lo relaciona, no solo con la unicidad de cada escritor y cada persona, sino que lo vincula con el contexto social, político y cultural donde se inscribe. Un increíble manejo de lecturas y de datos, le permiten digresiones más que interesantes, apuntaladas por esa especie de texto paralelo que resume y organiza las diversas cuestiones. El fragmento Lecturas, completa, así, una cuidadosa información sobre las fuentes.

El segundo libro: II Fuera de libreto pero dentro de la literatura. Libros incurables. Un solo fragmento lo integra. Kerouac, Hugo Savino, Guy Debord y François Bassompierre son vistos desde la particularidad de un texto que muestra ese carácter de “incurable” como irrespetuosidad, transgresión tan propios de un verdadero autor.

El tercer libro: III Otros versos: prosa sobre poesía de algunos poetas de entresiglos. Siete capítulos dedicados a siete autores lo componen: Oscar Steimberg, Jorge Quiroga, Claudia Schvartz, Juan Fernando García, Eduardo Pígolo, Agustina Pérez y Nata lia Coluccio. El análisis de las propuestas se enriquece con transcripciones de los textos citados, lo que confiere no solo información, sino que ratifica el placer que provoca la lectura de poemas.

La Adenda incluye dos textos revulsivos sobre la estética de Erik Satie y Alberto Guacometti. Completa el fragmento un breve pero no por eso, menos relevante enunciado de Laura Estrin. Así dice: “Libro de autor es hacer una lista, una serie, una genealogía, una tradición, señalar, marcar, anotar, nombrar: lo que hace la literatura. Eso hice en esta lectura/ libro de autor. Y al escribirla replico además ese orden. Lo elijo y apunto en sus dos sentidos.” Explica la importancia de los años de trabajo, lectura y escritura. Finalmente, con cierta beligerancia festiva concluye: “Las frases que considera escritura tienen el alma lista, desde siempre, no son cosa de voluntad o intención, es no poder no sentirlo/ escribirlo de otro modo, sin meta ni causa pero con un gran sentido del destino, ¿cuánto más?”  Y cierra magistralmente: “El viento sopla, el perro ladra, y la caravana lírica da la vuelta completa.”

El siguiente fragmento, Sobre la autora, enumera las publicaciones de Laura Estrin.

Finalmente, el fragmento Laura Estrin, la francotiradora, de Juan Carlos Gómez, hace las veces de prólogo en cuanto que avisa, -acá confirma y ratifica- el sentido último del libro.  Ya señalamos esa ironía desacralizadora no solo de Laura Estrin, sino también de Flauta Traversa y por supuesto del autor del fragmento. Todos conscientes de una imprescindible necesidad de cambio y transformación de la literatura y de los conceptos de autor pero desde una mirada cáustica e irónica.  ¡Un texto increíble!

Cierra el necesario Índice.

Como pueden concluir, no queda otra que leerlo y polemizarlo también. Doble tarea que se completa con el placer de la tersura de las disquisiciones y la belleza de los textos citados.  Un acierto esta publicación.

Hasta más vernos,

María

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