Una obra en movimiento

La Serie Zona de Crítica, dirigida por Roxana Patiño, cuenta con un nuevo título. Se trata de Un dilema cubano. Nacionalismo y vanguardia, de Celina Manzoni, galardonado, hace casi un cuarto de siglo, con el Premio Casa de las Américas.

En su quince aniversario, la Editorial Universitaria Villa María (Eduvim) se complace en reeditar Un dilema cubano. Nacionalismo y vanguardia, obra que recibió, en el 2000, el Premio Casa de las Américas por la categoría Ensayo artístico-literario, para luego, en 2001, formar parte del catálogo de la emblemática institución caribeña.

Este hecho significó un hito en los estudios tanto de las vanguardias latinoamericanas como en las investigaciones sobre revistas culturales y literarias. No obstante, lejos de mantenerse en los estándares solemnemente fundacionales, a lo largo de los años, el texto se ha ampliado a partir del impulso de nuevos documentos, relecturas y revisiones, hasta llegar a esta segunda edición de Eduvim.

Al explorar el libro distinguiremos instintivamente la pasión de la autora por las diversas expresiones y relaciones dentro de la cultura latinoamericana, encontrando su cauce en la curiosidad que le generó la Revista de Avance, que circuló por La Habana entre 1927 y 1930. Al poco tiempo, la inquietud se transformó en tenacidad, ante el dificultoso acceso a dichas páginas. Estamos hablando de la única revista que, hasta el momento, no alcanzó su edición facsimilar y el encuentro con los cincuenta números del documento se dio luego de un largo periplo por varias ciudades como Buenos Aires, Berlín, Madrid y Hamburgo.

Durante el análisis de Revista de Avance fue difícil la escisión entre los conceptos de vanguardia y nacionalismo en clave cubana. Existe una confluencia que deviene en un apretado haz de problemas a la hora de abordar ambas nociones, sobre todo, cuando la reivindicación nacional de Cuba se entremezcla con las culturas interiores y el prejuicio racial. Las contradicciones se fueron aclarando mejor a la hora de comprender los linajes de la vanguardia cubana descriptos por José Martí, las disyunciones de ambos términos por parte de José Carlos Mariátegui en 1925 y reconstruyendo tanto la biografía de la revista como la protohistoria del vanguardismo en Cuba.

La decisión metodológica de Mazoni, junto con un exhaustivo abordaje teórico y una exhibición apabullante de fuentes documentales, le permitió situar el binomio vanguardia-nacionalismo en una lógica más abarcativa, extendiéndola a los modos de pensar de la cultura continental. La propuesta innovadora llevó a Un dilema cubano. Nacionalismo y vanguardia a ser incorporado de inmediato en los programas de lecturas universitarias, ya que la inusual erudición en el manejo de archivos sintetizó una herramienta útil para deglutir la inasible complejidad de lo esbozado.

Nos referimos no a un caso aislado sino a una inflexión de época en la que convivieron, de manera huracanada, creación artística, reflexión estética y revisiones políticas para la articulación de un proyecto nacional y regional. Como apunta Graciela Salto, prologuista del libro, no nos encontraremos con una lectura tranquilizadora ni apacible. Más bien con una perspectiva crítica, nutrida de tensiones, puntos de contacto, replanteamientos sobre los lenguajes de la modernidad y nodos de polémica al estilo de Meridiano Intelectual, lo que llevó a escritores y artistas a manifestarse a través de estas publicaciones que, como Revista de Avance, fueron portavoces de un movimiento histórico que internacionalizó el debate y, hasta la actualidad, atraviesa la idiosincrasia cultural de América Latina.

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