¡Tu carrito está actualmente vacío!
Suscribite
Nuevos lanzamientos y promos solo para suscriptores. ¡No te lo pierdas, suscribite hoy!
Cuarta entrega surgida de la Convocatoria Microrrelatos “Cien años sin soledad”, en el marco del centenario de la Biblioteca Popular Nicolás Avellaneda de Cosquín, junto a la organización de la Editorial Universitaria Villa María (Eduvim) y la Biblioteca Popular de Bella Vista. Para participar de la iniciativa, ingresar aquí.
Hace unos meses, una enfermedad desconocida le arrebató al compañero de largas lecturas y firmes discusiones. Compartían la pasión del viaje que provocaba las narraciones de historias actuales o de otros tiempos; solían comparar las traducciones que resultaban de otras lenguas; tenían la costumbre de guardar dinero en la página 35 y decían que de ese modo iban a engañar a cualquier ladrón.
Limpiaban los libros, asesorados por la bibliotecaria del barrio, con un paño embebido en alcohol, les quitaban el polvillo y el carácter volátil del químico impedía que la humedad permaneciera por mucho tiempo.
Ella, de pie, en frente de todos, y ellos en fila, apilados, con el lomo o con el canto a la vista, grises, amarillos, verdes, separados por colección, por autor, algunos, que nunca fueron leídos, con las hojas pegadas por la imprenta de origen.
Ese día frío de julio, una sombra intrusa movió el mueble y cayó a sus pies el Pasado amor de H. Q.
Quedaba demostrado que un libro podía apartarla de la pena.
Etiquetas:
Deja una respuesta