María Granata, eterna

La Editorial Universitaria Villa María (Eduvim) presenta un nuevo título de la colección Narradoras Argentinas, dirigida por María Teresa Andruetto, Juana Luján y Carolina Rossi. En esta oportunidad, nos adentramos en la obra de María Granata a través de su novela Los viernes de la eternidad.

Corría junio de 1971 cuando Los viernes de la eternidad se presentó en un local de la Librería Contemporánea, en La Plata. Gracias al Repositorio Institucional de la UNLP, hoy podemos acceder a un audio que nos transporta a aquel evento y escuchar al profesor Lázaro Szeinfeld pronunciar las siguientes palabras sobre la novela: “Lo cierto, que la obra de María Granata colma nuestra natural curiosidad, no solo asombra, sino que fascina. (…) Obra que enseña y subyuga, responde a los interrogantes que acucian obsesivos desde siempre a ciertas demandas de nuestra inquietud humana: ¿Qué es la vida, el más allá, la eternidad? ¿La intemporalidad es mayor carga que la del tiempo? ¿El perdón es la salvación de sí mismo?”.

Poeta, periodista y escritora, María Granata nació en 1923 en Buenos Aires. Los viernes de la eternidad –escrita en 1970 y publicada en 1971– fue su primera novela, aunque no su ingreso al mundo literario: desde comienzos de la década de 1940 ya se destacaba como poeta y periodista, y había publicado varios volúmenes de cuentos en la reconocida colección de literatura infantil Robin Hood. Los viernes de la eternidad no solo es un texto ineludible por su notable valor literario, sino también por ser el punto de partida de lo que fue su posterior adaptación cinematográfica, llevada adelante –en 1981– por el guionista y productor de cine argentino Héctor Olivera. El guion de la película fue realizado por la propia autora, quien otorgó al cineasta total libertad en su proceso creativo: “Y de la misma manera que yo necesité toda mi libertad para escribir mi novela, comprendí que el director necesitaba de la misma para hacer el film que él dirigía”, expresaba Granata en mayo de ese mismo año.

Esta obra es el decimocuarto título de Narradoras Argentinas, colección que surge como respuesta a la necesidad de solventar omisiones y difundir el valioso trabajo de escritoras cuyos nombres han permanecido inéditos o se han perdido con el pasar del tiempo. La edición que presentamos incluye un prólogo de Miguel Vitagliano –profesor de Teoría Literaria en la UBA y miembro del consejo directivo de la Maestría en Estudios Literarios–, en el que revisita la vida y la obra de Granata, sus múltiples facetas como escritora y su participación en el movimiento peronista.

La novela –como bien señala Szeinfeld– nos impulsa a una reflexión que desemboca en preguntas de carácter existencial. Tan pronto como nos adentramos en sus páginas, seguimos al ánima del difunto don Gervasio Urquiaga quien –los viernes– regresa al pueblo, huyendo de la insoportable idea de una eternidad en soledad. Allí se encuentra con su viuda, Paula Luna de Urquiaga, marcada con la letra escarlata, no por sus propios actos, sino por los de su difunto marido, muerto en deshonra. Atravesada por la humillación y las habladurías del pueblo, Paula lo rechaza mientras reza por su alma en pena, “excluido todavía de la incorporación a la masa ardiente de la eternidad”.

Habitando la intemporalidad, el espíritu de Gervasio irrumpe en el presente de Paula, como así también en el de Delfina Salvador –dueña del lecho en el que encontró la muerte–. A medida que avanzamos en la lectura, nos asomamos también a otras realidades que se despliegan paulatinamente junto al trasfondo social que las sostiene. Conocemos a Zulema Balsa, a su madre y a sus hermanas; conocemos, además, a la curandera Gaspara Verde. Todas ellas conforman una constelación de mujeres que “actúan como pueden, a su manera”, atravesadas por el dolor, el amor y la muerte. Asimismo, las habladurías del pueblo que pesan sobre Paula parecieran tomar cierta corporalidad para configurarse como un personaje más de la novela: “las decenas de ojos puestos en ella, mirándola con más conmiseración que al muerto, y ella sola, inquerida, escarbada, sintiendo el zumbido de los comentarios”.

Percibimos en el libro una presencia armónica entre el mundo irreal y el mundo real. Sobre ello, Lázaro Szeinfeld expresa lo siguiente: “Los viernes de la eternidad conjuga armoniosamente dos mundos de aparente antinomia, el de la objetividad cotidiana con sus miserias y altruismos, sus pasiones desbordadas, sus desesperanzas e ilusiones y el metafísico. Y con un realismo tal que hasta la intangibilidad de este último adquiere vida por la fuerza vivencial que la autora le instila (…)”. Mundos aparentemente opuestos, el terrenal y el más allá, el pueblo, el hogar, los muebles, objetos y la naturaleza –con sus olores y colores– se entrelazan con la voz que narra y con los personajes que dialogan para construir una masa tan compacta e incierta, como latente y poderosa, al igual que la vida y ese más allá al que tanto le teme Gervasio Urquiaga.

En efecto, Granata se sirve de un rigor descriptivo que surge de la propia experiencia humana, donde las fronteras entre lo cotidiano y lo irreal se desdibujan. Tópicos cristalizados, como pueden ser el del viaje del amado al más allá o la muerte como obstáculo entre los amantes, invitan a una reflexión que sigue resonando en la actualidad, y que puede abordarse desde una óptica crítica: sobre el amor romántico, sus modos y discursos; sobre el rol de la mujer, los mandatos que recaen sobre ella y las violencias que, omnipresentes, la atraviesan.

Eduvim invita a sus lectores a descubrir –o redescrubrir– la prosa de María Granata en una historia de amor que se adentra en la naturaleza humana, para sumergirnos, sin rodeos, en los ademanes de la vida que bruscamente se nos imponen. Retomando las palabras de Szeinfeld, el libro cautiva no solo por su fuerza y su riqueza expresiva, sino también porque en sus páginas se refleja una realidad tan vibrante como palpable: “en definitiva, Los viernes de la eternidad reafirman los valores sustantivos del arte literario”.

Podés adquirir Los viernes de la eternidad en formato impreso aquí.

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