15 años y una constante: nuestro catálogo de Derechos Humanos 

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El jueves 12 de octubre a las 16:00 horas, en el Aula de Posgrado del Campus de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM), se celebró el panel “Los Derechos Humanos en el catálogo de la Editorial Universitaria Villa María”, en el marco de las Jornadas “A 40 años de reconstrucción democrática”, con la presencia también de Carlos Gazzera, Director General de Eduvim, y la moderación de Virginia Morales.

Recuerdo 1
Creo que fue a comienzos del año 2015. Por esos días, nos llegó la propuesta de un libro, que finalmente saldría a fines de ese año y que se llamaría –se llama– Los juicios por sus protagonistas, compilado por Rosario Figari Layús, y que reúne doce testimonios, historias, relatos de sobrevivientes de centro clandestinos de detención, familiares de desaparecidos y activistas en Derechos Humanos de diferentes lugares de nuestro país. En una de las primeras páginas de ese manuscrito que aún tengo el recuerdo de estar leyendo en la pantalla de la computadora –con una mezcla extraña de espanto y fascinación–, decía:

“Soy Carlos Soldati (se escucha el canto de un gallo), vivo en Manuela Pedraza, cerca de Simoca, a 50 kilómetros de San Miguel de Tucumán. Tengo dos hermanos desaparecidos: Berta María y Luis Alberto. Yo mismo estuve desaparecido 11 días en 1976. Me sacan de esta casa, a la noche, en la madrugada. Nunca imaginamos que pudiera ocurrir lo que ocurrió en nuestro país, este horror, este espanto. Han pasado más de 30 años de estos hechos y sin embargo la tragedia nos sigue estremeciendo, sentimos como si ese tiempo no hubiera transcurrido. Es más, a veces parece como si los hechos estuvieran ocurriendo en este momento”.

Y algunas páginas más adelante:

“Mi nombre es Delia Barrera, estuve desaparecida entre el 5 de agosto y el 4 de noviembre de 1977. Junto con mi primer marido, Hugo Alberto Scutari, fuimos secuestrados. Él en la tarde, a mí me esperaron en mi casa y nos llevaron al centro clandestino Club Atlético. Ahí estuvimos juntos en la misma celda hasta el 13 de septiembre, que es cuando a él se lo llevan a la celda 8 y yo quedo en la 19. A partir de ese momento, ya no teníamos contacto salvo por un código que desarrollamos. Yo tosía y él tosía y sabíamos que todavía estábamos juntos”.

Ya en ese momento, año 2015, el catálogo de la Editorial estaba bastante nutrido con títulos que abordaban, de una u otra manera, la temática de la Memoria y los Derechos Humanos. Pero creo que a partir de leer una y otra vez esa frase, “Yo tosía y él tosía y sabíamos que todavía estábamos juntos”, entendí que había algo más que la publicación de libros que contenían (necesarias, a veces imprescindibles) reflexiones y teorizaciones sobre esa materia. Un plus. “Todos podemos perder, todos podemos ganar, entre las sogas del circo y las trincheras del mal, no quiero olvidarme de hablar”, sonaba Charly en los parlantitos de la computadora de la Editorial.

Recuerdo 2
Creo que fue hace como dos o tres semanas. Promediaba el segundo debate entre los candidatos y candidatas a la presidencia de Argentina, cuando el candidato que más votos acumuló en las primarias de agosto gritó, escupió, algo sacado –sobreactuado diríamos, como casi todo en ese debate– mirando a la cámara, un número, 8.753. Una cifra. Otra vez los números, pensé. Me acordé, claro, de Dos veces junio, la novela de Martín Kohan en la que los números, las cifras, abruman, y que comienza con esa pregunta inolvidable: “¿A partir de qué edad se puede empesar (sic) a torturar a un niño?”. 

Escribo esto a tres días de las elecciones en las que todo parece indicar que el candidato del número 8.753 podría ser el más votado. “El karma de vivir al sur”, susurra Charly en los parlantitos de la computadora.

Recuerdo 3
Creo que fue hace una semana. Nuestra Editorial fue invitada a las Jornadas “A 40 años de reconstrucción democrática: nuevos debates y desafíos para los Derechos Humanos”, organizadas por el proyecto de investigación “Activismos en derechos humanos e identificaciones populares en la Argentina del siglo XXI”, de la UNVM. Además de que fueron unas Jornadas maravillosas, nos ofrecieron un espacio para hablar y presentar los libros, que orgullosamente podemos decir que son muchos, vinculados con el campo de estudios sobre Memorias y Derechos Humanos. Fue hermoso poder compartir y repasar tapas, títulos, fragmentos de un listado de libros que atraviesan transversalmente nuestro catálogo. No son un número más dentro de un catálogo. Son pequeñas píldoras de sentido que todo el tiempo estamos resignificando y necesitando para combatir la estupidez. 

Ahora, una reflexión
Según cuenta el escritor y periodista Osvaldo Baigorria, Kurt Vonnegut le dejó a su hijo Mark el borrador de una conferencia que no pudo dar a causa de su insólita e imprevista muerte. En el párrafo final de esa conferencia fallida, Kurt dice: “Hace un tiempo le pregunté a mi hijo Mark cuál es el significado de la vida, dado que yo no tenía la más mínima idea. Me dijo, ‘papá, estamos acá para ayudarnos a atravesar este asunto, sea lo que esto sea’ No está mal, no está mal que uno esté para ayudar, ser un cuidador.” 

Y entonces, ahora, este ahora que parece agujerearse por todas partes, me gusta pensar que no está mal imaginar a todos estos libros como una constelación que cuida esa sustancia frágil y porosa de la que todos y todas estamos hechos, de esa memoria que no dejamos de escribir y reescribir. Toser entre todos, para saber que todavía estamos juntos. 

Comentarios

2 respuestas a «15 años y una constante: nuestro catálogo de Derechos Humanos »

  1. Avatar de Gabriela
    Gabriela

    Toser entre todos para saber que todavía estamos juntos. Es necesario sobretodo en estos tiempos tan aciagos. Gracias!!

    1. Avatar de Área de Comunicación, Prensa y Marketing
      Área de Comunicación, Prensa y Marketing

      ¡Gracias a vos por la lectura, Gabriela!

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