Elogio y lamento del sexting

Mandar fotitos. Mujeres jóvenes, imagen y sexualidad en la era digital, una investigación rica en historia, teoría y testimonios, se incorpora al catálogo de la Editorial Universitaria Villa María (Eduvim) en coedición con la Editorial UNRN, de la mano de su autora, Valentina Arias.

Aunque sea un término moderno, su significado está añejado. Sexting es un neologismo que se remonta a la época en la que los teléfonos celulares carecían de cámara fotográfica incorporada y solo tenían la funcionalidad de enviar y recibir mensajes, además de las llamadas. De allí que se mantuvieran charlas sexuales mediante mensajes de texto. En definitiva, sexo por texto en castellano y sexting en inglés.

Hoy esa práctica no ha cambiado demasiado, más bien se manifiesta, a partir de las mieles de la aceleración digital, en aplicaciones específicas como WhatsApp, Télegram, Instagram, Twitter, por mencionar solo algunas de las redes sociales más populares, que posibilitan el uso de texto, imagen, video y audio. Lo que colabora en afirmar que, como puntualiza Valentina Arias, los cruces entre sexualidad y tecnología siempre han despertado sensaciones de lo más extrapoladas y diversas, desde los retratos en miniatura del siglo XVIII hasta el porno amateur.

Arias, autora de Mandar fotitos. Mujeres jóvenes, imagen y sexualidad en la era digital, anticipa su libro que reúne: fragmentos de ensayos publicados en revistas de divulgación, análisis de productos culturales recientes y una serie de testimonios recogidos a jóvenes mujeres, de entre 18 a 25 años, practicantes del sexting y residentes en el Gran Mendoza, que fueron el marco en el que realizó su investigación doctoral.

Dicho trabajo terminó de madurar en pleno contexto de confinamiento por Covid-19, ante las estrictas recomendaciones del Ministerio de Salud de la Nación de no tener relaciones sexuales con personas desconocidas, a la vez que alentó a incursionar en otras experiencias epidemiológicamente más seguras como por ejemplo el sexo virtual.

De manera automática  y vertiginosa, la prensa se posicionó sobre estos nuevos formatos de vinculación sexual, popularmente conocidos como “mandar fotitos” o “send nudes”, pero que abarcan una gran paleta de contenidos, tipos de destinatarios, formas de emisión y finalidades. 

Hablamos de imágenes, fotos, audios, videos con distinto calibre erótico, acompañadas o no por mensajes de texto o emoticones. Pueden ser intercambios entre parejas, amigos, amantes ocasionales o desconocidos, con una o más personas a la vez y por separado o, directamente, de manera pública. El sexting puede ser anónimo o con identificación; gratuito o remunerado por aplicaciones puntualmente dedicadas a eso, entre las más famosas, Onlyfans.

El auge del sexting lo volvió parte del imaginario popular que se traduce en películas, series, canciones y en la currícula de Educación Sexual Integral. En el ámbito de lo jurídico y académico, priman abordajes reduccionistas, que lo asocian con un posible riesgo inminente. En tanto, en el plano mediático, prevalece la polémica y el morbo. 

“Frente a este escenario –sostiene Arias–, el objetivo de Mandar fotitos. Mujeres jóvenes, imagen y sexualidad en la era digital es frenar este vértigo discursivo, tomar el objeto en cuestión, remover las capas de sentido común que suelen recubrirlo y describir e interpretar sus características, a partir de las coordenadas técnicas, de imagen y sexualidad”.

Mandar fotitos. Mujeres jóvenes, imagen y sexualidad en la era digital se podrá adquirir muy pronto en nuestra tienda online de libros físicos y libros digitales.

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