Espectros de la literatura argentina

Lucas Petersen acerca un nuevo aporte al catálogo de la Editorial Universitaria Villa María (Eduvim) con su libro Malogrados. Cinco relatos biográficos para una historia descentrada de la literatura argentina, sobre la trayectoria de escritores que conocieron la muerte a temprana edad.

¿No es acaso el término “malogrados” un anzuelo auspicioso? ¿Qué podríamos aventurar solo en presencia de esta etiqueta? Vidas prometedoras que desperdiciaron su oportunidad de trascendencia. Una respuesta prudente hasta que se la vincula con la muerte, pero no cualquier muerte, sino una precoz, inesperada desde el punto de vista biológico.

Con Malogrados. Cinco relatos biográficos para una historia descentrada de la literatura argentina, Lucas Petersen narra biografías breves al calor de la historiografía, el ensayo literario y la no ficción, con un hilo de interconexión claro: la muerte joven. Se funda el club de los 27 del rock nacional, pero en versión literaria.

El advenimiento anticipado de la muerte determinó, en cierto punto, que estos escritores fueran olvidados, desconocidos o que, incluso, pasaran desapercibidos. No dejan de ser vidas truncas, vidas perdidas de antemano, por eso hablamos de textos cortos. “Malogrados” es la síntesis léxica para describir la irresolución literaria de lo que estos escritores supieron imaginar para sus vidas y obras, y lo que procuraron realizar con ellas.

Entre los registros, encontraremos algunos perfiles vertiginosos y otros dotados de una intensidad completamente cotidiana como la de cualquier mortal. No hay una lectura entrelíneas sobre indicios detectados que pudieran profetizar su destino final. Tampoco hay una sobrevalorización ni intención de sobrepotenciar las vidas y las obras, ni nada que le otorgue al deceso la predecible romantización o un mérito especial. Lejos de una compensación y lejos de evadir la evocación que nos genera pensar en el qué hubiera pasado de continuar la vida de los siguientes protagonistas.

Horacio Mendizábal (1846-1871), poeta afrodescendiente, representante de la tragedia de un grupo social fundacional en la Argentina y partícipe de la segunda generación romántica, de quien se valió José Hernández como punto de partida argumental para escribir El guacho Martín Fierro.

Entre 1877 y 1906, se encuadra la vida de Martín de Goycoechea Menéndez, bohemio estrafalario, mitómano y destacado narrador modernista, que dejó huella en Paraguay, donde fue reivindicado por ser el antagonista de Rafael Barret.

Héctor Ripa Alberdi (1897-1923). Líder y orador de la Reforma Universitaria del ’18, no pudo encontrar herederos para sus anhelos políticos y su vocación intelectual, a tal punto que, hoy en día, si repasamos aquella gran gesta estudiantil, no se lo menciona entre los referentes.

Discípulo de Vicente Barbieri y Jorge Luis Borges y gran lector, dos herramientas que le permitieron ganarse una plaza en la escena literaria nacional, aunque su reconocimiento se asocie directamente con su trágica muerte: José Luis Ríos Patrón (1926-1957) se suicidó frente a su ex novia de toda la adolescencia y juventud, la escritora María Esther Vázquez, quien supo biografiar al mismo Borges y a Victoria Ocampo.

Por último, tendrá comienzo en 1948 y final en 1976 la vida de Horacio “Pepe” Romeu, un auténtico polémico, pendenciero, provocador, estafador, artesano, manager de la banda de rock Blop, traficante de droga, informante de la policía, actor del Di Tella y autor de una fraudulenta novela experimental.

Petersen defiende el corpus seleccionado por su interés narrativo. Donde menos consolidación y reacción provoque el nombre del biografiado, más posibilidad existirá de mantener con vida la lectura de esta narrativa, encadenada por un orden cronológico que permite explicar la literatura argentina en general y particularizar momentos menos transitados, revelar claves de época y aspectos asombrosos, precursores, originales y disruptivos de los siglos XIX y XX.

Hablamos de una forma de vivir el arte. Un puzzle que consiste en juntar “la mayor cantidad posible de posibles y tratar de componer un retrato”, como explica el autor, descubriendo el lugar adecuado de cada dato, con destacados y omisiones para la sanidad estética. La lírica de este proyecto radica en valorar y apostar por los factores de inmadurez, vacilación e inestabilidad de la escritura de estos cinco personajes, quienes perecieron en la búsqueda de una voz literaria propia. Una hendija de luz que habilita trabajar aspectos analíticos y una profundidad muchas veces vedada cuando se trata de recorridos de prestigiosas plumas de nuestras letras.

Podés adquirir Malogrados en su formato físico o en su versión digital.

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *