Una oportunidad para acompañar a los nuevos sujetos éticos

Con el fin del año escolar 2023, la Editorial Universitaria Villa María (Eduvim) anuncia Portarse mal en la escuela. Un libro para docentes, escrito por Susana Amblard de Elía, psicóloga especialista en clínica y educacional, responsable de diferentes seminarios e investigadora del Instituto de Investigación de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM).

Tal vez no exista realidad más condenatoria que haberse portado mal en la escuela siendo niño/a. Es nuestra primera estigma en la vida, nuestra primera infracción, contravención, un debut en la ilegalidad. Pero, ¿qué se entiende por portarse mal? ¿Qué significa? ¿Cómo se sentencia un comportamiento como bueno o malo? ¿Cómo se mide lo bueno o lo malo? Hablamos de expectativas, de lo que esperamos en la actuación de los chicos dentro del aula o en el patio, en base a un juicio moral y al desacato o no de la norma.

“Portarse mal en la escuela” o “portarse bien en la escuela” se convirtieron en muletillas, en formas no completas de habitar los espacios educativos, en donde el último estadío es el esperable, el que imparte dinamismo al desenvolvimiento de las infancias, y el primero se vuelve una alarma social. El manejo de estas riesgosas frases las convierte en etiquetas que omiten múltiples factores que intervienen en la causa en cuestión.

Susana Amblard de Elía, quien ya publicó otros dos títulos en Eduvim, como son Aquello de la crianza que no debe cambiar. Un libro para padres y docentes, y Más ingenioso que ingenuo. Un estudio sobre el juego y su importancia en la crítica psicopedagógica, habla de chicos y chicas como sujeto escolarizado. Se trata de un ser situado con contexto, historia y momento vital que no puede ser analizado, descripto o medido solo por valores morales como disciplina, obediencia, autoridad, solidaridad, respecto y convivencia.

En oposición a eso, hay una invitación ha realizar un análisis integral que sirva como interrupción necesaria para entender que el “portarse mal” no deja de ser un malestar, ya sea individual o grupal, revisado a la luz de innumerables desencadenantes posibles. Esta interpretación busca evitar las etiquetas injustas sobre niños/as, quienes tienen como única vía de escapatoria el “portarse mal”, una manifestación por demás contundente que motiva a los docentes a hacerse de recursos para leer estas conductas disruptivas como síntomas de sufrimiento. 

La crianza en el hogar y la familia y la exogamia que ofrece la educación en la escuela ha generado un indefinición sobre el rol y norte de los educadores. Asistimos a una nueva cultura de la infancia, con nuevos factores sociales, familiares y escolares que construyen subjetividad y valoración hacia la escuela y los docentes. Nuevas subjetividades infantiles que deben ser exploradas para estudiar sus climas innovadores en los grupos áulicos y en los recreos, para lo cual es fundamental la preparación de maestros y directivos en el traslado del uso del latiguillo “portarse mal” hacia una nominación que problematice el hecho, dirimiendo modos de posicionarse ante el conflicto en clave de postura ideológica. 

Desde este punto, no es menor definir las características de la escuela como marco de referencia para el diagnóstico y resolución de inconvenientes intrainstitucionales, trazando su filosofía educativa y su propuesta sobre cómo planteará el nuevo contacto con conceptos vetustos como disciplina, autoridad y convivencia. El requerimiento de otras estrategias es acuciante si, desde la docencia, se estima que los chicos cibernéticos piensen, reflexionen, jueguen y aprendan con modelos de enseñanza-aprendizaje exiguos para la coyuntura, como la dicotomía que nos reúne en este texto: “portarse bien” o “portarse mal en la escuela”.

Estas proposiciones sin sentido y contenido se presentan ante los niños y niñas que, paradójicamente, están ávidos de buscar y encontrarle sentido a todo lo que los rodea y se valen estrictamente de los discursos parentales para entender la vida. Estos discursos que pueden ser confusos, complejos, perfectibles, erráticos o atinados, pero que siempre se trasladan a la escuela. Y eso no deja de ser una oportunidad para tomar el espacio escolar como un laboratorio de observación de nuevos formatos conductuales que posibiliten subsanar las roturas de las infancias y mejorar el mundo. Esa es, como acertadamente apunta la autora del libro, la inestimable función del docente dentro de la sociedad.

Portarse mal en la escuela será presentado el martes 12 de diciembre a las 18:30 horas en el Aula de Posgrado del Campus de la UNVM, ubicado en Av. Arturo Jauretche 1555, ciudad de Villa María. Participarán del evento organizado por el Instituto Académico Pedagógico de Ciencias Humanas, Susana Amblard de Elía, acompañada de la Dra. Silvia Paredes y la Licenciada Andrea Riva. 

El libro se puede adquirir en formato físico y en su versión digital

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