Esa Córdoba donde amábamos tanto

Tal vez sea la frase más poéticamente concluyente sobre el nuevo anticipo que trae la Editorial Universitaria Villa María (Eduvim) a sus lectores con Cuentos reunidos, de Raúl Dorra, en co-edición con la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

Al cumplirse un lustro del fallecimiento de Raúl Dorra, Eduvim se propone homenajearlo a través de esta co-edición realizada con la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, institución que lo cobijó del destierro, humana y profesionalmente, donde pudo cursar sus estudios de postgrado, trabajar como docente e investigador, fundar el Centro de Ciencias del Lenguaje y, finalmente, ser condecorado con la medalla Francisco Javier Clavijero.

Antes de su exilio en México como consecuencia de la dictadura militar, su vida transcurrió en la ciudad de Córdoba. Y su literatura, también. Como profesor, se desempeñó en el Seminario de Literatura española sobre manierismo y Barroco. Como escritor, a finales de la década del ’60 publicó una novela que primeramente fue bautizada como Acuérdate de mí cuando estés en el mundo, y que luego tituló La casa, inspirada en las mujeres de la película Gritos y susurros, de Ingmar Bergman. Valiosos datos que nos traen los poderosos recuerdos de María Teresa Andruetto, prologuista de este libro.

La producción que hoy damos a conocer, Cuentos reunidos, es un volumen que recoge diecinueve cuentos encontrados desde aquella primera publicación de la Editorial Biblioteca Popular Constancio C. Vigil de Rosario, Aquí en este destierro, de 1967, pasando por Sermón sobre la muerte, de 1977; Lecturas del calígrafo, de 2011; y Ofelia desvaría, de 2013.

La voluntad expresa de Dorra fue apostar por las versiones más recientes y no repetir las ya publicadas de “Yo hubiese hecho lo que me pidiera”, “El hijo pródigo”, “Mi hermano Mauricio”, “La segunda oportunidad” y “Aquí en este destierro”, del título homónimo; “La mirada en el trazo”, “En el sur”, “Una especie de corpiño mental”, “De amor y melancolía” y “Noticias sobre la muerte de Gregoria Samsa”, todos de Lecturas del calígrafo; “Ahora la oscuridad” y “El cantar de Ismael”, de Sermón sobre la muerte; y “Nâo tem soluçâo”, “La casa”, “Donde amábamos tanto” y “Ofelia desvaría”, cuento que le da nombre a la obra final.

Relatos de ficción cercanos al ensayo, a veces hasta semejantes a un artículo de literatura, como su referencia al “Sur” de Borges. Aunque todos contienen un halo de pesimismo, de ausencia y nostalgia. Nostalgia provocada por el ostracismo, el despegarse de Argentina, más precisamente de Córdoba. Nostalgia que con frecuencia entra en contradicción con el concepto del exilio, porque México fue para Dorra un despertar en su formación, en nuevas tonalidades y emociones, un país que lo contuvo en las amplias perspectivas de la vida.

Ciudad y casa, la escritura laberíntica de Dorra por donde se pierde el universo femenino, a través de modos sutiles de una época o, mejor dicho, de una íntima promesa de época. Ciudad y mujer como un espejo de dos caras, para abandonar, para jurarle fidelidad, para sufrir la separación, para duplicar la pérdida y confundirnos sobre la idea de la muerte. En varias de estas reflexiones, se comprende que Dorra no acude a la literatura autorreferencial, sino que enuncia la premonición de su futuro.

Tere Andruetto no escatima en el reconocimiento a la belleza del armado de las palabras de Dorra. Lo que se repite en las estrategias verbales, en las construcciones sintácticas, en la habilidad para manejar la consola múltiple de narradores y referencias témporo-espaciales, en el juego de las connotaciones con una batería de efectos que despiertan los grandes ecos de la subjetividad del lector y nos exige la gimnasia de la memoria que se empeña en narrar lo que se ha perdido.

Para adquirir Cuentos reunidos en formato papel ingresar aquí o para obtener la versión digital ingresar aquí.

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