La materia mutante

Texto curatorial para la muestra “Fabulaciones”, de Graciela Siles, la cual se desarrollará entre el 5 y el 17 de septiembre en Usina Cultural, perteneciente a la Universidad Nacional de Villa María, y ubicada en Gobernador Sabattini 51, de la localidad de Villa María.

El obstáculo, sabemos, puede ser un estímulo para descubrir horizontes nuevos. Fue lo que sucedió con la obra de Graciela Siles cuando, invitada a participar de una residencia artística en Francia, e impedida de trasladar sus obras de gran formato por restricciones aduaneras, se vio obligada a cambiar de estrategia. Lejos de amilanarse, rompió sus pinturas y viajó con esas partes rotas al otro lado del océano, donde alumbró una técnica que es ya su marca: la pintura ensamblada. 

Dice la artista que el trabajo de dominar la técnica se parece a un duelo. Y que ese duelo es un modo de seguir indagando. El espíritu lúdico impulsa la búsqueda y es una de las claves del universo Siles, como si se nos recordase que también la vida es juego. Derramar, ensuciar, desbordar: el principio es el caos de lo in-forme, la vida misma en estado de latencia.

“Fabulaciones” se organiza como un recorrido por la historia de aquel acontecimiento y sus devenires. Uno de los cuales es el fecundo encuentro entre el arte y la literatura, escrita por importantes autores y autoras argentinos, vinculados a Córdoba, y cuyo rescate impulsa la Editorial Universitaria Villa María (Eduvim), a través de la Colección Caterva, título de una novela emblemática del escritor Juan Filloy. 

La serie “Orígenes” recrea el proceso previo a la travesía. Aquel en que las formas aún se insinúan, como si despertaran del sueño de la materia. Potencia en estado puro en la que vibra la búsqueda del color, con paletas que mixturan ocres y azules, los colores del mundo, de la tierra y el agua. Pero también sus opuestos: blanco y negro sobre papel ilustración de ese mismo mundo que pide contrastes.

Leemos/miramos allí la aventura de la mancha, atentos menos a sus des-bordes que al resultado de la experimentación con materiales diversos: técnicas mixtas a partir de tintas, pintura sintética, acrílico, creando diseños y patrones que serán tanto el soporte como los motivos mismos de la obra en marcha. Sus geometrías profanas.

Siles invierte el proceso habitual que lleva de la figuración a la abstracción. Todo lo cual se traduce en una mitología propia, una de cuyas derivas es la serie de “Bichos raros”, eje central de la muestra e identidad gráfica de las portadas de la mencionada colección editorial. Uniendo fragmentos de distintas hechuras, como formas metonímicas que revelan la condición mutante de los seres en espacios también cambiantes. En esos cuerpos dúctiles, teatros de la metamorfosis, hombres y mujeres animalizados, seres andróginos, bestias, algo arcaico se juega. Y, a la vez, algo maquínico, por el procedimiento de ensamblaje que evoca al de las líneas de montaje industrial. La obra, entonces, como artefacto-máquina, y el taller, su fábrica. 

El humor es otro sello de la artista. Y qué mejor que los palíndromos de Filloy para explotar esa veta. Con risa ya ligera, ya irónica, ya sombría, los personajes cuentan su propia fábula. Algunos son siluetas negativizadas. Líneas en las que el fondo es parte de la forma y en reversa, espejos invertidos de lo que somos, humanas rarezas demasiado humanas.

Dispuesta en conjuntos o solitaria, como la impactante “Emboscada”, sobre un relato de Susana Stutz, cada obra induce a la aproximación de quien mira para percibir los detalles de las piezas ensambladas y volver a tomar distancia para apreciar la composición en su integridad. A la manera de los retratos de Arcimboldo, en el que una pera puede convertirse en nariz, vista de cerca, sin que el rostro pierda su morfología.  

Otra dinámica, desde el punto de vista formal y conceptual, nos sorprende al transitar por los colores vibrantes de la escena circense de “Artistas de variedades”, pintura en acrílico de gran formato inspirada en el precioso cuento de Daniel Moyano que le da título. Lo que vemos allí no es a Ismael, el muchacho de pueblo que llega a la ciudad en busca de prodigios, sino lo que Ismael ve cuando los encuentra.

Finalmente, “Lejana y oscura”, sobre la novela de Susana Aguad, relato del exilio a dos tiempos y dos orillas, es una propuesta sensorial. Graciela Siles ha elegido el formato de la instalación, género artístico que ha frecuentado, interesada en la participación activa del público, haciendo obra con ella. Un digno cierre para el trayecto que proponen estas “Fabulaciones”, nacidas de la imaginación portentosa de esta gran artista.

Andrea Guiu

Andrea Guiu es Licenciada en Letras por la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Artista plástica, escritora, periodista cultural y critica literaria. Entre 1990 y 1998, fue co-editora del Suplemento Cultural de La Voz del Interior. Participó del proyecto “Decamerón cordobés” y de la redacción de la Revista Tramas. Es autora de la novela El árbol de los muertos y de Libro de los ojos, ambos publicados con Alción Editora en 2002 y 2006, respectivamente. Ha formado parte de diversos jurados de concursos provinciales sobre periodismo y literatura.