Ecoocreatividad. Utopías concretas para tiempos inciertos. Las condiciones de posibilidad para el surgimiento de un imaginario post-neoliberal

Hugo Busso

Ecoocreatividad. Utopías concretas para tiempos inciertos. Las condiciones de posibilidad para el surgimiento de un imaginario post-neoliberal

Ecoocreatividad. Utopías concretas para tiempos inciertos. Las condiciones de posibilidad para el surgimiento de un imaginario post-neoliberal

EDUVIM

Hugo Busso




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Cita sugerida: Busso, Hugo (2022). Ecoocreatividad. Utopías concretas para tiempos inciertos. Las condiciones de posibilidad para el surgimiento de un imaginario post-neoliberal [Preprint]. Villa María: EDUVIM. DOI: https://doi.org/10.52550/278WE5

Preprint: 2022

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02/07/21

A Juana Pribudich Nicola, in memoriam

A Luis Busso Rosso, inspirador de este escrito

A Mara, Ivo y Sascha, porque con ellos la vida tiene más sentido

A mis hermanos, estrellas en mi cielo,

A los amigos con los que compartimos enfoques, sin estar de acuerdo en muchos temas…

A los “puntos de fuga”, que impulsaron este escrito positivamente desde la lucidez que los caracteriza

A todos los compañeros de ruta, con los que me encontré en momentos diversos e intensos, agradecido por lo que he aprendido y que sin dudas, seguiré aprendiendo …

INTRODUCCION

Creo que la primera mitad del siglo XXI será mucho más difícil, más inquietante y sin embargo más abierta que todo lo que hemos conocido en el siglo XX.

[…] …el moderno sistema mundial, como sistema histórico, ha entrado en una crisis terminal y dentro de cincuenta años es poco probable que exista.

Immanuel Wallerstein (2001:5), septiembre 1997, en Foro 2000, Praga.

Una mariposa aleteó intensamente y con sus coloridas alas dejó entrever presagios profundos a la mirada del mensajero del imperio, que la observaba fascinado en un camino en medio de un bosque primaveral. Este emisario Real sintió ver y comprender algo verdadero, aunque sin poder ponerlo en pensamientos claros por el apuro y la urgencia de su tarea, en ese preciso momento. Extasiado por la revelación que no podía poner en palabras rápidamente, se demoró en llevarle algo de suma importancia a su monarca, para una decisión que debía tomar con urgencia. Este retraso y sus consecuencias imprevistas provocaron, involuntariamente, el desmoronamiento de ese gran Imperio…

Esta metáfora literaria (en versión propia) o idea de la fragilidad e incertidumbre del mundo caótico, complejo e interconectado aflora con mayor intensidad en el presente. El tema que nos convoca es: ¿qué hacemos nosotros mismos con esta sensación y emoción, que nos interpelan en medio de imprevistos individuales y colectivos? La Verdad (con mayúsculas) se devela en los límites del saber moderno eurocentrado, en los tropiezos ambientales, en los efectos de su accionar sobre la red viviente del planeta (Informe del GIEC, 2018 y 20211), en el bienestar individual y social, en los efectos que prospectivamente ya son visibles. Particularmente en la economía y en las finanzas, por el coste de los seguros a causa de las sequias e incertidumbres negativas que el cambio climático ya causa y que causará aún más en el futuro próximo. Según expertos de distintas áreas, la pandemia COVID-19 en 2020 ha hecho detener considerablemente la economía por la capacidad mortuoria con los humanos en edad no productiva, conectándose causalmente con los efectos planetarios del modo de vida e impactando en el bienestar en todos los niveles (económico, humano, social, ambiental).

Al parecer de los avances científicos del último siglo, todo en el universo está en tránsito evolutivo complejo y en expansión. Las fuerzas que guían este desarrollo pueden tener direcciones diversas, manifestarse en puntos de ruptura o bifurcaciones, más conocidas como “puntos críticos”. Los mapas que mostraban el territorio ya no sabemos si preceden o anteceden en origen a lo pretendidamente “real”. Lo cierto es que, de bifurcación en bifurcación, el mundo (terrestre y cósmico) se va modificando, destruyéndose y reconstruyéndose de modo complejo. Donde el caos, la aleatoriedad y la incertidumbre cobran tanta o más importancia que la razón, la cual se va redefiniendo por el impacto de estos conceptos. Pero no solo incumbe al ámbito académico e intelectual, porque los “porrazos” de catástrofes climáticas, pandémicas y migratorias nos despiertan de una siesta sin promesas de tranquilidad progresista, con la ansiedad de un incendio anunciado. La humanidad duda perseverantemente, ensaya racionalmente y se apoya por esto en la capacidad computacional de los algoritmos (además de las religiones, las ideologías y las filosofías). Los algoritmos y la tecnología que los procesan no son inteligencia artificial, sino tan solo manifiestan de hecho la capacidad acelerada de cálculos, que tratan enormes cantidades de datos2. Además, disponen alternativas matematizables para producir informaciones interpretables, para tener en cuenta una o múltiples variables o perspectivas de decisión. Y que, dicho rápidamente, forman una mitología e ideología muy particular, nutriendo las variaciones del pensamiento hegemónico actual, nominado de diversos modos (pensamiento único, neoliberalismo, Imperio).

El calentamiento global y la mal llamada “inteligencia artificial” son actores referenciales concretos de esta bifurcación terrestre y civilizacional. La crisis es una bifurcación que impone elegir “otros posibles”, pero la situación no es tan simple ni binaria, por esto exige múltiples inteligencias para abordar la comprensión de lo viviente, con lógicas no formales ni lineales y afectividades no escindidas del pensamiento. Una bifurcación, dos posibilidades; dos bifurcaciones cuatro posibilidades, y a veces solo una posibilidad se impone como factible, concreta o preponderante. El mundo se vuelve más incierto y complejo, enriqueciendo la profundidad y el desafío de los posibles y las realidades concomitantes terrestres. Por lo tanto, las humanas están incluidas. ¿Somos lo suficientemente radicales con la situación crítica que exige elegir inteligentemente afrontando la raíz del problema, o tan solo nos conformamos con el placebo que ya es el síntoma mismo de la enfermedad en cuestión? La definición de la(s) pegunta(s) importantes, fruto de la observación, la experiencia, las expectativas colectivas y comunes determinan la acción presente y del futuro. La pregunta que nos formulemos entonces es la clave para orientar el sentido de las respuestas provisorias, el curso de acción, la articulación de la agenda de intervenciones institucionales y civilizacionales. La crisis exige la actividad crítica de la filosofía compleja, no mesiánica ni profética, que dude científicamente y que decida políticamente con lógicas diversas e inteligencia múltiples, que no silencie la inteligencia emocional. Sin exclusiones de lo viviente, de los cuerpos humanos y no humanos, de las culturas y de terceras posibilidades. La filosofía, la política y la ciencia no deberían, de modo deliberado e imperativo, dejarse encerrar en manipulaciones de lógicas y códigos y binarios (Si y No, Local y Global, moderno y retrogrado, ateo y fanático, sujeto y objeto). Mas que Yin y Yang como imagen falsa y dual del Tao, hay que aprender a pensar Yin Yang, como devenir fluido e interdependiente3.

Las actividades humanas han causado un impacto y perturbaciones profundas en el clima y por ende en equilibrio de lo viviente. La ciencia nos muestra (en la revista Nature4, referencia de la ciencia mundial), informaciones con datos alarmantes: se han perdido en las últimas décadas las tres cuartas partes de la población de los insectos en Alemania (y posiblemente en toda Europa), siendo muy importantes en el sostén de la cadena alimentaria. Otros informes alertan de la posibilidad que el sistema tierra tenga en las próximas dos décadas una sucesión de desenlaces irreversibles que haga imposible la vida humana en sociedad tal cual la conocemos hasta ahora, si se dan algunas variables que podrían elevar el calentamiento a +5 grados de aquí a fin de siglo, con efectos duraderos e irreversibles de decenas de miles de años5. Parece que estamos, entonces, en un momento de elección no muy tranquilizador, tiempo de una bifurcación que impone elegir en la incertidumbre. Elegir y decidir en medio de muchos posibles lo que necesitamos, lo que deseamos y que estén alineados con lo posible y con lo conveniente, para todos los terrestres. A lo sumo, podríamos reducir el dilema paradojal y civilizacional en el encierro binario, es decir sea cambiar hacia lo no conocido o, por otro lado, seguir hacia el abismo de la catástrofe anunciada. Ambos mundos conviven hoy, siendo preponderante el segundo, aunque la complejidad invita a ir más allá de reduccionismos estériles, por el peligro que conlleva su simplificación.

Para algunos, esta pandemia es solo una gripe diferente, como por ejemplo para una parte del establishment (o grupo de poder democrático-liberal). Esta situación es la evidencia que algo hay que cambiar, para mejorar el modelo neoliberal actual. La situación excede la mera preocupación por la gota que ha colmado la copa, ya que es percibida y alertada como una situación sin retorno a la que hemos arribado. Siendo, al final de cuentas, el tema tan delicado como concreto para tratar de resolver, sin caer en inmovilismos por desmoronamientos, en los cuales solo cabe esperar el desenlace e innovar con productos que ofrezcan una oportunidad para hacer negocios y poner felices a la junta de accionistas de alguna empresa multinacional monopólica. Para los más osados, y críticos al capitalismo depredador, esta bifurcación exige decidir y elegir, siendo una gran oportunidad de cambios profundos y experimentales, de alcance más global. Transformaciones que invocan por empatía a la resonancia sensible, a la creatividad y a la cooperación solidaria en contextos de incertidumbre sistémica. De esto es de lo que ensayaremos hablar a lo largo del libro. La ilusión es que sirva como disparador de reflexiones y búsquedas creativas, para ensayar pensar políticamente, sabiendo que el futuro ya llegó. Por lo tanto, es factible y necesario en nuestra perspectiva de sentido, el promover y crear utopías concretas. Como orientaciones temáticas e incitaciones experimentales para innovar social, económica y culturalmente donde la abundancia, el cooperativismo y la frugalidad consciente sean armónicos y deseables como marco de vida colectiva local. Tanto como como proyecto de civilización global a largo plazo, no solo para los humanos, sino para todos los vivientes (lo Terrestre). En un mundo donde la competencia es la ley, en última instancia no existen los ganadores.

NUEVAS DISPUTAS CON DESACUERDOS INHERENTES, CONSENSOS IMPOSIBLES Y BIFURCACIONES INEVITABLES, O EL ESPACIO DE LA POLÍTICA ECOOCREATIVA

El neoliberalismo6 es un modo de gestión de lo humano y lo viviente que parece ser, a la luz de los datos científicos disponibles, ni empático con la naturaleza ni sincrónico con las necesidades vitales de los terrestres en general7. Pero pareciera ser que va pudiendo mantenerse aun hegemónico, resonante y medianamente empático para manipular conductas, orientar la atención y promover el consumo que le genera acumulación de capital -su credo dogmático -. Y lo sabe hacer cada vez mejor con algoritmos que simulan y promueven escenarios donde con la utilización de internet el centro está en todas partes, pero la periferia va desapareciendo. Además, se ha ido desarrollando la inteligencia artificial en las últimas décadas, a la que no le será fácil suplantar a un buen poeta, pero que, sin embargo, ésta (la IA) ya le gana fácilmente al ajedrez a los mejores talentos de esta práctica8. El mito del individuo9 esta ya sobrepasado en contextos amenazantes con el terrorismo, la tecnología y los desarreglos sistémicos-ambientales.

Por otro lado, parece evidente que se ha roto en occidente el consenso político que existía entre muchos partidos de gobierno de diferentes ideologías (liberales, socialdemócratas, socialistas, populistas, nacionalistas), que sostenían que no había alternativas a la mundialización económica neoliberal actual10 (que entre 1992 y 2018 ha causado 400 millones de muertos, según Thomas Génolé en Le libre noir de la mondialisation11). Esta ruptura del consenso ha motivado y reanimado la reflexión principal, porque al perder la posibilidad hegemónica solo queda la violencia como resolución posible. El debate institucional y mediático a escala mundial ha ido poniendo en el banquillo a quien poseía el trono de la hegemonía indiscutible de lo real y la univocidad de lo posible, en las décadas posteriores a la caída del muro de Berlín. Por lo tanto, esto marca el territorio de la disputa por la imposición de las tendencias que ya están delineando en el presente (referencia 2021)12. Pero también marca las propensiones del futuro, de modo prospectivo de lo que será el sentido tendencial de lo hegemónico, las mutaciones políticas y las transformaciones energéticas en escenarios entrópicos acelerados. Toda esta situación y escenario sobredeterminará el sentido común, alterando en consecuencia los afectos, los intereses y sus cálculos racionales (de personas e instituciones) que definirán las decisiones afectivas-racionales de los actores de este siglo. Actores que comienzan a pensar seriamente no solo como llegamos a fin de mes, sino, sobre todo, a preguntarse seriamente en qué condiciones podríamos llegar, si es que llegamos, a fin de siglo. Volver a preguntarse, otra vez, desde la ecología y la sensibilidad hacia lo viviente y todo lo Terrestre: ¿Qué necesitamos verdaderamente?, ¿Qué queremos de modo auténtico?, ¿Qué nos falta para florecer y expandirnos, para comunicarnos con pasión y benevolencia con los demás, con la intensa y profunda convicción de cooperar sin destruir y depredar el espacio en común con los otros terrestres?, ¿qué esperamos para llevar una vida más relajada, establecer relaciones más fraternales, solidarias y creativas?

Las fuerzas en disputa de lo político se reacomodan en el espacio y en el tiempo que se acelera, en medio de pandemias, recesiones económicas y conflictos políticos inéditos, que resuenan ya en el cuerpo humano y en la vida terrestre. El mundo habla para el que desea escuchar, para el que pueda ser empático y resonar en/con él. No desearlo ni quererlo es una intención voluntaria, que no da un argumento sino más bien establece un criterio de acción deliberado, no siempre consciente. Implica distinguir atentamente la concepción ideológica de mundo de la relación que sostenemos en y con él (Montes Montoya, 2021). ¿El sí mismo/nosotros es independiente del mundo? Al viento del bosque en donde me paseo lo siento intenso y fresco, a la vez lo escucho murmurar sentidos y sugerencias que instauran un dialogo que me nutre y me determina. ¿Esto es una cualidad sensible poética o un problema de internación psiquiátrica por desequilibrio mental? Hay ideales que instauran normalidades y patologías, los límites y los criterios están en redefinición y disputa en todos los ámbitos y dimensiones. La ciudadanía en su dimensión lucida y critica, por esto mismo, está resignificándose en sentido post-neoliberal, implicando una dimensión más local y circular del Oikos13, más colaborativa y cooperativa como espacio experimental de una praxis dinámica, responsable y ética. Donde la creatividad social y cultural está relacionada con la incertidumbre y la urgencia política del contexto de derrumbamiento civilizacional y ambiental, que pone en riesgo vital extremo las condiciones de la vida terrestre, humana y no humana.

Por esto es casi un imperativo primero hacer una interpretación histórica del presente del neoliberalismo, para comprender conceptualmente al menos sus características definitorias y las tendencias hegemónicas que ha ido instaurando, desde la caída del Muro de Berlín14. Abordaremos sintéticamente, en la primera parte del libro, las dimensiones y variables determinantes del imaginario neoliberal (NL). Aunque el riesgo asoma y hace ruido, porque parece un concepto que todo lo abarca, al igual que el de “populismo”. Ubicarlos en su contexto histórico y en su amplitud geográfica-cultural será necesario como un intento intelectual sin pretensiones simplistas, ya que las diferentes hay variables del populismo que son, en parte, respuestas conservadoras identitarias locales a los efectos de la mundialización neoliberal (Trump, Orban, Bolsonaro, Le Pen, Zemmour), sin ser necesariamente anti-neolibereales, ni pro-clase trabajadora. Por esto es por lo que la canalización de las demandas del “pueblo” que siente no ser escuchado ni tenido en cuenta, va generando desprecio, resentimiento. Este desprecio puede ser un modo del fervor, que invoca la adoración del resentimiento, sosteniéndose en la confrontación contra la ofensa percibida, con formatos que exceden ideas pre-etiquetadas. Esto es porque unidos bajo una misma etiqueta despectiva e intimidatoria, hay populismos neoliberales nacionalistas promercado y también populismos de izquierdas distributivos prosociales que privilegian el ciudadano al consumidor (Jean-Luc Melenchon, Podemos, el Peronismo en Argentina con Alberto Fernández, PT en Brasil con Lula de candidato, Andrés Manuel López Obrador en México), pero con sentidos diferentes. Los populismos (de izquierda nacionalista igualitarista, de centro socialdemócrata, de derecha identitaria conservadora, nacionalista y neoliberal), como etiqueta general de manifestación del desacuerdo político contra las elites políticas y financieras pro-mundialización económica, están intrínsecamente vinculados de modo causal e irremediable al neoliberalismo hegemónico. No puede ser tan simple la caricatura que hacen los medios afines al poder global, porque es posible también pensar políticas nacionalistas-soberanistas neoliberales promercado antinmigración, como expresiones democráticas electorales (en Francia para el 2022 en Marine Le Pen, Eric Zemmour; el húngaro Victor Orban; Donald Trump en EE.UU, quienes exceden la taxonomía de manual universitario e incorporan al neoliberalismo matices emocionales, identitarios, conservadores y nacionalistas), aunque no sean situaciones y aontecimientos comprendidos ni aceptados por la ideología de Milton Friedman (1912-2006) y Friederich von Hayek (1899-1992), referentes fundamentales perspectiva económica y política. Mostraremos en la segunda parte datos disponibles, sugeridos en parte por Thomas Picketty, para ensayar no quedar atrapados en mitos e ideologías confrontadas en occidente. Sostendremos algunas apreciaciones valorativas críticas al “pensamiento único” y del “fin de la historia”, que nos ayudarán a justificar alternativas heurísticas posibles, rastreando utopías concretas.

Estas visiones prospectivas, de futuro, que llamamos utopías concretas (a las que propondremos en la tercera parte del libro), ensayaremos circunscribirlas en el horizonte de la ecoocreatividad, nuestra idea principal y concepto clave. Porque “el porrazo” que nos hemos dado como civilización occidental moderna y eurocentrada nos contacta con lo Real, la posibilidad a causa del Antropoceno del desmoronamiento irreversible de las condiciones propicias para la vida, tal cual la conocemos hasta ahora en el planeta. Pero que a partir de cierto punto crítico (aumento de + 2 grados de la temperatura planetaria del que estamos muy cerca y que seguramente rebasaremos), lo humano y lo viviente en general se verán no solo alterados significativamente, sino que, paradójicamente, lo humano del Antropoceno que fue causa, ahora será tan solo victima obligada a adaptarse a un ecosistema hostil y difícil. Pero no podrá hacer nada significativo por decenas de miles de años luego de ser excedido ese umbral. Sera impotente para desmontar las tendencias climáticas y modificar las variables fundamentales del funcionamiento sistémico de las condiciones de sobrevivencia de todo lo viviente (hasta el presente, y según el desarrollo alcanzado por la ciencia). El mito de Prometeo nos deja un “déjà-vu”, a pesar de que “el hombre del progreso” con el fuego productivista haya sido la causa geológica mayor de su desenlace. Prometeo actualizado, encadenado y condenado con su hígado doliente a repetición casi infinita, reproducido por algoritmos muy veloces, incapaces de emoción por no tener cuerpo… ¿Qué flecha heroica podrá liberarnos de nuestro castigo por desobedecer las leyes de la vida? Hércules ¿vendrá a rescatarnos?, o ¿tal vez se quede en su casa jugando con la “Play Station”, rastreando los “likes” cosechados en sus redes sociales y comprando artículos innecesarios por Amazon? Que mito griego nos representa de modo más certero como civilización actual, ¿Hércules, Prometeo, Sísifo, Eurisython, Midas o Narciso? Nuestra respuesta es que el mito de Eurysithon se lleva todos los laureles…, aunque el personaje insaciable termine por devorarse a sí mismo. Final trágico autofágico, a causa del castigo divino (Némesis) infligido por Deméter (la diosa que cuida de la fertilidad de la Tierra y de la agricultura), por haber derribado un árbol sagrado para construir palacios de ostentación del poder (hubris). Y por esto condenado no al hambre, sino a la glotonería desmesurada, a la insaciabilidad que termina en la autodestrucción. ¿Sera casualidad que es un mito tan poco conocido e ignorado en sus enseñanzas?

ECOOCREATIVIDAD: ECOLOGÍA, COOPERATIVISMO Y CREATIVIDAD

Ecoocreatividad ensaya unir tres ideas fundamentales en las que se apoya, y en que determina su fusión: ecología, cooperativismo y creatividad. Ecoocreatividad será el rastreo heurístico y sugerencia no neutral (en sentido valórico y epistémico) de dispositivos de experimentación política, que resitúa al ciudadano critico de la política policial y no subsumido como consumidor, ni encerrado en psicologías positivas incautas. Ecoocreatividad es un conjunto de insinuaciones de nuevos vectores de acción, de ensayos creativos-colectivos que pretenden sugerir orientaciones a la visualización de imaginarios prospectivos, como causalidad futura para la ampliación de lo común y la inclusión de lo terrestre como actor político (que incluye lo humano y no humano), pleno de derechos. Es decir, mirar hacia dónde queremos experimentar intencional y creativamente, para ensayar articular posibilidades experimentales y respuestas no dogmáticas desde el presente interdependiente. Cuyo propósito es crear, a modo de lógica abductiva, sentidos entretejidos con hipótesis heurísticas, por un lado, para que potencien la relación experimental e incierta entre los humanos con lo viviente (del que somos parte imbricada y no jerárquica).

Para esto, nos apoyamos no en la idea imaginaria de ‘individuo’, sino en el concepto de ‘dividual’ como agenciamiento múltiple. Porque no hay más posibilidad imaginaria a principios de milenio de esa pretendida unidad mítica. No asumimos, entonces, la idea moderna cartesiana y liberal de lo individual, como un espacio indivisible, homogéneo y único del liberalismo. Esto es porque somos un manojo situado de tendencias contradictorias y paradójicas, de nexos de relaciones determinantes de lo real-posible, en la que la decisión en sus determinantes fundamentales no podemos reducirla al mero calculo y a lo racional de la ecuación economicista de costo-beneficio, como imperativo de la variable de eficacia, sesgadas por la funcionalidad pragmática de deseos de riqueza y apropiación infinita. Mejor es no ignorar el rol del deseo y las emociones, como determinantes humanas de la racionalidad. No somos “maquinas”, ni “inteligencia artificial”. Somos inteligencia encarnada, sensible, emotiva y situada, es decir humana. Spinoza, Deleuze, Brian Massumi, Bruno Latour, Miguel Benasayag, las neurociencias, entre otros, nos darán algunas pistas incipientes para preguntarnos sin dogmas y experimentar posibles. La idea de “competencia” propia del liberalismo será sacada del centro, dejada de lado en parte, aunque no anulada. Haremos hincapié en la cooperación como forma superior de la mera colaboración, que incorpora la competencia y la innovación como criterio clave de la nueva etapa colectiva y mundial, experimental e incierta de ampliación de lo común cooperativo, como horizonte político determinante. Lo común, desde nuestra perspectiva no es ni lo Universal ni lo relativo, sino más bien es un vínculo concreto relacional, recursivo, sistémico-interdependiente entre lo viviente. En el ámbito de las relaciones humanas, lo común es lo que se da en la acción de las prácticas concretas. Implicando siempre como criterio el acceso, el uso y el usufructo compartido en igualdad de condiciones, en espacios sociales determinados geográficamente, sin reproducir las asimetrías de poder, las jerarquías de reconocimiento ni de beneficios económicos-jurídicos de castas o clases específicas.

En la segunda parte del libro, rastrearemos algunas hipótesis para indagar y visualizar posibilidades políticas e institucionales postneoliberales, transmodernas y ecoocreativas. La discusión de la filosofía de la liberación estará presente de modo implícito, aunque no explicito, descartando su idea de lo político. Nos apoyaremos más bien en la versión y visión de lo político de Ernesto Laclau y de Jacques Rancière, como espacio vacío imposible de clausurar. Asumiremos la propuesta de Bruno Latour acerca del Tercer atractor, lo Terrestre (siendo el primero lo local, el Segundo lo global, el cuarto lo extraterrestre). No acordando en la disyuntiva local-global, asumiremos la versión trinitaria como aspectos que alteran la visión clásica de la política, al incluir lo Terrestre (el tercer atractor) como sujeto político, pleno de derechos. Por esto ensayaremos proponer ideas que hemos recogido del debate intelectual y político en Europa y América Latina, que hizo emerger la pandemia al diluir imposibilidades y condenas del fin de la historia, que proponía que el mejor de los mundos posibles ya había llegado. La ecoocreatividad es la celebración de lo que hay que crear como experimento colectivo, cooperativo y creativo para poder llegar colectivamente a fin de siglo, sin perder de vista el fin del mes individual.

En la tercera parte trataremos de delinear someramente preguntas acerca del futuro -sin pretensiones heroicas, ni proféticas, ni adivinatorias de futurólogo, ni de consultores del FMI vestido de negro-, para pensar el horizonte postneoliberal factible, como ejercicio creativo, prospectivo y utopístico. Trataremos de sentar algunos puntos de apoyo, para ir pensando críticamente el presente desde las preguntas inherentes al futuro tendencial, apuntalando nuestras hipótesis provisorias. Estas ensayan pensar tendencias posibles porque la visión de futuro va alterando el imaginario presente, a la vez que va creando el futuro. Incita las preguntas y contextos del presente, las elecciones y decisiones que nosotros las planteamos preferentemente con intención postneoliberal. La actividad misma de lo político, como tratamiento del desacuerdo inherente de los social se encargará, seguramente de modificar, alterar, cambiar y recrear cada una de las hipótesis y utopías postuladas. La intención de este ensayo es, humildemente, moldear posibilidades conceptuales para pensar cursos de acción que no sean la repetición política e institucional a escala local, regional, nacional e internacional de lo mismo. Ya no es el momento de la queja, de la procrastinación social y política de seguir igual, ni de fatalismos inmovilizantes acerca de las tendencias autoritarias y antidemocráticas del neoliberalismo, como lo han señalado C. Laval & P. Dardot (2014; 2017) y Thomas Picketty (2019).

Es el momento propositivo no dogmático del ejercicio de la acción situada y corporizada que no escinda, sino que conjugue desde el paradigma de la complejidad lo político, la ciencia y la ética. Donde la reflexión no tenga tanto margen para necedades maniqueas, binarias y formales (mercado o Estado) ni narcisismos desmesurados (de liderazgos mesiánicos-redentores). La ecoocretividad es el intento categorial y conceptual, siempre incompleto y limitado, para pensar con herramientas filosóficas que, en el mejor de los casos puedan inspirar emociones y sentimientos solidarios, orientar la observación situada, la búsqueda experimental colectiva y la utopística15 como nuevas figuras de y para la acción16. Ensayo de praxis política ecoocreativa transmoderna, no eurocéntrica, que incorpore democráticamente lo Terrestre, como sujeto político, para salir del exilio solipsista del sujeto moderno y entrar en una complejidad radical, ontológica, como modo de estar siendo, de habitar, crear y reproducir el mundo de la vida. Para crear un mundo pluriversal, postneoliberal, factible e institucionalmente sólido para contener el desacuerdo constitutivo de lo social. Antagonismos y desafíos políticos que ya resuenan en el cuerpo de los humanos, como en el de todos los terrestres de este magnífico y frágil planeta.

PRIMERA PARTE

1. DESMORONAMIENTOS, RESONANCIAS E IMAGINARIOS INÉDITOS

El ideal actual del “mercado autorregulado” pareciera ser que es lo que se ha desmoronado al igual que la versión soviética del comunismo, así como la reducción de la economía a su sola dimensión mercantil. Esta dimensión mítica del liberalismo que naturalizaba lo real, debería ser narrada nuevamente. Porque ha ido dejando de lado el origen mismo de la economía -oikos (la casa) y nomos (administración)-, que es el arte de administrarla bien. Se sabe que hay más perspectivas que lo meramente financiero en la economía, es decir hay también economía política, viviente, psíquica, simbólica, semiótica17. Lo mercantil-financiero es una dimensión más de la economía, no necesariamente lo determinante ni central. La absolutización del mercado y de lo financiero ya fue puesta en duda por Karl Polanyi en el clásico y referente libro La gran transformación (1944). Sus reflexiones siguen siendo muy actuales, porque lo analizaba al liberalismo en su momento como un proyecto utópico y autodestructor, así como por ser incompatible con la vida humana. Entre guerras (1918-1939) se desarrolló, según Polanyi, una rivalidad post- liberal a partir de la gran depresión de 1929, en la que cada fracción deseó imponer su visión y el encuadre político-estratégico del mercado mundial. Esta pretensión desembocó en la segunda gran guerra eurocentrada (llamada mundial), con cerca de 60 millones de muertos18, con la destrucción de patrimonio histórico cultural invalorable. La conclusión inevitable en nuestra perspectiva es que el libre mercado no existió ni podrá existir, ya que implica, de hecho, intervención violenta de los Estados para su creación y consolidación19 mediante normativas y regulaciones necesarias. De hecho, se constata que después de las dos grandes guerras y de los derrumbes financieros de 1929 y del 2008, intervenir y regular ha sido la función natural de los Estados Naciones (en particular, no solo y siempre a favor de los mercados). ¿Se puede sostener coherentemente con la ideología y en las ciencias sociales, después de la crisis financiera-económica del 2008, la existencia del libre mercado autorregulado y el “error” de la intervención estatal?

Actualmente puede verse una analogía con la época moderna desde mediados del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. Si bien la intensidad de conflictos armados directos es ya insostenible, a causa del poder destructivo de los armamentos mismos. La violencia inherente ahora se canaliza, muta y se traslada a la arena del conflicto, que es la sobredimensión del mercado con efectos destructivos directos en “lo terrestre” (la biodiversidad). Es decir, a todo lo viviente sin distinción, con efectos geológicos mayores: el paso de la era del Holoceno a la del Antropoceno, donde la intervención humana se convierte en una fuerza de impacto bio-geológico determinante (Montes Montoya, 2021)20, pero los efectos concretos irreversibles ya no harán posible la intervención humana para dar marcha atrás la posible catástrofe climática y ambiental, que durará miles de años. Para varios economistas, sociólogos y politólogos de diversos países, por un lado, el ideal de libre mercado es un “zombi político” que continúa causando conflictos y sufrimiento, perdiendo su credibilidad21. Por otro, la gobernanza neoliberal (de aquí en más aparecerá como NL) como práctica reducida a la elección periódica de gobernantes, se opone a la ampliación de la democracia participativa a todos los ámbitos fundamentales de la vida cotidiana. Sobre todo, como soberanía de las “masas” pobres, que sigue estando blindada por la constitución, para asegurar el derecho privado con supremacía sobre el derecho público, a escala nacional. Protegiendo deliberadamente, como un régimen oligárquico, los privilegios de casta y clase de los más acomodados, así como la propiedad privada22.

A escala global el neoliberalismo pregona “la trinidad” de la eliminación de la esfera pública, la desreglamentación estatal del accionar empresarial y la reducción del gasto público. Si el NL es hegemónico aún, lo es porque dispone del control de las armas disciplinarias23, desde el intervencionismo estatal (que tanto critica, pero que es él mismo -el NL- un ejemplo evidente de intervención directa en sus gobiernos) y desde las organizaciones intergubernamentales internacionales, para garantizar lo que es políticamente importante en sus supuestos e imperativos valóricos. Estos supuestos son variantes político-económicas idénticas al Consenso de Washington, impuesto en América Latina en la década de los años noventa24. Sin embrago luego de décadas de consolidación de un sistema con su coherencia y lógicas internas, inherentes a un tipo de orden político y macroeconómico, lo imprevisto aparece otra vez con mayor intensidad y novedad a fines del 2019. Por primera vez en la historia se ha producido la detención de la economía por precaución y anticipación de conflictos (que ya eran evidentes de todos modos, con o sin pandemia). Las preguntas y los desafíos vuelven a formularse desde otra idea temporal de lo real que implica redefinir el progreso y el bienestar, pero con mayor intensidad. Porque los acontecimientos desde el 2001 han hecho evidente que es posible la transgresión de los limites imaginarios de la ideología NL del capitalismo central, impuestos como evidencias de un sentido común que ya no tiene sentido ni es común. La pregunta es, entonces, dejando de lado el anterior sentido común heredado de la modernidad desarrollista, ¿cómo podríamos descarbonizar nuestras instituciones democráticas abandonando la manía productivista, conservando derechos adquiridos para las mayorías y ampliando la justicia social como pilares de la gestión gubernamental?

El imaginario neoliberal como intervencionismo estatal promercado

El NL (liberalismo en lo filosófico-político moderno y monetarismo en la teoría económica del último siglo) es una configuración ideológica diversa y polarizada, es un conjunto de tecnologías de poder de gobiernos públicos y privados. Estos pregonan en la versión economicista del monetarismo, la no intervención del Estado. Pero en la práctica han ido interviniendo e imponiendo reglas de juego que niegan y contradicen muchas veces a la versión clásica de la democracia liberal. Por otro sugiere que la autoridad monetaria debe evitar procesos inflacionarios y deflacionarios, promover la libre competencia y el rechazo firme de políticas distributivas keynesianas y socialistas. La apertura comercial entonces será una consecuencia necesaria en su razonamiento con el imperativo de la libre circulación e intercambio de bienes y servicios, sin buscar la plena ocupación (desempleo 0). Esto ha ido generando permanentemente resistencias endógenas y exógenas a la crisis sistémica del capitalismo NL (Argentina 2001, las “subprime” en 2008, Grecia 2015), que por extensión es, si se lo considera minuciosamente, la crisis propia, de sí mismo. Esta, la crisis, puede ser analizada como la incapacidad del capitalismo a reproducirse en sus propios imperativos, porque llegó a los límites de su capacidad de desarrollo. La baja de la tasa del precio de las mercancías está relacionada con la reducción del trabajo necesario para la producción de un volumen dado de mercancías, por el impacto de las nuevas tecnologías, por la mejora de los procesos productivos y la explotación más profunda de la mano de obra cada vez menos numerosa. El proceso de acumulación de capital necesita acelerarse, intensificarse y expandirse para un “siempre más”, como tiranía del tiempo presente, que es el modo de subjetivación del tipo ideal del sujeto NL. Además, se suma a esto que en la sociedad donde el trabajo es medio de reconocimiento y capacidad de consumo, el pleno empleo en la periferia del capitalismo mundializado (América Latina, África), es realmente una quimera como lo es también en el capitalismo central (EE. UU., Europa, Japón).

Para seguir funcionando el capitalismo debe transformar en mercado lo que antes no era mercancía, ni tenía valor de cambio. Debe fundamentarse cada vez más en artificios, ayudado por la publicidad y el marketing, ya no tanto en la producción y la venta. Por esto, para afrontar las crisis a repetición -que es un modo de ser propio-, ha ido construyendo una visión pragmática del Estado, como campo estratégico. Políticamente el Mercado le ha otorgado siempre un rol muy activo al Estado sea para reprimir (como en el Chile de Pinochet, la Inglaterra de Thatcher), sea para privatizar los servicios públicos, transformando normativamente y por decreto todo en mercado, con fuertes endeudamientos (por ejemplo, en la Argentina de Menen y Macri). Sin embargo, su biblia anti-Estatal en su discurso ideológico político se presentaba -y sigue presentándose- como pragmatismo, más a allá de lo político, como eficacia profética garante de una libertad abstracta, contrastada por desigualdades concretas (Piketty, 2019). En 1980 en EEUU, la diferencia entre el salario de un PDG y un salario medio era de 42 veces superior; entre 200 y 2010 fluctuó entre 525 y 335 el salario medio25. El NL se representa actualmente en la UE como una verdadera distopia26, posibilitando que los países del sur de Europa como Portugal, España y Grecia tengan una oportunidad de hacer manifiesto algo diferente como experimentación colectiva de lo Común, como espacio de subjetivación política. Por otro lado, América Latina será nuevamente una alternativa de experimentación conflictiva, con resultados tan inciertos por las paradojas que la atraviesan, como esperanzadores por el potencial de innovación que requiere la situación. Por lo tanto, la orientación y los principios que guíen los experimentos políticos serán claves tanto como la capacidad de aprender de los errores y de los aciertos, en función de los objetivos terrestres (no solo humanos) postulados.

Ante el intervencionismo estatal NL promercado privilegiando la propiedad privada como tendencia hegemónica, parecería entonces que ha llegado el momento de la planificación prospectiva de lo común y la regulación ecológica. Esto implicará que lo sea con control público de los créditos e inversiones, con una relocalización inteligente y solidaria de la producción, acercándola a los lugares de consumo. Hay que aprender a ver sin “etiquetas” ni prejuicios fijos, porque a una mirada atenta el NL es hoy un socialismo de la oferta. Esto es porque el Estado paga los salarios, las pérdidas de las crisis económicas y de los cracs financieros. Es también quien paga las facturas y los costos de las pandemias inesperadas, el que asume además los problemas varios generados por el mercado y por los criterios de gestión NL que se le imponen como únicos. Las empresas hacen múltiples ofertas ayudadas por algoritmos que controlan obsesivamente al detalle la vida privada de los ciudadanos (el sueño de Hitler, Stalin y Google…) exigiendo la apropiación de las ganancias para satisfacer la junta de accionistas, como la elite religiosa de elegidos beneficiarios(oligarquía) de “la mano invisible” del “Dios Fetiche” todo poderoso (Pluto, el Mercado), justo y distributivo de premios y recompensas a quienes lo meritan. Exigiendo un culto fanático (una “mano” por lo general más ciega e irresponsable que “invisible” con las consecuencias sistémicas bio-socioambientales…). Se abre una época de experimentos sociales que tendencialmente desplieguen -es de esperar-, una sociedad más autoorganizada, que funde una civilización a largo plazo más allá de lo salarial, de relaciones mercantiles invasivas y depredadoras de los ecosistemas, como las que se vienen desarrollando en el presente.

Siendo realistas, es de esperar también que los adeptos al NL van a seguir aceptando e insistiendo en este imaginario con mayor dogmatismo, con la devoción a los dioses menores como Pluto (el dios de la riqueza en Grecia clásica). Posiblemente los encontremos en los portarretratos de entrada de la casa (Oikos, privado, personal). Pero en la vida pública, será la síntesis del Ágora (mercado, sociedad civil, comunidad) y de la Ecclessia (espacio público de la decisión política, espacio de la confrontación de sentidos) quienes deberán ir decidiendo el rumbo y las respuestas a lo imprevisible de los desafíos actuales. La familia y las instituciones sociales deberán enmarcar el sentido y el propósito concreto autoinstituyendo las formas autónomas novedosas de un nuevo imaginario social, que promueva en juegos democráticos pautados más democracia, no su cancelación por asfixia de ideologías únicas y totalizantes. Todo dispositivo que evite desplegar más democracia y participación en todos los ámbitos de las interacciones sociales, económicas y culturales, será un recrudecimiento del antagonismo de lo político. Esto es, solo podrá asegurar sin dudas más violencia para la dominación, pero será una pérdida de la hegemonía por imposibilidad de generar consensos, como ocurre con el NL actual.

Imaginarios políticos e (in) dividuos

La categoría de imaginario la analizaremos más adelante (en la Primera parte), enfocándonos en el imaginario NL. Solo adelantaremos por ahora la doble cara objetiva y subjetiva de este concepto. Porque es a la vez algo subjetivo producido por la imaginación, pero que crea representaciones objetivas que aparecen en mitos que sostiene y dan la dinámica a las representaciones subjetivas, en sus procesos políticos- culturales de metamorfosis. Podríamos sostener como evidencia que, si el imaginario es algo dinámico y cambiante, entonces todo imaginario dominante de una época es susceptible de ser alterado, conmovido, cambiado, suprimido y revolucionado. Es lo que está aconteciendo en medio de nuestras vidas en el zapping atencional de nuestra mente, en el divagar consciente e inconsciente de nuestro espíritu. La historia es un ejemplo sincrónico, caleidoscópico y fractal de los imaginarios y de sus mutaciones inevitables. Esta época parece ser una aceleración y mutación del imaginario y del paradigma moderno hacia algo incierto, en creación y construcción agonal27, silenciosa y sutil en su autenticidad sin precedentes, como todo imaginario social28. Pensar cómo se rearticularán posiblemente los imaginarios, qué nuevos mitos lo sostendrán, qué renacimientos emergerán es una de las tareas más importantes de la filosofía política actual.

Ya hay una guerra de imaginarios, habrá que estar atentos al despliegue de su desenlace. La polarización y el antagonismo manifiestos en el desacuerdo inherente y constitutivo de toda sociedad parecen “algo más” que una situación inevitable. Habrá que dilucidar en acto el alcance de ese algo más… Espacio del deseo, como veremos en la primera parte, como falta (psicoanálisis) o del deseo como espacio del potencial vital (Spinoza, Deleuze) de las utopías concretas29 ecoocreativas (ecología + cooperativismo + creatividad) en sociedades transmodernas, con un “epicureísmo tecnológico” alternativo al transhumanismo y a la desvitalización planetaria. Donde la autoproducción cooperativa y comunitaria es un experimento factible que no parte de cero30, desde donde podrá visualizarse que es viable salir de la mercantilización de la vida cotidiana y de la asfixia financiera de territorios31,. La vida cotidiana y las situaciones institucionales están acelerados en un nihilismo presentista sin sentido, más allá de la posesión narcisista y la idolatría a un fetiche peligroso por la depredación ambiental que genera, a la vez de insignificante por el sentido vital que aporta.

Lo político en principios de milenio invoca y convoca a las pasiones, a los afectos y a los conceptos que aumentarán la vibración y la resonancia que nos pongan en común con la vida en el planeta. La resonancia la entendemos como la relación de reciprocidad con el mundo y con los otros en la sensibilidad de la memoria prospectiva con la red viviente (lo Terrestre). Esta sensibilidad afectiva abrirá el futuro desde un presente trizado, con un pasado en revisión y proyección. Ya no basta con ser amados y reconocidos, queremos una conexión que nos haga sentir, vibrar y resonar la alegría en la interacción con otras personas, en la vida cotidiana en comunidad creando sentido positivo32. Esto es la ecoocreatividad, es decir la creación agonal e interactiva entre ciudadanos, que colaboran y son adversarios en instituciones cooperativas, que inhiben la guerra y a todo lo que convierte a lo Otro viviente en enemigo. Es la filosofía práctica aplicada a la política, el reencantamiento del mundo y un enfoque de la idea de lo ‘transmoderno’ en la filosofía de la liberación y en el colectivo Decolonial. El tiempo cambia de sostén, se desnuda deshaciéndose de la linealidad infantil del reloj y del almanaque.

El individuo de la elección racional de la modernidad y del liberalismo descubren con las neurociencias que olas emocionales determinan el pensar, el decidir y elegir. Que no solo hace falta una tribu para educar un niño, sino que también para inventar la lengua, una herramienta, las instituciones sociales y enfrentar una pandemia. La comunidad y la cultura crean tendencias de tiempo-sentido en el (in)dividuo, que decide racionalmente de modo tardío sobre lo ya investido a priori. Aunque en nuestra perspectiva -que se apoya en Brian Massumi (2018)-, el individuo es “dividual”, como veremos más adelante, porque somos seres duales, afectivos y racionales en donde el presente alberga el pasado que despliega un futuro tan incierto y azaroso como pre-sobredeterminado. Los sapiens, desde la perspectiva particular, somos una multitud sistémica agenciada de vectores de fuerza heterogéneos, que se actualizan en el proceder, en el acontecimiento vital de estar siendo aquí y ahora. No hay identidad indisoluble como “individuo”. Hay agenciamientos de multiplicidades, cooperación competitiva, individualidades enredadas con multitudes. Mejor es dudar de las exclusiones y diferencias analíticas, integrar la paradoja y las lógicas no formales al pensamiento eurocentrado, para rever críticamente desde la complejidad recursiva las falsas opciones duales como naturaleza y cultura, sujeto y objeto, irracional y racional.

Aun aceptando la filosofía y los principios modernos, progresistas, liberales y desarrollistas, para todo esto hace falta colaborar. Sobre todo, es necesaria la cooperación que potencia el mito del “individuo”33. Sabiendo el individuo que es, en la hipótesis de su existencia, un eslabón de esa cadena que lo determina en sus elecciones (¿personales?), de tendencias que son preexistentes. El individuo actúa siempre situado, recursivamente siendo causa y consecuencia compleja. “El individuo” sabemos que no es nada sin el contexto sistémico, que lo contiene y lo proyecta. También sabemos que, solo (individuo o comunidad particular), nada puede con los riesgos ambientales, tecnológicos y políticos porque su libertad de acción es muy reducida en concreto. La mundialización requiere cooperación entre el Estado, el Mercado y la asociación, pero la idea obsesiva del provecho y la ganancia como acumulación individual produce una pérdida de valor irremediable e irrecuperable a largo plazo, fruto de la ignorancia que provocan conductas consumistas desmesuradas. En consecuencia, el individuo es el tema central para reconfigurar filosóficamente, tanto por un imaginario que lo sostiene como por no saber limitar y adaptar colectivamente su modo de vida a los requerimientos de equilibrio de los ecosistemas en donde existe. Si bien el conocimiento humano está disponible, el cambio de tendencias y de contextos favorables a nuevos modos de vida va en retraso alarmante, para el propósito de evitar el calentamiento planetario que se trazó el objetivo de no superar los dos grados a fin de siglo. Los nuevos imaginarios posiblemente serán una mezcla de paradigmas y valores con éticas de cosmovisiones -religiones antiguas, ideologías modernas, utopías tecnológicas y prospectivas científicas apoyadas en estadísticas y algoritmos. Todo esto ya está puesto en escena, aunque la incertidumbre no tenga, como corresponde, libreto teatral claro y editado…, al menos por ahora. Sin embargo, la política se juega en visualizar el futuro y en la creación de imaginarios. La razón emocional, la imaginación sensible y la intuición prospectiva son determinantes en la construcción de la sociedad humana y de su devenir. Se puede hacer una historia del futuro, aunque al igual que Jacques Attali en Une brève histoire de l’avenir (2006), los errores y los imprevistos se terminaran riendo de la falta de imaginación, de quien ose aproximarse racionalmente a lo que vendrá.

La desmundialización y los nuevos mitos (sin coronas ni reyes…)

La pandemia comenzada en 2019 en China y continuada en el 2020 en todo el mundo, marcará seguramente una dimensión simbólica epocal. Porque desacelera políticamente el mundo social y económico (la política lo ralentiza, no el virus…), pero le quita la resonancia por distanciamiento forzado y exagerado. Esta pandemia hará historia, en tanto acontecimiento que manifiesta una dimensión de verdad como la crisis de 1929, el mayo francés del 68, el Cordobazo del 29 de mayo de 1969 en Argentina, el 11 de septiembre de 1973 en Chile, el golpe de estado a Gorbachov en 1991, el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York (con los musulmanes radicales auto inmolados -ex-aliados americanos en Afganistán-), la caída de la bolsa y la estafa financiera global de las “subprime” en 2008. Esta vez el peligro está en todos lados, la amenaza es interna generando una hipocondría de masas. Este virus, que sirve como analogía para el pensamiento político, tiene capacidades sorprendentes de mutación. Parece que replantea epistemológicamente el tema de la complejidad, alertando sobre la simplificación causal con solución naif: “un virus se elimina con una vacuna y vuelta a la normalidad…” El virus, al igual que el capitalismo NL en nuestra civilización moderna-desarrollista, es manifestación de un sistema complejo interdependiente de causas múltiples. En el caso del COVID-19 son microbiológicas, ambientales y del modo de vida humano, y que no se resuelve con una vacuna “salvadora”, menos que menos cuando el ataque es al sistema inmunitario, el que con respuestas inadecuadas puede ser más mortuorio que la enfermedad misma que causa el virus. La respuesta inmunitaria puede ser más grave y dañina que el virus mismo, por esto la situación hace pensar en el virus con lógicas y acciones más complejas como el del sida, que inhibe y alteran el sistema inmunitario. También hace pensar esperanzadamente, desde la paradoja, en los logros de las vacunas que han casi hecho extinguir la enfermedad (la poliomielitis)34. Las cadenas causales son evidentemente complejas, poniendo en cuestión la simplicidad lineal, así como a todo un sistema y su modo de vida concomitante, en medio de la sexta gran extinción de las especies y el recalentamiento planetario ya alarmante (para la comunidad científica, sobre todo). Sabemos que la crisis económica no es reciente, que lo único que no está en crisis es la crisis misma, porque es muy estable. Sabemos también que la posible debacle financiera en 2020-2030 no será sorpresa para nadie, sino más bien una evidencia sistémica inevitable en medio de mutaciones societales-ecológicas impredecibles. Para las cuales no estamos preparados políticamente, y evidentemente los limites se manifiestan crudamente en que tampoco lo estamos a nivel técnico ni cognitivo (científico)35.

La globalización de la economía tiene su historia y no es un fenómeno reciente. Es anterior a la expansión colonial inglesa y a la extensión del poderío americano de postguerra. Comienza con la conquista e invasión de América, con la expansión colonial e imperial que sometió poblaciones y desbastó la biodiversidad en todos los continentes. Consecuencias importantes, pero no las únicas, ya que dejó límites geográficos y políticos por repartición geopolítica entre imperios coloniales que generan aun conflictos y dificultades. Sin embargo, podemos decir que esta mundialización NL en particular comienza con el GATT y con Consenso de Washington -que nunca fue consensuado democráticamente, sino impuestos por intereses facticos-. Y estas mismas imposiciones fueron puestas en duda desde los movimientos alter-mundialistas, hasta el presente. La presente muta y se complica aún más, con la emergencia de la pandemia que trae aparejada la idea de ‘desmundialización’ (que no será por ahora, por lo que parece, una mundialización postcapitalista).

Todo lo dicho abre un espacio de reflexión por situaciones novedosas e inesperadas que demandan acciones políticas, tan inteligentes como creativas. Las sociedades actuales y sus instituciones tienen un desafío por ahora imposible de resolver en los plazos de urgencia (2050). Esto es, deberán pensar además de decrecer en su impacto de emisión de carbono, a la vez ser creativos en imaginar crecer socio-ambientalmente en solidaridad cooperativa de modo sostenido y prudente, para evitar violencias y confrontaciones indeseables entre regiones, países y clases sociales. Recordemos que el “Consenso” que aun guía el argumentario electoral de muchos partidos y comunicadores mediáticos afines con la hegemonía NL consistió en “ajustamientos estructurales”36 (apertura de mercados, privatizaciones, flexibilización laboral) para poder recibir créditos del FMI-BM. Pero que finalmente no ha dado un mundo pacificado mediante el comercio, como prometieron, para que aceptaran sus imposiciones. Siendo más bien un terreno propicio para el fortalecimiento de fundamentalismos religiosos y mercantiles, así como de reacciones nacionalistas regresivas de identidades cerradas, con resentimientos hacia otros “culpables expresos de sus males”. Este prefijo ‘des’ de la mundialización, empieza a ser repetido lógica y afectivamente con una mezcla de confianza y desconfianza, siendo muy emergente en el debate académico, intelectual y político que el contexto pandémico justifica, y a la vez, promueve.

Sus mitos, los de la mundialización hegemónica, hasta 2021 al menos, se sostienen históricamente en la competición que promueve, porque este discurso e imaginario entiende que la existencia es “lucha”. Sin embargo, si bien es cierto que hay competencia y ejercicio de la violencia en el mundo animal y en las sociedades humanas, es una verdad a medias. Las neurociencias, la psicología, la antropología, la filosofía y la economía contestan radicalmente los supuestos liberales y darwinistas elementales37. No es tan “natural” y obvio el egoísmo que hablaba la filosofía moderna con Hobbes y los darwinistas como únicas dimensiones determinantes de lo humano. La ayuda mutua, el altruismo, la empatía y la cooperación se dan desde la más temprana edad (14 meses) según Félix Warneken38. La empatía (que entró en el vocabulario en 1909) es nuestra verdadera naturaleza según Jeremy Rifkin (2011: 17). El desarrollo del yo y de la empatía van juntos para el filósofo y psicólogo alemán Wilhelm Dilthey (1833-1911). La empatía designa el proceso mental que permite entrar en el ser mismo de otro y que sentimos como propio. Se constata también en todos los mamíferos junto también en lucha por la sobrevivencia, siendo un rasgo característico la ayuda y la cooperación entre la misma especie, y en diversas dimensiones se constata entre especies también. En el mismo sentido va la conclusión de kate Pickett y Richard Wilknson (2019), para los que la ayuda, la equidad social y la igualdad además de mejorar las interrelaciones y lazos sociales comunitarios, reduce el estrés y preserva mejor la salud mental. A pesar de todo esto, el liberalismo encuentra su finalidad salvífica en la eliminación de “las fuerzas del mal” que se oponen a la competencia como regla generalizada y al libre mercado como dogma. Estas “fuerzas del mal” tienen en común en los dos últimos siglos regular, limitar y controlar al libre mercado (colonial, imperialista y globalizador) con ideologías nacionalistas e igualitarias, enmarcadas ahora bajo el epíteto de “populismo”. Es decir, se sospecha y condena toda utopía otra que no reproduzca su propia utopía improbable de “la mano providencial del mercado (la mano invisible)”, que todo armonizaría autónomamente, pero “sin la horrorosa y maléfica regulación estatal”. Podríamos preguntar desde la sensatez del sentido común, más allá de preferencias ideológicas electorales, ¿porque minimizar el rol planificador del Estado?, ¿es solo por el miedo al fantasma soviético de un Estado invasivo y a la vez por la necia amnesia del escenario pandémico en tiempos de recalentamientos climáticos planetarios que demandan un Estado presente, responsable y eficaz? Evidentemente, se pueden mejorar, aclarar y evitar los prejuicios.

Hay una dimensión dogmática y aun ofuscada en el liberalismo. Entremos en el juego de las etiquetas, donde se desnuda el perjuicio del NL y digámoslo directamente. Los modernos no buscan la tranquilidad del equilibrio y la armonía por la estabilidad, sino por el dinamismo del crecimiento, la innovación y la aceleración. El crecimiento es el imperativo dogmático desprendido de la utilidad real, de hecho. Pero, aunque consumamos más y más no por esto los índices de la buena vida y la felicidad aumentan, menos que menos los índices ambientales positivos a la vida. El progreso entendido como crecimiento, es el fundamento de la creencia en el porvenir, en el avance que supone que la política y la sociedad van hacia algo mejor. Por esto nosotros estamos en la modernidad aun, aunque mucho más escépticos y angustiados que en el siglo XX. Podríamos hablar de una modernidad tardía, a partir de 1989 en que se dan fenómenos concomitantes con la caída del muro de Berlín, el nacimiento de la web, la digitalización de las relaciones humanes y la desregulación económica-financiera con impactos terrestres insospechados. Sobre todo, una pérdida y crisis de las relaciones humanas auténticas por un exceso de mercantilización totalizante del mundo humano. Es el arribo de la hegemonía mundial del neoliberalismo del que es ahora el obstáculo, porque ha perdido la hegemonía como capacidad de generar consensos, recostando su praxis en la violencia como criterio político de dominación social-cultural y a la vez, de lo terrestre (el tercer atractor, en Bruno Latour).

Algunos liberales adoran ideológicamente aun al divino mercado, como ayuda y apoyo de esta utopía de una sociedad mejor. Porque al final de cuentas tienen la fe en que el mercado “todo armoniza” gracias a la “mano invisible” (¿el vestido a la moda de “la providencia” en el siglo XXI?). Estos supuestos y prejuicios han ido dejando en una situación política incómoda a la misión histórica de la Iglesia y del Estado. Individuos “viciosos” (en la modernidad-liberal) que “la mano invisible” hace por gracia de la humildad divina la virtud publica, como en la moraleja ofrecida en la fábula de las abejas, escrita por Bernard de Mandeville (1670-1733): “los vicios privados hacen a la virtud pública”. Un relato que es la reactualización bíblica donde las tropas y rebaños dóciles son sometidos ya a otro Dios más deliberadamente fetiche, que hace concluir en la decepción de Moisés porque su rebaño se ha ido transformado en fanáticos adoradores del “becerro de oro”. La devoción esta puesta en concreto en el fetiche (dinero), el altar ahora se convierte en cuenta bancaria (suplantando la imagen de un hombre sufriente, desnudo y moribundo, estaqueado en una cruz). Dios no ha muerto, se ha convertido en dinero, como señaló en un reportaje el filósofo Giorgio Agamben39.

Esta “mano providencial invisible” dentro de la ideología y la mística NL, con individuos que hacen elecciones racionales basados en sus intereses particulares (los vicios privados hacen la virtud publica, según Mandeville que inspiro a Adan Smith), ha instalado la posibilidad ideal para la nueva y salvífica palabra clave del culto NL: la innovación. Por el sentido asignado a este concepto clave, que es ya todo un discurso como conjunto de prácticas y dispositivos institucionales, el NL muta hacia algo novedoso y a la vez inquietante, porque se dirige hacia lo desconocido e incierto. El NL se está moviendo en plena pandemia en su “barro familiar”, donde se fortalece como la Hidra contra la que lucha Hércules en el segundo trabajo -quién solo puede vencerla con la astucia, no con la fuerza bruta cortándole la cabeza, porque le nacerán tres nuevas por cada cabeza arrancada-. Por esto es por lo que el NL, al igual que la Hidra, tiene más posibilidades que cualquier otro imaginario a seguir siendo hegemónico como sociedad de mercado y de la competencia. Porque ha demostrado que se adapta a contextos y tradiciones diferentes, que permite diversidad de juegos y retóricas para seguir manteniendo su núcleo mítico fundamental (que analizaremos en la primera parte), con el que sostiene su imaginario.

Imaginarios ecoocreativos

La noción de hegemonía en el análisis de la filosofía política implica incluir en el examen la tensión dinámica y permanente entre antagonismos, dicotomías y complementariedades de los grupos y tendencias, en un campo/dimensión tempo-espacial determinada. No solamente es la orientación del sentido de pretensión universal, por el poder inherente de la posición política alcanzada en un momento puntual por una particularidad. Las particularidades y los acontecimientos que se generan en sus desacuerdos son parte de la contingencia inseparable del sentido. El sentido es la posibilidad especifica, entendida como la estructura del juego de lo político (el desacuerdo inherente y constitutivo de lo social, el antagonismo necesario a las identidades) en la política (la policía que establece y asegura lugares fijos por la violencia, las relaciones de poder de decisiones que no son ni eternas ni estables).

La ecoocreatividad pretende ser, entonces, nuestra palabra clave, nuestra categoría centralcomo elemento diferenciador con posibilidades de consensuar campos dispersos y diferencias complementarias. Lo introducimos como posibilidad abierta de resonancia auténtica, en el campo discursivo y conceptual de lo social. Es la intención de restablecer la autonomía decisional de las necesidades y de los objetivos, como camino y práctica de la condición de libertad personal y social. Que, sin evitar el conflicto y el antagonismo, privilegian las relaciones sociales cuyo aglutinante es lo político. Que no se somete deliberadamente a la tiranía de los lazos mercantiles del capitalismo NL como en EE. UU. o la UE, ni a burocratismos estatales comunistas de tipo chino o soviético. Es más bien la pretensión filosófica de asumir el potencial de la estructura agonal y el sentido siempre contingente que sostiene la hegemonía de lo político, como an-arké (sin raíz ni fundamento). Y muy particularmente, su no excusable clausura en una plenitud totalizante, que produce autoritarismos ideológicos -sean religiosos, militares, de mercado o estatales-. Es un cruce de caminos entre el anarquismo, el socialismo, el mutualismo y las comunidades libres-espirituales que anhelan la autonomía integral y cooperativa. Redefiniendo las necesidades colectivas, teniendo como horizonte la norma de lo suficiente40, asignando un lugar de importancia a lo común intergeneracional (humano y no humano). Es una orientación política ecológica y cooperativa abierta, que incita una ética de principios ecológicos igualitarios y una moral como orientación de conductas de vida epicúreas41, que evitan el imaginario NL de la producción autoritaria e imposición de necesidades en base a deseos publicitarios de consumo desmesurados. Así también del imperativo ideológico de la rentabilidad como fanatismo disfrazado de cientificismo, característico del reduccionismo economicista, según Pierre Bourdieu en La esencia del neoliberalismo42 escrito en 1998.

Es posible crear riqueza sin la obsesión de la rentabilidad encorsetada en la ganancia individual y en la propiedad privada. Es posible una perspectiva sociopolítica desmercantilizadora y convival, no obsesionada en satisfacer juntas de accionistas y que disponga de criterios holísticos más clarividentes por no estar autolimitados a una sola variable. Esto facilitaría ir avanzando hacia una sociedad más sobria y frugal, sin el fanatismo del crecimiento y la tiranía del desarrollo económico, como ansiedad y aceleración de la rentabilidad inherente al capitalismo actual, que hace perder vitalidad a la ciudadanía, empobreciéndole la resonancia con el mundo. Además, va profundizando la relación con la ¿“necesidad”? creadas por algoritmos representados en dos dimensiones (las pantallas), promoviendo el consumo de lo innecesario que es cada vez más inmaterial. Esto es, menos valor de uso y más valor como prestigio, anclado en pretender lo único, auténtico y raro que crea una “identidad” por identificación al discurso de ‘la marca’, como signo de notoriedad y sentido existencial. Dicho de otro modo, busca el efecto de la resonancia propuesta en las publicidades con logos/marcas como fetiches de la buena vida, plena e integral. La sociedad ecoocreativa y convival debería buscar salidas democráticas de estas posibilidades de sentido. Y es de preferir democráticamente que sean pautadas, sin obligaciones de devoción al dogma del crecimiento y el progreso, que son más bien el signo de la desmesura y la depredación. Los compromisos de Paris en 2016 (COP 21) y la situación de la pandemia lo dejan ver más como realidad imperativa de la civilización, para evitar “el porrazo” catastrófico, siendo utopías irrealizables (crecimiento y progreso en términos modernos-desarrollistas) que molestan en la fiesta de los insaciables, que desean volver a la normalidad pre-COVID-19.

Presentismos acelerados y porrazos universales…, o el rol de lo político en el proceso “ecoocrativo”

El presentismo como la tiranía de lo urgente, el no futuro de la inmediatez asfixiante y la satisfacción inmediata irracional están en relación directa con la aceleración nihilista. Así también, el presentismo se relaciona contradictoriamente con la necesidad arrogante de tener resonancia43 y empatía significativa con el mundo que creamos. Esto es tendencialmente lo que abre esta contradicción NL y a veces antagonismo con lo posible de la sociedad como totalidad, porque la política postneoliberal podemos entenderla como punto de partida relacional autentico de nuestra vida con lo terrestre, con el entusiasmo de compartir y cooperar con lo viviente. Espacio político en donde los imperativos económicos (o sesgos deliberados de emociones primarias poco trabajadas, convertidas en ideología con disfraz cientificista), no sobredeterminen a priori lo social ni lo político. Sino que se queden subsumidos a un lugar predeterminado por la deliberación igualitaria del Demos, por el antagonismo ecoocreativo inherente de los ciudadanos autónomos, que deciden democráticamente sus necesidades (al menos parte de su destino del cómo, para qué y por qué satisfacerlos) instituyendo de modo creativo el devenir de la comunidad en competencias cooperativas y ecológicas. El cuerpo sensible escucha, dialoga y empatiza sensiblemente en sus relaciones, siendo consciente de sí mismo de la resonancia con la alegría y con la tristeza en contextos y situaciones cambiantes. Por esto es por lo que una perspectiva de salida del capitalismo (post capitalismo y post neoliberalismo) no deberían enfocar en la protesta y la queja como razón de ser y acción. Su enfoque debería estar dirigido, principalmente, a la voluntad e intención que va asumiendo creativamente el rol político de la utopística y las utopías concretas, en la proposición de tendencias democráticas factibles, plausibles y concretas del poder imperativo del Demos que no delega su poder, que no permite la confiscación planificada (burocrática y técnica) de la potencia de lo creativo, de lo posible, de lo abierto, lo aleatorio y lo imprevisible Común, que se abre al transitar el camino. El libro de referencia es Commun (Laval & Dardot, 2014), una propuesta que viene a sugerir tanto una alternativa política general contra la hegemonía NL de la competencia, como una concepción alternativa de la emancipación como un acto de autogobierno y de autoinstitución de la sociedad, que intenta aportar a un nuevo imaginario evitando las aporías del comunismo marxista en sus experiencias del siglo XX (soviética, china, cubana), que dio una dimensión Estatal a la propiedad privada alterada por su arribo al poder.

La utopía concreta en nuestra perspectiva debe engarzarse siempre en la tópica de “lo real” de las necesidades situadas en ecosistemas fragiles, con el anhelo que se nos presenta como pulsión de libertad con la alegría interior por vivir. Reconectando deliberadamente la producción con el consumo, el acceso para el uso y disfrute consciente. Todo esto sin dominación de las clases/castas (económicas y políticas), con privilegios obtenidos con la violencia inherente de modos de clasificación y jerarquías modernas-patriarcales-raciales-etnicas-capitalistas. La ecoocreatividad aparece difusamente como tendencias que se enraízan a modo de rizoma en los “dividuos”, que cual crisálidas, se van auto despojando evolutivamente de la piel del individuo NL. La ecoocreativiad es ese proceso de auto despojo y de renacimiento a una nueva forma incierta por novedosa, donde todo está a crear y a hacer. El plan de guerra de Von Clausewitz deja lugar al Tao de las elecciones apropiadas del Arte de la guerra de Sun Tzu, caminos que deben hacerse desde la incertidumbre del presente dentro de las tendencias contradictorias e inescindibles, para abordar con inteligencia sensible la política y lo político. El Tao como Yin-Yang es el sentido que enhebra e imbrica con interdependencia “lo real” del porrazo con la posible sanación de la herida -o la muerte ya anunciada-. La Krisis ya ha abierto el momento del Kairós… La ecoocreatividad es la sugerencia de una tendencia de camino posible e incierto a escoger y, fundamentalmente, a crear. El NL moderno eurocentrado, si lo miramos desde Jean Baudrillard (2004) como “Realité Intégral” (asfixiante, totalizante) es el camino principal que transitamos actualmente, es la marcha presente hacia el abismo del que ya se escuchan y se sienten los ruidos de su desmoronamiento como reacción inescindible de la “Realité duelle” (la realidad complementaria, el doble inevitable de la obsesión integral, pulsión de libertad y diferencia de la totalidad cerrada, o mutación estructural inevitable en la dualidad inherente y constitutiva de lo real).

La alternancia y el basculamiento de “lo real” se manifiestan habitualmente en los “porrazos” (caídas abruptas e imprevisibles) con las consecuencias no siempre deseadas de acontecimientos cargados de pasión, emoción y entusiasmo. Son eventos (por ejemplo, en 2019-2020: la protesta en Chile y la brutal represión de los carabineros, en Francia con los chalecos amarillos y en EE. UU. la efervescencia política del trumpismo -con su derrota electoral y el asalto al congreso-, la situación pandémica a partir del COVID-19, el ascenso de fuerzas externas de derecha y nacionalistas) que por lo general suelen manifestar dificultades y violencia de difícil control institucional. Que tardíamente suelen ser comprendidas y raramente anticipados por el búho de la razón, que levanta vuelo al caer la luz diurna del pensamiento único (Realité Intégral). La Razón científica y política mayoritariamente son más bien cómplices, no anulan la posibilidad de regresiones asfixiantes de mercados violentos y despóticos, de Estados burocráticos y totalizantes con identidades tan asfixiantes como ficticias. La política llama a la humildad y a la aceptación de las diferencias analécticas44, radicales como posibilidad del campo de la filosofía y la emergencia de lo político. Para salir existencial y experimentalmente del pensamiento único NL por la tiranía agobiante y en exceso limitante de este paradigma en declive. Porque el NL es ya nítidamente el problema mismo de “lo real” (“el porrazo” a repetición, el síntoma del que hay que desembarazarse inteligentemente para no seguir sufriendo caídas evitables, deseables cada vez más en su no repetición).

Lo Universal se manifiesta en lo contingente, que demarca el particular por el cual se canaliza la posibilidad inmaterial y virtual del valor de lo universalizable. Lo universal, dicho de otro modo, es una idea, concepto abstracto y categoría con pretensiones de alcance general que materializan la contingencia particular del sentido, que da el valor a lo Universal. Lo Universal es necesario a lo particular para la manifestación existencial-contingente del sentido y el valor asignado en la red de relaciones intersubjetivas que recrea la realidad, como respuesta al “porrazo” siempre local y particular con conclusiones universalizantes. Pero el universal existe en tanto imposición retórica trascendente y pragmática de un campo rizomático de interacciones inherentes a sí mismo. Por lo tanto, siempre inmanentes. Lo Universal trascendente es un efecto de sentido particular e inmanente de una voluntad política intencional, de un entusiasmo siempre particular. En síntesis, todo imaginario como representación y construcción de sentido puede ser alterado, cambiado, sustituido. Lo política es el juego que lo posibilita, la política como la policía son las instituciones que ensayan impedir el cambio inevitable. La confrontación (en distintos grados y niveles) es lo político, por esto inherente al campo de la construcción de sentido de lo real, que hará sentir e interpretar “el porrazo”.

El rol de lo45 político, desde esta perspectiva analítica, es generar sentidos que disputen (o consoliden) la hegemonía del imaginario NL. Su propósito será orientar democrática y consensualmente el imaginario agonal del Buen Vivir, que orientaría la búsqueda de la ecoocreatividad. A la vez, esa promesa que implica en diversos modos la emancipación de los límites que construyen, en ese mismo proceso, a las identidades políticas en relación. Ese antagonismo esta fundado en la paradoja de una imposibilidad constitutiva de la posibilidad de lo político, ya que el sentido no puede ser colmado, el deseo no puede ser totalmente saciado. Porque esa tensión fundamenta la necesidad del cambio y a la vez imposibilita la saturación o cierre del sentido. Ya que si no sería la visión orweliana de una sociedad del control total y dominación absoluta como pesadilla democrática (la ‘Réalite integral’ de Baudrillard; o el sueño de Stalin, Hitler, Mc Carthy, Pinochet, Trump, Google), como una sociedad totalizada y transparente (el fin y la negación misma de lo político). El experimento utopístico. ecoocreativo implicaría una democracia participativa y dialogal, sin coerción ni imposición de ningún tipo más allá del juego agonal instalado institucionalmente, en el horizonte del juego político. Este horizonte utópico - experimental como nueva dimensión de la hegemonía a venir y crear, será donde se podría acrecentar con la conectividad tecnológica de las redes sociales al capital social, cultural y político. Donde las utopías concretas podrían orientar también, por ejemplo, el capital económico en su alineación sostenible sin energías fósiles, con tendencia a 0 emisión de carbono.

La resistencia y la queja de los movimientos alternativos y contrahegemónicos por ahora parecen ser tan solo el sometimiento anunciado a quien impone el ritmo y las orientaciones de las tendencias dominantes mediante la coerción de lo Terrestre (el conjunto de la biodiversidad donde se ubica la humanidad sin privilegios ni posiciones de ventaja a priori). Hay que distinguir la dominación del consenso, porque hay dominación de las clases dominantes cuando han perdido la capacidad de generar el consenso necesario para lo político que orienta cualquier política que construye y proyecta la hegemonía del sentido de lo real -contingente. Esto que justifica y se apoya en normas sociales, valores universales y leyes que establecen el contrato aceptado siempre temporalmente, nunca definitivo. Esta pérdida de la capacidad de generar consenso, hace que la tensión del antagonismo sea el modo de ser de lo político, que a veces se ensaya reprimir y callar por la violencia que, como ya dijimos, evidencia la pérdida de generar consensos y sentidos. Las dificultades políticas son estructurales, entonces el antagonismo que genera la crisis es el fundamento político de la crisis actual, que tiene sus causas en la perspectiva reduccionista- economicista implícita del imaginario NL sobe la vida, por esto mismo, sobre las consecuencias de sus decisiones políticas. Evitar la catástrofe ecológica es incompatible con la lógica del sistema de producción y consumo actual46. Los supuestos filosóficos básicos del liberalismo no se sostienen ya en su dimensión categorial, el sistema teórico y axiológico se ha desmoronado como el muro de Berlín.

Ni las predicciones de los modelos matemáticos ni los algoritmos más sofisticados han podido prever y adelantarse a los hechos más significativos de crisis y debacles socioeconómicos y financieros de la última década (salvo raras excepciones aisladas y en temas puntuales). Por lo tanto, el tema en política no es no tener miedos que provoca la incertidumbre en contextos vitales regresivos, sino saber qué hacer con ellos, como reconducirlos positiva y propositivamente a la voluntad intencional de experimentar democráticamente alternativas a las crónicas de una muerte anunciada. Ensayando volver a entusiasmarse afectivamente por la vida misma. Saber qué está pasando y qué hacer no es la predicción de lo inevitable (informe GIEC 201347), sino la orientación de nuevos imaginarios propositivos y portadores de entusiasmo experimental, ecológicos, cooperativos y creativos (ecoocreativos) con estrategias prospectivas del presente, para ensayar vivir en impactar sobre los ecosistemas de otro modo. Ubicando la causalidad futura como la guía que generará consecuencias conflictivas y polémicas de salida de este sistema mundo actual, senil y depredador. La cooperación deberá ser el núcleo creativo y la diseminación rizomática de lo nuevo, de la praxis manifiesta en formas de vida coherentes con los valores y principios predicados ejemplarmente en la acción por las alternativas aun incipientes y en auténtica efervescencia48.

Estos escenarios y situaciones hacen nuestros contextos cotidianos complejos en su interdependencia en tiempos intensos, que apelan a todos nuestros potenciales humanos de cooperación creativa y solidaria. La situación es una oportunidad histórica para parar el modo de producción-consumo y cambiar el rumbo. Se ha hecho evidente de que es posible política y socialmente a nivel de la validación epistémica y de la justificación argumentativa, además de estar científicamente presentado como institucionalmente necesario en la gestión y en la proyección prospectiva para un planeta habitable. Las preguntas emergen naturalmente: ¿podrá el sistema mundo actual (la mundialización NL hegemónica) dar una respuesta novedosa y proponer alternativas viables y aceptables en el frágil (des)equilibrio geopolítico actual? ¿Cómo será la salida inevitable del actual sistema mundo capitalista? podría hacerse teniendo en cuenta la triple responsabilidad de nuestro modelo de desarrollo. Esto es, primero, por la prioridad dada al corto plazo en la búsqueda de la ganancia rápida. En segundo lugar, por el individualismo egoísta-narcisista irresponsable de las consecuencias holísticas y, por último, la responsabilidad del fanatismo del dogma de un crecimiento infinito en un planeta finito. Nos preguntamos entonces ¿podremos superar la responsabilidad de los daños del pasado reciente hecho a la biodiversidad por nuestro sistema mundo?, ¿podremos poner en marcha criterios sostenibles e intergeneracionales, más cooperativos y responsables con el conjunto de los otros terrestres vivientes? La respuesta incierta y experimental es el camino inherente a lo ecoocreativo.

Crisis, alianzas y soberanía popular

La crisis es natural e inherente al NL, es el modo más adecuado para su funcionamiento. Si la crisis es permanente, lo es que es lo único que no está en crisis, porque es su modo de ser e identidad en el hacer. Porque el NL ha demostrado luego del 2008 que la ha gestionado muy bien lo que este sistema mismo produjo, como síntoma y continuidad en sus parámetros y variables que más le interesan. A pesar de que las variables de equidad y las consecuencias sociales fueron muy costosas para los Estados y la ciudadanía49, y por ende para las empresas. La huida hacia adelante para empeorar aún más la situación era de prever, y lo hizo sin pausa. Además, por lo hecho es evidente que sabe mutar, variar y devenir otra cosa, como adaptación innovante-competitiva, por su resiliencia congénita a su propio poder como idea de seguridad, para no decretar el final de “su crisis”, que es el sistema capitalista mismo, en su versión NL hegemónica. Se puede constatar que ha producido una transformación profunda del Estado y no su desaparición, como creen aun muchos partidos de izquierda, populistas y altermundialistas. Lo cierto es que los Estados y su intervención sobre los mercados para el controlar las poblaciones son imprescindibles. Concretamente, para garantizar la mundialización económica como la hemos vivimos hasta ahora. Para esto han ido restringido el perímetro de la democracia, hasta vaciarla hasta la formalidad del voto cada cuatro o cinco años. Y se viene entonces una nueva centralidad estatal neoliberal (¡vaya paradoja!), necesariamente más intervencionista que las precedentes, con regulaciones para articular el campo propicio a las estrategias de ganancias que articularán relaciones de poder complejas, que escaparán de modo creciente al control democrático de los ciudadanos, con posibles justificaciones algorítmicas y “neutras” de la Inteligencia Artificial.

Por un lado, es de prever habrá alianzas del Estado con empresas que procesan datos, para proseguir con el comercio sin dinero físico y con la distancia social-virtual en escuelas, administraciones, cárceles, salud y comercio con el control de las poblaciones, con contratos millonarios50. Por otro, esta nueva centralidad estatal NL será para afianzar el mercado como arena del conflicto y de guerras del siglo XXI, cuyos objetivos no serán solo en lo local para socializar y estatizar las pérdidas del capital privado, como lo hizo en el 2008. Será probablemente como geoestrategia occidental global, diferente. Posiblemente, como ya adelantamos, una táctica de acumulación de corto plazo y como jugada estratégica de la guerra comercial de occidente con Asia a mediano y largo plazo. Por esto, para economistas del cono sur de América latina, el mundo post coronavirus deberá regular mercados, superar desigualdades, volver a tener economías planificadas con escalas locales que otorguen mayor importancia a la ecología, con mayor protagonismo a las decisiones de los estados democráticos51.

La ampliación de la soberanía popular y la no reducción del Estado de derecho al derecho privado de los Estados oligárquicos neoliberales, hacen prever democracias más radicalizadas y agonales52, más turbulentas en la década a vivir entre 2020-2030. Por esto, la democracia deberá alterar e innovar los imaginarios precedentes y radicalizarse. Porque deberá asegurar las instituciones necesarias para canalizar la violencia del desacuerdo inherente de la política, que evite la guerra civil e interestatal, elevando la inteligencia del dialogo, mejorando las propuestas y los argumentos del porqué, el cómo y para qué. La competición agonística electoral de la relación de amigos-enemigos deberá tender necesariamente hacia el antagonismo de los adversarios, que alternan y deciden con reglas de juegos políticas que permiten reconducir democráticamente los dilemas, los desacuerdos y la imposibilidad de consensos permanentes (Mouffe, 2016) para sociedades más “convívales” (VV. AA, 2020; Bourg, 2020).

Los puntos límites y ciegos de lo humano. La “naturaleza y el nosotros"

La Naturaleza se presenta eclécticamente en la cultura contemporánea como sostén mítico-epistémico intuitivo y animista, relacional, sincrónico y resonante. Por ejemplo, en la alimentación sin pesticidas, en cooperativas de consumo y producción local, en las terapias alternativas sin medicamentos industriales, en los ZAD y en muchas experiencias concretas ya en camino. Todo esto evidencia que en todo el planeta existe la creencia y la afectividad que somos la naturaleza consciente y libre, en la que nuestra intermediación fractal-corporal cada acontecimiento devela su verdad como manifestación de la totalidad del campo de la vida. En su acción, esta consciencia afectiva incorporada como un rizoma en el individuo y en su territorio, muestra su esencia como límite y potencial. Como infinitud potencial, lo humano deviene lo abierto de una experimentación que solo puede ser creativa como la vida o destructiva-depredadora como el capitalismo moderno productivista (que está mutando hacia virtualidades transhumanistas y atencionales, como adaptación y respuesta realmente tan novedosa como aterradora). La dicotomía entre antropocentrismo y ecocentrismo, entre la libertad humana y la necesidad inherente al valor de la vida, sigue pulsando el debate de la filosofía, de la ecología política y de las posibilidades de imaginarios post neoliberales no eurocéntricos53. No es posible hablar de valor sin libertad, y la libertad se apoya en lo común que requiere cooperación y solidaridad. De hecho, el capitalismo es el proceso de reapropiación del valor de trabajo cognitivo y físico realizado en común, pero en beneficio desigual muy desproporcionado en favor de los sectores propietarios del patrimonio, de las rentas y de los medios de producción.

La ecoocreatividad como dispositivo de experimentación en construcción, vive como esperanza expansiva de lo igualitario en derechos y posibilidades existenciales, en la incertidumbre utopística que promueve en su praxis utopías concretas de nuevas maneras de vivir en comunidad, de consumir, de producir y de cooperar. Esta sería la verdadera autonomía de los humanos en la biodiversidad y el potencial inexplorado con los terrestres, alejados de los dogmas ideológicos productivistas modernos. Los imaginarios y mundos posibles desde un deseo consciente no sometidos a imperativos sistémicos devastadores de los ecosistemas y de la biodiversidad -de los cuales dependemos sin privilegios de ninguna especie-, es la tarea específica de las Utopías concretas. Estas dualidades dicotómicas igualdad y libertad, entre el confort de la vida humana y la salud de los ecosistemas de los que somos parte, a priori enmarcan el debate en su significación y sentido. Para hacerlos si no antagónicos al menos contradictorios, con el dualismo de naturaleza y cultura-sociedad, que tiñen todas las concepciones políticas y filosóficas modernas; Sean desarrollistas y liberales, así como románticas, nacionalistas y telúricas de cada identidad con pretensiones de la salvación de un nosotros, que suda el sufrimiento y canta loas de gestas heroicas del territorio, con la sangre de su historia. Estamos en épocas de transición, donde las turbulencias y los riesgos son inherentes a transformaciones en escenarios inciertos.

Estafas financieras, incendios y pandemias

Tomaremos esta pandemia COVID-19 no solo como evento particular que nos hace recordar nuestra vulnerabilidad y la animalidad de nuestra condición biológica, sino como acontecimiento que aportó la gota que rebalsó el vaso, que promovió la reflexión con preguntas profundas en todos los niveles y dimensiones de análisis sobre nuestra civilización. Como ya lo vienen haciendo hace décadas las filosofías críticas54, en particular la Filosofía de la liberación en américa Latina. También porque el contexto biopolítico parece haber cambiado, profundizando y acelerando la pregunta de André Gorz desde la ecología política, esta es ¿de qué modo se dará la salida del capitalismo? Esta situación, en medio de la tercera revolución industrial (Rifkin) aclara la continuidad entre el derrumbe económico-social de países como Rusia, Ecuador (fines del siglo XX) y Argentina a principios de milenio; luego la estafa financiera del 2008 con la socialización de las pérdidas financieras de pequeños grupos con grandes fortunas. Para llegar a ver previamente diversos signos de algo que comenzó preparando el ambiente escenográfico: Brexit, la salida de Trump de los acuerdos de Paris, el fuego del Amazonas y Australia en el 2020. Ambos incendios irreparables por sus consecuencias en la biodiversidad local con impacto global (y la triste aniquilación de la fauna local). Esto se conjuga con la espectacular y simbólica derrumbamiento del techo por el incendio de la catedral de Notre Dame de París (el centro político histórico y espiritual de Francia, con el desplome en llamas de la flecha vertical de 96 metros de altura, que representa la espiritualidad que se elevaba al cielo…). Esto sucedía mientras contemporáneamente se manifestaban los “chalecos amarillos”, quemando buses de la policía que venían a reprimirlos.

Ya nadie tiene la postura naif de fingir como si fuese posible un único modelo a priori que resolvería todas las contradicciones en una superación consciente de sí mismo como fin de la historia -como en los imaginarios políticos modernos, de raíz positivista, tanto del marxismo ortodoxo como en el pensamiento científico social eurocentrado-. La indagación filosófica-política debe hacerse desde un horizonte plural y multicultural de diversos niveles, en múltiples dimensiones (cultural, económico, político, social) y traducible. Ensayo conceptual que tendrá que incorporar los puntos ciegos, que a partir del 2008 están a la espera de un temblor que harán pegar un “porrazo” como un despertar a lo real, por una bofetada que no solo pondrá en tela de juicio la moral y los buenos hábitos epistemológicos del paradigma moderno (filosóficos, políticos y científicos), sino también a los supuestos dogmáticos de las religiones del Libro. Las democracias liberales y los regímenes autoritarios harán una hibridación inédita disfrazadas de tensiones civilizacionales y religiosas, apoyándose en la idea-deseo- ya inadecuada de confrontación, propuesta por Samuel Huntington. Es de prever que las oligarquías americanas, europeas y asiáticas harán uso de “la doctrina del shock” -descripta por Naomi Klein como la estrategia del capitalismo del desastre55. con la utilización del capitalismo numérico, apoyados en la inteligencia artificial. La crisis es y seguirá siendo utilizada cono argumento y justificación de la “seguridad” a partir de desafíos que ya no sorprenden a nadie, causados por pandemias, por la escasez de recursos básicos para la sobrevivencia y por desastres naturales a repetición. Esto es consecuencia del recalentamiento global, causados por este modo de producción y consumo según el consenso general da la comunidad científica y de las instituciones internacionales.

Por último, un dato que justifica la idea de lo cooperativo y de las cooperativas. Creemos que la cooperación como movimiento concreto y criterio de organización es central como actor y categoría filosófica en esta etapa de reacomodamiento y mutación del sistema-mundo. Las utopías concretas deben encarnar en instituciones, organizaciones y movimientos sociales concretos, o mejor dicho la teoría debe enraizarse en los movimientos sociales para ser la instancia reflexiva en la praxis necesaria de la mutación consciente. Para que la transformación requerida en tiempos post COVID-19 sean análogos a posibilidades post neoliberales como estrategia global de mundos post coloniales/capitalistas. Los beneficios de la empatía, el altruismo y la confianza pueden propiciar una sociedad menos enfocada en la competencia, la riqueza superficial, la violencia de las relaciones de fuerzas como manifestación de la mera brutalidad. El modelo cooperativo puede ofrecer un cambio del ADN social según Jöel de Rosnay (2019: 187), sea un país, una empresa o asociación. Recordemos que los miembros de las cooperativas representan al menos según la ACI (Alianza Cooperativa Internacional) el 12 % de la humanidad, habiendo 3 millones de empresas cooperativas que emplean a 280 millones de personas56. Por esto, parece ineluctable que la ACI deberá elegir conscientemente entre colaborar a la hegemonía NL y las mutaciones que son de prever para seguir con vida más tiempo, o ser un nodo esencial de articulación de un nuevo mundo y una nueva hegemonía, donde muchos otros mundos (además del mercado, la competencia y el individualismo), sean posibles.

2. UNA APROXIMACIÓN A LA DEFINICIÓN DE IMAGINARIO NEOLIBERAL

El sentido común, según Miguel Benasayag y Bastien Cany (2021) es un proceso de dimensiones pre-individuales. Está siempre relacionado a la cultura, encarnado en la historia individual y con la historia en común localizada en el tiempo y el territorio, en contextos y situaciones determinadas. Sus gustos genéricos y opiniones muchas veces no se deciden como individuo, se imponen en contextos como “naturales”, porque son pre-individuales. El imaginario, en nuestra perspectiva, es el tinte específico y la nota musical del sentido común, es la personalización, el vestido que luce en la fiesta de la vida en sociedad y el modo de bailar, de seducir y posicionarse en relación con los otros. Pero ambos, sentido común e imaginario, están siempre en mutación e interdependencia. Al igual que la analogía del vestido, que por el uso encarnado y relacional que genera roces, conflictos, encuentros, disputas y pasiones, éste (el imaginario) se va modificando y creando nuevos deseos, expectativas y cálculos de futuro. Utilizaremos la noción de imaginario57 porque nos da juego conceptual apropiado para los temas que queremos abordar, porque nos remite a la interacción inescindible de la racionalidad, la afectividad y la imaginación. Partimos del a priori que éstos (imaginación, afectividad y racionalidad) no son opuestos, como lo ha sido en el pensamiento moderno positivista, sino complementarios-interdependientes e inescindibles para comprender lo humano. Pero no lo es así, evidentemente, para comprender el procesamiento de datos de las super computadoras que procesan datos y algoritmos, llamadas “inteligencia artificial”.

Imaginario remite a la autonomía con la que una sociedad se auto-instituye de modo creativo e inconsciente, sosteniéndose en el tiempo en y con instituciones que apuntalan deliberadamente las morales particulares, con pretensiones universales. Por ejemplo, la tradición de la comunidad judía es una construcción creativa de un relato-poema que da sentido a la cultura de una comunidad, que señala con su Dios de dónde vienen, que pueden hacer, que se espera de ella y hacia donde debería ir. De este modo, fue autoinstituyéndose y fundamentando las instituciones que sostendrán históricamente sus valores, los principios éticos que la caracterizan y su cultura. Esto consolidará y proyectará su ética de lo bueno y de lo moral normativo de lo malo, aunque lo justificarán a partir de la heteronomía divina, trascendente. La Grecia clásica y la modernidad europea a partir del renacimiento, serán otros dos ejemplos alejados en el tiempo, pero que tienen algo en común. Son imaginarios sociales creados históricamente por comunidades que se autoinstituyen autónomamente por el debate de sus ciudadanos, creando sus propias leyes, a partir del dialogo de diversas opciones filosóficas y políticas, que no tiene verdades incontestables a priori. Es decir, que pueden ir poniendo en duda “lo indiscutible” por el juego de lo político, lo heredado, lo anterior dictaminado por un poder heterónomo religioso (Castoriadis, 1998), que fundamentaba el poder político en esas épocas. Los tres imaginarios que fundamentan el pensamiento moderno eurocentrado (judío, griego y europeo moderno) son experiencias históricas diferentes, porque entre las tradiciones judías del libro (cristianas y musulmana) hay diferencias sustantivas con el espíritu democrático de tipo griego clásico y con el liberal moderno. Esto es porque las tradiciones religiosas se justifican por voluntades y criterios heterónomos explícitos del Dios creador, que es fundamento primero y último de las Leyes que instituyen la sociedad. La sociedad moderna es el rechazo radical a la heteronomía (a Luis XVI y a su familia se los puso en la guillotina…). Es decir, la modernidad es como novedad histórica, la puesta a en práctica de la autoinstitución imaginaria a partir de la autonomía para la instauración de las leyes que sostienen los normas y los valores de vivir en comunidad.

Los imaginarios integran el concepto de lo definido y el cálculo de lo exacto de la ciencia con la imagen, sin dejar de lado a la sensibilidad de lo indeterminado e incierto de la imaginación y del sueño. No nos impide utilizar la noción semiológica de “mito” de Roland Barthes, como ideología concreta que impone el sentido, queriendo inmovilizar el mundo que fije una vez por todas las jerarquías de las posesiones. En Mitologías Barthes define el mito como un sistema de significación segundo (signo pleno, un significante -foto, imagen, frase- asociado a un significado) que devendrá el significante de un significado segundo que va a naturalizarlo negando su naturaleza de signo (cambiante, arbitrario) para considerarlo como la naturaleza de la cosa misma y por lo tanto incontestable. Esto, una vez comprendido, es lo que posibilita la apertura de posibles, propios del terreno de lo política del desacuerdo que desborda lo dado míticamente (democracia liberal, competencia, individuo, libertad, propiedad, tecnología), lo asignado como evidente y necesario de la política como policía que asigna lugares y controla que se cumplan mandatos, sea por consenso sea por la violencia explicita.

Más que el cálculo y la semántica de diccionario que define la racionalidad con el rigor del significado del uso y alcance de un significante preciso es el imaginario con su dimensión mítica quién permite lo incierto como espacio heurístico siempre en disputa. Donde rigor e imaginación pueden afectivamente convivir (en amistad y/o guerra) sin privilegios ni superioridades a priori, desdiciendo los prejuicios modernos eurocentrados del privilegio de un tipo de racionalidad y de sus jerarquías correspondientes. Racionalidad e imaginación son, entonces, a la vez antagónicos, contradictorios y complementarios, haciendo en su paradoja estructurante el motor de las representaciones sociales. Estas sostienen afectiva e intelectivamente la arena política donde se inscriben los relatos posibles (story tellings neoliberales, populistas, nacionalistas, socialistas, ecologistas, etc.) de los conflictos y antagonismos inherentes a lo social, donde se juegan en acto los sentidos que marcaran las tendencias dominantes del campo potencial de la hegemonía política de lo posible. Lo político excede el mero calculo racional de un inexistente “individuo”, porque ya está incitado mediante su afectividad a seguir tendencias pre-establecidas por campos que lo exceden y contextos que lo preceden. El individuo es ‘dividual’, el sujeto-actor es siempre un conjunto de tendencias contradictorias, un proyecto inconcluso, experimental, incierto y en recomposición. La ecoocreatividad es un ensayo de reconstruir el campo de experimentación como dispositivo político de ruptura creativa, contra el imaginario hegemónico NL. Para esto hay que deshacer el costado naturalizado mítico de la ideología NL, moderna y eurocentrada que mantendrá obsesivamente las jerarquías que la sostienen, como la esencia de su praxis.

La categoría de imaginario no siempre hace licito deducir de lo anterior la consecuencia posterior. La creatividad a veces no se deduce de antecedentes estrictamente lógicos58. De hecho, las invenciones, innovaciones y creaciones marcan a fuego a las sociedades que supieron unir la curiosidad, la sensibilidad con memoria y la racionalidad con imaginación en una lógica abductiva, recursiva, sistémica y dialéctica, no siempre formal. La historia es la tensión conflictiva entre el imaginario y el confinamiento que suele realizar la institucionalización efectiva de la comunidad generalmente ciega al proceso creativo, en el que se auto-instituye autónomamente59. El imaginario nos remite, por lo tanto, a una construcción humana, dinámica, relacional, dialogal, pasional, conflictiva y cambiante de representaciones (objetivas y subjetivas) de lo real, que delimitan visiones emotivas, categoriales y colectivas de mundo (bien, verdad, felicidad, bien vivir) acotadas a contextos afectivos, temporales y territorializados. Sobre todo, a nivel de psicología profunda sirve para abordar y dar cabida a los temas fundamentales de lo humano para exorcizar la muerte y amplificar la potencia de la vida. La política es este espacio constructivista social que no preexiste, sino que se instituye con el mismo juego de relaciones de poder, que requiere sus mitos y símbolos, con su escenario, su decorado y su público en el teatro donde se representa el sentido. Teatro y política como arte/comunicación de lo profano, que tienen en su accionar la manifestación de lo sagrado colectivo de La Cité: el sentido que se establece agonalmente en común.

Hay una dimensión infra individual donde se corporizan los afectos (emociones, percepciones, sensaciones, sentimientos) en imaginarios. Lo inter-individual como cultura e historia es el encuentro de los cuerpos y su dinamismo, donde sus sensibilidades, conceptualizaciones, memorias e imaginarios son efectos causales tanto como antecedentes, tanto como consecuentes al proyectar el futuro (con efecto en el precedente y representación del pasado que es siempre cambiante y fundante del sentido). La linealidad causal deviene un obstáculo al pensamiento cotidiano, si deseamos profundizar e interpretar la complejidad de lo real (si bien la linealidad causal es necesaria y útil para el pensamiento científico moderno). Lo político es eso, relatos abiertos y posibilidades polisémicas de lo real para dar sentido y valor a mitos y símbolos, a las normas e instituciones que demarcaran las posibilidades de lo autónomo del sujeto, a lo heterónomo institucional que interviene con regulaciones e imposiciones. Lo instituido entonces se da con los límites de lo aceptable, en la cultura que se representará en los imaginarios. La demarcación de los espacios de la política y de sus jugadores reconocidos requieren estructuras narrativas, ya que lo político será lo que emerge como imprevisto, que deberá comunicar y confrontar, que pondrá en cuestión los espacios ya asignados y reclamará el espacio propio. Los “chalecos amarillos”, “los piqueteros”, “los zapatistas”, las parejas homosexuales que reclaman maternidad/paternidad, los nacionalistas xenófobos, los refugiados sirios en Grecia, los damnificados griegos por la UE o los infectados COVID-19 sin acceso a la salud pública hacen emerger el espacio de lo político que demarcan identidades y procedencias. Que demandan sobre todo reconocimiento y visibilidad social. Son horizontes del presente y prospectivas de futuro que se asientan en un relato temporal para aceptar, rechazar, ignorar o escuchar lo que reclama su parte correspondiente en un conflicto inherente, inevitable e ineluctable a toda sociedad.

Otra razón por la que utilizamos el concepto de imaginario es porque contacta con el deseo consciente de filosofar la “falta de ser”, de equilibrio y de integridad. Por la angustia progresiva de un mundo de vida y sistema mundo que es, a la vez, el obstáculo. Problema para lo cual el imaginario NL pareciera no ofrecer alternativas que “más de lo mismo”: “uberización” con tecnología barata “made in china”. Tendrá eso sí, un discurso-relato de futuro con la generación de datos con nuestros hábitos de vida, consumo y redes sociales, pero que no nos pagarán por las ganancias generadas por vender nuestra “atención” intima (que en realidad para el individuo es la dispersión concreta, el dilentantismo, lo que nos distrae de sobremanera, la pérdida de tiempo en actividades sin sentido personal más allá del divertimento banal). Los imaginarios sirven para dar sentido, suturar, religar o hilvanar el presente con el pasado, con las instituciones. Por esto son las herramientas para proyectarse al futuro. Los imaginarios son una estructura psíquica y cognitiva que hace simbiosis entre imágenes, emociones, sensaciones e ideas que manifiestan la intuición holística de pertenecer a una época y cultura. Es la institución imaginaria de la sociedad que se auto instituye inevitablemente, pudiendo ser autónoma deliberadamente, aunque acepte o simule principios heterónomos fundantes. Este horizonte civilizacional (el capitalismo, occidente) es donde emana un Real siempre inaprensible, solo perceptible en “el porrazo”, el tropiezo, la lesión, el golpe, la falta (Antropoceno, crisis sistémicas, guerras, pandemias) y también la cura ¿posible y necesaria? Con los imaginarios y con las estructuras psíquicas-cognitivas son con lo que percibimos, interpretamos y creamos el sentido del presente, con lo que recordamos y resignificamos el pasado, proyectando el futuro objetivándolo en el deseo como potencialidad de vida (no solo con la falta constitutiva), con imágenes y símbolos que reactualizan nuestros mitos fundantes. Por esto construimos utopías y sublimamos en creaciones artísticas y filosofías, que sostienen el entusiasmo emotivo vital-corporal.

El imaginario ecoocreativo es antagonista del imaginario NL, teniendo a la Filosofía de la liberación por aliado, así como a la convivialidad de Iván Illich y André Gorz (VVAA2, 2020). También utilizara la propuesta de Lo Terrestre (Tercer atractor) de Bruno Latour (2018) para articular relatos y acontecimientos potenciales. Deberá conjugar como imaginario contrahegemónico la inmanencia particular del entusiasmo en la infraestructura (corporal) y en la superestructura (la significaciones intelectuales y culturales) que resisten y desean emanciparse de los limites vitales de la depredación ambiental y de la disolución de las solidaridades históricas. Posiblemente deberá ensayarlo con la trascendencia de valores de pretensión universal -es el caso explícito de la Filosofía de la liberación60 -, en la plasmación de sociedades y relaciones humanas empáticas, compasivas, solidarias y cooperativas de modo democrático activo y explicito con utopías concretas no dogmáticas (ni mesiánicas, ni proféticas, ni deterministas), que tengan como principio la esperanza diversal de mundos mejores, de promoción de un horizonte político Común -sin articulo indefinido neutro ‘ lo’ común, en la perspectiva de Laval y Dardot (2014)-61.

Cambiar de imaginario es afirmar que, por ejemplo, un imaginario dominante puede ser alterado, modificado, suplantado o anulado. Porque es un resultado de relaciones de poder constitutivas e inherentes a redes de relaciones que lo estructuran y lo posibilitan, en un campo dado de fuerzas determinado. Cambiar de imaginario o alterarlo es efecto de la hegemonía, que es siempre quien dona y articula el sentido de lo real, así como el valor de las alternativas en juego antagonista de lo político. No hay alternativa posible al neoliberalismo si no es en términos de imaginario, según Laval y Dardot (2018:156). Un imaginario post neoliberal lo imaginamos como un conjunto de utopías concretas enfrentadas por un lado a “la uberización” y a la precarización laboral62, a los criterios individualistas de éxito, al valor dado a la posesión y al poder de compra, confrontando también con la parálisis del imaginario catastrofista de ciertas variantes ecológicas. Por otro, debería ser un límite al estado oligárquico NL que restringe la democracia (la soberanía popular) y el derecho público, reduciéndola a ser defensora/promotora del derecho privado (la propiedad). Utopías concretas transmodernas ecoocreativas, es lo que observamos en colectivos con prácticas fragmentadas e incipientes aun en Europa63 y comunidades de América Latina64. Como ejercicio utopístico y experimento de lo común contra la “expertocracia”que no se deja limitar por el progreso y el desarrollo en su único sentido moderno eurocentrado- liberal. La elaboración de alternativas debería venir de los ciudadanos mismos, por esto consideramos que el funcionamiento formal básico de las cooperativas es óptimo para dar el puntapié inicial de la experimentación colectiva como criterio normativo de gestión pública y como incentivos para el desarrollo del mercado y la esfera privada.

(In/infra/trans) dividual

Hay un argumento que es más punzante aun y es el propuesto por Brian Massumi (2018). Este filosofo canadiense conceptualiza y describe críticamente el individuo de la elección racional. Este,guiado por sus intereses personales que evita decisiones subóptimas, Massumi lo considera su pretensión explicativa como una quimera simplista. Estos supuestos básicos y fundamentales del liberalismo histórico han sido ya contestados por las ciencias neurocognitivas en los últimos cincuenta años y por diversas corrientes filosóficas en los dos últimos siglos. El ‘individuo’ es una construcción deliberada, que implica la idea de algo soberano, indivisible, homogéneo y coherente en el liberalismo. Para Massumi somo dividuales, y esto ya lo han asumido también en la praxis concreta los GAFAN65 . Este capitalismo de principios del segundo milenio pone en corto circuito el nivel infra individual con el nivel transindividual. La evidencia podríamos ensayar interpretarla desde la fase actual del capitalismo donde tanto los gobiernos como el mercado hacen uso de algoritmos que ensayan establecer “perfiles” que exceden esos supuestos del individuo de la decisión racional. Mas que individuos coherentes y consistentes de la decisión aparentamos más a una esquizofrenia estructural, a tendencias contradictorias y turbulentas que se recomponen permanentemente. Los algoritmos utilizados en la web ensayan encontrar el patrón que unifica un “perfil” en cada acontecimiento, lo que hace reaccionar, mover y actuar a un cuerpo-afecto (emociones, sensibilidades, expectativas, recuerdos, reflejos). Lo que construyen conceptualmente de modo estadístico, tiene el estatuto de “real, objetivo y verdadero”. Aunque sean solo inferencias de los datos convertidos en información por interpretaciones estadísticas y tendencias matemáticas de porcentajes realizadas por ordenadores sin cuerpo viviente, sin emociones ni afectos reales vitales. Sin embargo, se convertirán en acciones de comunicación y persuasión que deberán generar efectos y tendencias (actitudes, comportamientos y deseos) fiables para el mercado. Por lo tanto, medibles y “reales”, predeterminando un campo de lo perceptible y admisible.

¿Qué es lo Real entonces? ¿Quién o quienes deciden el sentido de la acción y las posibles consecuencias?, ¿qué y quiénes establecen el campo de lo posible, lo deseable y los efectos sobre lo viviente?, ¿qué nueva configuración causal y temporal se está configurando en cada acontecimiento? La filosofía sigue vigente, por lo visto, y por lo dicho… Y por mucho tiempo, porque el cálculo puede ser suplantado por algoritmos computacionales diseñados en modelos cerrados de secuencias numéricas. Pero estamos lejos de incorporar las variables afectivas que hacen improbable incorporar lo humano vital, aunque se incorporen lo real-algorítmico como realidad tangible, como criterio de verificación, validación de acciones y decisiones políticas que involucran a los ciudadanos. Ciudadanos más bien tratados como consumidores-usuarios, despojados, de su propio y autentico deseo ya que la libertad de elección y decisión son deliberadamente manipulados. El objetivo es captar la atención como mercancía fundamental del capitalismo, la compra aparece como como finalidad de efecto retorico pragmático de la manipulación y la artimaña premeditada. Los “talibanes transhumanistas” implacables del valor-fetiche son los nuevos sacerdotes de la deidad, que todo lo enhebra y sutura como sentido de un valor abstracto, que exige devoción en el Mercado y un fanatismo obediencial con la mayor anulación del pensamiento crítico. Reverenciando al capital en un credo cuyo templo son centros comerciales virtuales, con rituales reducidos a un click, cuyas fechas importantes son los “black Friday”. ¿Son compatibles al final de cuentas la vida y el capital en el formato actual?

No se trata para la filosofía y la política de vender soluciones prêt-a-porter, ni ilusiones ideológicas prefabricadas, porque la situación es más compleja e interesante que las simplificaciones de tertulias televisivas. Desde el siglo XVIII sabemos ya las consecuencias vitales paradójicas del impacto del desarrollo científico-técnico. Para la tierra y para los humanos en particular, tanto en destrucción global, como en el aumento de la esperanza de vida. Hay desafíos filosóficos relacionados con los nuevos contextos biopolíticos, que exigen realmente cambiar de enfoque, dirección y tendencia para volver a examinar la relación entre las diferentes tradiciones ético-epistémicas. Esto puede materializarse en las decisiones de la política que debería tener en cuenta algunos de los principios sociales y ecológicos como la interdependencia asumida, para delimitar el sentido la relación colaborativa entre solidaridad y hospitalidad, así como el significado de la cooperación entre responsabilidad y creatividad.

Nuestra síntesis, como ya lo dijimos más arriba, ensaya transversalmente abordar con el concepto de ecoocreatividad esta complejidad, que articula agonalmente las identidades en el campo de confrontación por el sentido y la hegemonía. Porque no abandona la idea de emancipación de situaciones constrictivas repensando la igualdad necesaria y la dignidad posible, como condición de libertad Común. Sabiendo en última instancia que la sociedad ideal es eso, un ideal o una regulación arbitraria que orienta a futuro. Que la realidad es “el porrazo”, la caída y el dolor de los golpes con los que aterrizamos del mundo ideal. Por esto, en las comunidades y colectivos solo hay experimentos y potenciales, hay diferencias de efectos y resultados. Pero la evaluación y las decisiones políticas deben quedar, en lo fundamental, en mano del Demos, de los ciudadanos soberanos del presente y del futuro. Ayudados, por supuesto, por expertos, por los políticos electos y por Estado que idealmente deberían saber escuchar, canalizando los antagonismos en instituciones democráticas que están a su servicio. Hasta que “los porrazos” digan lo contrario, hasta que los dogmatismos fetichizados muestren su límite en la asfixia de la libertad y la anulación de la igualdad…

Cabe aclarar que no solo conceptualizamos lo ecoocreativo a través de la filosofía como deseo que se piensa a sí misma, como la política que enmarca nuestro imaginario. Lo inferimos racionalmente también, porque lo sabemos, lo sentimos, lo intuimos con la emoción que emana de la reflexión y con el sentimiento consciente de la alegría y de bienestar fisco que provoca, al hacer de la verdad un acontecimiento encarnado en situación (momentáneo, efímero e indubitable a nivel de psicología profunda). Dicho de otro modo, esto nos alerta y nos relaciona con la resonancia corporal-consciente con la red viviente, con la que formamos parte en lo terrestre: por la intencionalidad expresa e intensa de crear el cambio que el deseo vital nos incita. Con los valores de integridad y del buen vivir que promueven para el cuidado y la discreción con todos los terrestres. Un nuevo imaginario político (que sirve al menos para incitar la caminata de lo alternativo) toma forma y sentido como reverso inevitable e inescindible de la descomposición critica de imaginario NL, que tiene a la naturaleza-recurso como rehén y subordinada a su ceguera epistémica.

Una sociedad democrática es una sociedad instituida por ella misma, es decir, es el proceso mismo autoinstituyente. No hay hegemonía política sin imaginario social-cultural que la sostenga, normalmente con relaciones conflictivas y agonales. Hay diversas posibilidades que exceden y dejan de lado el seguir siendo una sociedad de mercado (en vez de con mercado…). El imaginario post neoliberal se inscribiría siempre de modo experimental y como radicalización democrática en formas de vida no mercantilizadas, cooperativas, solidarias y alternativas al modelo actual dominante.

Antecedentes históricos modernos del liberalismo

Vamos a incorporar una lectura de los orígenes de liberalismo teniendo en consideración a Bernard de Mandeville (1670 -1733), conocido por ser el autor de La fábula de las abejas. Seguiremos las reflexiones de Dany-Robert Dufour, autor de Le Divin Marché (2007). Mandeville, conocido como filosofo, estudió también medicina. Era descendiente de inmigrantes y exiliados protestantes franceses, emigrados a Holanda por motivos religiosos. Era de fe calvinista, al igual que su familia. Nació en Rotterdam, realizo estudios en Holanda y ejercía como médico de “las pasiones del alma”. En sus estudios de filosofía realizó una tesis sobre Descartes, su tema fue justamente, “las pasiones del alma” (como un título de un libro de Descartes66). Se fue a Inglaterra luego de terminar sus estudios, donde ejerció como médico, considerado como el precursor del psicoanálisis, algo así como el Jacques Lacan de la época, porque fue el inventor de la cura por la palabra, dos siglos antes de Freud. En 1711 escribió en Londres un tratado de las pasiones de las histéricas e hipocondriacas, donde dice que como estrategia de cura hay que dejar hablar a las personas sufrientes en su propio idioma, todo el tiempo que quiera. Esta perspectiva era una novedad absoluta fuera de la religión. Este psicoanalista Avant la lettre, dos siglos antes de Freud, Jung, Lacan y Reich se despegó de los hábitos de la época. Dany-Robert Dufour (2007: 360) se pregunta ¿quién fue el inventor de psicoanálisis?, respondiéndose que en realidad la invención del psicoanálisis tuvo lugar dos siglos antes, gracias a Bernard de Mandeville, un libertino muy polémico para su época. Al parecer, ha sido influyente para los fundadoers del liberalismo clásico así como para el grupo fundador del neoliberalismo de Mont Pelerin, en particular para Von Hayek.

En esa época de Europa, de los siglos XV y XVI, había Guerras de religión, guerras civiles, transformaciones societales muy profundas que se sucedían porque había dejado de ser la periferia del mundo y estaba lentamente convirtiéndose en el centro del nuevo sistema mundo. Las guerras de religión se dieron, en Inglaterra muy particularmente, con una intensidad que adelantó el debate político de la revolución francesa, en varios sentidos. Tal vez, la preocupación religiosa y la sensibilidad filosófica de Mandeville le llevaba a preguntarse ¿cómo podría el mundo salir del estado de penuria y acceder a la rareza de los elementos básicos más fácilmente, para pasar a la abundancia que permita una vida más fácil? Estos tipos de temas y preguntas (ya presentes en el pensamiento religioso cristiano, con respuestas ya asignadas en la fe y por el dogma) podemos verlos también en las propuestas filosóficas -políticas modernas hasta el advenimiento de la revolución industrial y la expansión colonial (siglos XVII, XVIII ), en la que la percepción del mundo cambia sustantivamente y se acelera en el siglo XIX. Esto es porque ahora el mundo en Europa moderna e ilustrada es percibido ahora con recursos casi infinitos e inagotables (visión que será puesta en duda recién con el informe de Roma, en 1972). Pero para los pensadores modernos más influyentes del siglo XVII y XVIII-Tomas Hobbes (1588-1679), Adam Smith (1723-1790), David Hume (1711-1776) y muchos otros contemporáneos de Mandeville- su visión era de bienes y recursos escasos, difíciles de conseguir, procesar y producir. Para estos filósofos y científicos, la moral y la política, desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII eran temas centrales, en medio de guerras y cambios estructurales profundos del imaginario cultural. El Leviatán para Hobbes era simbólicamente un modo de abordar el contexto de un mundo donde la lucha de todos contra todos por los bienes raros y escasos producía la lucha de cada uno con cada otro: el hombre como lobo del hombre y el estado de guerra civil como situación permanente e inevitable. La solución a la rareza en esas épocas provocaba la guerra y la tiranía, que coagulaba en las luchas y confiscaciones del poder de la fuerza a su beneficio. Por lo tanto, concluía Hobbes cada uno debe abdicar en su poder y transferirlo al Leviatán (el poder instituido de la política), para que la naturaleza done a cada uno el poder vivir sin matarse a priori por un diferendo… Mandeville responde a Hobbes al estado de rareza y carencia con una fábula, para ofrecer de modo implícito una propuesta moral y una perspectiva de acción.

Cuando profundizamos en la idea de “rareza” de recursos, características del pensamiento económico de la época y por ende de Adan Smith, pasamos por alto la resonancia de “lo raro” que alude este padre fundador del liberalismo. Este pensador ensayaba reflexionar económicamente acerca de las condiciones morales y políticas de la riqueza de las naciones, uniendo las ideas de abundancia y la libertad. Podemos pensar entonces que hay una historia ambiental de las ideas políticas, si bien oculto en las preguntas desde nuestra época y para las que hay que hacer una hermenéutica histórica para develarlas67. Esto es central porque en el proyecto político de la modernidad es en el cruce de los desafíos de la época donde la autonomía del individuo y la colectividad están condicionados por la abundancia material, considerado como bienes “raros” en el siglo XVIII. El progreso material era pensado y deseado en ese periodo de la ilustración, el iluminismo, de las revoluciones inglesa y francesa como el desembarazarse de las penurias materiales y las hambrunas, promoviendo el uso de la razón. El desarrollo creciente de las ciencias naturales, físicas y sociales junto con el impacto que impregno la tecnología de la revolución industrial, la máquina de vapor y los transportes, se complementaban como un eco de claridad en la apertura de recursos que abrían la conquista militar-colonial eurocéntrica de la época. La esclavitud era una necesidad imperativa para el desarrollo industrial posible, con un resultado tan inesperado como innovador. Esto es, la industrialización y el advenimiento de un nuevo sistema mundo: el capitalismo. De golpe y porrazo, todo cambia a partir del siglo XIX, por las razones que venimos de anticipar. La pareja conceptual clave de ‘libertad’ y ‘abundancia’ se hacen posibles, alterando las condiciones iniciales del liberalismo fundador de Mandeville, Hume, Ricardo y Smith.

El arribo del carbón, de la máquina de vapor, la explotación de las colonias, el uso creciente del petróleo hizo que la filosofía e imaginario del liberalismo del siglo XVIII dejara de desconfiar de la “naturaleza”, ya que ésta parecía ofrecer una abundancia material ilimitada. Es decir, la modernidad tiene dos etapas diferentes ya que, en los comienzos desde la conquista de América hasta la revolución francesa aproximadamente, el ambiente es pensado como una totalidad orgánica y cíclica. Mientras que, en el siglo XIX, la sociedad y la economía quedan dopadas con el carbón, el petróleo y los recursos materiales finitos. Pero eran percibidos objetivamente, desde el progresismo moderno y sus expresiones geopolíticas imperialistas, como infinitos. La primera y la segunda guerra Inter imperialistas del siglo XX, las masacres y matanzas más desopilantes de la historia de los sapiens, se incubaron durante varios siglos, lleno de razonables y eurocentradas buenas intenciones. Así, desde los comienzos de la modernidad y más particularmente en los últimos dos siglos, la temperatura planetaria comenzaba a alterarse significativamente, con consecuencias invisibles, inesperadas y anodinas para lo más cultivados de la época. La declaración de los más renombrados científicos reunidos en el club de Roma en 1972 evidenciaba las alertas que hoy ya damos por hechos constatados. Esta declaración fue una piedra en el zapato para la acumulación imaginaria infinita, y un tapón en el audífono para los lideres políticos y las compañías económicas-financieras del sistema mundo hegemónico, sordos y ciegos a las consecuencias causadas por el virus del crecimiento sistémico de la acumulación imperativa. Si la inteligencia es un sentido que federa y sintetiza los otros sentidos de la percepción, como cree Markus Gabriel (2018), entonces habrá que repensar imperativamente la “inteligencia” moderna-progresista y desarrollista eurocentradas (capitalista y socialista)68. “No hay peor sordo que el que no quiere oír”, decía mi abuela Catalina, inmigrante de Nápoles, analfabeta y muy trabajadora… Modernidad de sordos y ciegos que no entendieron que sus deseos e ideología no son justificaciones personales, ni científicas, ni políticas aceptables de la depredación de lo viviente, ni de las destrucciones de identidades culturales otras para la satisfacción los vicios privados que ¿han hecho la virtud publica? (los vicios privados son la virtud publica, concluía Mandeville en su famosa fabula libertina liberal).

Un mundo madevilliano

Lo sorprendente, es que estamos ahora en un mundo mandevilliano. Con el mercado como religión actual y como dogma de una sociedad de mercado que produce una alineación particular, dejando de lado la idea de sociedad con mercado. En los orígenes el liberalismo fue una válvula de escape filosófica y política a la opresión monárquica, clerical y estatal. En 1711 la población mundial era de 650 millones de habitantes, la ganancia per capita era de 80 euros por mes, la esperanza de vida era de 25 años y solo el 10 % era alfabetizada en el siglo XVIII. El “remedio” para Mandeville (quien fue traductor de las fabulas de La Fontaine, y conocía entonces la estructura narrativa de este género literario), según se infiere en La fábula de las abejas en la célebre frase que resume su conclusión moral, donde la cuestión es hacer de los vicios privados las virtudes públicas. El sistema político de gobierno y la economía pueden permitir, desde esta perspectiva mandeviliana, que todos encuentren su interés resuelto en dejar decidir a cada uno lo que desea, aunque sea lo más escandaloso. Se adelanta a la “mano invisible” y el laissez faire providencial de Adam Smith, en dejar hacer al mercado para que “dios intervenga” (porque él sabe bien qué hacer, y lo hará bien…). Aunque es evidente y obvio que esta perspectiva liberal y libertina no habría sido la acogida de esta fábula en su tiempo muy feliz en los medios más religiosos y conservadores, obra literaria para la que las llamas serán el destino de muchos de sus ejemplares impresos.

Recordemos rápidamente esa fabula, que es la historia de una colmena rica y prospera, donde cada uno funciona bien con lo que hace y esto se vuelca en el resto de la sociedad. Aunque había en la colmena corrupción y arreglos poco éticos, actos perversos, así como muchos ladrones y mentirosos, excesos de vicios, escándalos y exageraciones emocionales. Luego los habitantes de la colmena se sienten culpables de tanta desgracia moral en medio la opulencia material, llena de corrupción instituida. Deciden entonces volverse honestos. Empiezan a desaparecer, por lo tanto, algunos trabajos ligados a esa forma de vida llena de licencias vinculadas al vicio y excesos. Al suprimirse estos trabajos, va aumentando por lo tanto la pobreza, la desocupación y las crisis. La colmena termina por desaparecer, siendo fácilmente atacada desde el exterior. La máxima moral dice entonces que “los vicos privados (avidez, lujo extravagante, la desmesura, las perversiones) hacen la virtud y la riqueza pública”. Eso era un gran escándalo en la época en que se publicó el libro. De hecho, lo prohibieron en su segunda edición en 1723 en la plaza pública, se lo confiscaron y lo condenaron como inmoral. En París, lo publicaron en 1740, pero lo quemaron en la plaza pública poco tiempo después. Transformaron su apellido Mandeville en Homme Devil - Man Devil (diablo en inglés)-, sustituyendo el verdadero con la etiqueta de prejuicios teológicos y monárquicos.

El mundo actual, a principios del tercer milenio es de más de 7 mil millones de habitantes y la renta per cápita se multiplicó por 100, a diferencia con el de Mandeville. Por esto decíamos que estamos en un mundo mandevilliano. El NL es, con conocimiento de causa, un heredero y militante de esta fábula. Del mal puede surgir el bien, esta es una primera aproximación, que ya estaba en las especulaciones bíblicas, en las discusiones del Talmud y en las reflexiones filosóficas acerca del destino y la existencia del Mal. Sin embargo, ese postulado de la fábula de las abejas era indecente en la época de Mandeville, porque si esto es así, entonces ¿qué deberá hacer el gobierno con los vicios y las perversiones? ¿Cuál es el rol de la iglesia y la religión en la moral pública? Si los hombres son egoístas y malvados por naturaleza, el pecado y la caída era una primera interpretación de porque “el mundo es un valle de lágrimas”. Freud dirá algo parecido o casi lo mismo, en El malestar de la cultura. Por esto Hobbes pedía en el siglo XVII el Leviatán, para lo que la revolución inglesa puso los fundamentos de la democracia liberal moderna en esa época, efectuando la delegación de un poder para poder vivir en sociedad (burguesa), sin matarse los unos a los otros. Cosa que el liberalismo, evidentemente, no lo consiguió en la historia de la modernidad. Sino que fue mentor de la violencia y lo promovió hasta los extremos, produciendo una exportación parcial de las extensiones internas con invasiones militares, el colonialismo y el sometimiento de las colonias, según los datos histórico-concluyentes de Marc Ferro en Histoire des colonisations (1994).

¿Cómo son movilizados los elementos psíquicos, a la vez de manipulados y generando el deseo con la economía de mercado? Hay, según Dany-Robert Dufour, una entrada en el plano teológico como nueva religión entre el bien y el mal, porque el peor de todos puede ser querido por Dios mismo (el mercado será la providencia que equilibra este mundo) … “Dios-Mercado” - Le Divin Marché según el lucido análisis de Dufour-, armonizaría el defecto de fábrica, que nos hizo imperfectos en su diseño y pecadores desde el inicio, según la ideología liberal del siglo XVIII … El tiempo de los hombres es diferente… pero hay que comprender la utilidad de los insaciables en la vison del liberalismo, en los personajes de la mitología griega como Eurysithon69 y el Rey Midas, los que quieren más sin límites (la hubrys, la desmesura como tema central de la mitología griega y romana que Némesis termina por equilibrar con su intervención y castigos). Porque los excesos y el vicio, la sartifaccion inmediata del deseo hace, segun según Mandeville, la riqueza de todos, el paraíso en la tierra. La polémica fábula es su ilustración protestante, liberal y libertina en su primera versión como fabula, que representa los valores y las consecuencias morales pragmáticas. Adam Smith, influenciado tanto por Locke, Hume como por Mandeville estructura su pensamiento haciendo suya las conclusiones. Pero esta vez Smith reprodujo el concepto y llma ida, pero lo hizo sin la fábula de Mandeville porque sacó la idea de vicio, y termino así de escribir su tratado en 1776, el famoso e influyente libro La Riqueza de las naciones. Adam Smith fue pensando la noción de simpatía entre las naciones a partir de la División del trabajo y el comercio. Conclusiones más acomodadas a las buenas voluntades letradas de la época, más alejadas de los libertinos tan criticados por la puesta en duda de la disciplina y el control de sí mismo por sus licencias para el goce y el placer, que incomodaban tanto a la iglesia como al nuevo productivismo en gestación (el capitalismo). Max Weber, siglo y medio después, hará algo parecido, pero para él, como buen alemán, la ética protestante y el espíritu del capitalismo serán la virtud del trabajo. El trabajo está en el origen del capitalismo, según Weber, con el contexto ético-moral protestante favorable para su desarrollo. La caída del paraíso era la caída en el vicio.

Colonias y colmenas en el Mont Pelerin

El colonialismo y las colonias fueron el fundamento de la industrialización y la prosperidad económica eurocentarda en esa nueva configuración del sistema mundo que reemplazó a los Imperios Mundo, según Immanuel Wallerstein. Luego, a esas violencias extremas de lo colonial y las tensiones geopolíticas que generaba, Europa fue situándola directamente en su propio territorio. El corolario fueron entonces las dos grandes guerras intra-europeas de impacto mundial, por la brutalidad destructiva y mortuoria manifestada en los años 1914-18 y entre 1939-45, un periodo de gran desigualdad en Europa. Guerras como consecuencia de los desacuerdos coloniales que fueron produciendo los desastres más espectaculares de la humanidad, los más tristes, con una gran depresión entre guerras (1929-1933), según las reflexiones de Karl Polanyi en La gran regresión. Estos continuarán con la guerra fría a partir de 1945, en confrontación total con quien impugnaba sus supuestos societales liberales, el comunismo que se implantó en una parte considerable de la superficie del planeta. El liberalismo triunfante se manifiesta en Vietnam, Corea, en toda África, en India con el Imperio colonial Ingles, con los franceses salidos de la dominación Nazi y con el emergente Imperio Americano, autoproclamado gendarme mundial. Además, con la promoción antidemocrática sostenida y sistemática en toda América latina con interrupciones democráticas e institucionales, por parte de EE. UU. y los aliados de la OTAN, entre 1945 y 1985. Nos lleva esta breve y esquemática historia liberal a preguntarnos ¿El capitalismo es un viraje perverso de la civilización aumentado con la forma actual del capitalismo financiero?, ¿es el neoliberalismo actual una traición a los supuestos societales de Smith y Stuart Mill? ¿Es licito pensar, por analogía, en una clase nueva financiera, como resultado directo de lo creado por el grupo del Mont Pelerin y su fetichismo del dinero?…

Un paréntesis de este grupo convocado por el refinado fundador del NL, el erudito Von Hayek. teórico social y político de origen austríaco. Era primo del filósofo Ludwig Wittgenstein, por parte de su madre. El grupo de Mont Pelerin con sus 35 fundadores - ocho premios Nóbel de economía entre ellos-, servirá para reconstruir el liberalismo “mal entendido”. Se convirtió este desacuerdo o visones diferentes acerca de los sentidos de la civilización occidental debería tomar, es decir se transformó en una interna al interior mismo de la ideología liberal. Esta vison idelogica de la scoeidad y el mundo fue unida afectivamente e invocada desde el gran desprecio por Keynes, un enemigo aglutinador hegemónico en esa época, hasta el final de los “30 gloriosos” -esos años donde había pleno empleo, crecimiento de la economía y aumento significativo de todos los indicadores sociopolíticos y también (aunque no se median rigurosamente) ecológicos, en sentido de contaminación y depredación. El profeta de esta “sociedad de los liberales desencantados” fue Von Hayek con ideas no muy originales de libre mercado y el monetarismo, con un socio influyente en EE. UU, Milton Friedman. Este último fue referente teórico de la prestigiosa Escuela de Chicago (futuro gurú digno de admiración presidencial conservadora en EE. UU., consultado por Richard Nixon, luego asesor de Ronald Reagan y del general Augusto Pinochet). Hayek, erudito y muy cultivado, cita a Mandeville, a quién lo enaltecía porque lo conocían muy bien en su ambiente académico y cultural. Lo consideraba como un precursor del orden espontáneo del mercado. De hecho, Von Hayek da una conferencia en la British Academy en 1960: Lecture on a Master Mind: Dr. Bernard Mandeville", Proceedings of the British Academy (1966, vol. 52, p. 125-141). Después de dos siglos de estar oculto, Mandeville es el referente y antecedente teórico que “da a pensar”. Fue reintroducido por Hayek y por la Escuela de Chicago, siendo análogo a la forma ideológica de la hegemonía actual. Hayek y sus colegas saben que esta visión es una utopía, que se convierte en el imaginario del mercado como el orden espontáneo. Esto (el mercado) debería estar, idealmente en sentido positivo y propositivo de Hayek, fuera de toda tentativa humana de control y regulación. Hayek explica que el orden espontaneo perfecto debe ser tenido al resguardo y al cuidado de toda tentativa de regulación e intromisión del Estado (si bien, dicho sea de paso, es fundamental para aplicar decididamente estas directivas y determinaciones políticas).

Los fundadores del Mont Pelerin con sus utopías e ideologías de nuevo impulso y entusiasmo, reconfiguraron deliberadamente el mundo a partir de 1980. Comienzan con el gobierno de facto del General Pinochet, tres años después con la dictadura militar argentina, con el ministro de economía del presidente militar de facto Jorge Videla, el economista José Martínez de Hoz (perteneciente a la oligarquía terrateniente clásica de las pampas argentinas, formado en Cambridge), desde 1976 hasta 1981. Poco después con la presidenta de Inglaterra Margaret Thatcher, luego con el presidente Ronald Reagan, quien lanzará a la vez de “La guerra de las galaxias” en la tensión armamentística con la ex URSS. Reagan pondrá en marcha un programa político económico, desde las recomendaciones ideológicas de la sociedad del Mont Pelerin, con Milton Friedman como orientador principal.

Esto generó, en los años siguientes, las condiciones para consolidar el campo de lo posible para las políticas regionales, promovidas por el FMI a fines de la década de los ochenta y principios de la década de los años 90 en América latina, conocida como “El Consensus de Washington”. Las políticas de Domingo Cavallo (ex ministro de economía de la dictadura militar, del presidente Carlos Menen (1991-1996) y de Fernando De la Rua (1999 hasta el derrumbe en 2001) fueron emblemáticas. Recorriendo todos los estados emocionales, desde la euforia triunfalista de resultados macroeconómicos positivos para las clases más altas y el aumento de la productividad, siendo un referente de éxito para el FMI., hasta su costado en sombra, el fatídico “Corralito”, que genero un desplome catastrófico sin precedentes del país. Chile fue el ejemplo regional y mundial, que perduró un poco más hasta las explosiones sociales de 2019 y la derrota electoral contundente en 2021. En nuestra interpretación, las causas generales pueden encontrarse en las desigualdades distributivas sugeridas por los fundadores de la escuela de chicago, en problemas sociales de segmentación-separación de clases sociales, articuladas como castas. La situación es más compleja e interesante, evidentemente, porque hay situaciones históricas generadas por la doble herencia heroica de hidalgos españoles y de emprendedores liberales -copia local del capitalismo inglés y nord-americano, aliados principales de la interrupción antidemocrática en 1973-. Liberales y pinochetistas, una combinación extraña…, ¿qué dirían Adam Smith y los iluministas e ilustrados franceses desde la tumba?

El antecedente teórico de la construcción del imaginario NL se encuentra entonces en una fábula moralizante. Lo interesante de Mandeville, además de ser clave de acceso para entender a Adam Smith, Von Hayek y Milton Friedman es que traza un puente entre Marx y Freud. Estos dos alemanes celebres, trabajaron la cuestión del fetichismo, uno del dinero y la mercancía (Marx), el otro, el psicológico en la versión de la perversidad sexual (Freud). Los freudo-marxistas de la Escuela de Frankfurt (Marcuse, Adorno, Horkheimer) y otros, volvieron a reconsiderar entre 1930 y 1970 la división subjetiva del individuo tironeado por pulsiones, y permite entender las consecuencias que causa en el individuo la división en clases sociales, por ejemplo el surgimiento de perspectivas autoritarias en occidente: el carácter autoritario de ciudadanos europeos que hicieron factible la mayor matanza de humanos entre humanos. Mandeville permite despertar, en diversos sentidos, a los freudo-marxistas en el debate, porque con la noción de fetichismo podemos unir a Marx y Freud. Aunque no por la reflexión de la clase social y la división subjetiva, que no se hizo finalmente a nivel teórico (aunque si se profundizó en el estudio de la neurosis, de la constitución de los sujetos, del fantasma, del fetiche, el narcisismo y de las perversiones). Es importante esta noción de fetichismo que une la idea de vicio y placer, porque está entre la mercancía y el dinero, por un lado y la perversión sexual, por otro.

Pero ¿Como ligarlos? La Escuela de Frankfurt no lo logró, aunque si avanzó hipótesis e ideas interesantes. La perversión de la tercera clase, la financiera (no proletarios, ni burgueses productivos), para quienes el super-fetiche es el dinero, en las sociedades modernas funciona no como en la antigüedad como objeto mágico de curación. Sino porque lo es por tres cualidades que posee. Estas son esencialmente el goce por excelencia, para el sujeto ego-gregario posmoderno-neoliberal. Tres razones encontramos como argumentos, en relación con el fetichismo y al narcisismo como componentes teóricos para entender el goce y lo real del sujeto NL:

  1. Primero, el dinero como fetiche puede también ser disimulado por la evasión fiscal, pudiendo aparecer el sujeto “mandeviliano” moralmente como los otros ciudadanos. Este sujeto que paga algunos impuestos básicos (consumo y vivienda), pudiendo no pagar otros impuestos de las ganancias, por evasión fiscal (como el expresidente de Argentina, Mauricio Macri que fugo su dinero e impuestos correspondientes a paraísos fiscales). Esto es, puede gozar de parecer y aparentar ser virtuoso, pero, además, esto es un aumento del goce, un plus porque no los paga (a los impuestos) y acumula así más dinero personal (el goce de acumular).

  2. El dinero es el equivalente (al menos en apariencia) que permite comprar todo, disponer, poseer y gozar de lo que deseamos.

  3. Por último, el dinero posee la cualidad de auto engendrarse, es una cualidad cuasi-Mágica: más dinero hace dinero y trae más dinero. Hace dinero como en las fortunas expatriadas, en paraísos fiscales y aumentada por intereses del banco, en inversiones financieras, muy diferente a la realidad de los asalariados… Es la riqueza cuasi -infinita e ideal.

El psicoanalista Jorge Alemán escribe:

“Entre los sentimientos que el neoliberalismo ha destruido está el de la vergüenza. La vergüenza es un velo que junto al pudor revelan que uno mismo no se encuentra dominado por los intereses más obscenos en el puro goce de acumular. Ya no es la acumulación de goce lo que rige actualmente, sino la compulsión de gozar acumulando y que los demás paguen con su sacrificio.”70

Pero no todo son malas noticias absolutas, todo viene matizado, combinado. Para pasar de la penuria a la abundancia en realidad se ha logrado, según Thomas Picketty algo considerable: el mundo es 100 veces más rico en 2020 con 7 mil millones de personas que en la época de Mandeville (con 600 millones, aproximadamente…) La esperanza de vida aumentó y la cantidad de muertos ha ido en descenso en los últimos años, la población se alfabetizó mucho más en el último siglo… Un precio para pagar, ya que nada es gratis ni tan binario: mucha más inequidad de ingresos entre clases sociales en cada país y entre países. Y un patrimonio desmesuradamente desigual, en la que diez personas tienen tanto dinero como la mitad más pobre de la población mundial. Pero eso no es lo central, sino que la degradación y la destrucción del ambiente dejan al borde de la extinción a numerosas especies, humanos incluidos. Esto lo hace para que el mercado funcione y siga haciéndolo, para que todo lo explotable y vendible lo sea y aún más comercialmente. Porque el mundo es un recurso para explotar y para producir el confort en el panal, que asegure las ganancias de la Reina y la de los zánganos. Así, destruimos el planeta irremediablemente, pero la colmena es prospera y en permanente “crecimiento” …

Por la avidez de acumular y la desmesura de poseer (sin saber racionalmente muy bien el por qué, más allá del capricho personal), es por lo que hay que esclavizar con bajos salarios a quien sea. Todo sea por el oro, el caucho, el litio, el petróleo, el uranio o el consumo de datos vendibles a los oligopolios de algoritmos y procesamientos de datos. Y las consecuencias de la tiranía violenta del mercado, ese dios insaciable como Eurysithon y Midas, ya las vivimos con lo que cubre la tierra y el mar: la acumulación escandalosa de desechos como las heces del productivismo. Es decir, por el goce de la acumulación que es la zanahoria de todos, aunque pocos la muerdan. El fetiche dinero en las sociedades actuales tiene un interesante paréntesis en Freud, a partir de las heces. El niño a los dos o tres años pone o muestra un complemento fálico a la madre como regalo: las heces propias, y le dice: “mamá, hice ‘popo’…, te las regalo” (o las saludan cuando parten del inodoro: ¡chau caca!…). El dinero tiene una simbolización anal, dicen los psicoanalistas. El dinero es “la mierda” porque “la mierda es el dinero”. En la fase anal yo te doy “la mierda” (heces) y tú me das otro regalo (amor, reconocimiento, placer). Hay transacción arcaica, como en el oro que invalida a Midas al utilizarlo, o el que el Diablo hace como regalo y se transforma en excremento, después de partir hacia el mundo… O como en el mito de Eurysithon, que por el castigo recibido por su desmesura está condenado a un hambre insaciable, a no poder parar de “comer”. Analogías antiguas que ilustran a Prometeo, o mucho más banal aun, al “Dios Mercado”. “Divino mercado” actual que no tiene ni acepta límites, porque no loe tuvo su deseo, ni tampoco lo tendrá su saciedad. Come y come aún más, devora y es insaciable hasta devorarse a sí mismo. Este mito sería una regresión oral, desde la perspectiva psicoanalítica. El mundo es una metáfora, uno come y después evacua… La metáfora es el mundo como … ¿una cloaca?… ¿Este será el corazón simbólico del capitalismo NL?

Modernidad y liberalismo

Para la mayoría de los historiadores y filósofos europeos, los orígenes filosóficos del liberalismo son los mismos que los de la modernidad política europea. Esta comienza con Maquiavelo en el renacimiento y podemos alargarla con Hobbes, Locke, Smith, Kant, Montesquieu hasta Benjamín Constant (1767-1830), Alexis de Tocqueville (1805-1859) y John Stuart Mill (1806-1873). Es decir, borrados de los orígenes de la modernidad Portugal, España y el “nuevo continente” descubierto por Colon para los europeos. Para Dussel, la modernidad comienza con el Otro Moderno de Europa, América. Se inicia esta nueva época con la conquista colonial española y portuguesa. Sin la conquista de América, Europa no podría haber dejado de ser la periferia del mundo. La enunciación de la Modernidad, en sentido filosófico y científico, que se la toma como nacimiento se realizan en Francia, Inglaterra, Alemania, Holanda e Italia con Descartes, Galileo, Newton y Bacon. El pensamiento moderno-liberal es un imaginario creado entonces, podemos acordar que se realiza con un periodo de incubación de varios siglos. Para la historiografía europea los antecedentes liberales se dan desde los comienzos del renacimiento hasta un siglo posterior a la Revolución Francesa. Contemporáneo al momento de fermentación de las condiciones de posibilidad histórica del desarrollo de la revolución industrial en Inglaterra. Para la Enciclopedia Oxford de Filosofía (2008: 680) “El liberalismo es una de las principales ideologías políticas del mundo moderno, se caracteriza por la importancia que da a los derechos civiles y políticos de los individuos.” La libertad que reclamaban está vinculada con la intolerancia de los Estados de la época con tipos de creencias que generaron miles de muertes y destrucciones en Europa, por guerras religiosas y masacres entre grupos con iglesias diferentes. Pero con el mismo Dios.

Para los primeros pensadores liberales el Estado como criterio político no debería entrometerse en cuestiones conflictivas de la elección de principios de vida. Pero si debía garantizar la protección de las diferentes perspectivas de vida, para que la violencia y la destrucción no sean los modos “naturales” de resolver conflictos, por desacuerdos inherentes e insalvables de la sociedad. La utopía liberal es una sociedad que pueda canalizar institucionalmente esos desacuerdos, promoviendo en consecuencia la laicidad y la separación de Estado (que debería gestionar lo público) e Iglesia (la gestión de las almas y sus creencias personales). El aporte del liberalismo como alternativa utópica en su momento y realista luego, fue característica de occidente y del colonialismo, porque produjo un nuevo sistema mundo desde esta experiencia y enunciación situada histórica y geopolítica, conocida como eurocentrismo71.

La revolución inglesa (1646-1688), francesa (1789) y americana (1776), seguida por la revolución industrial, influyó en los conflictos y en las sublevaciones en las colonias en toda América Latina (en Haití venciendo al ejército de Napoleón, la independencia Argentina con San Martin, la independencia de Colombia y Venezuela lograda con Simón Bolívar -ambos pertenecientes a logias masónicas de tendencias liberales-, hasta Cuba a fines del siglo XIX con la injerencia de EE. UU) a causa de la expansión global del colonialismo eurocéntrico. Son acontecimientos que marcarán el arribo de algo nuevo, que comenzó como el proceso de expansión del nuevo sistema mundo, comenzado por el descubrimiento de América. Por lo tanto, los cambios políticos en el reino de Inglaterra, la independencia nord-americana, así como con la decadencia sostenida y constante del imperio monárquico-eclesial español y la revuelta en sus colonias generan el arribo conflictivo del capitalismo con esclavos, guerras e innovaciones políticas en la sociedad y transformaciones tecnológicas en la producción. A todo esto, hay que agregar que, si bien los conflictos religiosos se volvieron más estables y no tan violentos, sin embargo, fueron suplantados por las guerras napoleónicas (por efecto de la expansión territorial que exigían nuevos mercados proveedores de materias primas y trabajo no asalariado). Todo eso dicho en pocas palabras son el contexto general del arribo de la anunciación de este universo e imaginario que ensaya dar respuestas a tanta intolerancia, antagonismo y destrucción religiosa y geopolítica. La intensificación del comercio entre 1814 y 1914 por el sometimiento de las colonias con la fuerza militar, no fue suficiente para evitar nuevos enfrentamientos, que superaron con creces las otras guerras interestatales precedentes en Europa con las dos grandes guerras en el siglo XX. Produciendo más muertes, con las destrucciones y las matanzas más crueles y espectaculares de toda la historia humana.

La ideología liberal llega hasta nuestros días en variantes diversas, que no transforman significativamente el horizonte trazado en esa época. Si bien no se trata en los inicios modernos de una doctrina ni una ideología, sino más bien de un conjunto de perspectivas contestarias, fuera de la ley de los regímenes de la época con actitudes revolucionarias contra el antiguo régimen. Estas ensayaron utópicamente no someterse a la autoridad monárquica ni eclesiástica, promoviendo en consecuencia los derechos del individuo y la libertad de consciencia, a partir del universo interindividual de las relaciones mercantiles modernas (mercado, relaciones interindividuales), complementario con la centralidad del Estado (plan) que asegura el monopolio de la violencia para imponer el orden jurídico-político y a la Asociación, que los pone en relación política e la acción concreta. Triada “metaestructural” según Jacques Bidet (1994), estas tres instancias actúan como el “presupuesto-puesto” de las tres estructuras fundamentales modernas de Estado, Mercado y Asociación. El análisis de Marx del capital como relación mercantil definitoria de la modernidad y el capitalismo, es parcial al no poner en relieve e importancia la dimensión del Estado y la Asociación. La ausencia de una Teoría del Estado y de una filosofía política explicita, no es casual, es consecuencia de su sesgo analítico economicista, si bien profundo y fundamental, incompleto para explicar más detalladamente la relación entre la legalidad y la dominación en las dimensiones antropológicas, sociológicas y políticas.

El liberalismo desde sus comienzos fue evacuando la cuestión de “la Verdad” para exigir a los ciudadanos la aceptación del marco jurídico -legal de un contrato social, que organizaría la vida en sociedad, sosteniendo los desacuerdos inherentes a la vida social. La democracia liberal sostendrá estas diferencias en competencias reglamentadas, elecciones de candidatos que deberán cumplir diversos y cambiantes requisitos, de acuerdo con cada época (haber nacido en el territorio, propiedades, capital, sexo, edad, condiciones jurídicas). Esta separación del poder espiritual y temporal-terrenal consolidó la idea política del contrato social que reemplazará el derecho divino con el que se legitimaban los reyes y las castas beneficiarias de los reinados de la época renacentista-moderna. Son los liberales ingleses y franceses que harán escándalo al sugerir que las normas y los valores de las sociedades humanas son construidas y artificiales, y no divinas ni naturales, como era la costumbre y creencia arraigada en la cultura de ese periodo socio histórico.

Europa, luego de la conquista e invasión de lo que se llamará América, comenzaba a configurarse como el sistema mundo que generará la colonialidad. Se expandió con las invasiones, guerras, esclavitud y el saqueo de materias primas de manera sostenida, durante varios siglos (XV-XX), sobre el resto de los continentes. La raza, según Aníbal Quijano será una de las estructuras jerárquicas de clasificación social y étnica, de jerarquía de poder político, epistémico y económico de la modernidad colonial eurocentrada, que configura un nuevo patrón de poder mundial capitalista. Nacen de un modo político diferente los blancos, negros, amarillos, aceitunados ya no como detalle y descripción de diferentes pigmentaciones epidérmicas y procedencias geográficas, sino que se generaban clasificaciones y jerarquías que implicaban distintas posibilidades de vida y de muerte en esa época, según el sociólogo peruano Aníbal Quijano72 (fallecido en 2018). Y esto nace al igual que la modernidad, según Dussel, con la conquista de América cuando Europa deja de ser marginal en la geopolítica mundial, al dejar de estar cercada por el mundo musulmán y confinada a una Europa restringida que guerreaba entre sí misma. Se va constituyendo así con la relación con el Nuevo continente (América, ese Otro oculto y negado) lenta y sostenidamente en el centro del nuevo sistema mundo, que reemplazara a los Imperios-mundos de todos los continentes, según Immanuel Wallerstein. Luego, cambios político-inéditos e instituciones novedosas en Europa y para los europeos como el salario, trastocarán todas los niveles y dimensiones de la sociedad con impacto geopolítico mundial inesperado. El desarrollo de maquinarias mecánicas y automatizadas aplicadas a la producción de bienes de consumo, cambiaran toda una época y a la civilización europea en su conjunto, con la expansión de un sistema mundo capitalista sin precedentes. Porque transformaran a los pesados y burocráticos imperios mundos completamente, hasta la desaparición inevitable en el siglo XX. El rol del pensamiento moderno- liberal es fundamental para entender el cambio político en la totalidad de las colonias españolas en el sigo XIX en América Latina y en diferentes grados, en todos los movimientos de liberación colonial del mundo entero.

Ser Liberal, a cada lado del Atlántico. Entre colectivistas e individualistas

El término “Liberal” tuvo distintos sentidos a un lado y del otro del Atlántico. En Europa y en Francia se entendía como “el mercado libre”. Con el jacobinismo los valores fundamentales fueron vistos como el desarrollo social y económico con un Estado centralizado, por esto que en sentido popular y obrero ha sido poco apreciados las ideas de libre intercambio y mercado triunfante, porque era considerada ideología conservadora de derechas. En Estados Unidos, en cambio, como no hay Antiguo Régimen. Por esto son ideas asociadas actualmente desde la política con una izquierda liberal socialdemócrata, defensora del Estado de Bienestar (Keynes era considerado como liberal, con inclinaciones sociales). El Estado para los Demócratas nord-americanos y para los laboristas ingleses es y debe ser interventor y regulador (hasta la presidencia de Nixon llegaría estas contradicciones de los modelos liberales en disputa). En Francia, como decíamos, el significado de Liberal es diferente porque con la Revolución Francesa y el jacobinismo en particular se verá como antecedente la confrontación de dos modelos con conflictos, que llegaron a guerras civiles a escala nacional. La izquierda y la derecha eran parte del discurso liberal, los socialistas y los anarquistas eran los “no liberales” (en el siglo XVIIII la izquierda era liberal, no socialista, es decir tenía otro significado no mezclado, como ahora). En esa época (desde el siglo XIX y XX) hubo conflictos inter-estatales e imperialistas entre estas dos versiones liberales, hasta mediados del siglo XX al menos. Por esto en La gran regresión Polanyi plantea que la segunda guerra mundial es el conflicto de las disputas históricas de dos tendencias o versiones liberales en Europa y en la incipiente EE. UU, después de la crisis de acumulación del capitalismo en 1929. En América latina, a diferencia de Europa y Estados Unidos, ha sido aún más diferente y complejo. Simplificando podríamos decir que muchas veces lo liberal ha sido asociado a conservador y etiquetado de derechas. Porque las elites oligárquicas del siglo XIX y XX han sido deliberadamente muy pro-eurocéntricas, liberales en lo económico, muy conservadoras en sus políticas sociales y propuestas morales.

Simplificando aún más, podemos decir que el liberalismo estaba atravesado por tensiones y conflictos internos, tanto a nivel de principios como en la dimensión axiológica. Las dos perspectivas modernas-liberales colectivista e individualista, es decir los liberales clásicos libremercadistas (en la versión actual serian Hayek y Robert Nozick) y los liberales igualitaristas (Rawls, sería un representante actualizado) influencian también las perspectivas anticolonialistas y revolucionarias de Europa y América Latina. Por supuesto, conjugados con otros mitos, mezclados con supuestos históricos-filosóficos complementarios y con imaginarios imbricados de modo único e irrepetible. Sin embargo, restringiéndonos al imaginario liberal podemos sintetizarlo en que un modelo, el primero, era más bien colectivista, situados a la izquierda en la asamblea revolucionaria francesa, ponía a las normas de la colectividad como principal y conformaba regímenes cerrados. Así iba privilegiando, ubicando y nominando a clases determinadas como la burguesía propietaria y las clases acomodadas del antiguo régimen para los liberales. Y dispondrá de otros nombres para quienes hacían su fortuna y les generaban problemas políticos: los proletarios y campesinos para movimientos anticoloniales e independentistas en América Latina, los socialistas y las diversas alternativas utópicas el siglo XIX. Todo esto en diversos sentidos fueron influenciados por el liberalismo antimonárquico de orientación positivista, cientificista-tecnológico.

El otro modelo, el segundo, más alineado a la versión clásica inglesa de Ricardo y Smith, que será la referencia teórica y ética del neoliberalismo actual (Hayek, Friedman) dará la prioridad a los derechos del individuo, a las iniciativas personales y generaba en su época sistemas más abiertos al mundo promovidos por la expansión colonial-imperial y en sintonías con las pretensiones expansionistas globales (económicas y políticas) de cada país en el conflicto geopolítico y estratégico de las potencias eurocéntricas del momento. El combate de estos dos modelos de tendencia liberal llega hasta nuestro siglo y en su metamorfosis nos acompañan hasta el presente. Por esto hoy se puede ser liberal antineoliberal, muy crítico con esta versión economicista de Hayek y Friedman, o exentos de una violencia tiránica en la política internacional y en la represión interna a las “clases peligrosas,” como vemos en Latinoamérica, Europa y en los EE. UU. Los neoliberales han subvertido los principios iniciales de libertad política y la democracia misma, a las que se subordinaría dogmáticamente, por principio liberal, la economía. No es casual el apoyo a la represión de Thatcher a los mineros, de Reagan a los empleados públicos y a las dictaduras militares latinoamericanas de la década del 1970.

Para concluir esta breve, esquemática y simplista síntesis, incluimos una mini versión más epistemológica. Se harán evidente estos dos modelos liberales que tienen aportes discursivos claros. Por un lado, la utopía tecnocientífica (Saintsimonismo, el Positivismo, el cientificismo). Por otro lado -y muy complementario-, las incipientes ideas de desarrollo y del crecimiento en las categorías clásicas de las ciencias sociales del siglo XX, como el paradigma con varias máscaras políticas (liberales, desarrollistas, marxistas, nacionalistas). En el siglo XXI el paradigma moderno eurocentrado de la política y la ciencia ha sido puesto en duda radical desde el discurso decolonial y el discurso ecológico. Es decir, sus dogmas positivistas de fe progresistas y desarrollistas son evaluadas desde el desarrollo impresionante de la capacidad productiva y la espectacular capacidad de innovación tecnológica. Pero también según sus consecuencias ambientales: un desastre civilizacional con consecuencias ya irreversibles en lo que se refiere a la biodiversidad y a las pérdidas irreparables de patrimonio natural, de los recursos limitados no regenerarles y de los saberes ancestrales olvidados deliberadamente. La ecoocreatividad recoge las criticas decoloniales (Dussel), convivialistas (Caille), ecologistas (Latour, Bourg) y de la democracia radical (Rancière, Laclau, Badiou, Laval & Dardot, Benasayag) como apoyo para poder disponer de una caja de herramientas diversa y con apoyos para pensar utopías concretas y prospectivas posibles post neoliberales. Para esto es necesario estipular más aun lo que es objeto de crítica: el imaginario NL.

3. EL IMAGINARIO NEOLIBERAL Y LOS NUEVOS HORIZONTES HEURÍSTICOS

Vemos así como la utopía neoliberal tiende a encarnarse en la realidad de una especie de máquina infernal, cuya necesidad se impone a los propios dominadores. Esta utopía - como el marxismo en otros tiempos, con el cual, desde este planteamiento, tiene muchos puntos en común - suscita una formidable creencia, la free trade faith (la fe en el librecambio), no sólo entre los que viven de ella materialmente, como los financieros, los patronos de las grandes empresas, etc., sino también entre los que extraen de ella su razón de existir, como los altos ejecutivos y los políticos, que sacralizan el poder de los mercados, en nombre de la eficacia económica, que exigen el levantamiento de las barreras administrativas o políticas susceptibles de importunar a los detentadores de capitales en la búsqueda puramente individual de la maximización del beneficio individual, instituida en modelo de racionalidad, que quieren bancos centrales independientes, que predican la subordinación de los Estados nacionales a las exigencias de la libertad económica para los amos de la economía, con la supresión de todas las reglamentaciones en todos los mercados.

Pierre Bourdieu, La esencia del neoliberlalismo, Le monde Diplomatique, mayo 1998.

El concepto de neoliberalismo se ha vuelto confuso, difuso, polisémico, impreciso. Aunque es de capital importancia su delimitación conceptual para definir sus alcances e implicancias políticas, sus límites categoriales en referencia a sus criterios científico-social no tiene acuerdo cerrado en la comunidad científica-social. A nivel filosófico es importante su clarificación y alcance conceptual por sus principios estructurales de libertad e individuo, para la crítica filosófica pertinente (Bourdieu, 2011). Se lo identifica tanto con el liberalismo (filosofía y política) como con el monetarismo -en el sentido de teoría meramente económica-73. Los “padres fundadores” nunca se autodenominaron ni se reconocieron con el prefijo neo (nuevo). La “libre competencia no falseada” es el dogma y la utopía para el liberalismo, Hayek y Friedman consideran a priori que es la mejor forma y el modo más adecuado de libertad para coordinar, vía “el mercado”, la actividad de millones de personas donde cada persona conoce y defiende sus intereses. El Estado, los monarcas y las iglesias no deben interferir en el mecanismo que vehiculiza “la mano de dios” (¿invisible?) que todo lo armoniza (y que a veces hace goles, como la de Maradona…). La competencia genera siempre un ganador y muchos perdedores, aburrimiento que no se salda con la justicia, sino con la tendencia natural que, de hecho, se da con las políticas liberales y neoliberales: la tendencia ineluctable hacia el monopolio. Porque es el verdadero deseo del empresario que no quiere competencia, es a decir verdad su molestia…, por esto sueña con hacer acuerdos con la competencia (si no puede eliminarla) para tener los precios más altos y las mejores ganancias en el mercado. Sin un lugar central que controle y planifique, que dictamine las leyes no puede haber “mercado”, al menos pacifico. Sin “mercado” y sin relaciones mercantiles por exageración estatizante, no se suprimen las clases, se genera una nueva clase dirigente estatal-administrativa con privilegios y poderes como los monarcas, o las megaempresas de capital. Es la paradoja de la modernidad y de la democracia, en la que aún estamos74.

Fue Alexandre Rüstow en 1938 quien lo utilizo por primera vez, en el Coloquio Walter Lipman. Pero con un sentido diferente, es decir con la necesaria intervención del Estado para garantizar las ideas del liberalismo clásico y el rol del mercado75, con un Estado fuerte e imparcial. Estaba enfrentado con los liberales clásicos del laissez faire, lo que trajo un intenso debate a tono con la época. En cuanto fenómeno diferente al liberalismo clásico (aunque sostiene muchos de los principios liberales y no innova sustantivamente en sus categorías estructurantes), el neoliberalismo nació después de la segunda guerra mundial como reacción teórica y sobre todo política contra la intervención estatal dominante de posguerra (socialdemocracia), luego de la gran crisis mundial del capitalismo en 1929-1933. Momento en que el liberalismo fue evaluado como el límite concreto, por sus consecuencias sociales desastrosas, por sus fallos concretos en la gestión pública-social y por las limitaciones teóricas para explicar presente y predecir el futuro próximo.

Persevera y convencerás…

El texto fundante del neoliberalismo (NL) es Camino a la servidumbre, de Friedrich Von Hayek (1899-1992), premio Nobel de economía 1974. Fue quien recibió en 1984 también reconocimientos de la reina de Inglaterra como miembro de la “Legión de Honor”. En 1991 recibió de George Bush (padre) la medalla presidencial de la Libertad. Este economista enseñó en Inglaterra, donde residió casi toda su vida. También impartió clases en universidades de Alemania y además, en la exclusiva y clasista Universidad de Chicago. Sus escritos y criticas fundamentales las dirigió contra las versiones socialdemócratas, socialistas y comunistas de gestión política de la sociedad. En particular contra el partido laborista inglés, que le ganó las elecciones al héroe liberal-conservador Winston Churchill, luego de la segunda guerra (Anderson, 1999). Von Hayek, el pensador liberal pionero del NL equiparaba la socialdemocracia con el nazismo en la restricción de libertades y en la producción de servidumbre moderna, como atentados éticamente imperdonables a “la libertad” de los individuos. Junto con Milton Friedman inspiró, con las ideas de “libertad” y de “libre competencia”, a las crueles dictaduras y con planes económicos de efectos sociales y culturales considerables. Los laboratorios fueron las dictaduras que interrumpieron con violencia inusitada procesos democráticos a plomo y represión en América Latina, bajo el mando de los generales Augusto Pinochet y Jorge Rafael Videla (ambos condenados por la justicia local e internacional, por violación explicita de los derechos humanos y por crímenes de lesa humanidad).

El arribo a la escena política internacional de esta perspectiva ideológica-política, llevó varias décadas de preparación, a partir al menos de la segunda guerra mundial. En 1947 Von Hayek convocó a treinta y seis profesores e intelectuales76 a una reunión. Estos intelectuales compartían sus convicciones políticas-ideológicas contra el Estado de bienestar y el New Deal americano. La reunión se desarrolló en Mont Pelerin, en el Hotel Du Parc de una pequeña estación de sky en los Alpes suizos. Fue un arduo trabajo de resistencia y paciencia, con propósitos tan claros como fijos: atacar apasionada e implacablemente a los Estados y sus intervenciones de regulación, que limitaban los mecanismos del “libre mercado” (Anderson, 1999). Para esto debió fortalecer conceptualmente el triángulo central de su núcleo paradigmático, es decir pensando la posibilidad de crear un marco institucional caracterizado por el libre intercambio, el mercado libre de normas y regulaciones públicas, para asegurar con solidos derechos la propiedad privada extensiva a todos los dominios de lo común. Todo esto para limitar las intervenciones del Estado que no sean con el motivo de fortalecer el mercado. Aunque la libre competencia como el proteccionismo sean de hecho una decisión que se toma, evidentemente, a nivel de la política de Estado. En sentido político, promovían con leyes constitucionales el auto debilitamiento deliberado del Estado, para que pueda ser sometido a los dictados del capital y a las reglas de juego de un mercado desregulado.

Sus primeros experimentos, como ya lo adelantamos, al no arribar por elecciones limpias se hicieron por la fuerza, con dictaduras militares antidemocráticas para imponer medidas tan audaces como impensables para la época77. Chile, Argentina en América Latina, luego Inglaterra y EE. UU. Rusia, con Boris Yeltsin de presidente en los años 90 quién aceptó las sugerencias neoliberales, luego de la caída del régimen soviético. Este conjunto de países son ejemplos típicos que sirven para pensar el impacto real de estas políticas e implantación de este paradigma político e imaginario ideológico-cultural. Bolivia fue, en 1985, el primer país latinoamericano democrático en aceptar la estrategia de choque de las políticas y recomendaciones económicas-sociales neoliberales, en contextos culturales premodernos. Los resultados fueron negativos y con profundos costros sociales, empeorando las condiciones de vida, visibles las variables básicas de la economía y la política de la época78.

Para el NL la justicia y el dinero deben ser, a modo de imperativo categórico, autónomos del poder y de la decisión democrática. Por lo tanto, estos principios inviolables para el NL deben ser blindados en y por la constitución. Todo esto para evitar que las agendas públicas, las demandas y las decisiones democráticas del Demos influyeran en el poder ejecutivo y que pudieran poner en peligro o cuestionaran la propiedad privada de los Oligoi (los ricos), desde el derecho público -caricaturalmente podrían decir sus think tanks “leyes votadas por obsecuentes políticos clientelistas promoviendo los intereses del pueblo pobre (demos)”-. Aunque, como señalan Dardot & Laval “El orden del mercado, o de la competencia, lejos de ser un ‘orden espontaneo’, como pensaba Hayek, es el efecto de una ‘política del orden’” (2017: 47). Para Franz Hinkelammert (2017) esto tiene consecuencias éticas determinantes: “La ética hoy dominante, ética del individuo, tiene como su principio axial aquello de: “yo vivo, si te derroto. Es la ética de la competencia. Se presenta igualmente como ética de la eficiencia.” (2017: 343)

Mientras la elaboración teórica anti utópica la dirigían contra el enemigo elegido como “el representante del mal en la tierra”, que para el NL es el socialismo y la intervención y planificación estatal en contra de la libertad del “individuo”, fueron desarrollando su propia utopía de la sociedad del mercado total, como totalidad abstracta. Con fe templada en décadas, con la idea de que no hay una solución posible fuera de su modelo, fue ensamblándose poco a poco, tejiendo redes sociales de influencia. Esta construcción política de espacios de intelectualidad tuvo el propósito implícito y explícito de generar sentido y poder, para así contrarrestar las versiones hegemónicas socialistas y liberales de intervención reguladora del Estado. Su convicción ideológica es análoga al dogmatismo estalinista del sentido de la historia, pero se basa dogmáticamente en la sacralización del “mercado total”. Esto es, teniendo confianza ciega en la dinámica del mercado que todo lo equilibra, aunque haya sido contrastado empíricamente con resultados sociales desastrosos. Por ejemplo, Chile con dos recesiones, Inglaterra y la destrucción del tejido social en los dos periodos de gobierno de “la Dama de Hierro”; en Argentina con regresiones socioeconómicas inigualables con la sextuplicación de la deuda externa (1976-1983) y casi 20 años después, con el fatídico “corralito” (2001); en Rusia con el descenso de la esperanza de vida y la caída de la tasa de natalidad de modo abrupto en solo cinco años (1994-1999); el derrumbe financiero del 2008, entre tantos ejemplos79. Su convencimiento de que era posible su utopía hizo que su paciencia y empeño fuera esperando una oportunidad de llevarla a cabo. La primera sociedad “de” mercado (además de “con” mercado) en la historia de la humanidad fue el experimento hecho con dictaduras brutales y de corte autoritario fascista en político y NL en lo económico cono en Chile. Este gobierno dictatorial fue su turno político experimental, que no unió en ese momento las condiciones de libertad política para desarrollar la posibilidad de un libre mercado del pensamiento clásico liberal, sin trabas de regulación Estatal. Luego vinieron los gobiernos de Thatcher y Reagan en democracias liberales ya afianzadas, decididas a domesticar y someter las protestas sociales internas con regresiones profundas en derechos cívicos y condiciones de vida para los trabajadores, como comenta el economista inglés Paul Mason en su libro Por un futuro brillante (2019).

En contraposición a las loas del liberalismo y las perspectivas que justifican el capitalismo como modo de gestión pública e individual, están las versiones críticas contra la alienación NL. Criticas olvidadas y silenciadas expresamente en la academia en las últimas décadas, por efecto de la hegemonía cultural que se ejercen suprimiendo puestos y líneas de investigación80. Hay conceptos que desaparecen y se invisibilizan en las universidades y en los textos académicos, como por ejemplo el concepto de alienación. La alienación podemos definirla como la limitación de la libertad y la ausencia de autenticidad de una vida etiquetada, empobrecida, encerrada y desposeída de los medios para afirmarse y relajarse en una vida con pasiones más alegres, no banalmente eufóricas, ancladas en un presentismo tiránico obligado a gozar por la adquisición de objetos y experiencias sin gravedad vital. Es comprender, como tarea individual y colectiva (educativa, mediática) como y en qué estamos sometidos a constricciones sistémicas ciegas que nos encadenan a dispositivos de poder objetivantes, insaciables e irracionales. Estos dispositivos que silencian la búsqueda y la confrontación están instalados/situados en ambientes concretos (ciudad, empresas, ocio) de modo gigantesco (shoppings centers, grandes centros vacacionales como Cancún, Disney, en mega eventos) y puramente funcionales sometidos a imperativos unívocos de eficacia y neutralidad. Todo favorece la aceleración (Rosa, 2010), al siempre ¡más! del crecimiento por el crecimiento, encerrados en modos de vida que ansían exhibirse en las redes sociales y en los medios de comunicación masivos, para mostrar como estrategia narcisista un goce heroico de sí mismo. La aceleración técnica, del cambio social y del modo de vida es un efecto sistémico del “presentismo” déspota, que va disolviendo lo que tenía sentido más allá del mercado, promoviendo fanáticamente la adoración expresa e implícita del fetiche dinero. Preguntarse qué necesitamos verdaderamente y que deseamos auténticamente es una tarea colectiva e individual. El presentismo aceleracionista sin embargo se impone y se promueve en las Business Scholl desde el contenido central, el marketing, ya que es un dispositivo contagioso característico y esencial de la ideología NL. Por último, el NL es un régimen de temporalidad que acompaña sus mutaciones y las produce. Es el efecto concreto de la sustancialidad abstracta-virtual del tiempo como condición de la experiencia posible y real en el mercado como valor del Capital, el verdadero Universal y significante vacío que demanda ser receptáculo y contención de todo sentido posible. La colaboración y la cooperación se suman cooptadas, si aceptan este modo y reglas de juego, a la sociedad de consumo que implica una política como policía, que ya tiene los lugares asignados a los ciudadanos en perfiles cuantificables: formateados por algoritmos que extraen plusvalía del campo atencional de los ciudadanos. Campo fagocitado, depredado, pirateado y manipulado con técnicas cada vez mas refinadas: el sueño de Stalin, Hitler, Franco, Pinochet y la CIA, no solo ya realizado, sino deseado por todos los consumidores cada vez mas adictos a sistemas y algoritmos que tienen ese propósito explicito. Adicción ya no oculta, sino más bien evidente en su goce expuesto en redes sociales, cuyo objetivo es secuestrar la atención (el oro y petróleo en la era del Antropoceno) y ser vendida como mercancía sin retorno para el usuario que la produce, para ser reutilizada en propuestas sin contenido (el contenido es el uso mismo) que reenganchan al uso sin fin. Uso a repetición y a modo compulsivo en donde queda adherida la atención, como una mosca en atraída por las trampas de dulces pegajosos, como engaños mortales para golosos desmesurados, para consumistas sin discernimiento.

Nuevos horizontes heurísticos

En el siglo XX la revolución proletaria visualizada por Marx en el siglo XIX, fue contenida por el reformismo socialdemócrata y nacional-populista. Porque los integró al sistema capitalista, otorgándoles seguridad social y vacaciones pagas en una parte de occidente y a una porción considerable de las capas medias de la población en América Latina. EL NL a partir del derrumbe del muro de Berlín fue degradando y destruyendo sistemáticamente esos “treinta gloriosos” años en Europa, y a los regímenes Estado céntricos en América Latina. Se constatan en Europa y los EE. UU. a partir de los años sesenta una Nueva izquierda con el mayo del 68 francés y de la mano de Herbert Marcuse, como critica a la sociedad Unidimensional como un fascismo amistoso, cerrado y alienante que produce un conjunto de nuevos sujetos de la protesta y el inconformismo a tal sistema. Emerge también como movimiento cultural la ecología que se va sustentando cada vez más en las constataciones científicas de los costos del progreso y el desarrollo capitalista. En América Latina se da una mezcla de perspectivas nacionalistas - populares y de organizaciones armadas.

Luego, a partir del 2000 en Europa se consolida su moneda única, la Unión Europea va haciendo ingresar más países en medio del polvo del derrumbe de las torres gemelas y el arribo de la crisis de las “subprime”. En América Latina, luego de la década perdida de 1990 a causa del Consenso de Washington, viene un renacer de gobiernos progresistas populistas hasta el 2015. La explosión de las redes sociales apoyadas en redes tecnológicas e informáticas (Roitman, 1999; Busso, 2005) cambia el escenario haciendo tan novedoso el contexto como imprevisible. Las preguntas parecen apuntar en las ciencias sociales actuales a saber ¿qué es lo queda de la sociedad unidimensional? (que supo producir deseos que luego satisfacía con el consumo apoyado en el crédito), ¿qué tipo de imaginario se está fraguando en medio de un sistema agónico y mutante?, ¿cuáles son las posibilidades de la capacidad de accionar de las sociedades, grupos y partidos que van reconfigurando su identidad en medio de catástrofes climáticas, pandemias y crisis financieras cada vez más intensas?

La ecoocreatividad como horizonte heurístico vuelve a preguntarse desde el principio de esperanza . la utopística ¿cómo salir de la alienación NL?, ¿Cuál es su reverso81? ¿Hay dialéctica que encontrará la síntesis o solo habrá antagonismo reversible inevitable sin resolución posible? La tradición de la escuela de Frankfurt, en particular sus últimos representantes con Axel Honnet (2008) y Harmut Rosa (2010; 2018), ensayan hacer entrar en relación las fuerzas que hacen eco entre el sí mismo y el mundo, la realidad del mundo de la vida cotidiana sin nostalgias, pero con consciencia critica. Preferentemente con resonancias spinozistas de alegría, evitando las pasiones tristes y alienadas como sugieren Frédréric Lordon y Brian Massumi, y pensando con categorías pluriversales y transmodernas, como proponen Enrique Dussel y Walter Mignolo. Se impone como tema el evitar la fuga hacia adelante como una nada del futuro propio del presentismo, porque la política debe hacer posibles tendencias que eviten lo destructivo que se repite como síntoma que degrada la vida (Baschet, 2018; Benasayag, 2021). No hay que repetir prácticas y modos de lo que es considerado el problema, es decir, hay que sortear el capitalismo financiero fuera de control (que posee un credo dogmático devastador) desde una intencionalidad deliberadamente ecológica-sostenible. Y repensar la faceta actual del capitalismo, que es sostenido por algoritmos impersonales y omnipotentes.

La respuesta a los males que nos aquejan (la desigualdad, la irresponsabilidad ecológica, la explotación laboral, la exclusión sociocultural, …) son desafíos, que están interrelacionados en entre sí. También tienen sus funcionalidades y características propias, autónomas y aisladas. Si la incertidumbre no indica tendencias y prospectivas claras y consensuadas, entonces la ecoocreatividad debería entrar en resonancia con la vida que alquimiza el plomo de a alienación capitalista, al ritmo del calentamiento planetario ya inevitable. Tratando de torcer las tendencias, para que la alegría prospectiva pueda recomenzar el ciclo espiral de la rebelión, como revolución (prefijo re de repetición, volv es rodar: acción de volver atrás, de recomenzar82). Pero ¿qué es lo que se repite? Hay que volver a reconceptualizar estos términos, comprender su etimología porque implica una suerte de volver al pasado sin dejar el presente y abrir el futuro como un nuevo comienzo de rebelión (‘vel’, del indoeuropeo, desvelamiento, vuelta atrás, nuevo comienzo, retorno del tiempo y del ciclo astronómico), como una novedad del perdón, concientización y corrección de los errores cometidos ya insalvables. El error es condición a priori de la verdad en minúscula, que debe evaluar las consecuencias de los excesos de un modo de vida con criterios no armónicos con los terrestres. ¿Queremos repetir lo hecho y lo experimentado hasta el presente? (volver a la normalidad pre-COVID19) o más bien ¿desvelar nuestro verdadero deseo y revolucionar el presente? (Post-COVID19, post-neoliberalismo/capitalismo).

Volver a la normalidad es imposible como actitud conservadora, por indeseable, y sobre todo, porque es demasiado poco inteligente. La revolución ecoocreativa abre a la incertidumbre y la angustia de lo desconocido, de un futuro que no dejara de alterar y cambiar de todos de modos. Tal vez la sabiduría de Lao Tsé, el viejo sabio taoísta de siglo V antes de cristo, pueda ayudarnos desde la idea de surfear el tao (yin-yang), buscando la mejor opción dentro de tendencias cambiantes, fluidas y sincrónicas en lo emergente, con las que hay que compaginar una melodía con el ritmo, que resuenen positivamente en la alegría con entusiasmo vital.

1. Utopía e imaginario del neoliberalismo hegemónico hasta 2020

Eloi Laurent (economista francés profesor en Sciences Po de Paris), piensa que el NL se fundamenta en quimeras, a partir de que el liberalismo clásico (Adam Smith) libera la economía de la moral, pero no de la política -es más, la subordina a ella-. Laurent escribe en Nos mythologies économiques (2016) que el fundamentalismo del mercado sostiene la retórica NL, que reposa sobre una moral simplista. Porque oculta el rol primordial de las instituciones sociales (regulaciones, servicios públicos, redistribución, protección social) dentro de la prosperidad occidental, para reducirla a un absoluto que jamás existió. Es decir, el absoluto del mercado sin fe y sin ley de los sistemas de opresión. La queja liberal más radical ha sido que fueron reprimidos por la redistribución característicos de los sistemas sociales de distribución y protección social (socialdemocracia, comunismo, populismos de izquierda) con el Estado, cuya “malvada razón de ser a priori” (en el argumentario electoral NL) seria impedir por todos los medios posibles el dinamismo económico (2016: 16-17). El mercado funciona, en realidad porque hay regulación. Es además de la tarea necesaria y propia del Estado, es su condición necesaria de existencia histórica en occidente, para el desarrollo, fortalecimiento y ampliación del mismo mercado. Las invasiones coloniales en Asia impusieron con cañones e invasiones militares el libre mercado, como regla y regulación del opio como mercancía, pero para el beneficio occidental, para el detrimento y humillación de los chinos, siendo actualmente el resentimiento, el argumento y la desconfianza principal de las corrientes antioccidentales y nacionalistas en China y Asia en general. La mundialización posterior a la caída del muro de Berlín necesitó regulaciones e intervenciones permanentes, al igual que después del desplome financiero del 2008, rescatado con dinero público la Banca privada y algunas grandes empresas monopólicas. También fue el dinero público con gestión estatal lo que sostuvo a las empresas privadas de la Unión Europea (en particular las alemanas, belgas y francesas) en la crisis del COVID-19 en 2020 y 2021. La libre competencia promovida por las grandes empresas y el NL se sostiene, al final de cuentas si vemos en detalle la historia con fuertes transferencias del dinero público y con costosas intervenciones políticas-financieras estatales en los mementos críticos, y no tan críticos…

El neoliberalismo es una superestructura ideológica-política, por lo tanto, dispone de una mitología propia donde sostiene su imaginario. En Argentina en la época de Domingo Cavallo (economista recibido en la UNC, luego con postgrados en Harvard) y en el periodo en Chile durante la dictadura del General Pinochet, son ejemplos de esta mitología que presenta y desmonta Eric Laurent en el capítulo 1 (2016: 15-52), en cinco mitos básicos e históricos. El relato que se repite es el siguiente: 1) Las sociedades se mejoran realzando la economía de mercado, dinamizada por una competencia libre y no falseada, sin que el Estado lo asfixie. Aunque la sensación sea contradictoria, ya que los Estados están sumergidos e impotentes con el mercado mundial que los subordina, todo mercado está regulado. Y esta es la tarea del Estado que demarca su potencia o lo contrario (en detrimento a mediano y largo plazo del mercado mismo). La cuestión central es, como fue evidente en la crisis de las “subprime” en 2008, quién asume los riesgos y los costos de este tipo de economía financiera. Siendo muy importante políticamente definir quién es el que se queda con las rentas. Luego, Eloi Laurent muestra en forma secuencial y argumentativa los otros mitos, ya que si las sociedades se mejoran con la economía de libre mercado 2) hay que producir riquezas antes de distribuirlas (la famosa idea de que la copa debe rebalsar…, aunque raramente lleguen gotas de champagne a las copas de abajo…). En sus relatos han ido haciendo sonar a repetición la perorata en los medios de comunicación que disponen. Para que 3) el Estado pueda ser eficiente, debe ser gestionado como una empresa. Por no hacer esto, 4) Los regímenes sociales son siempre financieramente insostenibles e ineficientes. Por esto, se sigue que es necesario 5) hacer reformas estructurales, para hacer los Estados más pequeños, eficientes y competitivos, para que haya crecimiento y prosperidad. Estos son los cinco puntos básicos del imaginario con sus a priori míticos de los sistemas que encarnan las transformaciones estructurales del capitalismo actual, para los que la CEPAL (2015, 2017) muestra sus resultados diacrónicos83.

De modo polémico, para muchos especialistas, politólogos y partidos el NL es el problema porque está senil, en declive sostenido y caduco por el peligro inmanente que representa en todas las dimensiones. Aunque es difícil ponerse fuera de su juego doctrinario en la gestión pública, por las consecuencias disciplinarias que conlleva a nivel económico- financiero y geopolítico. También se sabe, como ya lo propuso Wallerstein, que no es una cuestión de semanas o meses su derrumbe y final, porque puede durar décadas su sustitución, que será tan novedosa e incierta como necesaria. La anarquía (an-arkhé, la ausencia del arkhé /raíz- fundamento, no la ausencia de instituciones de gobierno, posibilidad indeseada en lo político) no se revela como sustituto plausible y factible en la complejidad del mundo global actual. El capitalismo muy probablemente encuentre modos suplementarios y sustitutos temporalmente, al menos. Sin embargo, la ideología NL como forma de organización del capitalismo contemporáneo es un imaginario a nivel mundial hegemónico hasta ahora, que resiste y sabe mutar adaptándose a contextos complejos para sostener su credo ideológico del libre mercado y del individuo racional que decide para maximizar sus posiciones. Y esto lo traslada a lo institucional, porque está en disputa interna y en conflicto externo permanente, donde la democracia es finalmente un adjetivo prescindible. El triángulo institucional de Empresa, Estado . Mercado tiene como protagonista en esta etapa -al menos hasta ahora-, al Mercado. A diferencia del periodo del Estado de bienestar europeo y de la matiz Nacional-popular de América latina, que tenía como central al Estado que la regulaba y promovía. La caída del bloque soviético en la década de los años 90 es concomitante con su auge, crecimiento, desregulación de mercados nacionales y con la hegemonía NL hasta 2020.

2. Las dimensiones filosóficas y económicas del imaginario hegemónico

La dimensión filosófica es el punto débil liberal. Comenzamos por la idea de individuo que maximiza sus beneficios, desde un horizonte a priori egoísta que busca una libertad inalienable de su goce personal. Esta es una simplificación no solo pobre, sino más bien peligrosa. La ciencia y la tecnología que hacen mutar el capitalismo actual al ritmo progresivo de las neurociencias, las innovaciones tecnológicas con los algoritmos desdicen los supuestos básicos elementales de su credo dogmático, y por tanto de sus argumentos elementales.

Los principios que articulan su enfoque ético-moral es el individuo, que calcula egoístamente desde su interés particular sus propias condiciones de la mejora de las condiciones materiales de su contexto vital. A partir de esto la ciencia clásica de la economía postula todo un edificio conceptual, con el que justifica sus deducciones y proposiciones de modelos matemáticos desde una perspectiva esencialmente cuantitativa. En el último siglo hay diferentes ofertas de modelos explicativos. podemos elegir a alguno de ellos, para explicar el comportamiento humano. Por ejemplo, podemos escoger el modelo típico de las bolas de billar, para explicar el movimiento, la reacción y la predictibilidad en una superficie plana de una mesa de pana, en la tierra, a x metros de nivel del mar, conociendo la fuerza del impacto de una bola sobre otra en las condiciones especificadas. Otro modelo será necesario para explicar y comprender el movimiento de un virus, de un perro, y más complejo aun el comportamiento y la predictibilidad los cursos de acción de los humanos.

De hecho, los mamíferos se mueven desde un movimiento inmanente, en el mismo momento que las condiciones exteriores afectan y alteran las condiciones siguientes a las que el cuerpo en condiciones normales debe adaptarse adecuadamente, para continuar en vida. La tentación normal es de comprender el comportamiento del perro como la caja negra que tiene imputs de información y hay que entender que pasa cuando hay outputs de acciones y resultados. Pero a la luz de las neurociencias actuales no es suficiente, por las lagunas y los huecos que deja en la explicación, la comprensión y la predicción. A nivel de microeconomía, el nivel de la explicación comportamental de unidades de análisis de individuos compradores-consumidores, los supuestos liberales de la acción racional son una propuesta ideológica, axiológica y política diferente, histórica y extremadamente violenta de organización de los grupos humanos. Para Karl Polanyi, Bourdieu, Wallerstein, Dufour y Dussel son construcciones teóricas incompletas, reduccionistas y extremadamente sesgadas. Los supuestos básicos de la (pseudo) ciencia económica son modelos auto explicativos, reducciones deliberadas a sus propios supuestos y a sus modelos diseñados a priori, pero no explicaciones que tengan en cuenta las múltiples y complejas variables humanas de elección y acción en contextos determinados84.

Es más efectiva la noción de “afecto” en sentido spinozista-deleuziano, como relación indisociable entre lo que me afecta y lo que me ha afectado desde el exterior. Como dimensión aparentemente pasiva receptiva desde el sujeto que recibe perceptualmente lo que acontece afuera, limitado aparentemente a un puro sentir y ser afectado. Pero que lo que yo hago en respuesta a las percepciones, sensaciones y sensibilidad actualiza potencialmente mi actividad por la memoria corporizada y actualizada en golpes de intuición. El cómputo y cálculo racional es una variable posterior, tardía, menor y complementaria siempre en situación de un proceso más complejo y dinámico de relación contextual. La situación excede siempre la reducción economicista liberal al mero interés y computo egoísta individual, donde el contexto es aleatorio y secundario en importancia analítica. Haremos una breve introducción a tan apasionante problemática85 en el punto siguiente.

La avispa y el gato, o el cálculo de Narciso…

Partimos desde la tradición de Baruch Spinoza, para observar como las relaciones entre las sensaciones y los movimientos correlacionan con el cuerpo. Haremos un relato figurado para tratar de explicar las relaciones muy complejas entre las sensaciones, las decisiones y la memoria. Ensayaremos comprender las relaciones entre las sensaciones y los afectos tanto en su dinámica extensiva del momento de la trayectoria cuantitativa tempo-espacial. Como también en su dinámica intensiva, propia del ímpetu cualitativo de sus sensaciones, sensibilidad y memoria como efecto retroactivo e implicado en el campo inmanente, del que es parte de forma activa y resonante.

Por ejemplo, no es el perro como entidad lo que hay que observar tomando la palabra como la cosa que congela y ontologiza algo. El perro es “devenir perro”, es el proceso desde que es cachorro hasta su último suspiro. Este mamífero se continua en la tierra, que sepulta el destino del can. La carne del perro que come el gusano alimenta un pájaro que se lo engulle, que es devorado a la vez por un gato. Este gato satisfecho por el ave que se comió escuchó y vio algo desconocido: el zumbido de una avispa, por la que fue picado en ese mismo momento en su hocico. El pobre gato, entonces, salió huyendo a toda velocidad dolorido por semejante infortunio. El movimiento corporal nació de sí mismo, no solo por el impacto del aguijón en su húmedo hocico, sino por la emoción de miedo causada por la sensación e intensidad del dolor, en tiempo presente, que se marcará sensiblemente en su cuerpo como recuerdo, como memoria viva cuando escuche otro zumbido. Esto es la génesis de una resonancia afectiva a nivel de su memoria sensible, que será el potencial corporal-afectivo del gato, que se manifestará luego, como repetición al escucharlo nuevamente. La memoria re-actualizará el potencial al percibir nuevamente el ruido “zumbido-de-avispa-picadora”, que desencadenará el movimiento de pánico y huida, para evitar la sensación que reactualiza la resonancia tempo-corporal del dolor-miedo ya registrada en el pasado (auditiva, kinestésica, olfativa, visual). Por lo tanto, si lo complejizamos aún más llevando esta situación de infortunio a un mamífero con capacidad racional como es el hombre, el cuerpo deberá ser comprendido como afecto (emoción, sensación, sensibilidad, intuición) porque será movilizado por algo que excede (pero que lo contiene) al mero cálculo /computo racional. En todo caso, el cálculo racional de las expectativas y propósitos estará tironeado por pasiones y deseos sistémicos, recursivos, dialécticos, lineales, paradójicos, coherentes, complementarios, contradictorios, antagónicos, disociados, borrosos, rizomáticos, centralizados, deliberados, inherentes, trascendentes e inmanentes. La lógica formal y el orden pasaran a ser un raro caso del caos y el desorden a priori, tan solo una posibilidad lógico-formal de aburridos profesores de filosofía y economía liberal en universidades encerradas en sí mismas, sin ni siquiera tener en cuenta ni al gato con botas, ni al célebre gato cuántico de Schrodingüer.

Sin embargo, la dimensión conductista de la psicología comportamental entiende la situación desencadenada por la avispa picadora en el cuerpo, como una sensación y sensibilidad pasiva, por ser un padecimiento inevitable, no elegible porque viene dada del exterior. Que a la vez en cuanto causa (análoga la campanita que avisa al perro que habrá comida) justificará una consecuencia (la conducta, la salivación inmediata y el movimiento de la cola como signo de entusiasmo y alegría). Esta perspectiva conductista no tiene sentido en esta perspectiva más óntica-constructivista, porque privilegia el devenir relacional, en situación, porque incorpora el contexto y la dimensión inmanente como eco-creatividad retroactiva. Esto a modo recursivo genera prospectiva, el sentido tendencial del futuro percibido y sentido aquí y ahora, que excede siempre a priori el mero presente. En la versión NL esa tiranía del presente sin pasado ni futuro se la comprende como la patología de “presentismo (Baschet:2018), la dominación del futuro inmediato y la tiranía de lo urgente. Siempre atado al tiempo del trabajo abstracto que cuantifica el tiempo como valor. Hasta lo que no puede ser cuantificado monetariamente se lo valúa, de todos modos, por el tiempo dedicado. Esto provoca una aceleración angustiante, repetitiva, exigente y aburrida que es la principal causa de baja laboral (estrés) y de enfermedades crónicas. Por lo general muy costosas para los ahorros públicos y para la ecología del planeta.

Esta experiencia tempo-existencial, el presentismo, es la tiranía del momento posterior, de lo que viene acelerado en su vacío banal. Es lo que hace que se desvanezca sin memoria ni registro del potencial existencial experimentado, que anula lo auténtico e integral del ahora, la experiencia del pasado y los posibles del futuro en la satisfacción inmediata de la pulsión-deseo que no tenga límites. Como exceso de un goce regresivo del exceso, la ansiedad y la desmesura (hibrys) que será castigada (la némesis) como en el mito de Eurysithon, del Rey Midas o en la tragedia de Edipo Rey. En estos personajes míticos de las tragedias griegas, la elección racional parece transformarse en soberbia (orgullo, arrogancia) y en exuberancia irracional de la desmesura. Además, si bien la racionalidad es un efecto posterior y tardío de los dos primeros cerebros (el reptileano y el de mamífero incorporados en la evolución del cerebro humano, el tercer cerebro), la sensibilidad (emoción y entendimiento) es un potencial que se despliega en el percepto del sentimiento, con su memoria sensible no como cualidad meramente exterior. La exterioridad se interioriza por la percepción y se recrea como proceso en la interioridad inmanente del devenir del mamífero (el cachorrito en gato, el bebé en hombre), a causa del proceso recursivo ontogenético de percepción-emoción-sensibilidad-memoria. La racionalidad que elige es un efecto tardío, que por lo general justifica las emociones-sentimientos en las que se sostiene y fundamenta.

Veamos entonces como justificar este desplazamiento del individuo que decide racionalmente, hacia lo “dividual” de tendencias afectivas, con una visión más compleja en la que lo aleatorio y contingente es la norma. Los afectos, como percepción emotiva y como sensibilidad, es un poder que tiene cada ser como posibilidad de accionar influenciando. Y a la vez como riesgo de ser manipulado e influenciado. La sensibilidad de la memoria es un potencial inmanente creado en vida en condiciones no elegidas, en todo caso co-creadas de una capacidad de ser afectado en desarrollo constante. Cualquier mamífero hará una suerte de cálculo (a su modo y posibilidad) a partir de ese paterm registrado al escuchar el zumbido o ver la avispa (ejemplo que utilizamos más arriba). Ese patern (o forma-pensamiento, mezcla de percepto, afecto y concepto) que se enmarca como “zumbido-de- la-avispa” aúna y conjuga lo afectivo-corporal como un proceso complejo de percepción + sensación + emoción + sensibilidad + sentimiento + memoria, que va a convertirse posiblemente en miedo y huida. Esto ha sido creado entre las tendencias internas relacionadas a la repercusión que habrá dejado el acontecimiento del aguijón en el hocico en el desdichado gato (o en la mano del impaciente y curioso niño que no para de llorar cuando escucha de vuelta un zumbido de una avispa. Entonces gritará angustiado y llorará buscando a su madre…). El gato -o el niño-, al recordar emotivamente la causa de la inscripción de la sensación de dolor en su cuerpo-memoria, como maquina semiótica que crea y recrea sentido y deseo todo el tiempo. El cuerpo es esa potencia, esa capacidad de conectar flujos de deseos, de ser afectado y recrear las condiciones de su realidad. El individuo reducido a la sola dimensión de decisión racional es una ilusión que no es sostenida ni por los estudios de las ciencias neurocognitivas, ni por las mismas prácticas discursivas utilizadas por el dogma pragmático de la filosofía capitalista como el marketing (el hijo bobo de la filosofía, según Deleuze). El neuromarketing desmiente los supuestos filosóficos neoliberales en su reducción infantil. De hecho, a partir de la década de los 90 ya incorporó la complejidad y el caos86. En el nuevo milenio abordó la complejidad de los algoritmos, ensayando delimitar las cantidades no cuantificables, comprender la intuición y las decisiones no racionales, incorporando la lógica cuántica de la decisión para saber el discurrir de la decisión entre que postre elegir, ¿queso o dulces?, donde la decisión actualiza el campo de los posibles en una versión ¿onda o corpúsculo?

Hay individuo en el pensamiento moderno-liberal, como unidad de apoyo para la ciencia económica de la elección racional. Este fundamenta la escatología individualista resumida a nuestra libertad de elegir en un mercado ampliado. Donde el cálculo centrado en el interés personal se ilustra en la mano invisible que todo equilibra gracias a la competencia, sin necesidad que intervenga el monarca-Estado en la colmena viciosa, feliz y prospera de Mandeville. Sin embargo, si no aceptamos a priori la idea de un individuo como sustancialidad soberana, coherente y homogénea, el individuo es dividual (Massumi, 2018), es un manojo de tendencias contradictorias entre afectos y cálculos racionales. Porque es múltiple, hay tenencias diversas y abiertas de potenciales inmanentes en contextos irremediables, en los cuales la incertidumbre no es solo externa, es también interna. Existe un infra-clima afectivo en la relación consigo mismo que une las pasiones (duda, miedo, precariedad, amor, esperanza, goce) agitándose desde el interior unido-resonante con el cálculo. Donde toda acción aumenta la incertidumbre, como los dilemas cuánticos, pero con paquetes de “quantas de confianza” como onda, y otros de “quantas de desconfianza” como corpúsculos. La decisión (de compra o voto) establece un campo de lo posible en infinitos mundos paralelos, donde el aleteo de la mariposa o la decisión ínfima de un consumidor/votante resuena en todo el campo inmanente, que es donde se materializa concretamente esa “cosa” incierta llamada economía, que se hace creer trascendente como toda religión (que ya tiene un fetiche al que idolatrar).

La economía, como “religión del divino mercado”, ha ensayado promover confianza por capacidad de “predicción y gestión científica”, y lo sigue anhelando. Aunque sea estructuralmente imposible, como ya lo experimentamos cruelmente a principios del tercer milenio. Y también improbable, porque en un sistema caótico-complejo, impermanente, aleatorio e incierto de crisis ya no podemos entenderlo como experiencia encerrada entre grandes momentos de normalidad, sino como la regla y la norma de un modo de ser y, en consecuencia, de funcionamiento que muestra su verdad en cada acontecimiento. La desconfianza y el temor son, entonces, en cuanto resonancias y tendencias del campo donde accionan siempre (sobre el cuerpo, en la comunidad) un punto de partida para el liberalismo. Y el “individuo” producto del sistema NL no podrá ser ni calmado, ni colmado, ni pacificado por cálculos de utilidad, ni por complejos modelos abstractos algorítmicos que predigan el avenir. Porque el goce de acumular debe seguir, como cualquier espectáculo que se niega a morir, y al comprensión racional-conceptual no puede dar cuenta cabalmente de los verdaderos móviles y motivos de cada decisión y elección de curso de acción. Esa tendencia y resonancia que genera el acontecimiento compulsivo y patológico es el campo afectivo, donde la racionalidad replica y se acopla como realidad deseante. Es el deseo de acumular, que genera una promesa del goce para que la “fiesta continúe”, en un “presentismo” de gratificación y satisfacción (oral, anal, genital) inmediata (el consumo como desmesura). Aunque el precio a pagar sea la destrucción irremediable del planeta que sostiene la vida en su conjunto, sin excluir a los virus más exitosos y depredadores también (los humanos). Como el cuentito de la rana que generosamente ayuda a atravesar el rio al alacrán que en medio de la travesía la pica mortalmente. Ya casi moribunda, la rana le pregunta, inocentemente por no comprender semejante acción estúpida que causa solo perdedores, ¿por qué has hecho esto alacrán? Y el Alacrán le responde, con la tranquilidad que otorga conocer una verdad evidente, ontológica e inherente, ¡porque es mi naturaleza!

Racionalidad y deseo

Hay un punto de entrada para entender al “alacrán-sistema del hundimiento civilizacional”. Una puerta de entrada ya la señalaron Spinoza, Marx y Deleuze. A lo sumo serán la manipulación concreta del funcionamiento de los afectos y el deseo humano guiados por el goce de acumular, como punto ciego del exceso y la desmesura, característica de hecho de la mundialización NL87 que hará morir a todos los terrestres a causa de tanto éxito de su goce casi-infinito (tal vez y con suerte, hasta fin de siglo…). La ecoocreatividad, como espacio que alberga la potencialidad de la afectividad, la intuición y la racionalidad deseante rizomática, no reduce la incertidumbre, ni podría hacerlo tampoco. Porque danza con ella como oportunidad única e irrepetible. No obstante, la idea es más humilde y simple porque debería generar un fluir colectivo experimental, en igualdad de derechos y multiplicidad de versiones de tendencias deliberadamente ecológicas. Es decir, que busquen a priori componer sistémicamente con Lo Terrestre sin jerarquías, como proponeBruno Latour (2018). Por esto, cualquier experiencia humana que pretenda ser explicada y comprendida debería exceder la reducción deliberada hecha por meros cálculos racionales de compra o para explicar acciones comportamentales dentro de mercados restringidos, como los utilizados por los modelos económicos de la explicación racional, que pretenden reducir la causalidad explicativa al interés personal. Fumar, consumir drogas ilegales o comprarse un Ferrari, ¿pueden reducirse al mero cálculo de ganancia-beneficio para explicar una acción, conducta y comportamiento y comprender el sentido? Sí se puede reducirlo a lo meramente racional, pero hacerlo sería amputar la comprensión más amplia, situada, corporal…

La inteligencia es una dimensión que necesita el cuerpo-afecto porque crea la información, el talento particular de procesarlo y la conciencia de reconocerse en situación. La razón sola es insuficiente e impotente donde hay cantidades no calculables, porque funciona allí donde importa menos, donde las emociones y la vitalidad son ignoradas y la intensidad vital es reducida. La capacidad de un cuerpo de ser afectado, es decir su sensibilidad, no es su debilidad sino su potencial. Es la fuente de eficacia y el potencial del gato (o el niño) a protegerse, que por esto huye para no ser nuevamente picado por la molesta avispa: afecto, sensibilidad y memoria deciden huir y poner en consecuencia el cuerpo en movimiento y tensión extrema. Lo mismo que el llanto del niño que busca protección en su madre, para evitar repetir ese dolor indeseable (percepción, sensibilidad, miedo, sentimientos y memoria), que lo hace llorar, que lo pone triste, con pensamientos teñidos de emotividad y que disminuye su alegría expansiva de la vida plena, característica de un niño sano. Mientras más fina y sutil la sensibilidad para ajustar comportamientos según lo que podemos percibir y anticipar en un contexto, más auténtica su capacidad racional y sus cómputos. Todo pensamiento se asienta y se proyecta con la sensibilidad deseante, alberga las contradicciones y paradojas del campo donde la decisión opera. Pero la decisión no es del individuo, porque no existe, es dividual. La decisión es del campo inmanente de experiencias impersonal (intuitivo-emotivo-racional), donde la decisión genera un acontecimiento que repercute y resuena en todo el campo, pero que no le pertenece a nadie. Es un producto (sentido, valor en un campo de múltiples posibilidades) inconsciente-impersonal del campo inmanente que genera perceptos, afectos y conceptos, donde la decisión lo corta, lo delimita, lo orienta, lo actualiza y lo concretiza como acontecimiento (político, estético, social, económico).

Elegir y decidir es un arte, porque los afectos que nos penetran, que nos determinan y orientan (violentan, persuaden, seducen) manipulan las tendencias, creando la apertura del campo de percepción y de conceptualización posible como “real”. Vemos y pensamos lo que ya sabemos. Si sentimos/percibimos lo que desconocemos, esto recorre resonante todo el cuerpo abriendo la imaginación, enfermándolo, entusiasmándolo o “pateando para adelante” la incomodidad de lo inesperado. Hasta que la claridad coherente se transforme en acontecimiento: este el espacio del potencial de la política como imaginario post neoliberal, ecoocreativo. Un ejemplo para aterrizar. O bien depredamos y destruimos situándonos en un lugar de privilegio como especie, país, clase -lo propio de la modernidad eurocentrada-. O tal vez, la otra opción ecológica y cooperativa -la ecoocreatividad- de componer y resonar con la vida, con y en el ecosistema del que somos parte, caminando sin destruir la incertidumbre y las posibilidades potenciales, sino co-creando con ella. La inteligencia será posiblemente más aguda y complementaria con lo Terrestre (lo humano y no humano) si aumentamos la potencia (la sensibilidad y la memoria, incorporando las emociones y sensaciones) con la biodiversidad necesaria para el despliegue de la vida, evitando formulas y mandatos a priori de leyes científicas-religiosas. Este imaginario ecoocretivo abre el horizonte y orienta el valor para ser parte como humanos, y no confrontar con los otros Terrestres (no humanos) desde falsos y peligrosos ideales de “crecimiento”.

Es decir, los supuestos liberales economicistas de considerar, aislar y reducir el individuo a mero calculo que elige y selecciona la mejor opción individual por interés, desde una perspectiva utilitarista-pragmática a causa del mero calculo egoísta es ya el problema. Es lo que hay que superar epistemológicamente, a causa de sus límites y dejarlo de lado heurísticamente. Porque es un reduccionismo que roza el sinsentido. La racionalidad absolutizada como la variable determinante de la conducta y la decisión humana, así entendida, es un modo de poder limitativo, restrictivo de su propia afectividad inherente en la experiencia humana. Si bien es lo que imponen los modelos economicistas hegemónicos que se enseñan en las costosas universidades americanas, para la obtención de diplomas habilitantes para mercados económicos ultra competitivos. También para formar dirigentes políticos en países sumisos a la mundialización económica NL. Otro imaginario propositivo ha madurado ya en condiciones críticas, siendo posible. Donde lo político incluye los afectos individuales y colectivos, escuchando el potencial de las resonancias complejas de las emociones y sensaciones que impugnan el progreso lineal entusiasta de antaño. Que ya no armonizan sensiblemente con los imperativos hegemónicos con el goce de acumular por acumular, de aparentar ser una ilusión en una tierra recalentada, con pandemias que nos obligan a comprar por Amazon, ser una extensión atencional de pantallas impersonales y ver, si podemos pagar el abono, la última serie de Netflix …

El discurso Neoliberal

Ya hemos adelantado que el NL es mucho más que un pensamiento económico, es un imaginario hegemónico que marca las tendencias culturales y políticas. Es decir, los apriori del sentido están ya marcados, porque crean el contexto de la formulación de preguntas, de las variables significativas de la argumentación y de la percepción que son factibles como consenso. También en tanto imaginario hegemónico, es lo que influye en la decisión que cada uno toma, porque sobredetermina el deseo y lo deseable, traducido humanamente en objetivos políticos impersonales, fruto de las correlaciones de fuerzas que crean la percepción de lo posible y real. Con valores creados y producidos que sostienen recursivamente las expectativas del in dividuo siendo siempre dual (nombrado “individuo” en la filosofía moderna liberal), que llamamos por esto dividual. Esto, el horizonte hegemónico de sentido promueve el espacio y la situación de lo posible, de lo deseable, siendo lo que constituye las condiciones de posibilidad del sentido común. Es lo que hace lo Real, desde un realismo siempre marcado y creando así ideológicamente la realidad,produciendo el a priori de lo evidente en lo factico y valórico comouna evidencia que oculta su carácter arbitrario y temporario. El NL va más allá del individuo que calcula y razona desde la lógica del beneficio personal, desde el consumo en relación con la eficacia individual. Como así también, en consecuencia, del cómputo cuantitativo y de la lógica del pensamiento optimizador productivo. Ese más allá del economicismo en el que suele ser encerrado el NL, ha sido comprendido desde las perspectivas criticas marxistas, desde el análisis metódico de totalidades concretas que va de lo abstracto hacia lo concreto, desde el capital hasta el fetichismo de la mercancía, desde el análisis de la crítica del valor88. En el psicoanálisis con el estudio en particular del narcisismo, como rasgo emergente de la personalidad y el carácter del individuo moderno de las democracias liberales (Marcuse: 1985; Melman: 2005), parte de un Yo siempre tironeado entre las pulsiones y el instinto del Ello, y las normas y valores socioculturales del Super yo (en las clásicas tópicas analíticas de Sigmund Freud).

La tarea que resta es poder unir el concepto de dividual y la perspectiva psicoanalítica del narcisismo, porque está lleno de paradojas e incoherencias conceptuales aún. ‘Fetichismo de la mercancía’ y ‘narcisismo’ (secundario) hacen referencia del mimo fenómeno, la ausencia del mundo, que Anselm Jappe llama paradigma fetichista-narcisista89. Desde estas perspectivas de narcisismo secundario, el sujeto no ha aceptado nunca a un nivel profundo la separación entre su yo y el mundo, porque este último existe como proyección momentánea de sus fantasmas. En cuanto a los otros sujetos, sostiene relaciones en las que no invierte nada y por esto nada retira, es decir no hay una relación entre iguales. Además, no otorga autonomía a los objetos porque tanto uno como otro, sujetos y objetos, tiende a manipularlos para someterlos a sus impulsos y deseos, para ser admirado y reconocido en su grandeza egoica. Los perversos narcisistas -que abundan en las grandes empresas en los cargos directivos y manageriales-, son un ejemplo patético de un tipo ideal de sujeto, que es un producto de un discurso entendido como conjunto de prácticas y dispositivos hegemónicos. Estos discursos instauran el sentido común con objetivos y propósitos que no son elecciones individuales, sino más bien consecuencias y corolarios de sus presupuestos puestos de antemano por esas prácticas discursivas que imponen y marcan la tendencia del contexto de la decisión. La estructura narcisista del sujeto es isomórfica a la estructura del valor y el trabajo abstracto descripto por Marx en El Capital, en el sentido en que el valor conoce solo cantidades de tiempo de energía humana que anula las particularidades, que hace desaparecer y aniquila las diferencias subsumiéndolas en valor de la mercancía.

La estructura del discurso del NL en su versión popular se fue configurando políticamente en occidente de modo pautado y planificado, acompañado por corporaciones de medios de comunicación de masas. Fueron subvencionados por fundaciones y empresas monopólicas, teniendo axiomas claros y repetidos90. Una idea fundante fue la de Margaret Thatcher, con la proposición de que la sociedad no existe (colectivos, culturas) sino tan solo “individuos” que tienen naturalmente “sed de ganancias y beneficios”. “Sed” que no es el pecado del vicio, de la avidez y la desmesura si no la virtud que produciría buenas situaciones para la comunidad, como adelanto Bernard de Mandeville, previo a David Ricardo y Adam Smith. Este último era quién creía y pensaba en sentido teológico91 que por premio divino de la mano invisible providencial (“la mano de Dios” es la que actúa, por esto hay que dejar hacer su voluntad -laisser faire-), por las bondades inherentes y pragmáticas de la divinidad (que actúa por intermedio del mercado) generaría bienestar colectivo. Por esto es por lo que la Monarquía o el Estado-Nación entendiendo esta nueva versión religiosa (influenciada -posiblemente- por el cientificismo alquímico-místico de Newton) debían subordinarse a los dictados de esta “mano invisible” de Dios/mercado. Esta “mano invisible” debía regir y orientar la sociedad de esa época, a sus instituciones para que estas con sus decisiones políticas regulen el funcionamiento mercantil como mejor horizonte para la abundancia y la felicidad. Smith pedía desregular, es decir laisser-faire al mercado a través de la “mano invisible” libre de las presiones del poder monárquico (inhibir y reducir el laisser-faire del Estado monárquico), pero necesitaba un marco jurídico-político regulador que deberán darlo entonces los incipientes y nuevos Estados Naciones, nacidos por guerras civiles en las potencias coloniales como Inglaterra y Francia. Kant pedía al mismo tiempo, en Alemania de la época, la regulación moral con un imperativo categórico, en los mismos momentos en que el Sujeto se convertía en individuo autónomo al poder servirse de la Razón.

El NL actual se asume de la tradición inglesa, aunque cambiará el enfoque imponiendo una condición dogmática fundamental, que caracteriza su fanatismo apasionado y su determinación por el poder: no dejar intervenir al Estado con regulaciones y restringir su misión al rol de gendarme de las grandes empresas y del mercado. Porque sus intervenciones en lo económico son siempre a priori incorrectas, excepto, evidentemente, cuando interviene a favor del “divino mercado”. Y ese fue el caso histórico en todo el mundo: un fuerte intervencionismo estatal para favorecer el economicismo promercado y antisocial para expandir las desigualdades, las privatizaciones de lo público y lo común (la lógica política del retiro y de la retracción del Estado de la esfera pública). En síntesis, muy particularmente, para generar las mejores condiciones de acumulación de capital de la esfera del Mercado (capitales privados) con un empeoramiento evidente en América Latina con las políticas neoliberales, en general, y una mejora sustantiva de los servicios públicos92 en la época del ascenso de gobiernos etiquetados como “populistas” en el periodo 2000-2015.

Es cierto que el modelo NL funcionó, entre tantas otras causas sostenido por tener las armas políticas disuasorias y disciplinarias. También por una fuerte estrategia de comunicación y de manipulación, con cierta eficacia persuasiva en los ciudadanos-electores que escuchaban los discursos políticos de los comunicadores afines a la ideología NL. Acompañados por la idea de que si los ricos se enriquecen más esa situación beneficiaría a todos (la analogía que señalamos más arriba que si el vaso de arriba rebalsa, caerán gotas a los vasos de debajo de la pirámide, entonces todos tendrían algo por “derrame. Sin embargo, el vaso lleno parece que derramó castigos, exigencias y exclusiones para la mayoría más que el compartir riquezas y ganancias que en parte se volaron hacia paraísos (fiscales…), para satisfacer vicios voluptuosos y goces de glotonería colectiva93. El aumento de la desigualdad en el mundo, a partir del arribo de la ortodoxia NL que muestra Thomas Picketty en El Capital del Siglo XXI y en Capital et Idéologie es ilustrativo94. También hay que considerar ilustrativo el Gráfico 1 y 695 (ver en páginas siguientes), que muestra el mayor crecimiento económico de Europa en los “treinta gloriosos años” coincidentes con la mayor distribución de la riqueza. Así como en el presente, la tasa de encarcelamiento en los EE. UU a partir de la presidencia de Ronald Reagan y la implementación de políticas neoliberales (Gráficos 2 y 3). Hay una fuerte correlación entre aumento de las desigualdades, la cantidad de hechos delictivos y las encarcelaciones (Piketty, 2019). Así como la elevación de la esperanza de vida y el nivel de educación fruto de mayor distribución social e inversión pública (Gráfico 4). La desigualdad en América latina podemos verla en el Gráfico 5 y en Europa (Gráfico 6). En Argentina, en la década entre los años 1990-2000 el aumento de la productividad fue acompañado por un fuerte descenso de los salarios industriales, de la producción y de la construcción en su totalidad96 hasta llegar al derrumbe y colapso de la economía nacional con una fuga inusitada de capitales al extranjero (el “corralito”, corolario de las políticas del Consenso de Washington, preanuncio de lo que vendrá en el 2008 a escala del capitalismo central).


Gráfico 1




Gráfico 3




Gráfico 4




Gráfico 5




Gráfico 6




Gráfico 7




Gráfico 8



Los datos de los gráficos 1, 3, 4, 6, 7 y 8 son del equipo de investigadores personalizado en Thomas Piketty (2019)97, siendo ilustrativo de lo que venimos diciendo, en referencia a los impactos de las políticas neoliberales a partir de 1980 en relación con el crecimiento de la desigualdad. La situación del último siglo (Gráfico 8) impone reflexionar con rigor y discreción, porque la situación histórica en el análisis diacrónico y sincrónico es paradojal. Porque a la vez que ha habido crecimiento económico y mayor capacidad de consumo, acompañado por un aumento considerable de la tasa de alfabetización con aumento de la esperanza de vida, fue acompañado por riesgos inéditos de conflictos nucleares, con la destrucción ambiental que acelera la desaparición de especies y de la vida en general con aumento de desigualdades de modo espectacular. Como a finales del siglo XIX y principios del siglo XX que precedieron las dos mayores matanzas de humanos y la destrucción de patrimonios culturales invalorables. Por esto los modos ideológicos y emotivos binarios de pensamiento son descartados en ciencias sociales, desde los primeros años de la formación universitaria.

Otro axioma (o más bien hipótesis) clave del liberalismo fue que el modo deseable y mejor para que una sociedad se desarrolle y crezca económicamente, es el libre mercado, como desprendimiento lógico-causal de un supuesto y anhelo ideológico, el laisser-faire. Sin embargo, Inglaterra en los siglos XIX y XX primero se industrializó y a la vez mientras lo hacía, fue excesivamente proteccionista, al igual que los EE. UU. Lo fueron hasta que consolidaron su ventaja comparativa con los otros países, cuando competitivamente fueron superiores promovieron el libre mercado y la desregulación. Luego, una vez desarrollado los potenciales necesarios para competir y asegurar el triunfo comparativo, fueron exigiendo vía la diplomacia o las invasiones militares-coloniales el libre mercado a los otros Estados no industrializados, en desventaja considerable. Y lo hicieron por diversos medios, sea por el comercio e intercambio y la diplomacia geopolítica, sea mediante golpes de Estado, invasiones. O simplemente por a la destructividad de los cañones y el desembarco de ejércitos técnicamente superiores. Pero no fue solo Inglaterra quien utilizo el estado para consolidar su mercado interno y su industria. China, Japón, Corea, Rusia y el mismo EE. UU son contra ejemplos del siglo XIX y XX del “libre mercado”, que no corroboran este prejuicio teórico insostenible como la costilla de Adán en biología. Porque han necesitado del Estado en sus comienzos y en su continuidad para su desarrollo, para ser potencias exportadoras mundiales y líderes en innovación en ámbitos determinados. La dependencia de los países de América Latina son capítulos diferentes, aunque su industrialización fue siempre de la mano de los modelos o matriz Estado céntrica, o Nacional-Popular, con fuerte presencia estatal98.

En conclusión, para el discurso del NL hoy hegemónico, no hay alternativas a este modelo societal. Asistimos al “fin de la historia” en sentido hegeliano, porque se ha consumado la mejor totalidad posible y deseable. Es decir, estamos sin alternativas, porque el NL ofrece, en sus promesas ideales horizontes ilimitados de acumulación y riqueza, sin que haya limites morales y religiosos de respeto y cuidado del Otro (humanos, no humanos y naturaleza). Por esto, es necesario e imperativo cambiar de enfoque. Porque el tema central es entonces la desmesura y la soberbia (la hybris o hubris, en la tradición mítica y filosófica griega) de creer que los recursos naturales y los potenciales humanos son infinitos, tanto la naturaleza como nuestras posibilidades en la sociedad de consumo. Sin embargo, sabemos de sobra que el planeta es limitado (los recursos del planeta que consumimos que pueden reponerse-regenerarse en un año, lo consumimos en los siete primeros meses99), así también que la tecnología actual y sus imaginarios de soporte no ayudan para hacer sostenible el planeta y su modo de vida, al menos hasta el presente. El don y el contra don funcionan a desmedro del planeta y del conjunto de los seres vivientes (lo Terrestre), a excepción de un porcentaje reducido de humanos que viven (no más del 20 % de total de la población humana), en su mayor parte en el norte de la tierra. En la cuenta total ni la tecnología ni la fe ciega en el progreso borran los datos y las consecuencias concretas de este modelo de producción-consumo-desechos que hacen evidente lo contrario a la esperanza de un mundo mejor. Aunque el camino al paraíso este plagado de paradojas con buenas intenciones, de gestos emotivos y actitudes arrogantes.

3. Las dimensiones económicas del NL y la creación de un orden nuevo

El modo en que se ha sostenido el sistema NL en las últimas cinco décadas es a la vez el desafío a superar y abandonar, para crear una comunidad mundial profundamente democrática y cooperativa. Para que humanice y equilibre las tendencias actuales a favor de los terrestres, sin privilegios. Tanto para superarlo urgentemente como para evitar el colapso ya no solo de la civilización, sino de la vida en el planeta Tierra en general. Por lo tanto, es más que probable que el NL no se deje atrapar de modo binario y simplista, entre los militantes que lo sostienen convencidos y su afuera lleno de malvados retrógrados etiquetados como “populistas”. En cuanto contradicción interna, es probable que en el NL en contextos democráticos y republicanos habrá tendencialmente una doble cara. Una versión será ultra autoritaria eco-fascista y xenófoba (Trump, Bolsonaro), por un lado. Así también, habrá perspectivas más creativas democrático-liberales, que buscaran alternativas ecológicas y económicas diferentes a lo ya hecho, para continuar con lo fundamental del capitalismo y sus capacidades de acumulación, pero más sostenibles y empáticas con la vida (desarrollo sostenible), como es el caso en 2020-2021 de Emanuel Macron en Francia y Pedro Sánchez en España.

Muchos filósofos, sociólogos, antropólogos y economistas hay remarcado ya la flagrante contradicción entre capitalismo financiero y democracia, así como han señalado que no existe ningún impedimento teórico a extender la democracia a la economía. Abordaremos críticamente al NL y resumiremos la dimensión economicista de esta corriente, marcando los objetivos comunes básicos (según veremos con Paul Mason, más adelante). Esto es lo que observamos en América Latina y Europa 100. Siendo sin dudas algo más que meramente económico, lo entendemos como modo de subjetivación e imaginario de lo ilimitado (hubris o hybris, la desmesura). Este concepto enmarca el sentido hegemónico, por lo tanto, es esencialmente político-ideológico al construir una democracia no del ciudadano que elige y decide en todos los ámbitos, sino del consumidor con recursos con una constitución que consagra su soberanía orientada al propietario-consumidor individual. Mientras defiende y promueve la competencia en el supuesto del libre mercado, no cuestionando el régimen de derecho privado que blinda la constitución y que excluye a gran parte de los ciudadanos de la Republica.

El economista y periodista inglés Paul Mason en el libro colectivo L’âge de la régression101, en su artículo “Surmonter la peur de la liberté” propuso cinco ideas generales para sintetizar el accionar del NL. Las presentamos, a las que le incluiremos algunos detalles de las transformaciones de las ofensivas neoliberales en las últimas décadas.

  1. La deslocalización de las industrias de producción en las plazas productivas más baratas, con el respaldo del derecho laboral del país, valorizando la rentabilidad y desvalorizando las consecuencias objetivas y subjetivas en los impactos socioculturales sobre los modos y sistemas de vida de las poblaciones trabajadoras-asalariadas.

  2. Las cadenas de valor de las grandes empresas se reestructuran y aceleran procesos de reconversión, acomodándose a los imperativos hegemónicos y legales de la mundialización económico-financiera NL.

  3. La disminución sostenida y permanente de la carga impositiva al capital, como forma de achicar la importancia del Estado y hacer más dócil la fuerza de trabajo. A la vez generando trabajadores nómades plurilingües y muy diplomados para el mercado mundial, con salarios equivalentes. Por otro lado, trabajadores sedentarios para el mercado local, con escasa movilidad y menor nivel de instrucción y salarios “competitivos”, anclados en producción y servicios regionales.

  4. Las privatizaciones crecientes de los servicios públicos y las instituciones básicas, porque la sociedad con mercado se transforma en sociedad de mercado.

  5. La extensión del crédito para del consumo, como amplificación sustantiva de la financiarización de todo el sistema y la sociedad capitalista, la esencia misma de la mundialización económica hegemónica (más de setenta veces superior es el capital financiero al capital productivo).

Estos cinco puntos como concepto de síntesis, no es algo reciente como efecto ya que cada país tiene su historia particular y su modo de aplicación. Chile, Argentina, Grecia, España, Francia e Inglaterra han hecho cambios sistemáticos, que impactaron en la ciudadanía guiados por estos principios que aumentaron las desigualdades entre los deciles de la población de cada país entre 1980 y 2018 (Gráfico 3 y 6). Es un proceso que es muy complejo, multicausal y desarrollado en varias décadas, con numerosas transformaciones y metamorfosis políticas-democráticas del sistema de dominación local (países) y mundial. Como ya lo hemos señalado en el principio del libro, ha comenzado si lo hacemos desde una mirada diacrónica de mayor alcance, hace cinco siglos. Este sistema mundo en cambio y reacomodo constante comienza, según Enrique Dussel, con la conquista militar de América, el saqueo y la depredación colonial por los países eurocentrados. Esto dio sustento al desarrollo a la cuma del capitalismo actual, pasando en el último siglo en América Latina por el Modelo de sustitución de importaciones, luego a la matriz Estado céntrica, o Neo-desarrollista, y desde hace cuatro décadas con las privatizaciones y las deudas financieras que restringen la equidad distributiva drásticamente, así como la soberanía democrática y popular de las poblaciones, regiones y Estados hasta el presente. (Gráfico 5).

El NL como productor de un orden nuevo por el intervencionismo estatal a su favor y su lógica disciplinaria inherente, ha aprendido a ser la metamorfosis misma en situaciones de crisis. Es el resultado y a la vez es el causante de cambios en el código genético societal. Esta es su propia historia de vida, escrito ya en su ADN. Ya tiene sus logros, como por ejemplo la consolidación de un mercado mundial con reglas siempre en disputa en un juego que es sincrónico con el ritmo de posibilidades y conflictos. El NL no atraviesa una contradicción estructural, su crisis es estructural, siendo más civilizacional y sociológica que meramente económica. Ya en 1995, el sociólogo escandinavo Goran Therborn en un encuentro con destacados intelectuales del mundo propuso que “ […] el fin del eurocentrismo y del centralismo norteamericano constituye una dimensión del cambio histórico por el que atraviesan nuestras sociedades” (Gentilli y Sader, 1999:40) Desde sus orígenes, como ya lo señalamos en los comentarios acerca de los antecedentes liberales, el NL fue una respuesta política histórica contestataria, lúcida y deseada de la ilustración (no la única, por cierto) a los antagonismos por parte de clases y sectores sociales burgueses frente a las brutales guerras de religión, por la necedad y desmesura monárquica-clerical. Fueron también los conflictos mercantiles que azotaron Europa para acceder a mercados y que provocaron grandes guerras interestatales y civiles desde el silo XVI hasta las dos guerras intra-europeas (mal llamadas “mundiales”). Por todo esto, hay que entender al liberalismo desde la historia y la genealogía de sus orígenes. Así se podría comprender filosóficamente desde el nacimiento de las corrientes protestantes hasta el fin de la segunda guerra mundial y dimensionar también el prefijo “neo” de neoliberalismo, para dimensionar su sentido y alcance (Harvey, 2014; Dufour, 2007).

  1. El NL es un imaginario objetivo y colectivo que implica representaciones históricas, en las que se sostiene míticamente como relatos emancipadores. Estos relatos, ideologías y discursos promueven una nueva sociedad, mejor que la precedente (monárquicas, socialdemócratas, comunistas, “populistas”) y en consecuencia con una autoridad política superior. Es por lo general, como imaginario político hegemónico, un significante polisémico polivalente (como la palabra “libertad”, “igualdad”, “pueblo”, “crisis”), que se usa para nombrar, explicar y resignificar todo, sea como doctrina, política o periodo histórico. Por esto se ha convertido en un riesgo recurrente para sus detractores, con el uso indiscriminado en una falacia de la causa única.

    • Sin embargo, el concepto flotante de “neoliberalismo” tiene un valor heurístico si lo aceptamos como imaginario. Pero con la precaución semántica de su indeterminación inherente a contextos pragmáticos, cuyo uso se transforma en abuso teórico. Así se lo vacía de sentido y pasa a ser causa en sí mismo, de todo y un poco más. Sirviendo para nominar situaciones muy diversas y en extremo contradictorias: Macron, Trump, Macri y Erdogan son neoliberales. Como el concepto de “populismo”, que adolece de la misma polisemia multinivel que NL. Es otro significante flotante de limites viscosos es “el populismo”, con López Obrador, Orban, Maduro, Melenchon y Marine Le Pen. Si todos ellos son “neoliberales” o “populistas”, entonces no se sabe muy bien a que alude el concepto en su dimensión explicativa, ni qué es lo que delimita en concreto como categoría en su dimensión analítica.

    • Quienes aseguran este juego son a nivel institucional global: la OMC, el FMI, el BM, la OCDE, y las agencias privadas de calificación «neutras», que evalúan los países en su riesgo o fiabilidad para el poder financiero. A nivel regional los Estados y los acuerdos regionales deben reproducir como gendarmes y guardia pretoriana los imperativos sistémicos de las instituciones globales para dar coherencia sistémica y racionalidad para la confianza necesaria. Tal vez así podría evitar el caos (in)evitable, aunque las crisis en el capitalismo son el efecto de su mismo accionar. Pero como la crisis es su ritmo natural de vida, la solución será más de lo mismo, de lo que ya genero lo peor102.

  2. Lo fundamental del imaginario neoliberal a nivel de teoría de la sociedad y antropología moral es la competencia por el poder en todos los niveles y dimensiones, con la sobredimensión “economicista” (porque es particularmente la economía en su reducción y sobredeterminación financiera).

    • Competir, si hacemos un cuadrado lógico para interpretar el concepto tiene como complementario aniquilar, como relación antagónica a cooperar, y a colaborar como contradictorio. El NL es un modo de subjetivación política, decimos una vez más. Para la constitución del sujeto que deberá buscar egoístamente el goce de acumular, como finalidad e imperativo axiológico predeterminado.

    • La competencia deberá sostenerse en instituciones como el mercado y por la represión legal de las desviaciones, validadas en la Constitución como reaseguro en última instancia. La competencia conflictiva y productiva es generalizada, estructurante y sobre determinantes en todas los niveles y dimensiones de análisis, incluidas en la misma identidad (regiones, países, Marcas, compañías, empresas, así como entre individuos).

    • La colaboración y la cooperación son subordinadas a estrategias de la guerra por la victoria en el mercado, por la imposición de normas y reglas del juego permitido legalmente. En consecuencia, por el control directivo de las instituciones claves que custodian el sentido por el que se sostiene la hegemonía que facilita el consenso y legitima la dominación. Por esto, la creación del imaginario postneoliberal -la ecoocreatividad-tiene que ser el reverso de lo NL, es su radicalidad otra, su extremo más antagonista en su relación de contrariedad con la competencia y con el egoísmo. No decimos individualismo, porque el sujeto NL es antes que nada egoísta antes que autónomo y empático (Doufour, 2007).

    • El movimiento cooperativo internacional (ACI) sin hacer partidismo electoral, debería promover deliberadamente, como misión e imperativo institucional, tópicas de acción social que marquen el ADN societal con el modo de gestión económica que no refuercen la hegemonía NL, sino todo lo contrario. Es decir, promover deliberadamente la economía social, ecológica y solidaria. Implica muy precisamente, salirse radicalmente de todo juego cuyas reglas sean competencia descarnada, no solidaria y cuya postura ética promueva el egoísmo y la desigualdad al límite de lo inhumano. La única competencia para promover debería ser la competencia colaborativa y cooperativa, con el horizonte del bien común intergeneracional y Terrestre.

  3. La hegemonía la entendemos (aunque no desarrollaremos este concepto en este escrito) como práctica discursiva (Angenot, 2010; Laclau 2017) que asegura el entramado complejo, fluctuante e inestable de relaciones de poder en la producción de consenso. El consenso es efecto de la hegemonía, la violencia es signo de la debilidad y de dificultades políticas de orientar el sentido con en las relaciones de poder situadas. Este discurso social NL debe sostener como dogma y poder seguir diciendo, resumidamente, que es “el fin de la historia”, por lo tanto, no hay alternativa posible (TINA) ni mejor, aunque en su práctica debe siempre para ser hegemónico dejar abierta la posibilidad del cambio para no perecer como práctica discursiva. Pero este relato ya no es creíble, ni convoca multitudes, apela recurrentemente a la violencia (como en Chile, Colombia, Brasil, Argentina, Bolivia, Venezuela, Perú, Francia entre 2015 y 2021).

  4. La fase actual impone una binariedad cerrada, que se presta a la manipulación lógica y política. La descomposición sostenida y permanente del actual sistema mundo es la crisis interna, inmanente e inherente al NL. Este deberá reestablecerse una vez más, superar la crisis reactualizándose como siempre lo ha hecho (con Thatcher, el corralito argentino, la crisis de las “subprime” en 2008, la pandemia del COVID-19). Las opciones son binarias, pro o contra el NL, pero hay al menos algunos elementos en juego, según parece por ahora como alternativas a espacios postneoliberales en escenarios post COVID-19.

    • La primera opción con tres posibilidades de alternancia, y dos ideas en común con diferentes intensidades: la idea orden y la claridad de objetivos o propósitos, que desea estabilidad y seguridad por esto con miedo o alergia a lo incierto. Las formas políticas serian socialdemocracias lavadas de estado de bienestar y adaptadas al NL de última generación. Populismos con cierta nostalgia (nacionalistas, de derecha, neofascistas) con orientaciones económicas de radicalización de criterios NL mezclados con discursos identitarios nacionalistas-localistas-xenófobos. La tercera con posibilidad de eco-comunitarismos soft, de desarrollo sostenible con sensiblería liberal-ecológica sería la tercera pata complementaria que cubre la mayoría electoral de Europa y de América Latina.

    • La segunda, más incierta y experimental, más apta para lo plural e inclasificable pero radicalizada en su enfoque a soluciones plausibles, los une el deseo de algo post capitalista-neoliberal. Que sea amigo de la ciencia con horizontes éticos y ecológicos, de lo no racional y de la incertidumbre. El tema principal es comprender, adaptarse e interactuar en los escenarios caóticos y complejos. El desorden puede ser un condimento necesario e inescindible del orden, que es al final de cuentas (el orden), un raro caso del primero (el desorden) …

      Mas interesados por lo común, el bien público, lo ecológico y lo cooperativo, permeable a saberes históricos, a la biopolítica y de diversos aires culturales complementarios y contradictorios, amigos de la paradoja, con la que se puede llegar a acuerdos con terceras opciones que salgan de la manipulación del “o bien esto, o bien aquello”. Que sean puntos de encuentro: ni lo mío ni lo tuyo, lo otro diferente (dual) que satisface tu pedido y mi deseo.

    • Las opciones podrían ser mezclas de prácticas colectivas y de composiciones teóricas originales, imprevisibles por ahora. Difícil que se den en formatos partidarios claros e inequívocos, ni en instituciones clásicas, porque es de prever que la situación obligará a innovar y modificar sustantivamente los formatos y las gestiones de lo realizado hasta el presente. Es decir, podría haber un viraje, por un lado, hacia socialdemocracias lavadas del socialismo (como en Europa) y neo-comunitarismos sensibles de desarrollo sostenible a lo local por la rapacidad de lo global, como tránsito hacia democracias más radicales para evitar gradualmente la destrucción democrática y violencias sistémicas, a causa de la escasez de recursos básicos debido a catástrofes naturales, sequias y falta de alimentos/agua/medicamentos, pandemias incontrolables, situaciones imprevistas en el presente. También en la misma variante puede darse una variante más radical en su contenido antidemocrático, el neofascismo nacionalista conservador con formato clásico “populistas de derechas”, con uso abusivo de algoritmos y vigilancia cibernética mezcladas con el rechazo a la inmigración que altera la pureza mítica del ideal “pueblo-nación”.

    • Puede pensarse entonces en una tercera opción, hacia una versión de utopías concretas con experimentos deliberadamente radicales no violentos, que deberán asumir riesgos que requieren audacia, coraje, inteligencia y mucha creatividad -innovación. Y muy particularmente sensibilidad democrática y ecológica, que centre su enfoque y la agenda de prioridades públicas en lo común, es decir salirse de juego e inventar reglas no neoliberales, postneoliberales. Con modos ecoocreativos, con diversas orientaciones, con múltiples formas rizomáticas y fractales posibles (movimientistas, asociativos, mutualistas, cooperativos, religiosos). Con alternativas decoloniales transmodernas, con epistemologías otras, con una racionalidad diferente que lo moderno eurocentrada, capitalista y patriarcal. Sin jerarquías epistémicas, geográficas, ni raciales, como sugiere Dussel y el grupo Decolonial. E inventar-crear nuevas alianzas y sentidos, que orienten lo local y lo global a dialogar e interactuar con lo terrestre como actor en danza, incorporado con plenos derechos -como sugiere Bruno Latour-. Otra propuesta complementaria que completa esta visión general, es la realizada por 300 personalidades académicas, políticas y políticas de más de 30 países, que conjuga diversas perspectivas teóricas en la Internacional convivialiste (Movimiento convivialista), según propone en Second manifeste convivialiste. Pour un monde post-néoliberal, (VVAA2, 2020). Remitimos a este manifiesto para profundizar nuestro enfoque a mediano y largo plazo.

SEGUNDA PARTE

I. DESMUNDIALIZACIÓN Y ALTERNATIVAS DE IMAGINARIOS POST NEOLIBERALES. CUATRO PUNTOS DE APOYO

Los procesos y ciclos históricos ya previstos por Immanuel Wallerstein (2001; 2003) a lo largo de toda su obra intelectual escapan al inevitable “happy-end” leninista de una sociedad integral, igualitaria y lograda del socialismo. Así como escapan también a la satisfacción de los vicios en la colmena de Mandeville como típico sueño americano, para la realización de todos los sueños y fantasías individuales de una libertad abstracta, sinónimo de consumismo maníaco. El sostenido declive y fin del actual sistema mundo lo sostuvo Wallerstein repetidamente en su obra intelectual, adelantándose en varias décadas a las protestas y demandas (políticas, económicas, anti raciales) de una sociedad más justa y vivible. Esta “utopística” de Wallerstein tiene su punto de realismo, que da alternativas a la incertidumbre en las sociedades caóticas y complejas en declive y mutación, porque podría ir hacia modos mejores, más igualitarios y armónicos de uso, apropiación, usufructo y sostenibilidad de los ecosistemas en el tiempo. O lo contrario, hacia modos agravados por más de lo mismo, siendo aún más explotador y opresivo, como en las perspectivas hasta el 2020, en la gestión de Donald Trump o Jair Bolsonaro (en referencia a los compromisos globales de gestión de los recursos naturales, del uso las tecnologías y de la convivencia mundial entre los humanos de diferentes tradiciones histórico-culturales).

La utopística de Immanuel Wallerstein (2003) y la transmodernidad en el pensamiento de Enrique Dussel abren conceptualmente desde hace varias décadas el horizonte propositivo, para ensayar articular nuevos relatos. Motivando así pensar el despliegue de experiencias colectivas alternativas, frente al ahogo monótono y repetitivo del “pensamiento único”, de un sistema mundo agónico por sus propias contradicciones internas. Como todo sistema histórico, este modelo hegemónico NL en cuestión se resiste de modo inmanente a morir, a pesar de la descomposición económica permanentes marcadas por crisis sin final y por el recalentamiento climático, ya indudable, inevitable y con consecuencias irreversibles, que lo tienen como causa agravante.

Nuestro punto de partida es, como ya lo adelantamos, que hemos entrado en una fase de descomposición del sistema mundo, que se acelera y está mutando hacia formas inciertas e imprevisibles, en una carrera contra reloj. A nivel planetario se lo verifica en diversas variables que modificarán políticamente el contenido sustantivo universal de la Justica, la que deberá adaptarse a estos contextos conflictivos y novedosos. En consecuencia, se alterarán a las categorías básicas de la filosofía con pretensión e implicancias en la universalidad, en las que se apoyan la reflexión tanto ética como política: la igualdad, la libertad y el reconocimiento. La primera de las variables materiales objetivas (y tal vez la más básica, obvia y directa) que implica el sostén material de la vida (casa y comida) es la destrucción de la habitabilidad humana causada por del desarreglo climático y la pérdida de la biodiversidad a escalas considerables. Esto trae aparejado el riesgo de la salud, por la aparición de pandemias a repetición y con riesgos inéditos por “l’éffonderement” (el colapso) de este modelo de consumo y producción (que se sumaran a los impactos negativos y no solo como corolario de lo previsible o consecuencia inevitable de su accionar). Esto ya provoca otras variables incipientes en esta primera dimensión material, por la sequía y las migraciones, que se traducen en mayor pobreza y aumento de la desigualdad social en todos los niveles. Situación que va más allá de la estructura injusta de distribución actual, que se ha empeorado en las últimas cuatro décadas según Thomas Picketty, y va a la par del aumento de poder e importancia que ha adquirido la economía financiera (Viveret, 2019). Estas variables (lo climático, la biodiversidad y la sobredimensión del capitalismo financiero) alimentan y ponen en riego a la humanidad con mayores conflictos civilizacionales y surgimiento de paradojas y déficits democráticos por imperativos represivos propios de un fascismo societario (o fascismo social, según Boaventura de Sousa Santos), que se prevé de aumentar en medio de recursos vitales cada vez más escasos.

Todo esto es simultaneo en un momento en que la capacidad autodestructiva del género humano, por la acumulación de armas de destrucción masiva, está en su máximo histórico. Por lo tanto, la posibilidad de ciencia con consciencia ecológica, social y generativa sigue estando en la lista de prioridades impostergables. E implica de lleno el núcleo temático de la filosofía de la liberación de Enrique Dussel. Por otro lado, asumiremos la idea como nuevos paradigmas alternativos al mecanicismo cartesiano-newtoniano, unida a la propuesta de “tercer atractor” -lo terrestre- de Bruno Latour (2017). Este nuevo paradigma científico se viene consolidando desde hace décadas103 cuyos modos de pensamiento son compatibles con el pensamiento en red, sistémico y no lineal, retro-causal. No ve solo objetos a disecar y simplificar para explicar aisladamente, sino conjuntos de relaciones interdependientes que no tienen un imaginario colonialista con la naturaleza, sino más bien de partenaire con intenciones durables y sostenibles con el orden viviente. Este orden viviente es siempre precario, frágil y complejo en la biosfera, creando condiciones de equilibrio en contextos entrópicos. Por esto el subtítulo de este libro, que rastrea utopías concretas para tiempos inciertos.

Estas visiones que involucran a los nuevos paradigmas de la complejidad (Morin, 2015), ensayan dar un aporte positivo-ecológico que incorpore empáticamente lo viviente desde el respeto analéctico (el reconocimiento de la alteridad radical), como agente terrestre en igualdad de condiciones, interdependientes con los humanos en la integralidad de la biosfera. Entonces esto da para pensar ambas tendencias utopísticas y post neoliberales (englobadas en utopías concretas) no solo como programas políticos electorales. Porque son orientaciones civilizacionales que tienen a lo cooperativo y a lo empático, en contextos ecológicos como el aporte creativo que debe promover la inteligencia con consciencia. Es la misión de la política ecológica que sostiene a la ciencia que aborda teórica y empíricamente el caos sistémico y a la filosofía como aporte crítico. La ecoocreatividad es una nueva denominación que ensaya aclarar las interdependencias del conocer (episteme), el hacer (praxis) y el prever (prospectiva, utopística).

Es muy probable que veremos aparecer y emerger aún más alternativas que las que conocemos, tanto en contenido como en modos de interacción. Posiblemente sean tan radicales como necesarias e impredecibles, con intenciones explícitas de prudencia a largo plazo, que abordaran con su praxis lo que consideren como la raíz del problema. Sus intenciones podrían ser explorar las posibilidades liberadoras de la política actual (para deshacerse de lo innecesario) y futura (las tendencias o futuribles que aparecen como factibles y urgentes). Dicho de otro modo, las estrategias políticas en disputa con el NL deberán emerger de prácticas concretas de colectivos situados, jugar el juego del poder sin confrontación directa por el poder de control disciplinario inigualable, consecuencia del desarrollo de las redes tecnológicas que envuelven la totalidad del planeta. Por esto deberán explorar apostar políticamente de modo deliberado y radical a experimentos para nutrir imaginarios que sostengan alternativas (de poder, culturales, de derecho, con valores e ideales) auténticas, deseables y creíbles que no acepten ni el control obsesivo del Estado (China) ni la infantilización manipulatoria del mercado (los GAFAN y el Mercado en occidente, con sus servidores cómplices, los Estados y organismos internacionales). Mas comunas de Paris, palacios de invierno asediados, mayos del 68 de Paris, mas Cordobazos del 69 en argentina, movimiento 15-M en España y Occupy Wall Street en New York es probable que emerjan por otros motivos y sentidos. Por diversas razones y perspectivas, ensayaran poner freno a Estados e instituciones internacionales, que miran deliberadamente al costado, mientras hablan del tema sin hacer casi nada como solución responsable, en medio de sudoraciones acrecentadas por el calentamiento global, migraciones masivas de poblaciones desesperadas y la falta de agua potable para calmar la sed. Esos acontecimientos como manifestación y emerger de una verdad situada a múltiples interpretaciones, deberían hacerlo con la inteligencia grupal y colectiva, acordes a los desafíos precisos de égaliberté, que demandan utopías concretas creadas dentro de procesos democráticos reconocidos. Que impregnen un imaginario que no asume un destino ya escrito e inamovible. Pero que sustente desde lo político la orientación como practica experimental y creativa, frente a lo incierto, enfocando tanto en las inteligencias colectivas, como en las emociones y las pasiones alegres de las comunidades, que buscan modos de vida y organización preferentemente no capitalistas. Ni repeticiones de la paradojas modernas-liberales como novedad de sentido104 . Paradoja que esta presente en todas las contiendas electorales del mundo, que por un lado la mejora de la calidad de vida en el corto plazo de una parte creciente de la población mundial hecha por el actual sistema mundo, lo ha hecho a costo de la destrucción ambiental, que las empobrece sustancialmente a mediano y largo plazo la calidad de vida de los humanos, reduciendo y aniquilando drásticamente la cantidad y posibilidad de todo lo viviente, a una velocidad inusitada.

Por todo lo dicho, las nuevas experiencias colectivas deberán promover también, sin dudas, una relectura más profunda de la sociedad humana y recontar desde una nueva interpretación la historia. Como lo han hecho el movimiento Decolonial y la Filosofía de la liberación, a quien deberán leer, actualizar y superar. A partir de lo terrestre, para revalorar críticamente la importancia de la ecología en medio del hundimiento de la civilización tal cual la conocemos hasta el presente en occidente, en relación con las revoluciones modernas (americana, francesa, rusa, china y cubana). En consecuencia, por extensión deberán llegar a las independencias y rupturas con el colonialismo en América latina del siglo XIX y XX, así como al resto del mundo no eurocentrados. El tema de la emancipación y la superación de la alienación siguen siendo actuales, desde sus posibilidades de libertad definitiva e integral de las formas seniles- neocoloniales de la mundialización económica NL. Para pasar (con apoyo en perspectivas utopísticas y utopías concretas, asentadas en movimientos sociales concretos) a posibles mundos postneoliberales, es decir posibilidades de acontecimientos de mundos de vida transmodernos, ecoocreativos, conviviales que abran nuevos horizontes del sentido común, no individualistas y que no confronten con la manifestación de imaginarios insospechados aun, a crear, subversivos de lo “real” NL.

Tres puntos de partida de la reflexión política del presente

Por esto partimos de tres puntos, para desarrollar nuestras hipótesis que guían nuestros argumentos, en estos contextos de complejidad, angustia, escepticismo y nihilismo en que la vida está en peligro evidente de continuidad de lo viviente

Primer punto. El Hiato (y la desmesura nihilista)

Existe un HIATO que cobra sentido en el ámbito de la cultura, que se instala asimétricamente en el campo del conflicto político, abriendo el campo filosófico occidental de la verdad y el acontecimiento de la vida, con preguntas acerca del amor, la felicidad y el sentido (el buen vivir).

  • La “desmundialización” es un reclamo de las clases trabajadoras y populares víctimas de la mundialización. Decimos esto teniendo en cuenta las tendencias electorales de una parte importante de la población en cada país. Tanto en Europa, EE. UU. y América Latina han virado y seguirán en aumento, hacia preferencias electorales de restricción democrática nacionalistas-populistas-conservadoras. De tono autoritario, intolerantes y racistas, siendo peligrosas sobre todo por ignorar completamente la complejidad de la situación, y el hiato se manifestaran en que la desigualdad y las causas serán tapadas con relatos identitarios y culpables que canalizaran las emociones y la violencia hacia grupos determinados pre-etiquetados que serán los prejuicios utilizados como argumentos con valor de verdad (no serán judíos esta vez los malvados centrales, serán los migrantes, los musulmanes, los pobres, los eco-populistas rojos no nacionalistas, que roban el trabajo, los recursos y la tranquilidad de la “patria”).

  • Por lo tanto, aparece un hiato hoy que es imperante y a la vez desesperado de un imaginario nihilista. Que no justifica, parece ser, lo hegemónico de un libre mercado ideal que todo lo armonizaría por una mano invisible (porque es inexistente), fortalecido por la competencia y por el individualismo. Estos últimos promoverían la igual libertad, al menos en el consumo y en la elección de los gobernantes. Hiato que tampoco justificaría, por otro parte, lo contrahegemónico clásico del siglo XIX y XX (socialismo, anarquismo, comunismo), para los que idealmente todo sería arreglado con mayor igualdad, o con modelos identitarios y/o utópicos de polémicos resultados prácticos, en el siglo XX.

  • La crisis se instala en la no resolución dialéctica de la contradicción (el hiato), en plena decadencia sostenida del actual sistema mundo, en el vacío de alternativas que orienten y generen una tendencia definida. Estas ausencias o hiatos tienen su dualidad inherente, antagónica, complementaria y diseminada en el campo utópico, contradictorio de lo posible y concreto. Esto es lo que entendemos como utopías concretas donde inscribimos la transmodernidad y la utopística ecoocreativa, aunque explícitamente no orienten aun ni impongan el sentido. Sin embargo, intuimos por resonancia corporal-afectiva que ya existen, que ya están instaladas en imaginarios difusos en formación y minoritarios.

  • Hay que TRADUCIR filosóficamente lo emergente, aunque de modo hipotético y condicional, los acontecimientos socio políticos aun poco comprendidos en contextos de ritmos frenéticos de cambios irreversibles (pandemias y crisis económicas financieras), de no retorno en lo ambiental y en lo sociopolítico. La desmundialización podría ser realizada ordenadamente, y reglamentar equitativamente lo que debe ser mundializado, respetando los, ecosistemas, las soberanías y los procesos democráticos. Experiencias locales y en común que ponen límites a las oligarquías financieras y económicas del capitalismo globalizado. Elites y privilegios de casta NL que promueven la competencia y la maximización a cualquier coste (social, económico y ambiental) generando su dualidad inherente y duplicada de la sombra bifronte: la extrema derecha nacionalista-racista. Finalmente es la unidad de la dualidad, lo mismo en su diferenciación recurrente, complementaria-interdependiente.

Segundo Punto. Nuevos manifiestos

Hay que generar intelectualmente nuevos manifiestos ecoocreativos, transmodernos y espacios de sociabilidad no fascistas, para que entren en la vida cotidiana en la dimensión del lenguaje, para que se operativicen en la acción y en la gestión de lo político. En estos espacios característicos de lo local en conflicto con la mundialización hegemónica (lo global), es donde el al arte, la educación, los medios de comunicación y las asociaciones junto con el movimiento cooperativo internacional, tienen un rol nodal de articulación deliberada que disputa la hegemonía cultural del sentido común (Benasayag & Cany, 2021). Aunque no de fijación de sentido (o de solidificación de lo fluido a lo que asistimos en el presente), ya que la misma definición de lo político es la An-Arké (Lordon, 2018), la ausencia de sentido o espacio vacío que debe ser llenado y reactualizado permanentemente de sentidos, siempre en devenir autónomo (Laclau & Mouffe, 1987; Mouffe, 2018). Porque lo político es la potencialidad de una comunidad como imposibilidad de fijar e instituir Verdades eternas heterónomas (Castoriadis, 1998). Es el reaseguro de evitar clausuras autoritarias como la ideología del neoliberalismo actual, porque asfixian tanto la libertad como la solidaridad, haciendo de la igualdad una quimera.

Tercer Punto. Lo terrestre

Lo Terrestre (que no es la naturaleza-recurso inerte) responde, reacciona y genera consecuencias en la zona critica de algunos km de espesor (biosfera), donde los agentes son interdependientes necesariamente, para que la vida pueda continuar. Lo terrestre es el nuevo atractor que integra lo local y global para pensar la política presente y futura, sabiendo que el hombre tiene relación de igualdad y no de privilegio con los otros terrestres. Por esto, deberá delinear y orientar el imaginario postneoliberal (no de la economía, sino civilizacional) que ensaye salir de “la totalidad dada” que depreda y colapsa el sistema viviente en nombre de un “sueño americano” infinito (la desmesura, o la débil y peligrosa idea de libertad individual caprichosa de consumo y posesión ilimitada). Este sueño se convierte en pesadilla en un planeta finito, que no tarda en hacernos ver como un acontecimiento de verdad, haciéndonos sentir en carne propia las consecuencias de nuestra ignorancia por los excesos compulsivos incontrolados. Esta totalidad dada (como le llama la FL)- o “realidad integral” (réalité integral) según Jean Baudrillard (2003) tiene su complemento inescindible o reverso dual (réalité duelle): crisis financieras, terrorismo, catástrofes ambientales, nacionalismos retrógrados, identidades colectivas fanatizadas, movimientos sociales radicales, pandemias como el COVID-19.

Una opción (por la que apostamos en este escrito) podría ser que lo haga como dispositivo político de experimentación “ecoocreativo”, que es la composición de lo ecológico + cooperativo + creativo como expresión auténtica del cratos del demos autónomo, que delibera y decide en democracia real participativa, directa, representativa y social. Ecoocreatividad democrática extensiva a todas las dimensiones (económica, cultural, social, política) y en todos los niveles (individual, organizacional, institucional, histórico-estructural). Proteccionismo cooperativo como guía de la ayuda política internacional y para los intercambios comerciales y colaboraciones entre países, que solo juegan juegos de ganar-ganar enfocándose en las necesidades vitales y desafíos sistémicos integrales de sus poblaciones humanas y no humanas, en los territorios.

Nos apoyaremos en estos puntos para pensar este incipiente programa de investigación, que mira al futuro como causalidad del presente. Como una cuarta fase de posibilidades y despliegues de la filosofía de la liberación y el pensamiento decolonial, que se abren a nuevas generaciones de activistas, intelectuales, artistas y líderes sociales.

Hay formas de acción que se están estructurando en común en EE. UU., América Latina y en Europa, apoyadas por las redes tecnológicas como redes sociales, para cambiar la situación abriendo nuevas tendencias. Por un lado,

  1. La resistencia que promueve el militantismo político, social y organizacional con sus modelos de organización y manifestación (encuentros, campañas, peticiones bloqueos, elecciones políticas, acción directa) en redes acéntricas, con acuerdos puntuales y, si es posible, visiones de tendencias compartidas, a mediano plazo.

  2. Las prácticas encarnadas en forma de vida colaborativos, tales como el consumo local y hábitos cotidianos sostenibles de vida como el uso de energías renovables, las formas cooperativas-mutualistas-redes colaborativas en servicios y en el consumo básico, la gratuidad y las formas generosas y solidarias políticas del “care”.

  3. Esto implica esencialmente un cambio de consciencia, como metáfora podríamos decir que el “salto cuántico” masivo ya se ha instalado en una parte de las redes sociales.

    • Lo cotidiano, lo filosófico y el camino espiritual de cada uno son también espacios políticos, hasta en los actos más nimios. Lo decimos en el sentido de acción individual y grupal, desde imaginarios y valores holísticos, diversales y transmodernos- multiculturales.

Por esto, incorporamos implícitamente, junto con la transmodernidad (propuesta por de la FL y el pensamiento decolonial) al pensamiento crítico europeo (social y científico), que rastrea la construcción de imaginarios post neoliberales. En particular de los franceses Jerome Baschet, critica al presentismo y propuesta de imaginarios postcapitalistas), Christian Laval (lo común) y Bruno Latour (lo terrestre), teniendo en cuenta para poder hacer el ejercicio intelectual -sin abordarlas conceptualmente en este escrito- las categorías principales de la propuesta de Jeremy Rifkin (2011) de civilización de la empatía y de los alemanes Axel Honnet (reconocimiento) y Helmut Rosa (aceleración, resonancia). Ya vemos en América Latina y en Europa propuestas que van en el mismo camino con lo que venimos diciendo en este escrito105, que pueden además rastrearse los antecedentes en las cosmogonías y mitologías de los pueblos originarios en sentido simbólico, pero con enseñanzas sorprendentes y útiles para el presente. En particular mayor creatividad e innovación, otras prácticas y conceptos inexistentes en nuestro idioma, mayor sensibilidad cultural y tolerancia a la ambigüedad, entre tantas posibilidades.

II. CINCO HIPÓTESIS DE INDAGACIÓN, PARA AMPLIAR EL HORIZONTE DE LA FILOSOFÍA DE LA LIBERACIÓN Y EL PENSAMIENTO DECOLONIAL

La Filosofía de la liberación es la corriente filosófica de América latina más influyente en el continente, por ser además una referencia y punto de debate con otras corrientes y aires geográficos. Creemos que esta corriente tiene junto con el pensamiento decolonial muchos puntos para aportar y desarrollar nuestra idea de ecoocreatividad. Pero debería abordar y repensar, para esto su propia ontología de lo político, partiendo de lo político como campo propio de su accionar paradojal, como espacio del desacuerdo inherente y determinante. En consecuencia, repensar una racionalidad compleja y relacional particular, donde lo humano y el deseo cobran toda su dimensión de desafíos, expectativas, incertidumbres y esperanzas. Porque lo político no se deja limitar a la filosofía política, como las de Platón, Aristóteles, Hobbes o Marx, que tratan de apaciguar, calmar, aclarar y darle lugares o contratos precisos y ficticios a los actores-sujetos. Será, por esto, un desafío filosófico en su relectura que le llega también a la Filosofía de la liberación. Es decir, volver a reconsiderar el modo en que están intrincados la filosofía y la política en su praxis. Porque el descuerdo inherente y constitutivo de este campo no está resuelto en el libro 20 tesis de la política (Dussel: 2006), en donde la ética da los principios normativos a la política (Tesis 9). Dussel presenta (Tesis 2 y 3) una dualidad complementaria, la ‘potentia’ el poder soberano del “pueblo” que debe crear legítimamente ‘la potestas’, el poder instituido, el cual debería saber escuchar los motivos del litigio y resolver el clamor de quien posee el verdadero poder no fetichizado: el Demos. Entonces podríamos concluir que lo político es un proceso sin fin, propio, que se resuelve en ese espacio de desacuerdo y conflictividad inmanente que promueve en este espacio relacional de intercambio de discrepancias, de problemas y de antagonismos. Esto es lo que entendemos como Democracia Radical, que debería orientar la praxis de liberación y promover las instancias de gobernabilidad (la potestas) adecuadas a canalizar el antagonismo democrático e impedir la guerra.

Hay aportes de la Filosofía de la liberación y del grupo Decolonial significativos para las ciencias sociales y humanas para pensar América latina. Así como también puntos de enfoques críticos para estar alerta con perspectivas eurocéntricas, por los obstáculos epistemológicos para penar el cambio político y las situaciones socio-culturales, más allá del viejo continente. Podríamos aportar el por qué no consideramos posible ni recomendable la caricatura escolástica y moderna de la plenitud de universales, dados por profetas-filósofos, por líderes que resuelven románticamente las demandas políticas de un “pueblo” que a priori tiene su identidad sustantiva, acosada y deformada por “malvados enemigos extranjeros”. Hay en el pensamiento decolonial (Mignolo, Grosfoguel) así como en Dussel (más marcadamente en los inicios de su reflexión en la década de los setenta y ochenta del siglo pasado) una ontologización del “pueblo”, así como una insinuación de tarea profética de intelectuales. Por otro lado, hay una sustantivación de lo europeo y eurocéntrico que los califica a priori a los no latinoamericano, en una situación incómoda, cerrando el dialogo fructífero. La situación de critica al eurocentrismo, obviamente es además de ser más compleja, es mucho más apasionante intelectualmente cuando se lo piensa desde el potencial y desde las posibilidades de emancipación de los límites economicistas de la hegemonía del neoliberalismo dogmático y depredador, para lo que hacen faltan muchos puntos de vista y enfoques para enriquecer y profundizar el debate filosófico -categorial. La Filosofía de la liberación y el pensamiento Decolonial parten, al igual que muchas perspectivas críticas en Europa de un momento de negatividad, de rechazo y de resistencia a lo que tantos problemas socioeconómicos y ecológicos ocasiona. Pero más atractivo y necesario es, por esto mismo, pensarlo conjuntamente desde la creatividad de un imaginario que requiere utopías concretas, desde las estrategias y praxis de liberación integral. Estas solicitan ser reelaboradas por la FL, reflexionando con movimientos territoriales o con acuerdos transversales, pero no localizados en territorios específicos106. Esto es, como horizonte ‘Transmoderno’, incluyendo la ecología, la creatividad y la cooperación (ecoocreativiad) como institución central de su praxis. También como filosofía que nutre y abre la práctica política de colectivos diversos, dispersos, inestables y dinámicos, no necesariamente en forma partido político o formula electoral. Nuestro punto crítico en este apartado es que la concepción de lo político de la Filosofía de la liberación es un límite al desarrollo y a la evolución misma de sus praxis y del aporte que podrá hacer e el futuro próximo.

La an arkhé de lo político, o las condiciones de la democracia radical

Lo político, en tanto espacio ontológicamente vacío (an arckhé, sin raíz/fundamento), es la condición de posibilidad del cambio y la reformulación de objetivos a partir de las relaciones entre adversarios con cosmovisiones y expectativas diferentes. El cambio de las correlaciones de fuerza en interrelación y la reformulación de los significados asignados, vienen dados como consecuencia del antagonismo inescindible, en lucha por el sentido de deseos, no siempre conscientes y explícitos. Y otras tantas por verdades metafísicas inexistentes e inaccesibles, inscriptas en los imaginarios en disputa, que se manifiestan en los acontecimientos y sus interpretaciones. Este vacío que no es la nada, sino la imposibilidad de un Todo Pleno (de felicidad-abundancia-armonía) posibilita el juego permanente, reglado y especifico (instituido) de la sociedad, para tratar justamente el corazón de lo político, es decir el desacuerdo, los litigios y los malentendidos. Su finalidad es simple: no quedar inmovilizada por fetichizar sus logros en instituciones (o aspectos específicos de la civilización como el poder, el dinero o la tecnología) o correr el riego de guerras de exterminación del enemigo para ganar la disputa en defensa de una Verdad religiosa y dogmática disfrazada de partido político. Y esto implica de pleno a la filosofía, como espacio de dialogo sin final acerca de lo inaprensible de lo Real. Es decir, de cualquier imagen de un “Real” dudoso e impermanente al que sí llega el pensamiento teológico y el dogmatismo religioso/político.

Lo “Real” en nuestra perspectiva, no es lo que justifican las teologías, sino que es el “porrazo”, el golpe, la caída, la herida manifiesta y encarnada en la temporalidad, en el grito de dolor e insatisfacción. Lo real del “porrazo” es casi lo imposible para tener en cuenta más allá del dolor, es la fuente de problemas de lo que no queremos, por lo general, saber nada. Y en particular, lo que da una bofetada (en el espacio de lo político) a la pesadilla de cualquier rostro divino o dictador indeseado (Hitler, el Rey, el mercado, el Estado, el Partido, el Imperio, los “expertos”, los algoritmos). De ese gran Otro que traiga o tenga la solución prefabricada “en nombre del Padre” como autoridad que se fundamenta en el mero poder coactivo, autoritario, poseedor de una Verdad revelada. Es decir, antes de que sea formulada y dialogada por los interesados directos, por motivos ajenos al encuentro ecoocreativo del Demos.

Pero si esa experiencia de “lo real” es personal y también posible, al menos para algunos, podemos acordar, tal vez, que no es suficiente para hacer una ontología de esta experiencia de la intuición, cercana a lo místico. Tampoco es suficiente la elucidación filosófica de esa experiencia de ingreso a lo “real”, de raro acceso en la academia y muy difícil en la lucha política. Porque cierra el dialogo y establece un monologo, en el mejor de los casos poético, sensible y delicado, pero en la mayoría de las experiencias, más bien monólogos violentos y autoritarios. Este último es el peor escenario, la manera histórica que muestra la forma de verdades que incitan al fanatismo y la violencia, porque es a la vez lo que une a un grupo (Nación, clase, etnia, genero, ideología) y cierra la política a espacios preasignados, sustantivando a los adversarios o antagonistas políticos. Se auto-justifica normalmente por su revelación “verdadera e indubitable” de la misión (progreso eurocéntrico, el destino del pueblo nación, la expansión de mercados hegemónicos) que aclara su intensión manifiesta. Encarnado en el líder (Hitler/Perón/Trump) o encandilado por el profeta que incita acciones colectivas (suicidios, partidos que promueven la guerra o matanzas, exclusión y prohibición de extranjeros o de credos religiosos, mercados expansivos que “deben” derribar barreas países y regiones que no se abren a la mundialización económica NL,…)

La democracia radical, en nuestra perspectiva, es entender el espacio político como lugar de entrada igualitario al juego de lo político (la potencia). Esta, la Potencia establece la política como asignación de recursos y lugares en relaciones de poder específicas (la potestad). Es el espacio donde el sentido ético es dado por cada particular (partido, movimientos, organización, grupo) en los acontecimientos que interpelan, interpretan y responden al “porrazo” (como la caída inesperada de los niños, cuando corren alocadamente…). Pero lo político es siempre en situación, cambiante y contextualizado, resignificando el pasado como vector de poder en el presente. Presente siempre modificable, cambiable que discute los imaginarios de lugares fijos, preasignados (sean monarquías, regímenes democráticos o dictaduras). Por un lado, lleva implícita una visión temporal prospectiva como deseo, desde imaginarios que pueden dar coherencia a horizontes de utopías (postdictaduras, postneoliberales). En el caso de la FL, debería promover con su reflexión utopías concretas para ser coherentes con la praxis que sostiene, además de la crítica a la totalidad vigente. Por otro lado, podemos aceptar la perspectiva de pensar la ontología de lo político de que el deseo de vivir y querer seguir viviendo (voluntad de vivir como impulso de danzar con la muerte) es el tratamiento mismo de ese presente del querer volver permanente, voluntarioso e inconsciente a esa unidad kaosmica, como totalidad e integralidad imposible de nominar (al vientre materno, a paraísos ya perdidos por la caída a causa del pecado original). Pero esta experiencia integral alude al deseo al que solo accedemos fragmentariamente con nuestra experiencia corporal y consciente, a partir de la particularidad, el fragmento, la diseminación y la corta vida del entusiasmo. Ayudados a veces por filosofías, prácticas de autoconocimiento y tradiciones de sabiduría que activan las emociones, las pasiones y el éxtasis de la actividad colectiva.

Para la FL la sociedad política es lucha, confrontación y antagonismo inherentes en las relaciones políticas por los movimientos sociales que atraviesan los diferentes campos (económico, político, cultural). El fundamento ontológico es, para Dussel, la voluntad de vivir del pueblo oprimido y pobre: “La vida humana es el fundamento de la voluntad. La voluntad no es sino el “querer vivir”, el querer del viviente por el que se afirma positiva y tendencialmente en su ser viviente. Por su parte el poder es el despliegue de la misma voluntad de vivir107. La ‘potestas’ es la política como gobierno y las demandas que se institucionalizan, es la acción de gestión y asignación de lugares y recursos, el control policial. Sera “la política” la que asigna los lugares, las partes correspondientes y los reconocimientos legales. Si lo político es el descuerdo constitutivo en el campo dado de lo social, entonces es el litigio que trata de algo, pero desde dos mundos de lo ya asignado, contrapuestos. El encuentro de estos dos mundos es desde el que emerge lo antes invisible, lo ahora audible y presente, lo que incomoda con el grito y la demanda, con la revuelta (los Chalecos amarillos en Francia, EZLN en México). Hay siempre perspectivas diferentes que discrepan en qué es lo igual y quienes son los iguales. Por esto la política se confunde con “la policía” y se fetichiza, porque pone a cada uno en su sitio asignado, porque así lo quiere y decide el Estado con sus fundamentos legales, sostenidos en su interpretación y traducción por las relaciones de poder imperantes y hegemónicas. El problema aparece cuando no escuchan al que se sale del libreto, al que excede lo previsto de cada lugar asignado porque no lo entienden, si llegan a verlos y a escucharlos. Es más, “la policía” exige callar, circular y volver al sitio dado cuando algo acontece. Propone volver a la tarea asignada, a aceptar lo ya resuelto, a ser obedientes, dóciles y previsibles.

Por esto, Lo político es el desacuerdo mismo donde se instaura el juego inherente e inmanente de la lucha, que estructura las relaciones antagónicas entre enemigos y/o adversarios a causa de desacuerdos congénitos, que relaciona deseos divergentes. Pero no por malentendidos a causa de una mala comunicación. Es más bien por el cambio potencial de las relaciones de poder y el trabajo específico de la hegemonía, como campo discursivo inestable y dinámico que muta y altera el sentido común, que hace hablar al imaginario. Esta, la hegemonía, deberá asumir entonces las diferencias, reabsorberlas e integrarlas en su campo de poder, ya que el consenso es producto de la hegemonía misma. Para que el “príncipe” siga siendo “El Príncipe”, para que éste gobierne de acuerdo con su imaginario y con mitos fundantes de su discurso y praxis política (aunque no sea ni su voluntad explicita ni racional del asunto…). La política es lo que reparte los dividendos de recursos y prestigio, es decir las formas institucionales e instituidas alcanzadas para la gestión y resolución de las demandas colectivas. La filosofía de la liberación como filosofía del pueblo pobre y oprimido, es el contra discurso del Príncipe (de la riqueza de los Oligoi), es un antagonista a priori en su acto fundacional a finales de los años 60. Por esto mismo, no debe fijarse su contenido, sus malentendidos son una virtud que posibilita múltiples visiones que escapan a a la obsesiva tradición teológica y profética de un sentido y contenido único. Experiencias autoritarias ya vistas en las religiones del libro, el fascismo y en el comunismo de tipo soviético. Tal vez la pluralidad y la tolerancia sea el punto filosófico que el liberalismo ha entendido parcialmente mejor que el de adversarios y sus experiencias históricas concretas, porque los errores modernos coloniales a los que contribuyo el colonialismo como expansión capitalista, cuentan como las mayores atrocidades de la historia mundial.

En la diferencia de enfoque de ese pensar de separar lo político (el espacio vacío que posibilita el juego de las diferencias) de la política (la que asigna los lugares y roles fijos), es desde donde queremos pensar críticamente el aporte de Dussel. Primero, porque ya no será ni el individuo atomizado y aislado del liberalismo, ni el ciudadano comunitario encerrado en su Estado-Nación (con identidades cerradas y perfectamente delimitadas, características propias del comunitarismo autóctono y/o étnico, o del colectivismo comunista ruso). En nuestra perspectiva implícita de Utopías concretas, en nuestra utopística que no copia la idea de la política de Dussel por su visión fundacionalista 108 de la política como lo óntico, que cierra el juego de las diferencias al interior de las perspectivas postneoliberales. Posiblemente habrá en el futuro instituciones que conjuguen la ecoocreatividad (ecología + cooperación + creatividad) con horizontes transmodernos en formatos institucionales inéditos, sin abandonar la idea de democracia republicana y poniendo la “égaliberté” en el centro del pensamiento y de la acción política. Es muy probable también que la praxis se tope con altas dosis de ‘individualismo colaborativo’ y con tendencias creativas de cooperativismo experimental de lo común, donde el individuo esté posicionado de otro modo, rebasando los corsés modernos de las ciencias sociales. En nuestra perspectiva esto es dividualismo rizomático como tendencia inmanente, que emana de los vínculos de los ciudadanos libres de imposiciones externas. Esto es el paso previo a la cooperación ecológica y creativa (ecoocreativa), con una visión compartida y consensuada que se rehace y deviene la voluntad e intención de las interacciones de los participantes, en igualdad de derechos y condiciones. Por esto,las nuevas articulaciones transversales de las diferentes demandas y necesidades podrían ser de distintas “posiciones -sujeto” (Laclau y Mouffe, 1988) que dejarán más obsoletas aun las teorías eurocéntricas modernas de acción política -de corte liberal y marxista-.

Si esto es así, ira haciendo repensar sin a prioris ontológicos eurocentrados la idea de ciudadanía, en relación con la democracia, la identidad, la justicia social y el pluralismo109. Consideraremos la ciudadanía como un proceso del espacio político del sentido del cambio social, para la elaboración de las decisiones provisorias y objetivos colectivos en devenir, que no se reducen al derecho y que afectan las relaciones políticas del presente, encaminando el futuro prospectivamente. Por esto, al ser el espacio de la decisión de sujetos autónomos que se dictan sus propias leyes e imperativos, fruto de la acción política, es el espacio de encuentro de las diferencias, las contradicciones y los antagonismos que deben definir su Verdad, reinterpretando el pasado, modificando el presente y creando el futuro. Es entonces la versión antagónica del esclavo, el súbdito y el consumidor porque hay que hacer emerger la opción de sentido elegida y ponerla en juego en el campo de las decisiones en las relaciones de poder que sostienen. El ciudadano como categoría ética y sociológica las supera positivamente al consumidor dócil y al mero contribuyente pasivo. Lo hace desde el ideal universal de libertad e igualdad (égaliberté), para hacerlo efectivo necesita la ampliación y la consolidación de derechos efectivos, de un poder legislativo y ejecutivo que se apoye en la deliberación política participativa como sustrato básico de la comunidad. La libertad y la igualdad pueden ser excluyentes entre sí, si no son mediadas por la solidaridad, la que depende de la comunidad política, de los capitales (cultural, social, político, económico) en juego y conjugación, que hacen a la sociedad. La ciudadanía es el sentido pluriversal de los particulares, definiendo la procedencia y alcance de los sujetos afectados en el juego político. Porque tendrán, a la vez, como contrapartida obligaciones y responsabilidades, en relación agonal e interdependiente de los participantes (ciudadanos). Su tarea es, entre otras, determinar el alcance de la propiedad privada y pública, señalando las condiciones del acceso, uso y usufructo de bienes y servicios como consecuencia y síntesis del debate agonal de lo político110.

La democracia es siempre la radicalización de sus potenciales, como devenir de la voluntad e intención colectiva de las diferencias y de lo irreconciliable. La política es el juego que solo tiene la regla como un primer mandamiento análogo a la biblia: no mataras. Si no hay política hay violencia y destrucción. La política instaura instituciones cambiantes, son reglas de juego con un solo propósito: seguir jugando. No hay participio, hay gerundio con lo político y la democracia. Democracia y política son inescindibles, quien manda es el pueblo ciudadano pleno de derechos. Los consumidores y propietarios son categorías que deliberadamente no quieren implicar lo político, cuestión imposible, por cierto. La articulación de las diferentes posiciones- sujetos en una sociedad dada son parte del litigio en fragmentos inconexos que tiene el NL actual. Y en el que los movimientos sociales contrahegemónicos deberán ensayar unirse en la diversidad, con la creación de un imaginario ecoocreativo, transmoderno y pluriversal que no implicaría una ontología para lo político, como sugiere Dussel. Sino más bien rastrear en la utopística, como sugiere Wallerstein, o en la formulación de utopías concretas creadas como regulación indicativa de lo incierto, regulados por formas directas de participación y articulación política en su selección y decisión. Pero lo que se instituirá muy probablemente, como nodo básico, serán instituciones funcionando en red con gestión cooperativa, abierta y con democracia directa. Donde “una persona un voto” o modos alternativos de sorteos, en medio de redes y nodos articulados que aparecen, se transforman, que desaparecen y reaparecen transfigurados.

En segundo lugar, pensamos que la FL en su formato actual, quedará excluida si no pasa a una nueva etapa de reformulación y actualización teórica, donde la Justicia podría ser un nuevo tema para desarrollar como la categoría articulante de totalidad filosófica para la liberación, propuesta por Dussel a lo largo de su obra filosófica. Esto deberá promover profundizar aún más en los contenidos positivos de la sociedad transmoderna (Dussel: 2005) y sus contenidos positivos de democracia, libertad e igualdad en la crisis de las sociedades NL donde la competencia generalizada y el individualismo extremo son sus causas111. Las pretensiones de universalidad de la FL implican desarrollar la actualización de su categoría de ‘analéctica’ en estos nuevos contextos acelerados y complejos. Para que la praxis de lo político ecoocreativo, coomunitario/transmoderno se enraíce en las disputas y desafíos actuales en Europa del Sur, y muy particularmente en América Latina en conjunto, como experiencia que no puede ni debe quedar aislada. Si el aislamiento sucede, será su carta política de defunción anunciada.

Utopías concretas, o qué se podría pensar para no hipotecar concretamente el futuro…

Las hipótesis que proponemos las resumimos en cinco puntos, como rastreo filosófico y político de un nuevo imaginario posible postneoliberal. Hay una secuencia entre la tensión modernidad-transmodernidad que implica a la dialéctica NL y postneoliberal. Esto genera un momento positivo, pero que no es ni eterno ni inevitable, pudiendo ser una dialéctica sin resolución. Por esto sugerimos seis hipótesis como líneas de indagación, donde constatamos la emergencia de un nuevo sujeto político, que Bruno Latour llama el tercer atractor (lo terrestre). Es lo que hemos recopilado y sintetizado de numerosos investigadores y movimientos sociales, que consideramos posible, plausible y conveniente de las utopías concretas para los cinco puntos que tienen el propósito del debate para la confrontación de ideas políticas innovadoras, novedosas y con perspectivas de futuro.

I. La tensión moderna-transmoderna

La tensión entre los dos momentos (filosofía moderna y filosofía de la liberación) se han autonomizado, en un antagonismo que no es superado aun en el presente. Etapa en la cual La filosofía de la liberación se funde en un polo del problema, sin haber logrado aún ser su exterioridad, no saliendo ni abriendo aun del horizonte filosófico moderno. Los límites de la modernidad se convierten en obstáculos inherentes y autoconscientes. No superados aun por la FL porque parece anclada sobre todo en el momento de negatividad. Si bien Dussel en particular ha aportado las pistas y las tópicas filosóficas a desarrollar. La filosofía en su historia general busca unir y dar coherencia al mundo de la vida y al conocimiento, proponiendo en su historia por lo general algún fundamento ultimo de lo Real (Ser, referente, fenómeno, signo), escapando a toda contingencia posible. La política tiene como misión dar la posibilidad a las comunidades de proponer, refundar y reformular sus objetivos. Por lo tanto, el desacuerdo es inherente porque de hecho es necesario para la institución de ese espacio de encuentro de las diferencias. En ese sentido es contradictoria la relación de la filosofía con la política, porque los objetivos y misiones de cada uno son diferentes. Dussel busca la coherencia entre filosofía y política, a diferencia de Rancière, Laclau y Zizek que por el contrario suponen y sostienen en sus argumentos lo irreductible de ese espacio vacío, que no puede llenarse. Que no tiene ni puede tener solución final en las condiciones de la democracia moderna y liberal que puede debatir, dudar y reformular toda finalidad y decisión. La FL tiene implícita una metafísica en su ontología política, que es la voluntad de vivir. No salda su pretensión de alternativa no eurocéntrica al reemplazar a Dios como fundamento ultimo por la voluntad de vivir, con la crítica al eurocentrismo moderno (por sus brutalidades coloniales-epistémicas y por las crueldades históricas cometidas). Porque al final de cuentas, cambia el sentido del fundamento, pero lo deja intacto en cuanto fundamento con otra orientación trascendental.

Una filosofía post o trans moderna que pretenda unir la filosofía y la política debería abordar críticamente la idea misma del centro y fundamento, con alcance a la filosofía como a lo político. Debería abordar el cambio de contenido con la crítica radical a la propuesta del fundamento ontológico que promueven los argumentos políticos en disputa, aceptando la contingencia creativa del sentido siempre inestable, incierto y complejo, en mutación por las disputas en contextos relacionales determinados. Para Rancière (1996; 2004) lo especifico de lo político es la posibilidad riesgosa y la apertura libertaria para cambiar de propósitos y finalidades, porque es la racionalidad misma del desacuerdo, eso que la filosofía quiere eliminar, evitar o reducir (1996:11). La filosofía podrá tener las pretensiones de poseer el fundamento ontológico de la verdad y la realidad que canalizan grupos y partidos. Pero lo político no puede cerrarse a la univocidad universalizante, sino a la pluriversalidad dialogal del desacuerdo relacional, inherente y constitutivo de su actividad.

Lo político puede tener pretensiones de universalidad a partir de las necesidades y demandas de lo particular, en referencia a lo común, la colaboración cooperativa y la creatividad democrática del futuro deseado y factible (utopías concretas). Lo político entonces es un litigio, como manifestación y acontecimiento del disenso que posibilita su emergencia del desacuerdo. Y no “la policía”, que instaura el orden suprimiendo la divergencia constitutiva de lo político. Descuerdo inherente que no se reduce a malentendidos ni desconocimientos, sino que es esencial como actividad frente a ese vacío que es objeto de la disputa, para ser llenado por el sentido de las voluntades de las partes que claman ser reconocidas como iguales en el juego, que instaura en su puesta en escena desigualdades inestables. Por esto, no puede basarse en “naturaleza” o en contratos sociales como origen artificial, porque lo político es algo que no se puede completamente fundamentar. Esto es debido a que es su praxis la que permite cuestionar lo dado como “real” y posibilita, además, replantear los fines. Y es por esto por lo que es el lugar del no fundamento, de lo contingente y del desacuerdo porque es la condición para que todo se puede replantear y reformular. Es el lugar de la anarquía, en su verdadera etimología (an arkhei) lo que no tiene principio ni fundamento - que no implica necesariamente el rechazo de las instituciones, como en el anarquismo moderno-. La actitud filosófica de Rancière frente a “la para-política” y a la arkhé .política es contra cualquier intento de fundamentación, sea naturalista, histórico o artificial, porque es la crítica a algún tipo de mentira, disimulo o ficción.

La idea de transmodernidad en Dussel debería replantear filosóficamente el alcance de la idea misma de fundamento (el poder de la voluntad) como extensión normativa de la política, para seguir la huella de la pluriversalidad de Mignolo (2001) y de Grosfoguel (2009). Esto es como sentido siempre en creación, promovida por la política que pone, orienta y promueve el litigio del juego del desacuerdo de las diferentes filosofías y de las éticas en disputa, en cada situación y discusión. Lo que hay que evitar, acordamos con Dussel, es la fetichización del poder y de la filosofía con su criterio dogmático de Verdad más allá del acontecimiento, al interior del desacuerdo constitutivo que dinamiza el devenir de lo social. Es decir, la posibilidad indeseable del cierre y asfixia por la hegemonía política sea del signo, la orientación o régimen político que sea. La idea de Justicia estaría entonces en el centro de la inestable definición de lo político, como el terreno del encuentro entra la política y la policía en el tratamiento de algo que no encuentra su razón ni justificativo en la distribución de los lugares y la asignación de reconocimientos, porque es el error que posibilita la búsqueda potencial de “la Verdad” política. Pero, si bien hay verdad en el acontecimiento (verdad sin mayúsculas), no será eterna ni verdadera sin más, aunque haya filósofos que creen que encarnan el rol del portavoz del logos divino de lo justo y profetas de la emancipación de lo equivocado.

II. La novedad dialéctica postneoliberal

La novedad dialéctica irrumpe en que requiere ahora más que nunca dimensiones propositivas y positivas superadoras, para fundar un imaginario radical que promueva el antagonismo necesario de la acción política post neoliberal. Motivado principalmente por la urgencia y la importancia de los desastres irracionales del modo de producción y del consumo actual. Los “sujetos” que piden su parte en a la distribución del todo social (como recursos y reconocimientos, como capital cultural, social, económico y político), son ya evidentes y visibles, escapando a las clasificaciones sociológicas precedentes. Para Bruno Latour (2018), Lo terrestre (el tercer atractor, siendo lo local el primero y lo global el segundo) es de entrada un tipo de reconocimiento invocado y exigido por la ecología política que nos hace viajar en el tiempo, nos retrotrae al mito, a la simbólica de lo sagrado, pero en tiempos no religiosos. El mito y lo sagrado se asumen en la modernidad como lo superado por la ciencia y la tecnología. Este viaje en el tiempo nos pone también frente al espejo del futuro, con la sensación de oscuridad y de imagen ya no gloriosa e iluminada de la redención y el progreso material, ni de un paraíso terrestre de ciencia ficción. Sino de la angustia de lo desierto y recalentado.

La Filosofía de la liberación debe definir si abre el marco del encuentro de las diferentes filosofías y ser el nodo de la articulación de diferentes universales a llenar de contenido, en el desarrollo de los antagonismos y desacuerdos que plantea la situación política de la casa-tierra (eco, de ecología y economía). Definir si su pretensión es ser, o bien un jugador más del campo agonal en permanente delimitación por la política que busca ocupar ahora el centro de la escena. O bien, evitar el centro del poder con formas alternativas, rizomáticas de redes dinámicas y complejas. Redes sociales que no renuncian a la igualdad y a la libertad, promoviendo lo solidario en sociedades transmodernas ecoocreativas, no competitivas, postneoliberales. Donde la justicia esté descentrada de la propiedad privada, que denuncia, legisla y evita la custodia de la banalidad innecesaria de la desmesura consumista. Más bien se asienta propositivamente en lo común y público, en la sobriedad de la discreción con un epicureísmo filosófico de despojo de lo innecesario, con una vida frugal y anclada en lo importante como armonía viviente (Tao) de las pulsiones paradójicas (Yin-Yang) que animan la red viviente.

La situación presente, en su complejidad fáctica y categorial, implica abrirse a la innovación de nuevas preguntas y supuestos experimentales. Esto es imperativo, debido sobre todo a la necedad epistémica y filosófica del eurocentrismo moderno, inherente al NL. Situaciones que generan el riesgo en la que el pensamiento Decolonial y La filosofía de la liberación pueden quedar inmersos en su dimensión de negatividad que sostiene la hegemonía del NL. Al menos hasta que pasen a una quinta fase post NL (respuestas creativas a los nuevos desafíos, posterior a las derrotas electorales en América Latina -Bolivia, Brasil, Argentina y Ecuador- a partir del 2015), que es la que llega con las urgencias ambientales-epidemiológicas y políticas después del 2016-2019, como punto de ruptura y agotamiento del NL actual. Es de prever a partir del 2021 en América Latina un campo de lo posible como el retorno pendular de las tendencias democráticas electorales mutantes -socialdemócratas, populistas-progresistas, ecológicas comunitaristas- de transformación societal y de cambio de sentido de las agendas de propiedades en la gestión pública nacional, regional y continental.

III. El momento propicio positivo-propositivo. Seis hipótesis

La filosofía de la liberación propone la pluriversalidad transmoderna de lo común, como acontecimiento multicultural de la diferencia, la diversidad y el reconocimiento que resguarda la justicia (Dussel, 2002). La mediación propuesta por Scanone y por Dussel de ‘analéctica’ se convierte en el concepto clave de comprensión del conjunto de la obra intelectual de ambos pensadores, según Ricardo Salas Astrain (2003). Creemos que es por sus implicancias, aun no desarrolladas filosóficamente, en relación con la Justicia como factibilidad concreta y criterio de la gestión pública. Por todo lo dicho anteriormente, nuestra hipótesis es que la FL está en el Kairós, el momento propicio, positivo-propositivo. El tiempo en el que el pensamiento decolonial y la FL deberían pasar a la quinta fase y a la cuarta etapa histórica112 -la otra etapa no prevista en su obra y crítica filosófica-política en Dussel-. La etapa exige elegir caminos a partir del colapso sistémico inesperado, tanto del estado general de los ecosistemas planetarios como del COVOD-19 porque no es posible volver a ficticias normalidades, porque son el nudo del problema resolver y dejar de lado113. Las posibilidades son, por un lado, la destrucción del sistema por no innovar ni hacer cambios en los puntos que degradan su continuidad. O, por otro lado, la transformación sistémica como novedad y acontecimiento de lo inesperado. Por esto proponemos seis ideas e hipótesis que consideramos factibles y plausibles, a modo de abrir la reflexión y debate para la formulación de utopías concretas.

Repitiendo sintéticamente lo ya dicho y adelantado de modo disperso:

  1. Más que momento de la crítica negativa al paradigma hegemónico, es el momento de la proposición política superadora, de lo positivo que entusiasme políticamente la creación de nuevos imaginarios postneoliberales. Experimentos donde el error y los problemas son bienvenidos, como condimentos de la verdad a crear como acontecimiento, de modo cooperativo en situaciones tan inéditas como inciertas. Por esto es momento de lo político, de hipótesis creativas, de utopística, de imaginación rigurosa, de Utopías concretas.

  2. Sera inevitable repensar la democracia. Todo parece que será desde su radicalización que no renuncia a la igualdad y emancipación del ser humano como integrante particular y diferencial de “lo terrestre”. La Democracia radical puede ser la alternativa al populismo de derecha nacionalista. Desde un horizonte transmoderno debería promover la ampliación e implicación de la democracia participativa con la representativa, de la ampliación y fortalecimiento del capital social, la empatía consciente (Rifkin: 2011) y la colaboración para ampliación y proyección de lo común para sociedades más resilientes, sobrias, cordiales y sostenibles114. “Un mundo donde muchos mundos sean posibles”

  3. Abandono de la idea de sistema productivo por sistema generativo (Latour: 2017) cooperativo, que descentre la idea de propiedad hacia lo común. Donde será necesario redefinir no solo la propiedad, sino las condiciones democráticas de acceso, uso y usufructo de ese imaginario que se reabrirá e instauraría potencialmente horizontes discursivos postneoliberales. Esto posibilitara praxis innovadoras, ecoocreativas hacia una mayor incertidumbre en tiempos complejos. Algunas ideas que discuten y se proponen en colectivos y organizaciones en España, Francia y Argentina son :

    • Auditar las riquezas reales y un retorno a la noción de beneficios para comprender y operativizar políticamente lo que más cuenta para la población en sus territorios y en las regiones

    • Promover la pluralidad de monedas, es decir la reapropiación democrática de monedas locales, valorizando los circuitos ciudadanos, ecológicos y sociales como lo propio de lo ecoocreativo.

    • En las nuevas reglas de juego ecoocreativas transmodernas, la salud, por ejemplo, estará siempre por delante en prioridad e importancia que la prioridad de las necesidades de ganancias de las grandes corporaciones farmacéuticas, holdings financieros y junta de accionistas.

  4. Justicia y ciudadanías multiculturales donde la traducción y la pluriversalidad cooperativas sean la pauta organizativa del encuentro entre adversarios de modo no jerárquico, ni con niveles preasignados desde criterios de poder que son lo que se critica y que es, justamente lo que se ensaya no repetir, a la vez que superar como obstáculo de la política como policía.

  5. Tercer atractor: lo terrestre como sujeto político – que integra la triada entre lo local y lo global-, que impone un cambio de sentido al presente (Latour: 2017). Queda el debate acerca del concepto de derecho y su extensión a lo viviente, lo terrestre. ¿Quién los representa?, ¿en nombre de qué y de quién?, ¿es sujeto de derechos?, ¿qué tipo de implicancias jurídicas se desprenden en consecuencia?, como entender esos derechos y en relación con que responsabilidades y compromisos? Preguntas que exceden tanto las pretensiones de respuesta de este escrito, como el nivel de reflexión y consenso sobre este tema en las ciencias sociales115.

  6. Nueva institucionalidad mundial de convergencia y coordinación ecológica (en lo ambiental, laboral y económico (ecoocreativas), con una programación de desglobalización con decrecimientos selectivos y solidarios, acompañados por la anulación pautada de deudas, jerarquías y privilegios de países y sectores. Con preferencias hacia políticas de cooperación y partenariados bilaterales equitativos, desde una sinergia explicita y acordada, buscando un proteccionismo cooperativo ecológico, sostenible en el tiempo116.

IV. Hipótesis de indagación

Resumiendo, los tres puntos precedentes con particular énfasis en las seis ideas del punto III, postulamos que los dispositivos de experimentación post neoliberales como utopías concretas pueden ser el trabajo filosófico esencial de la política transmoderna postneoliberal y ecoocreativa. Porque sería la creación de su propio espacio como formulación del contenido utopístico (como veremos en la Tercera parte de este libro) de su visión como fundamento filosófico, de su imaginario que articula el pasado y el futuro hacia la orientación de una praxis novedosa e imprevista, un “fuera de juego” antagonista, deliberado e intencional que deberá confrontar con el neoliberalismo moderno eurocentrado. Liberar el tiempo humano no como ocio sino como emancipación (ecoocreativa, transmoderna, convivial), implicaría de mínima pensar la posibilidad alternativa experimental de tres variables:

  • El salario universal de base, suficiente y garantizado incondicionalmente.

  • Desmercantilizar la existencia cotidiana, que deberá orientarse política y económicamente hacia lo necesario y Común. Estar alerta con la algoritmizacion de lo viviente, parametrizado como mercancía y calculo para resolver la avidez del capital. Lo local -como la autonomía fundamental de lo democrático radical- sugiere la regla ecoocreativa de lo que habría que privilegiar y hacer situado en el mundo de la vida, subordinando a lo global (lo heterónomo) con criterios ecológicos sustentables y distributivos.

  • Transformar profundamente el imaginario del trabajo salarial 117, propio de la versión del capitalismo NL (medido por el tiempo y la producción), promoviendo la gratuidad ecoocreativa responsable para sociedades más conviviales(nada es gratis, todo tiene un costo, que deberá asumirá la sociedad como nuevo imaginario postneoliberal).

Para ir resumiendo lo dicho anteriormente, estas situaciones voluntarias e involuntarias podrían abrirse potencialmente con conflictos desconocidos, pero más precisos y adecuados en el campo prospectivo de los posibles (futuribles). Por esto deberán tener intencionalmente un fuerte y radical contenido democrático, cooperativo y ecológico, que despliegue el potencial político de “égalibérté” del “demos” en todas las dimensiones jurídicas y constitucionales. Con un imaginario eco-político en “lo común” y estructuralmente cooperativo-colaborativo que promueva el buen vivir, la integralidad del ser humano autónomo y emancipado de instituciones fetichizadas. La democracia obediencial, que clama Dussel, es un buen camino inicial (aunque incompleto) para la praxis de los movimientos sociales y políticos con voluntad de poder para gestionar lo común con instituciones ecoocreativas.

Si la praxis de la liberación es entonces liberar al “pueblo”, que es el Sujeto por delimitar y construir en la praxis misma, deberá articular las demandas dispersas, dándoles un sentido e intención para transformar las restricciones del contexto opresivo y alienante del NL (fetichismo del poder y de la política). Contexto civilizacional que extrae compulsivamente recursos y materias de la biodiversidad. La Justicia como Universal, estará siempre en el centro de la disputa. Las posibilidades democráticas e institucionales, entonces, deberían cambiar estructuralmente las posibilidades de negociación e incidencia de los ciudadanos. Para aumentar la justicia, el reconocimiento y disminuir entonces la desigualdad en la distribución solidaria de la riqueza (recursos, prestigio y reconocimiento) como precondición y a priori de la libertad (egalibérté). Con un sistema de generación (no de producción) de riqueza-capital sostenible y equilibrado en el tiempo, es decir deliberadamente a-dominante y cooperativo, no depredador, no contaminante, respetuoso y sensible con el presente de los Terrestres. En consecuencia, muy considerado con la vida que hay, así como con la que vendrá.

V. El tercer Atractor, Lo Terrestre

Por último, la inclusión del “tercer atractor” - lo terrestre-, como contrapunto del clivaje local y global, donde lo político ahora no tiene la centralidad de lo humanos sino el desafío de la ecología política que es transversal a la política y a lo político, que replantea el fundamento mismo de lo Real. Lo cierto es que en la modernidad eurocentrada, la tierra, las maquinas, la energía ha sido siempre pensadas como instrumentos de conquista. Siendo la política y la economía autónomas y sobredeterminantes de estos instrumentos. Entonces, las preguntas claves emergen ¿cómo descarbonizar nuestras instituciones y el pensamiento, abandonando los prejuicios productivistas, pero conservando los derechos la justicia social adquiridos en sus mejores versiones cooperativas e igualitarias?, ¿Cómo pasar de una economía productivista (moderna capitalista NL) a una economía reproductivista-generativa (transmoderna, ecoocreativa) no obsesionada con la tasa de ganancias pretendida del Capital? Este contrapunto podría promover la experimentación además de un nuevo actor político, que no sea definido en términos estrictamente económicos (proletariado, patrones) ni la Nación, que tanta violencia generó, sino un actor de horizonte ecológico-cooperativo construido por las desigualdades sociales, el territorio como individuo-colectivo situado, y en relación con el saber y los conocimientos como verdadero espacio de “lo común”, la expresión manifiesta de la inteligencia colectivaalcanzada. Logro que habrá que asumirlo, en el mejor de los casos, como una praxis ecoocreativa deliberadamente no dogmática, en territorios y regiones delimitados por culturas diferentes e historias adecuadas de sentidos construidos, para forjar acuerdos políticos mínimos y sostenibles en el tiempo. A modo orientador, deberán hacerlo con el apoyo y sostén (desde una lógica no necesariamente dialéctica, sino más bien analéctica) de toda la comunidad local, nacional, regional e internacional de los países o bloques al interior de estos (o regiones entre diversos países).

Democracia Radical y articulación hegemónica como praxis de liberación. ¿Cómo afrontar el peligro de la degradación democrática eco-fascista?

En un contexto de riesgos globales las decisiones políticas y la gobernabilidad devienen temas centrales que exigen ser abordados en profundidad. La idea misma de “progreso” como categoría ilustrada-moderna invoca, desde sus promesas de mejora, confianza y seguridad frente a la inseguridad. La inseguridad toca reflexivamente sus fines, como la ciencia y la tecnología en sus efectos y consecuencias, tanto positivas como negativas. La vulnerabilidad genera un tipo de desarrollo insostenible, ha requerido mucho conocimiento colectivo de producción en común, también una exigencia creciente de atención política, por los efectos sistémicos-ambientales percibidos como peligro, riesgo y vulnerabilidad118. La prevención de los efectos futuros y la resistencia a lo que ya arribó (calentamiento, pandemias, conflictos interculturales) clama la intervención política, apoyada por expertos en sociedades informadas, con una sociedad civil responsable, democrática, participativa, con instituciones sólidas, cooperativas, coherentes y persistentes. Si ya no podría haber retorno a lo normal porque esa normalidad era el problema mismo, entonces habrá que prever una transición conflictiva donde el Estado tendrá un rol de refundar la representación y los procedimientos de protección cooperativa. Sobre todo, de lo público y lo común, luego de la propiedad privada, pero sin fanatismos ideológicos ni privilegios jurídicos como en las democracias neoliberales.

Ejemplos y sugerencias de lo posible

Por ejemplo, debería rastrearse las posibilidades en relación con los desafíos actuales de los movimientos sociales que tienen en común el “llegar a fin de mes y a fin de siglo”. Para esto habrá que generar y crear indicadores de medición (del clima y de los impactos humanos de cada región y modo de producción) a nivel de sociedad civil y Estados, que nos permitan objetivar lo mejor posible, como promueve el GIEC, la delicada marcha hacia esa reducción drástica del consumo y de la apropiación privada de los bienes comunes, para que la temperatura no suba a más de 2 grados (aunque esto es ya improbable, en sentido negativo). Junto a esos indicadores que implican a lo político directamente, significaría el retorno a lo local para reducir la huella ecológica de cada producto, implicará además de renovar nuestra democracia orientados hacia sistemas globales ecoocreativos, un ‘proteccionismo cooperativo’ solidario por parte de los países, como acuerdo de la nueva institucionalidad planetaria a venir. Para que la huella ecológica no supere el 1,5 planeta de aquí al 2030, y sea menor que 1 en el 2050 deberán deshacerse los criterios y las reglas de juego NL de competencia económica global. Por lo tanto, refundar (o destruir) el GATT y crear una Organización Mundial de Ecología que regle a la OMC y reoriente al FMI promoviendo la justicia financiera global, en referencia a lo terrestre y los terrestres. Será inevitable, entonces si se toman estos caminos, que haya una modificación estructural del derecho de sociedades/mercantil porque deberán justificar su aporte a las exigencias e imperativos ecológicos, y responder con propósitos democráticos de cuál es su contribución específica y contar además del capital de los activos, deberá dar cuenta del capital social y natural que aporta y propicia119.

Las modificaciones que ya se operan en las categorías básicas con pretensiones universales como la Justica, exigen diferenciar el ámbito de la reflexión de la praxis de la política y lo político, así también de la actividad especifica de la filosofía. Esto es una tarea que implica a la FL para aclarar aún más sus criterios de Igualdad, Libertad, solidaridad y liberación. Si extendemos esto a la economía, visualizamos en parte lo que podría estar ya viniendo como posible, ya expresado en utopías y demandas concretas como posibilidades utópicas pero factibles. Por ejemplo en la limitación de la diferencia entre salarios, el salario universal, la modificación de nuestra alimentación y de nuestra agricultura, con una fiscalidad ecológica con de mayores impuestos a lo que más contamine (vivienda, transporte, industria, consumo), subvenciones a producciones y servicios que no emitan gases de efecto invernadero en la economía (agricultura, construcción, vestimenta, movilidad) así como a las tecnologías para la transición ecológica en las comunidades urbanas, transporte y gestión de lo público120, la Justicia tendrá la tentación de ser sinónimo de la política.

Si la democracia se radicalizara porque los antagonismos serán más profundos e intensos, la pregunta seria ¿hacia dónde debería tender la ecoocreatividad para aportar a la creación de horizontes postneoliberales? Tal vez debería tener en cuenta esta acrónimo “R.E.V.E.Re” como orientación de la praxis que acerque las sociedades que deciden sus necesidades y cursos de acción de producción y consumo para que sean armónicos con la vida buena como orientación acordada por el poder del pueblo, la verdadera democracia (y no la oligarquía tiránica de los más ricos, ni la aristocracia tecnocrática). Suele decirse y utilizarse en los espacios asociativos en Francia este acrónimo, pero que son deformados en mi memoria, traducción e interpretación al reescribirlos:

  • Resistencia rizomatica, radicalizar y diseminar la democracia en todas las dimensiones: liberté et égalité pour tous (égaliberté), sin concesiones, para orientarse a una nueva hegemonía con reglas de juego progresivamente más alejadas del NL. Reteniendo y guardando las formas de consulta periódica, elecciones, autonomía de los tres poderes y el respeto a la libertad individual y de expresión.

  • Experimentar la ecoocreatividad: proyecto y experimentación abierto, con posibilidad de poder democrático no fascista, ni fetichizado que impida el cierre de sentido en dogmas e instituciones que no sean democráticas, de control periódico y cambio de orientación por decisión de sus integrantes en condiciones de igualdad.

  • Visión prospectiva: utopías concretas con visión de futuro (Bourg, 2020; VVAA, 2020) que crean con la praxis cotidiana el presente, con puntos nodales que articularan el poder del Demos, la pretensión de nuevas hegemonías localizadas, resistentes y alternativas con varios rostros partidarios, electorales y asociativos. Pero siendo el vestido popular-democrático (“el Pueblo” en Dussel y Laclau) con distintas mascaras que articula lo diverso, los verdaderos adversarios de los Oligoi (el capitalismo financiero NL). El acontecimiento significativo de la política y lo político por excelencia, lo ecoocreativo-Común

  • Emoción, energía, potencia: recuperar el cuerpo, la resonancia con el mundo, la sensación y sensibilidad de sí mismo, la autenticidad, la contra alienación: la pérdida del control y de la sensación de ser si mismo porque el imaginario y el proceso de subjetivación NL es lo que se ha desmoronado, hundido e infectado a muerte con la pandemia.

  • Re: siliencia - ciclar – volución – convertir – utilizar- considerar – crear - parar – construir - pensar la utopía concreta postneoliberal de la sociedad transmoderna ecoocreativa, articulando lo político sin profecías ni profetas, con liderazgos muy participativos y democráticos, que eviten la fetichización e idolatría, como características no deseadas de identidades cerradas típicas de populismos nacionalistas y conservadores.

TERCERA PARTE

CONCLUSIONES

Las cuatro últimas décadas la implementación de las reformas políticas neoliberales significaron la reducción de tres características históricas centrales, aseguradas normalmente por el Estado. Es decir, primero la reducción del rol de orientación económica, luego del rol de garante de una forma de redistribución social y finalmente una idea de política en su conjunto como reducción del lugar de confrontación de alternativas. Entonces debería empezarse por la última alteración para rediscutir y definir el rol del estado con las dos primeras, adaptadas a las preguntas e inconvenientes del presente. El contexto de la crisis de las subprime en 2008 asi como la pandemia COVID-19 a partir de 2020, han servido de catalizadores para derrumbar las ficciones del NL en lo referente al rol del Estado como actor y espacio político. Es necesario reposicionar la orientación y la presencia como garante efectivo, ante situaciones sistémicas críticas y transversales (economía, salud, política, justicia, cultura, educacion) de fragilidad e incertidumbre. Las poblaciones y los ciudadanos empiezan a relacionar causalmente la crisis -que ya es un modo de ser NL-, con los incendios a gran escala, con la creciente degradación de los ecosistemas, donde las tres cuartas partes de las especies salvajes están seriamente amenazadas. La resolución de los dilemas que enfrentamos, no pueden ser desafíos solamente tecnológicos y técnicos, es decir el control de las energías fósiles, de materiales y producciones no contaminantes, ni reducidos a la acción de medidas restrictivas en lo normativo-jurídico por la intervención política-económica121.

Por esto creemos que ha llegado el momento de la oportunidad .el Kairós), para arremeter radicalmente a la crisis, ensayando afrontar los desafíos desde el Demos de manera experimental en el espacio de la política, con la filosofía critica, con orientación ecoocreativa. Una vez más, decimos que para transitar los caminos alternativos a seguir (utopías concretas), visualizando el futuro (prospectiva, utopística) que será -o podría serlo- fruto de una acuerdo conflictivo, inestable y nunca cerrado. La situación nos lleva, por la resonancia que provoca, a una toma de conciencia de que la crisis es el momento de la elección y la experimentación inteligente, para osar seguir siendo humanos. Esto va provocando una reacción ante lo incierto y frente a los enormes desafíos que ya se adelantan como acontecimientos de un derrumbe de lo viviente y de lo civilizacional probable, ya anunciado, para que la tierra siga siendo humanamente habitable. La ecoocreatividad es el ensayo de instituir con determinación creativa una política experiencial y experimental de lo viviente, desde una radicalidad inédita postneoliberal.

La cuestión es saber si el síntoma económico, que aparece como una migraña es el problema, o si el problema de fondo es en realidad un cáncer generalizado en lo ecológico. Creemos que uno y otro son ciertos, siendo evidente el orden de importancia por los síntomas verificados. Por esto, una situación se impone como pregunta, para la acción urgente con respuestas casi totalmente hechas a priori. Realizadas tanto por la ciencia y las instituciones intergubernamentales como por el GIEC. Esta es que muy posiblemente, aunque queramos cambiar de situación y de modo de vida, no podríamos hacerlo realmente, al menos en el corto plazo. Sabemos que no sabemos todo y comprendemos que, aunque sepamos algo y en algunos aspectos muy precisos y concretos en lo tempo-espacial, tampoco podremos cambiar el curso de los problemas a voluntad, ni con planificación humana intencional. Porque en primer lugar además de no poder cambiar los hábitos y las expectativas humanas tan rápidamente, no podemos salir fácilmente de la dependencia del petróleo, al menos por ahora. Ni se reemplazará rápido, por lo que evidenciamos en el presente, si bien hay signos de impactos que incitan al cambio de orientación y de sentido, en todas las dimensiones institucionales. Asimismo, la necesidad de la cantidad energía aumenta cada año para sostener los imperativos de crecimiento y desarrollo de las condiciones de acumulación NL, aunque también y tal vez aún más para reorientar el sentido de la economía hacia lo circular, lo sostenible y frugal. No podemos cambiar al menos por ahora, en el corto plazo y es evidente que será conflictivo por las consecuencias en cascada que ocasiona en el mediano plazo. Si la imposibilidad se agudiza, el colapso se acerca y el desplome será, entonces, no sabemos aún si inevitable, pero seguramente muy probable con consecuencias indeseables.

Los imaginarios post neoliberales y las instituciones correspondientes deberán hacer una deconstrucción concreta y abrupta del régimen de temporalidad inherente, el presentismo, según propone JérômeBaschet (2018). Así también, y muy concretamente, ser muy creativos desde una posición crítica con la economía NL (monetarismo), para que mientras perdure lo sea con una mayor regulación política que desacelere las variables más dañinas para los ecosistemas. Esto hará dar, paradójicamente, más peso a las economías nacionales y locales. Aumentaran posiblemente los conflictos, por rivalidades geopolíticas acentuadas e inducidas, pero el nuevo escenario será en un mundo más interconectado y controlado, con posibilidades de ser más democrático-participativo y global, con otras reglas de juego donde la competencia podrá tener el tinte cooperativo, y no de “vencer o morir”. Por ejemplo, algunas situaciones probables que con el dinero público se hacen y se seguirán haciendo desde el Estado: los rescates sectoriales, financieros y financiamientos a gran parte de las empresas privadas. Esto es ya un contrasentido a los postulados básicos del NL fundacional de Hayek y Friedman. El presente es de hecho una salida radical de la ideología NL del crecimiento económico, pero también en los términos paradigmáticos modernos y de sus indicadores actuales. Esta salida de estos indicadores implica al NL como al socialismo en sus versiones socialdemócratas y comunistas. También, en segundo lugar, deberán restaurar el poder cooperativo del sistema fiscal y social, resolviendo la contradicción entre sociedad igualitaria ecoocreativa y mercado en términos liberales. Por último, se podría como perspectiva alternativa desacelerar la transición numérica, para acelerar la transición ecológica122, con una profundización democrática radical, sin precedentes. Lo posible se jugará en el campo de lo político, los golpes y “porrazos” nos harán ver las estrellas de la realidad…

El Estado, como espacio de conflicto político y actor geopolítico, deberá según sus medios disponibles, jugar el rol de “maestro relojero” utilizando las herramientas políticas que aseguren a mediano y largo plazo a las medidas económicas, las acciones diplomáticas, los acuerdos regionales y militares. Para esto, deberá ir integrando diversos actores de la vida pública, a organismos de I+D, sectores asociativos, cooperativos y privados asegurando el pilotaje o conducción coherente a largo plazo del sistema institucional, que no puede perderse ni dejarse alterar por urgencias no importantes. En Estados Unidos, la National Inteligence Council (NIC) publica cada cuatro años desde 1997 un informe prospectivo, como marco de referencia para los actores públicos y privados, donde se explicita su visión y por ende, de la coherencia a esperar de la política exterior de los EE.UU123.

La historia, el futuro y lo concreto

Lo propio del hombre es la capacidad no predeterminada de hacer formas distintas de existencia social e individual, como puede comprobarse en la heterogeneidad de instituciones sociales, las lenguas y las obras culturales según Cornelius Castoriadis124. La historia es la ciencia del hombre dentro del tiempo, una forma de conocimiento, un reservorio de ideas y ejemplos que incitan a aprender de lo ya acontecido. Se puede pensar la historia y nuestro saber también desde un futuro situado más allá de nuestro presente capitalista, desde el supuesto de agotamiento tendencial de sus condiciones de posibilidad y de continuidad. Salir del auto encierro que nos sujeta a los límites del presente y reabrir el futuro, como voluntad deliberada de la potencia de vida (Conatus) es el motor de la utopía concreta como esperanza que se centra en la acción y no en el lamento, la queja y la crítica pasiva. Restaurar el gesto futurista es, en nuestro caso, abrir nuevas temporalidades que tienen a la duración, el proceso y el momento como alternativas a la inmediatez aceleracionista del tiempo abstracto del productivismo moderno-capitalista. Es proyectar futuros alternativos y salir de presentismo como tiranía de lo inmediato, porque asfixia e inhibe la imaginación alternativa de mediano y largo plazo que desea emanciparse del momento siguiente de la nada. El hombre se crea y se autocrea, la política es el momento que evita el cierre o clausura del sentido de los hombres a nivel individual de su psique y de la comunidad como instancia instituida, instituyente e imaginante. Porque la ecoocreatividad puede ser la posibilidad no asfixiante de la creatividad, de lo inesperado, de nuevas formas y determinaciones.

La acción publica local, territorial, regional e internacional en América Latina se inscriben en una instantaneidad que no cesa de progresar y acelerarse, por los imperativos inherentes a un sistema de acumulación y de creación de valor. Sin embargo, proyectarnos desde el presente (2020) hasta el 2050, es una generación, en términos de gestión pública, es mañana a la mañana. En determinados dominios como las energías, la descarbonización de la economía y de la sociedad, los nuevos desafíos de la educación, la I+ D, la defensa, la tecnología de lo numérico, la Inteligencia artificial, la gestión del agua y de los alimentos, entre tantos temas necesitan proyectarse al menos con treinta años de antelación. Estas situaciones contrastan con mandatos de cuatro o cinco años en la gestión de gobiernos electos democráticamente. China tiene ambiciones de largo plazo y piensa con la experiencia milenaria, por esto se proyecta tanto en las grandes ciudades con Pekin y Shangai en sus variables fundamentales de vivienda, transporte, salud y consumo energético, también en el comercio internacional como en la defensa militar, en horizontes temporales de varias décadas, con determinación pragmática y ambición política a largo plazo. El horizonte geopolítico internacional exige posicionarse a nivel Estado-nación con claridad del rol deseado en el mundo actual y futuro, para tener conducta y coherencia a largo plazo ante el conflicto de intereses geoestratégicos de EEUU y China. Los escenartios futuros son inciertos por el impacto de la IA en todos los campos y dimensiones. ¿Hay que extender la soberanía nacional de modo más determinado a las plataformas de lo numérico-digital? Es de prever también que el impacto de los algoritmos sobre las opiniones de los ciudadanos en el mundo va a marcar el futuro democrático, en un mundo polarizado. Esto pondrá a prueba la capacidad de innovación, de resistencia y libertad de los países ante un modelo tendencialmente autoritario de control y sometimiento al “big data” / big brother”.

El presente nos sitúa ya en el futuro, si aceptamos que hay causalidades futuras, ligadas a visiones e interpretaciones prospectivas. Si no podemos volver a supuestas normalidades, ni a un mundo que no ha acusado recibo de los cambios en marcha porque la realidad nos da golpes dolorosos como signos de lo real, por lo tanto, deberíamos ir asumiendo y creando hipótesis de transición en curso hacia un mundo postcapitalista, con horizontes transmodernos. Con una praxis ecoocreativa como co-creación de nuevas determinaciones sociales y políticas en sus comienzos radicales. cooperativismo como gestión hegemónica, redes sociales que profundicen la democracia participativa y la inteligencia colectiva, la participación que promueve la diferencia como fuente de poder, inspiración y mejora. Con la innovación sintonizada y sincrónica con la vida terrestre que cambien el sentido de la propiedad, donde lo importante sea el uso y el acceso. Que la propiedad tienda a ser intergeneracional, sinérgica, diseminada, generosa, frugal, coomunitaria, igualitaria, funcional. Siempre en promoción del bien común y en función de la colaboración y la cooperación creativa con los colectivos, mercados y comunidades. El valor ya no debería ser anclado en el tiempo abstracto cuantitativo, como en la producción y explotación capitalista. Sino en las sinergias vitales del trabajo concreto, que promuevan intensidades simbióticas y rizomáticas cualitativas-cuantitativas trans-temporales, en función del equilibrio con la biodiversidad terrestre.

Los modos de acción para asfixiar las alternativas ecoocreativas que son de prever, las seguirá haciendo y las hará la hegemonía NL con la ayuda de los algoritmos, y serán múltiples, inhumanas y efectivas, muy probablemente. Sea por el acoso a la percepción, por el asedio a las emociones individuales y/o la manipulación exterior a nuestros valores e inteligencia por los medios de comunicación masiva y por la publicidad e información particularizada (apoyándose en los algoritmos de las grandes plataformas como Google, Twitter y Facebook). Habrá que, por un lado, crear una gobernanza comunitaria, ciudadana-republicana muy participativa, que subordine políticamente la lógica de las redes sociales, como recurso público y común, limitando el “todo vale” mercantil. Habrá que hacerlos, si algún gobierno osa salirse del juego NL, en función de los impactos concretos por el costo que producen en la salud individual, en la comunidad y en las instituciones de la democráticas de la República. Por lo tanto, internet deberá ser un espacio no privado, de importancia estratégica colectiva-comunitaria para el futuro democrático a mediano y largo plazo. Siguiendo esta lógica, tendrá que oponerse deliberadamente al instante de la repetición sintomática como la ansiedad de la inmediatez sin sosiego del consumo e informaciones banales. Por esto, la lógica política debería ser la aceptación de la duración del proceso en todas las dimensiones y los niveles de implementación de cambios acordados en el conflicto político, cuyo actor central deben ser siempre en primera instancia los ciudadanos. Estos deberán con las instituciones correspondientes y acordadas, consultar a la ciencia y sus expertos en segunda instancia de información adecuada. La intervención de los expertos deberá ser siempre previa a la decisión, posterior en la aplicación de las alternativas elegidas y a la corrección necesaria en el proceso de la gestión política-social. Lo político deberá, entonces, buscar en su dialéctica y en la relación sistémica-holográfica la inteligencia del momento, la oportunidad para que se expresen las multiplicidades potenciales y el potencial liberador de la vida que se deshace de lo caduco. La sociedad política deberá ir aceptando despojarse de lo que ya ha muerto en su ciclo, pero que se niega a ceder la plaza del poder. Porque la reiteración sintomática de lo caduco descompone lo viviente, la repetición de lo mismo (el paradigma NL moderno eurocentrado) es “el cáncer” en la reproducción de lo anómalo y defectuoso en la biosfera.

Imaginar futuros vivibles y deseables, que no eclosionen por la manía de la ansiedad piromaníaca imprudente de la voracidad de acumulación sin límites, ni por modos de vida cancerígenos, ni por estilos pseudo-juveniles tecnológicos asfixiantes por sofocamiento aceleracionista. Esto es lo que entendemos como la utopística en lo conceptual, con las utopías concretas ecoocreativas en la acción social innovadora potencial, en la traducción política posible y para una gestión pública plausible. Estas deben, evidentemente y como condición sine qua non, definirlas los ciudadanos con su participación política sin las constricciones economicistas del paradigma hegemónico actual del NL. Por esto reabrir el futuro post capitalista implicaría, en nuestra perspectiva seis puntos primordiales, que sintetizan lo que ha sido dicho ya transversalmente :

  1. Hacer aliados políticos a la hora del momento, con la anticipación no planificada, en la duración del proceso mismo del acuerdo dela accion.

  2. Anticipar las situaciones y preparar el futuro próximo con la utopía, es la dimensión de la duración del presente, de la praxis sobre lo real concreto. El futuro ya llegó, porque lo condicionamos en sus variables aquí y ahora. Salir de la condena de la tiranía del imaginario de la inmediatez, del “presentismo” NLno por la certeza de dogmas sino por la libertad de experimentar desde la ecología y la cooperación creativa a modo individual y colectivo instituido, para que la decisión sea autónoma, consciente y democrática.

  3. Accionar en el presente visualizando el futuro mediado por utopías concretas, factibles y experimentales (anticipación creadora del presente como causa futura, la utopística con contenido ecoocreativo) aprendiendo y reactualizando el pasado. Lo Ecoocreativo se transforma en un significante vacío que debe ser llenado de contenido y ser el espacio que permite la experimentación y el cambio para que la sociedad no se encierre en manías fascistas y autoritarias (el verdadero riesgo en que el NL se transforme en eco-fascismo, en dictaduras de expertos que suprimen la democracia y sus instituciones), donde el Demos que debería ser el verdadero Cratos es suplantado por los Oligoi y los Aristos (la oligarquía de los más ricos, la aristocracia de los expertos).

  4. Evitar “la expertocracia” que anula la democracia política. Dar todo el lugar a la experiencia de lo común, de decidir, evaluar, explorar, investigar, experimentar. Que puede servirse y apoyarse en expertos como herramientas e información especializada, pero no como decididores. Porque esto corresponde a los ciudadanos informados y sus representantes en las democracias actuales y sus instituciones correspondientes.

  5. La ecoocreatividad transmoderna podría ser un modelo alternativo y antagonista al NL, por lo tanto, podría abrir posibilidades postneoliberales que implican un imaginario ya presente no enunciado, inmanente, animista y rizomático que crea el futuro y reescribe el pasado, para explorar el presente evitando las etiquetas modernas-eurocentradas125.

  6. La política puede preferir éticas fundacionalistas como las que propone Dussel (2002) donde el sujeto vivo humano y el acuerdo previo de la comunidad (el Pueblo), sea su preferencia ontológica, donde se acepte que lo político sea siempre lo óntico. Pero el desacuerdo entre los participantes en igualdad de condiciones y reconocimiento será instituido en juegos y competiciones que eviten la guerra (ya que esta facilita la hegemonía de la dominación y la violencia que excluye el consenso, que no es el olvido del desacuerdo constitutivo, sino un acuerdo temporario que mantiene las diferencias constitutivas y el antagonismo inherente). El cambio de objetivos como consecuencia del juego democrático entonces podría ser normativamente posible y además promovido desde el principio de lo político como espacio imposible de cerrarlo a una sola visión ética. La ecoocretividad como significante, tiene la pretensión como concepto, categoría e imaginario de dar nombre a lo que debe ser llenado de sentido y de tendencias de lo posible, como alternativas post- capitalistas/neoliberales.

Las utopías concretas sirven entonces como un principio de esperanza - sin la actitud incauta del optimista a priori que promueve la ideología de la psicología positiva-, para indagar, de modo prospectivo, las temporalidades emergentes desde la idea de ‘ecoocreatividad’. Para la creación de sentido y valor, cooperando grupalmente como la condición de posibilidad de un individuo autónomo y libre a las múltiples y diversas posibilidades concretas de acción política postneoliberal. El propósito teórico y político es pensar y orientar prácticas para una sistemática alteración del capitalismo mundializado, promoviendo una expansión interesada y entusiasmada de las condiciones presentes de vida, consumo y reproducción alternativas- experimentales, que llamamos ecoocreativas, pero que son siempre practicas a crear y reactualizar, diseminar y reevaluarlas metódicamente, de modo permanente. El contexto como campo de posibilidades que ofrece internet es una alternativa no tan novedosa pero una herramienta excelente para el desarrollo de la ecoocreatividad. Un espacio por experimentar, en creatividad, donde las redes sociales se podrán sostener en redes tecnológicas para expandir lo común y lo público de los ciudadanos, en una República donde el mercado si bien es un espacio institucional importante, pero que no debería ser el determinante sino subordinado a las decisiones temporarias del Demos que decide el sentido en común, modelando el sentido común, respondiéndose a las preguntas del por qué, el para qué, el qué, el como del consumo, que abren a los imaginarios en la danza democrática. Danzamos, luego existo…

Perspectivas de posibilidad postneoliberales. Puntos de partida para pensar alternativas

De quoi avons-nous besoins ? Que désirons-nous ? Que nous manque-t-il pour que nous puissions nous épanouir, communiquer avec les autres, mener une vie plus détendue, établir des rapports plus fraternels ?

André Gorz, Adieux au prolétariat, 1981, Seuil, Francia

El imaginario, definíamos en capítulos precedentes es producido por la imaginación afectiva y aparece en las representaciones objetivas como el mito, que influencian nuestras representaciones subjetivas. El movimiento dinámico del imaginario es la prueba que el imaginario dominante (religioso, político, cultural que encamina el sentido) puede ser transformado, deshaciendo la calcificación mítica de un real imposible. No habrá surgimiento de algo nuevo como modo de organización y gestión colectiva comunitaria si no crea nuevos imaginarios que calcificarán nuevos mitos, que deberán ser nuevamente superados y transformados. Es el rol de lo político, como política radical ecoocreativa. Sus objetivos deberán contemplar que la producción y el consumo puedan ser decididos por sujetos libres y autónomos, que han decidido no someterse ni al “Divino Mercado” ni al Estado, sino solo a las decisiones que lo involucran como destinatario directo. Esto sería un régimen democrático participativo y deliberativo que delega el poder lo menos posible. El poder delegado no es un sometimiento al “sumo sacerdote” o al “líder de una casta privilegiada”, es la obligación entre iguales, porque el representante exigirá obediencia a la vez, análogo al “mandar obedeciendo”, la consigna del EZLN.

El NL fue un imaginario que hizo soñar en su momento a una parte de la población en América Latina y Europa, fue propositivo para una parte de la población, aunque ahora aparezca como pesadilla concreta en sus efectos sistémicos en los ejemplos del apocalipsis civilizacional y el hundimiento de la biodiversidad. ¿Qué nos marca el COVID-19 y cómo altera los mitos contemporáneos del progreso y el individuo? ¿Hay algo que pueda enseñarnos el mito de Gaia, Prometeo, Sísifo, Narciso y Eurysithon? Hemos respondido afirmativamente a estas cuestiones y agregamos que la planificación democrática ecoocreativa planetaria, regional y local vuelve a insinuarse desde los consensos democráticos imprescindibles y necesarios como imperativos, a causa de la urgencia ya impostergable de la situación ambiental.

Mientras pasa el tiempo esta crisis civilizacional no solo va mutando, sino que se va haciendo cada vez más extrema. Lo vemos en todos los niveles de análisis de las dimensiones de la gobernabilidad (ecológico, económico, sociocultural y político institucional) y de la gestión (individual, familiar, grupal, comunitario, regional, institucional). No siendo una tarea propia del mercado su resolución, ya que exceden la sola dimensión económica las opciones para reconfigurar y dar nuevos sentidos al progreso/desarrollo. Los problemas percibidos como peligro, riesgo y vulnerabilidad muestran una dependencia creciente con el conocimiento, la ciencia y la tecnología que requieren a la vez evaluaciones interdisciplinarias y visiones prospectivas integrales de sus impactos complejos y multidimensionales126. La planificación ecológica requiere centralizar, en estos tiempos. Pero esto no es sinónimo de totalitarismo político, según Cédric Durand127. E implica, según este científico, a tres puntos para su análisis y su viabilidad concreta, para afrontar los riesgos y desafíos del presente. El primero consiste en hacer un cálculo económico no solo en función del precio, sino de las prioridades de la sociedad. El segundo es que permita afrontar el largo plazo y favorezca la anticipación y la preparación, a diferencia de los intercambios mercantiles inmediatos. Y el tercero es que no dependa de las decisiones de agentes descentralizados ni de las preferencias individuales, sino de un proceso deliberativo que determine las preferencias colectivas. En definitiva, la planificación ecológica consiste en decidir de forma democrática un modelo de desarrollo que sea sostenible en sentido ecológico, económico, sociocultural y político institucional. Para esto habrá que determinar las etapas de gestión inevitables y las regulaciones políticas necesarias con las que se llevará a cabo.

El mundo económico vuelve a hablar de Keynes, por la necesidad de reactivar la economía. Pero difícilmente se haga desde la liberación de la economía vía privatizaciones en todos los ámbitos sociales, de austeridad, de la estabilidad financiera, de independencia del Banco Central según las recetas del Consenso de Washington, sino todo lo contrario. Y es de prever que los mecanismos de planificación con base de datos y procesamientos de la información sofisticados harán su retorno ineluctable, a pesar del recuerdo que tanta alergia producía en los liberales de Mont Pelerin, y que sigue produciendo a los profesores de las Bussines School más “prestigiosas” del mundo. Y este retorno predecible lo harán imponiendo muy probablemente límites democráticos económicos-ecológicos desde el pensamiento prospectivo y planificador, que deberán ser re-acordados, re-consultados y re-afirmados en cada periodo electoral. Esos límites tocan al corazón del capitalismo NL, porque […] “por un lado, marcarán unos objetivos de mínimos de poder adquisitivo y derechos sociales que se deben garantizar a todo el mundo. Por el otro, unos límites de máximos que garanticen la sostenibilidad ecológica.”, según Cèdric Durand128.

Las alternativas de utopías concretas que podrían guiar experimentaciones necesarias de colectivos, territorialidades y regiones para no repetir el modelo de la mundialización pre-COVID-19 debería tener el objetivo de tener una huella ecológica menor a 1 Planeta en 2050, de 1,5 Planeta en 2030129. Para esto habrá que configurar un cambio para disponer tecnológicamente y orientar primero la educación que integre a la observación rigurosa la empatía (Rifkin, 2011: 570) y la resonancia. Para luego ampliar e implicar a las ciencias, para crear tanto los indicadores como la tecnología hacia estos objetivos necesarios para que midan con rigor nuestra actividad e impacto concreto no solo en la dimensión económica-financiera, sino que deberá estar subordinada a indicadores sistémicos de la sostenibilidad de biodiversidad en el tiempo. Por esto hay que producir cambios en más dimensiones para que sea un imperativo no violento, que oriente y cree el contexto de otro modo de vida. En consecuencia, será una renovación sustancial en la gestión de nuestras sociedades y un cambio de los imaginarios por transformaciones sustanciales en la praxis cotidiana orientadas por otros objetivos y finalidades políticas, incorporando el tercer atractor como propone Latour. Estos puntos básicos son orientaciones generales y apoyos para el debate130 que postula la creación de un imaginario post neoliberal y ecoocreativo, que deberá ampliar el tiempo de la atención reflexiva individual, es decir desacelerar la vida del “presentismo”. Es categóricamente no dar nada de apoyo ni subvenciones públicas a lo que no esté alineado con los Acuerdos de París. Es más, deberá grabarlos con fuertes impuestos para no incentivar prácticas de destrucción del capital natural y cultural.

Proponemos seis ideas que sintetizan la orientación que hemos recorrido a lo largo del libro, sugiriendo una posibilidad como punto de partida general, a modo de Utopías concretas:

  1. Poner en cuestión las condiciones y los criterios de las variables de medición del PBI incorporando y alineando las variables determinantes con los desafíos ambientales actuales, concretos, así como los de satisfacción subjetiva de las sociedades (felicidad, criterios éticos de justicia, libertad y fraternidad).

  2. Cambiar la orientación de las instituciones mundiales actuales y crear otras en consonancia con los desafíos, las orientaciones generales. Abandonar la idea de “Guerra de civilizaciones”131 y reemplazarla por la proposición de ecoocreatividad, codesarrollo sostenible y de égaliberté (igual libertad) como condiciones indispensables para la fraternidad de una posible e ideal comunidad mundial. Por ejemplo, que el FMI deje de ser la policía financiera al servicio del gran capital transnacional y financiero, para ser quien genere las condiciones desde una regulación controlada y sostenible de la circulación del capital, a escala mundial. Con condicionantes fuertes a la libre circulación de capitales parasitarios, ambientalmente insostenibles y con un control obsesivo a las evasiones impositivas a paraísos fiscales. Que la OIT sea un control con poder de sanción de, abandonop absoluto de mercados baratos con mano de obra esclava (Asia, América Latina) y daños irreparables (África, América Latina) con prácticas laborales inhumanas en contra de los derechos humanos básicos. Crear una Organización Mundial de la Ecología (OME) que trabaje en paralelo con la Organización Mundial de Comercio (OMC) sancionando practicas depredadoras y ambientalmente fuera de los acuerdos de cuidado de la biodiversidad. El banco Mundial (BM) entonces tendría como misión principal o como horizonte la finalidad que haya alimentos para todos los habitantes (situación posible y factible ahora, pero no realizado aun) con una producción sostenible de alimentos locales, naturales, de estación y saludables sin contaminantes ni emisiones, sin destruir lo biodiversidad necesaria para el presente y las generaciones futuras.

  3. Propiciar políticamente un proteccionismo cooperativo, altruista e internacionalista. Porque es necesario en sentido ecológico, democrático y en particular por razones sociales. Protegería a la vez los modelos sociales más desarrollados y de este modo custodia los intereses de los trabajadores de cada región, favoreciendo económicamente a los mercados locales y regionales.

  4. La autogestión y el cooperativismo a escala local, regional, continental y global implicaría la revitalización de la democracia participativa para definir las necesidades, las prioridades y los fines del qué, el para qué y el cómo producir y consumir132. Por ende, de la política (los lugares asignados a los actores con sus instituciones correspondientes) y de lo político (el tratamiento del desacuerdo y el antagonismo que caracteriza este espacio de comunicación y el conflicto) como tratamiento del divergencia constitutiva e inherente de toda comunidad133.

  5. La idea de Común (Laval y Dardot) integrando multitudes y delimitando las tres condiciones de que sea un recurso compartido, con actores concretos y con un modo de gobernanza cooperativa. Por esto la ecoocreatividad como gestión creativa experimental de lo común, como elemento constitutivo que integra a la Tierra como actor político dentro del marco moderno heredado. Estas deberían ser las condiciones sin recetas ni a prioris de las formas que cada colectivo local deberá encontrar, según sus criterios acordados y a compaginar con otras posibilidades diferentes.

  6. No se parte de cero para estas experiencias, ya que aquí es donde la comunidad cooperativa internacional tiene un papel preponderante a cumplir por su experiencia acumulada desde 1844 por los obreros de Rochdale, con la primera cooperativa creada en Inglaterra. El cooperativismo emplea en el mundo (en 2020) a 280 millones de personas, que representa el 10 % de la población ocupada, según la A.C.I.134.

En lo concreto, delimitando más específicamente nuestras seis ideas factibles a territorialidades delimitadas, habrá que ir acomodándolas con propuestas específicas de economía circular135 desde su eco-concepción de diseño modulable, con previsión de recambio, reutilización y reparación para alargar su vida útil, en la que los desechos de una industria deben ser la materia prima de otra. Además, desde la economía de la funcionalidad (privilegio del uso y no de la propiedad) como política pública136 muy acorde a la idea de “Común”, que habrá que adecuarlas a cada contexto especifico. Podemos pensar entonces desde las seis ideas expuestas, en los estos siete puntos iniciales a continuación, aplicados a escala comunal e individual. Desde un marco general e instituido, para que regule cooperativamente desde la economía circular y las condiciones de producción, circulación, consumo137, con uso diferente, privilegiando el acceso y usufructo como ampliación de lo común local y global, intergeneracional y terrestre:

  1. Repensar la alimentación, la gestión del agua, el transporte y la construcción a la escala local, relocalizando la actividad productiva por un proteccionismo cooperativo y solidario como principio político regulativo y normativo general (bloques, países, regiones, zonas, ciudades) para un mayor control de los flujos de materias primas y energías.

    1. Sosteniendo las asociaciones campesinas, bio y locales. Poner en ruta una alimentación que se sostenga localmente que sea vegetal, biológica, sostenible y equitativa para las cantinas escolares, hospitales y restaurantes públicos, cooperativos y asociativos.

  2. Poner límites legales e impuestos inhibitorios para finalizar con los proyectos contaminantes e irresponsables en lo socioambiental (economías extractivistas).

    1. Alinear el impuesto sobre el Capital con tasas superiores del 2,5 % a las fortunas superiores de millones y del 70 % a las ganancias personales de más de 10 millones de dólares anuales.

  3. Garantizar el acceso al agua de calidad, como recurso público y común.

  4. Reorientación solidaria y cooperativa con las regiones menos desarrolladas en la autonomía y en la autosostenibilidad.

  5. A modo de orientación general, reducción colectiva y muy significativa de los desechos y de los productos no responsables ambientalmente cono orientación normativa y creación de nuevos empleos.

    1. Prescindir del plástico, reorientando el modo de comprar (comprar a granel). Ocuparse de bio desechos y organizar su tratamiento. Poner impuestos y tarifas que incentiven estas prácticas.

    2. Privilegiar el reempleo a través del reciclaje, reparación, reventa y la reutilización. Prohibición de la obsolescencia programada.

  6. Tender preferentemente en función de lo posible hacia comunidades alimentadas exclusivamente por energías renovables, no monopólicas.

    1. Con políticas de apoyo e inversión de estas energías alternativas y locales.

    2. Incentivando el uso y producción de estas energías fiscalmente y con ayudas específicas.

  7. Tender hacia comunidades y regiones más resilientes, sostenibles a largo plazo, autónomas y protegidas en relación con la violencia de la mundialización económica financiera actual.

    1. Sensibilizando los espacios de decisión local, regional y asociativa para anticipar problemas y crisis

    2. Creando una organización extra municipal y regional, para pensar el largo plazo para la transición ecológica

    3. Organizando compromisos políticos con la autonomía de los servicios vitales de las colectividades y relocalizando la producción de alimentos y de energía.

    4. Estudiando posibilidades de la gratuidad y ampliación de lo común en servicios públicos elementales.

Afiche y collage alusivo del movimiento Occupy Wall Street, en New York

Afiche y collage alusivo del movimiento Occupy Wall Street, en New York


EPILOGO

Podríamos pensar que es mejor llamar arte a la ecoocreatividad, por ser una experiencia creativa colectiva de reorientar el sentido de la sociedad moderna eurocentrada actual. Pero, en nuestra definición, el arte es otra cosa. Es una actividad autónoma como exceso de las instituciones, en relación inescindible. Porque las instituciones son su referente concreto. Es donde se inscriben las pasiones y las emociones humanas, y esto incide en los cuerpos y la creación del sentido común. Por lo general, el arte puede ser la expresión, parcialmente, del rebasamiento de lo normativo de la política o la alteración (por exageración, deformación, critica) de lo permitido, que escapa al corset normativo-represivo asfixiante en el mundo de la vida, en la interrelación de las reglas de juego de la vida social. El arte es una máquina de sentido, una herramienta experimental individual y colectiva en la aparición e instauración de planos de experiencias corporales e institucionales, con impacto en los imaginarios sociales en mutación permanente. Es un punto de fuga, un exceso de lo real, por esto es un aporte concreto invalorable a la experiencia en el campo de la política y para la actividad pedagógica. Sea en periodos sin turbulencias o en periodos de ruptura y bifurcación critica del sentido, como el que asistimos a principios del tercer milenio. El arte abre nuevos horizontes de sentido de lo posible, de lo sensible y de la temporalidad de lo experimentable y esperable, por esto la creatividad debe ensayar experimentos creativos ontológicamente inciertos y fluidos. Desde el presente que se expande hacia el futuro recuperando y modelando el pasado.

Por ejemplo, podemos decir que internet es un espacio estético -en dos dimensiones en principio-, un nuevo espacio de experimentación colectiva fuera de templos religiosos y espacios públicos clásicos. La inteligencia artificial es también un campo de experimentación que está ya produciendo el futuro, ya instaura sentidos y modela el sentido común al permear el imaginario hegemónico en el presente. La ecoocreatividad asume el paradigma de la complejidad, por lo tanto, supone actuar situacionalmente, sin garantías de finales prefabricados ni teleologías preanunciadas de lo inevitable. Podría ser más bien la fertilización presente con impacto futuro de un campo de fuerzas que se manifestarán los vectores en relación con el abono invertido en el terreno social, de lo sembrado y sedimentado por las practicas colectivas, que modelan el sentido común y los imaginarios sociales. La filosofía y la ciencia es el ensayo entusiasta, impotente e imposible de aprehensión de lo real, sea por preguntas siempre inadecuadas e incompletas, o por exigencias de verificación para establecer enunciados válidos y lógicamente coherentes de acontecimientos e interrelaciones difíciles a reducir a la racionalidad, a congelarlos en el funcionalismo pragmático de la eficacia e inmovilizarlo en asepsias epistémicas improbables.

La ecoocreatividad es una interfase entre el campo político que requiere tanto la exigencia de rigor de la ciencia que establece verdades a partir de experiencias vividas y controladas, como del sentido común y del arte que permite la apertura de horizontes nuevos de sentido, de otros mundos posibles que son críticos a lo unidimensional138. Por esto hemos hecho referencia a la utopística y a las utopías concretas a lo largo del escrito, como horizonte del pensamiento crítico que no se deja encerrar en falsas dicotomías: ciencia o sentido común. Lo propio de la ciencia es preguntar y abrir horizontes, el sentido común sedimenta la fluidez de la experiencia de los contextos socioculturales interactivos de las comunidades. Ambos son necesario e inescindibles para el pensamiento crítico ecoocreativo y su praxis artística-política de experimentación rigurosa no dogmática y abierta al error y lo inesperado.

Las utopías concretas deberán promover experimentalmente anticipaciones del futuro, hacer sostenible la producción, viviendo mejor con menos depredación y consecuencias para lo “terrestre” -o Gaia-. Sera mejor promover con ellas los matices y las diferencias que aporten alternativas y soluciones, que a los enfrentamientos estériles como actitud política que resecan la comunidad y la ponen lista para el incendio irrepable. Habrá que hacer una buena alquimia democrática que evite la neutralidad cómplice de lo peor, y saber elegir entre opciones dialógicas que construyan un espacio de entendimiento como la acción comunicativa de Habermas, las opciones agonísticas (Chantal Mouffe, Ernesto Laclau) que no esconden el conflicto, sino que lo organizan ensayando canalizarlo y las opciones pragmáticas, que se centran el enfoque en la experiencia dando fuerza a la acción y no a la violencia. Habrá que evitar el corset de elegir el lugar de la democracia entre o bien la Eclessia-Agora o bien el ring-side, buscando hacer experiencias conjuntas. Experiencias que podrán o no ir construyendo consensos, donde el conflicto pueda ser el motor de la resolución de problemas desde un pluralismo pragmático agonal. La experiencia y el experimento conjunto, como intencionalidad que no evita el desacuerdo como antagonismo, el conflicto entre adversarios y el acuerdo inestable, es para la ecoocreatividad el priori como punto de partida de lo político. En democracias radicalizadas participativas y deliberativas que deciden sus necesidades y deseo de futuro, accionando en el presente es de prever que irán recreando e interpretando nuevamente el pasado, sin planificación cerrada a priori del devenir que deberá estar siempre abierto. Implicará muy posiblemente (y muy lentamente) ir aceptando que las praxis ecoocreativas son las confrontaciones instituidas deliberadas, experimentales e inevitables en todos los niveles y dimensiones.

Estas confrontaciones políticas y resistencias socioculturales lo son particularmente contra el imaginario del pensamiento único NL, la tiranía del presentismo que condena a la humanidad a una temporalidad abstracta, ciega a las oportunidades que se abren para un destino diferente. Habrá que ensayar salir no solo de la zona de confort, sino fundamentalmente de la zona de peligro por los riesgos que ha generado su modo de producción, reproducción y de vida para los humanos. Esto fue haciéndonos vulnerables como cultura-civilización al futuro cada vez más incierto y caótico. El paradigma imperante hegemónico de la modernidad eurocentrada en su vestimenta actual, se negará evidentemente a perecer. El problema es que ya estamos alertados de los riesgos y desafíos, que no solo los comprendemos intelectualmente, sino que acceden directamente a nuestros afectos y perceptos. Es decir, a nuestra percepción directa, a nuestra sensibilidad y a la memoria reciente (calentamiento global, incendios, catástrofes y pandemias) 139. El parto de algo nuevo en formato de horizontes y expresiones de sentido sociopolítico y cultural sea como posibilidad de vida (Conatus, en sus horizontes cooperativos y solidarios) o de muerte (Thànatos, la desmesura de individualismos colectivistas de producción-consumo para acumular capital) es el Kairós, el interregno de la crisis que libra sus sentidos y tendencias con la intensidad de catástrofes naturales, pandemias y violencias epistémicas en toda la red viviente.

¿Poseen los Terrestres los anticuerpos suficientes para semejante batalla? Estamos en tiempos de turbulencias creativas y bifurcaciones, donde el temor y la esperanza resuenan en el temblor del miedo y del amor. Momento de desaparición de la certeza de un espacio homogéneo y coherente de posibilidad para el (in)dividuo. Por esto la emergencia certera que somos dividuales, es decir manojos de tendencias contradictorias (internas y externas) que resuenan con afectos y predisposiciones que replantean una nueva temporalidad. Que transgrede el presentismo, que promueve la fuga en el campo de inmanencia de experiencias colectivas y diseminaciones que vayan abandonando la pseudo-totalidad asfixiante, mortífera e integral del capitalismo NL. Por esto es el momento de desear la filosofía, el turno de la política como replanteo del sentido común estelar, porque los Augur (la ciencia, la política, la tecnología) han callado. A la vez que los políticos y los expertos nos aturden en los medios de comunicación masiva con un lenguaje incomprensible y desconectado de lo humano. Por esto han enceguecido con sordera crónica... Dios no ha muerto, como pensaba Nietzsche, más bien se ha convertido en dinero140. Transformación y transmutación que tiene por causa a las aplicaciones algorítmicas que secuestran y desvían la atención de los usuarios-rehenes, para exigir adorar un fetiche insustancial, la virtualidad de LO Real tirano y déspota, impersonal… Por lo tanto, esto generará muy probablemente además del “porrazo”, la imperiosa urgencia de un afuera de toda totalidad asfixiante, lo oxigenante que buscamos con el hidrógeno, para hacer el agua de la vida que se niega, obstinadamente, a desaparecer.

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NOTAS

1 2018 : http://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/sites/2/2019/05/SR15_SPM_version_report_LR.pdf , 2021: Informe GIEC agosto 2021, http://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/2021/08/IPCC_WGI-AR6-Press-Release-Final_es.pdf

2 Ver el interesante enfoque de Markus Gabriel (2018) en Pourquoi la pensée humaine est inégalable (Le livre de Poche, Francia), para profundizar en la discusión actual. Plantea que la inteligencia es un sentido, que tiene como particularidad federar los otros sentidos humanos. La capacidad de cálculo de los algoritmos es eso, cálculo, que no puede ser llamada inteligencia porque no tiene cuerpo y por esto, es solo una variable funcional que busca optimizar resultados y procesos. Lo humano no puede ni debería ser encerrado y empobrecido en esas solas variables.

3 Ver la interpretación de Cyrille Javary (2018) en Yin Yang. La dynamique du monde, Albin Michel, Francia, que corrige la visión eurocéntrica y falsa idea de Yin y Yang como dualidad disyuntiva, presentando la visión de lo dual inclusivo e interdependiente de Yin Yang.

4 Nature, n° 574, 2019, Sebastian Seibold et al.,”Antropod decline in grasslands and forest in associated with landscape-level drivers », pags. 671-674.

5 Will Steffen et al. “Trajectories of the Earth Systen in the anthropocene », Procedings of the National Academy of Sciences, Vol. 15, n° 33, 2018, pags. 8252-8259.

6 Que es, a decir verdad, liberalismo alterado, renovado y modificado. En sentido económico es nombrado “monetarismo”. Ambos, liberalismo y monetarismo, actualizados como ideología de la mundialización económica hegemónica, puestas en práctica como medio de gestión política nacional e internacional.

7 Picketty (2019); Latour (2018).

8 Ver reportaje a Yuval Harari (2018) en Philosophie magazine, n°123: 29-31, Francia.

9 Benasayag: 2004; Massumi: 2018; Harari: 2015, 2018: 237

10 Ver reporta je a Stiglitz “En todas las dimensiones, el neoliberalismo ha sido un fracaso” 29/2/20 https://www.clarin.com/mundo/joseph-stiglitz-todas-dimensiones-neoliberalismo-fracaso-_0_TacbQUsA.html

11 2020, Plon, Francia. Según el autor, 600.000 murieron en la invasión estadounidense de Irak para tomar el control de sus recursos petroleros. 6,5 millones murieron en guerras de pillaje, especialmente en Congo-Kinshasa por su riqueza mineral. 11 millones murieron de hambre cuando se produce suficiente comida para alimentar a toda la humanidad. 60 millones han muerto en el lugar de trabajo, es decir, a causa de la presión global a la baja sobre las condiciones de salud y seguridad de la población activa. 69 millones murieron por la contaminación del aire, es decir, emisiones tóxicas de este sistema económico global consumista y productivista. 256 millones murieron por enfermedades tratables, es decir, por la distribución de recursos y no por las propias enfermedades.

12 Hasta mediados del 2021, pensamos en Chile, Colombia, Brasil, Estados Unidos, entre tantos países.

13 En el diccionario etimológico de Joan Corominas (1994: 223) del Lat. oeconomia, del griego oikonomía, dirección o administración de una casa. Compuesto de Oikos casa y nemo ‘yo distribuyo, administro’.

14 David Harvey, en un reportaje en la revista española ctxt (22/11/2017) define y caracteriza el neoliberalismo: […] “desde el principio fue un proyecto político acerca de la consolidación y la creciente concentración de la riqueza y el poder dentro de la clase capitalista, y que la concentración ha continuado. […] “Los únicos que verdaderamente se han beneficiado de la crisis de 2007-2008 fueron el 1% más rico y el 0,1% más rico, mientras que todos los demás perdían. Una de las cosas que ha cambiado es que después de 2007-2008 ya no era posible alegar ideológicamente que los mercados lo resolverían todo. El neoliberalismo era inestable y era probable que evolucionara en algo que se haría muchísimo más autoritario. El neoliberalismo generó una gran desilusión. Las poblaciones cada vez se sentían más alienadas en sus puestos de trabajo". https://ctxt.es/es/20171122/Politica/16257/david-harvey-marx-cambio-clim%C3%A1tico-neoliberalismo-EEUU-trump-brexit-populismo-ctxt.htm

15 Para Inmanuel Wallerstein (2003), la utopística “Es la evaluación seria de las alternativas históricas, el ejercicio de nuestro juicio en cuanto a la racionalidad material de los posibles sistemas históricos alternativos”.

16 Siguiendo y alterando algunas de las reflexiones que animan en París el argentino Miguel Benasayag y el francés Bastien Cany, en el colectivo de debate “Malgré Tout” https://collectifmalgretout.net/

17 Ver Dufour (2007: 361). Al igual que el capital no se reduce, en el pensamiento sociológico de Pierre Bourdieu, solo a lo económico-financiero, ya que se complementa con el cultural, social y político.

18 Según Wikipedia: “La contabilización de las víctimas de la Segunda Guerra Mundial ha sido objeto de numerosos estudios, que normalmente ofrecen estimaciones de entre 55 y 60 millones de personas fallecidas, elevándose hasta más de 100 millones según los cálculos más pesimistas y de 40 a 45 millones según los más optimistas.” http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:V%C3%ADctimas_de_la_Segunda_Guerra_Mundial#/media/Archivo:World_War_II_Casualties2-es.svg

19 Japón, China Corea, Rusia y EE. UU. son lo que son por la implicancia directa de los Estados en la intervención en todo tipo de mercado y en todas las dimensiones de la economía.

20 Montes, Angelica, (2021), “Del Antropoceno a la Pandemia como ideología”, in Revista Internacional de filosofía Hodós, Vol. 10 Núm. 13 http://revistaodos.org/hodos/index.php/journal/article/view/38

21 Ver bibliografía para estos temas. En particular las investigaciones de Dussel; Renduelles; Grosfoguel; Borón; Hinkelamert; Sader; Harari; Laval; Michea; Latour; Mason; entre tantos más.

22 Laval y Dardot (2017); Jean-Claude Michea (2017)

23 Las agencias de calificación, lealtad al banco central y al FMI, las privatizaciones a todos los ámbitos, límites de deuda pública, límites de gasto público, reglas y leyes flexibles a los mercados financieros…

24 David Garibay (2007 : 55) define las reformas y transformaciones neoliberales de la etapa del Consenso de Washington en América Latina como « ...la mise en œuvre des reformes néolibérales signifie la réduction de trois caractéristiques centrales assurés par l’état et plus largement par le politique : un rôle de l’orientation économique, un rôle de garant d’une forme de redistribution sociale, enfin une idée du politique dans son ensemble comme lieu de la confrontation d’alternatives »

25 Jean Staune (2019 : 20), L’intelligence collective, clé du monde de demain, L’Observatoire, Francia.

26 “Una distopía​ o anti-utopía es una sociedad ficticia indeseable en sí misma.” Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Distop%C3%ADa

27 Montes Montoya (2016)

28 Durand (1994); Wunemburger (2020); Revista Socialter, Hors-serie, mayo 2020, Francia.

29 Isabelle Barberis (2020) hace una interesante reflexión acerca de este término en : http://theconversation.com/utopies-concretes-que-revele-lutilisation-politique-de-cette-expression-138270

30 En el sitio web del Gobierno de la República Francesa, se define la empresa cooperativa (SCOP) y la distribución del capital: Distribución de capital dentro de un SCOP: La empresa cooperativa de producción (SCOP) tiene la particularidad de tener gobernabilidad democrática. Los empleados con estatus de asociado deben ser accionistas mayoritarios de la empresa. Por tanto, poseen al menos el 51% del capital social. Por eso ningún socio puede poseer más de la mitad del capital. En caso de salida de un empleado con condición de socio, se le reembolsa el capital que ha invertido. No todos los empleados de una SCOP están asociados a ella, pero su vocación es llegar a serlo. Los empleados-socios de una SCOP poseen el 65% de los derechos de voto en el consejo de administración de acuerdo con el principio 1 empleado = 1 voto, independientemente de la cantidad de capital social que posea cada uno. Por tanto, les corresponde elegir a los directores de la empresa. https://www.economie.gouv.fr/entreprises/definition-scop#

31 Gollain, Francoise (2021), André Gorz & l’écosocialisme, Le passager clandestin, Francia.

32 Ver para estos temas Harmut Rosa, 2018: 83.

33 Es el título de un libro de Miguel Benasayag (2004)

34 Alain Abelhauser y Didier Sicard, (entrevista), « COVID 19, l’embarras du réel » In Comment faire?, págs. 87-98, Seuil, 2020, Francia.

35 Hay consenso en los especialistas en macroeconomía y en geopolítica internacional en acordar que la debacle actual es previa a la pandemia COVID-19. Perfilándose la crisis en sus efectos mayor que la de 1929 y del 2008, porque suma de modo alarmante la evidencia a causa de la mundialización en la que participan los Estados Naciones y en muchas situaciones hubo falta de infraestructura para producir insumos básicos (paracetamol, mascarillas). En otros escenarios nacionales hubo falta de infraestructura para afrontarla, por la dependencia de insumos que tiene todo el mundo con Asia. Esto está vinculado además a los recortes privatizadores y restricciones de espacios públicos estratégicos, hechos en la mayoría de los países occidentales.

36 Se traducen en rigor presupuestario según indicaciones de los organismos que otorgan el crédito, reducción masiva de gastos públicos, desregulaciones y apertura de mercados financieros y fronteras al comercio internacional, privatizaciones de recursos estratégicos fundamentales y eliminación de protecciones sociales a los asalariados. En síntesis, sometimiento de la soberanía nacional y el bienestar de sus poblaciones sin invasiones militares directas, como en siglos precedentes.

37 Carol Guillihan y la teoría del Care en (2008) Une voix différente. Pour une éthique du care ; Jeremy Rifkin en Une nouvelle conscience pour un monde en crise. Vers une civilisation de l’empathie, Serge Tisseron (2010) L’empathie au cœur du jeu social, Jacques Leconte (2012) La bonté humaine. Altruisme, empathie, générosité; Pablo Seviigne (2019) en L’entreaide, l’autre loi de la jungle y la lista es realmente enorme de las producciones que contrastan con los supuestos hegemónicos liberales, anclados acríticamente en la reflexión política y en el sentido común. Jeremy Rifkin, (2011) en el libro Une nouvelle conscience pour un monde en crise, LLQL, France, hace un análisis extenso sobre la importancia de la empatía en la historia, en particular en occidente.

38 Psicólogo alemán e investigador de la Universidad de Michigan, EE. UU.

39 http://lobosuelto.com/entrevista-a-giorgio-agamben-dios-no-murio-se-transformo-en-dinero/

40 El nivel de esfuerzo aceptable a desplegar, consentido, que se alinea con la satisfacción buscada, en base a necesidades democráticamente decididas. En prácticas autogestionarias que debaten sobre las necesidades y los deseos que quieren voluntaria e intencionalmente satisfacer (Gorz, 2019).

41 En su más estricto sentido filosófico, como modo de vida que manifiesta la felicidad de lo frugal, del jardín de sabiduría a cultivar con los amigos para filosofar y despejar el miedo, haciendo abandono de las falsas necesidades.

42 Revista El punto de vista n° 7, (2011: 11-15), Le Monde Dipomatique, España.

43 Hartmut Rosa (2021), Remède à l’accélération, Champs essais, Francia.

44 “La analéctica es un método creado por la Filosofía de la Liberación, desarrollado por pensadores como el teólogo Juan Carlos Scannone, el filósofo Enrique Dussel y el antropólogo Rodolfo Kusch. Dussel explica el método en su libro Filosofía de la liberación, como método adecuado para realizar la tarea filosófica. El término analéctica (en griego antiguo, ανωλεκτική) se forma con la unión de los términos griegos ανω anó, que significa "más allá",​ y λογιζομαι loguizomai, que significa "razonar". Para Dussel, la dialéctica considera la unidad de los diferentes, de los contrarios en la totalidad del ser. La analéctica significa ir más allá de la totalidad y encontrarse con el Otro, que es originalmente distinto y por tanto su logos irrumpe interpelante más allá de mi comprensión del ser, más allá de mi interés. ​ Este método integra, al menos en su base, dos modos de análisis filosóficos ya tratados y utilizados por la tradición filosófica: la analogía (método clásico, bastante utilizado en el tomismo y otras escuelas de la escolástica), y la dialéctica (ya se la entienda en su vertiente platónica o en su vertiente hegeliana/marxista). Según Jesús Villagrasa, este término fue creado por Bernhard Lakebrink para aplicarlo a la metafísica tomista.” https://es.wikipedia.org/wiki/Anal%C3%A9ctica

45 Pronombre neutro, que exige interpretar el alcance y sentido de ese “lo” de político, como cuando alguien hace un duelo de lo que perdió/murió, o también como ejemplo, pensar en ese “lo”, en “lo” que olvidó, “lo” que eligió, “lo” que calló, … Motivo analizado por el psicoanálisis de tendencia lacaniana, como J.D Nasio.

46 Gorz, 2021: 69.

47 “El calentamiento en el sistema climático es inequívoco y, desde la década de 1950, muchos de los cambios observados no han tenido precedentes en los últimos decenios a milenios. La atmósfera y el océano se han calentado, los volúmenes de nieve y hielo han disminuido, el nivel del mar se ha elevado y las concentraciones de gases de efecto invernadero han aumentado” (2013: 19) https://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/2018/03/WG1AR5_SummaryVolume_FINAL_SPANISH.pdf

48 Para Dussel, en Cinco tesis sobre el “populismo” (2005) “Toda la discusión teórica se centra hoy en el cómo se va construyendo ese proyecto hegemónico, o aún mejor, un proyecto anti-dominación que se irá imponiendo como hegemónico, cuando el pueblo (la plebs) llegue a ejercer obediencialmente el poder como nuevo bloque histórico en el poder institucional (la potestas).” ‘Obedencialmente’ es una idea que toma Dussel del EZLN, que propone una perspectiva desde la tradición tojolabal el “mandar obedeciendo”, en lugar de “mandar mandando”.

49 Max-Neff, El rescate financiero es la mayor inmoralidad de la historia”, reportaje: https://www.lamarea.com/2014/07/06/manfred-max-neef-el-rescate-de-los-delincuentes-financieros-es-la-mayor-inmoralidad-de-la-historia-de-la-humanidad/

50 Naomi Klein (2020) : Distopia de alta tecnología: la receta que se gesta en Nueva York para el post-corona virus, http://www.motoreconomico.com.ar/aldea-global/distopa-de-alta-tecnologa-la-receta-que-se-gesta-en-nueva-york-para-el-post-coronavirus

51 Mario Rapoport, escribe en El fin de la globalización neoliberal, “La globalización que caracteriza al siglo XX y luego al XXI está asociada a estos procesos depredadores y es producto de una ideología, el neoliberalismo que produjo profundos cambios en el sistema capitalista: concentración industrial y financiera, nuevas tecnologías y formas de organización del trabajo, surgimiento y expansión de empresas multinacionales, desplazamiento de la hegemonía mundial hacia Estados Unidos, predominio de las exportaciones de capitales y un mundo donde las finanzas cobran supremacía sobre la producción. El estancamiento de la inversión productiva y de la demanda se compensó en parte artificialmente con la financiarización de la economía hasta que estalló la crisis de 2008. Ahora el coronavirus pone plenamente al descubierto las falencias del sistema.” (Negritas del autor M. R.). In Diario Página 12, 31/05/2020.

52 Agonismo, agonal, del griego agon, que significa lucha, confrontación.

53 Montes Montoya, 2021 “Se trata de recordar cómo los fenómenos en apariencia ajenos a la política, tales como la problemática ecológica y ambiental, terminan estrechamente vinculados a las problemáticas de lo político, al punto que en nuestras sociedades no es posible hoy poner entre paréntesis estas nuevas variables al momento de pensar el presente y el porvenir de nuestras sociedades contemporáneas».

54 Ver bibliografía. Nos referimos en particular a las reflexiones sobre la sociedad capitalista contemporánea realizadas por la Escuela de Frankfurt, Arno Naess, Deleuze y Guattari, Gorz, Badiou, Touraine, Esposito, Negri, Rosa, Laval y Dardot, Boltanski, Michea, Baschet, Jappe, Bourg, entre tantos otros.

55 (2012), Ed Paidos, España.

56 Alianza Cooperativa Internacional, https://www.ica.coop/es

57 Para profundizar en la noción de Imaginario, puede consultarse Gilbert Durand en su extensa obra, Cornelius Castoriadis (1993; 1996; 1998); Jean-Jacques Wunemburger (2020), Revista Cultures n° 27, 2000, Francia; Salas Astrain (2005).

58 Ver la obra de Cornelius Castoriadis, como ejemplo del desarrollo de estos temas: La institución imaginaria de la sociedad, Tusquets, 1998; El ascenso de la insignificancia, Frónesis, 1996; Les carrefours du laberynthe, Seuil, 1978, entre otros libros.

59 David Graeber (2014), Des fins du capitalisme, Payot, Francia. Capítulo 4, aborda el tema de la creatividad y el imaginario.

60 La FL latinoamericana es una filosofía en movimiento y mutación que se reflexiona, se reconoce y se examina en lo abierto de su dimensión consciente, en su nivel analéctico, es decir como Amor integral, incondicional y consciente de sí mismo y el del otro. La FL posee el potencial de crear un imaginario que vaya más allá de una tendencia académica, por esto desde hace décadas impulsa la creación de un imaginario más vasto y contrahegemónico, no moderno eurocentrado sino transmoderno y pluriversal. Es un modo, polémico, por cierto, de integrar la idea Crística de amor-caridad, la compasión budista y las distinciones griegas del amor: Ágape (incondicional), philia (amistad), storgé (fraternal), eros (pasión) y porneios (posesión).

61 El Movimiento convivialista, la idea de Imperio de Tony Negri, de Común en Laval y Dardot, así como la complejidad (según el pensamiento de Edgard Morin) los incorporamos en el mismo universo de búsqueda de dispositivos posibles de experimentación humana post neoliberales y la creación de perspectivas post capitalistas ecoocreativas.

62 Roitman, Susana, (2020) “Rappis y furioses”, In http://www.laizquierdadiario.com/rappis-y-furioses

63 Ver revista Socialter, n° 35, 36 y Hors serie abril 2020, Francia; Revistas Kaizen, Nexus.

64 Vega Solís y Martinez Bujan (Editores), Experiencias cooperativas y sostenimiento de la vida en América Latina y el sur de Europa, Traficante de sueños, España, 2018

65 Google, Amazon, Facebook, Apple y Netflix, para quienes la crisis y la pandemia son contextos ideales para acumular más capital.

66 Evidentemente conocía este libro de Descartes (1596-1650). En este libro -(1972), Ediciones de Bolsillo, España-, Descartes desarrolla su concepción de la Moral.

67 Como la que realizó Pierre Charbonnier (2020) Abondance et liberté. Une histoire environnementale des idées politiques, La Découverte, Francia.

68 He desarrollado más extensamente este argumento en Critica la modernidad eurocéntrica. En búsqueda de múltiples alternativas decoloniales (2012). Y en artículos en la revista Idelcoop (2019; 2020)

69 En este mito griego, comentado por Callimaque y por Ovidio, Eurysithon es el hijo del Rey Triopas. Fue castigado por la diosa Deméter a un hambre insaciable como a causa de a su desmesura incontrolada e irrespetuosa (hubrys). La actuación divina siempre pone en su lugar a la desmesura, sea por la respuesta del castigo del dios o diosa involucrado, o por la divinidad menos conocida, Némesis, que es una diosa que da castigo a causa de la hubrys, pero lo hace como justicia retributiva, venganza, equilibrio y fortuna, de la que no se salva ni Zeus…

70 Diario Página 12, 26/09/2020 https://www.pagina12.com.ar/294855-la-responsabilidad-popular-de-cada-cual

71 Desarrollo estos temas en un libro precedente (2011), Critica a la modernidad eurocentrada. EAE. Ver también Lander (2001); Mignolo (2001); Grosfoguel & Romero Lossaco (2009)

72 In Lander, 2000; Grosfoguel y Romero Losaco, 2009

73 En Le monde Diplomatique, el NL es definido según su dimensión económica : « Le néolibéralisme désigne le renouvellement des thèses économiques libérales qui ont inspiré les politiques économiques des pays occidentaux. Ces politiques, devenues dominantes, ont pour objet de créer un environnement propice à l’afflux des mouvements de capitaux — source d’épargne disponible pour l’investissement —, par la dérégulation des marchés, la réduction du rôle de l’État, des dépenses publiques et de la fiscalité (en particulier au bénéfice des entreprises), un contrôle strict de l’évolution de la masse monétaire pour prévenir les effets inflationnistes, la privatisation des entreprises publiques et l’abaissement du coût du travail. » https://www.monde-diplomatique.fr/index/sujet/neoliberalisme

74 Michea, 2018; Bidet, 1994.

75 “El término «neoliberalismo» fue acuñado por el sociólogo y académico alemán Alexander Rüstow en 1938, en un coloquio (Walter Lipman). Entonces se definió el concepto de neoliberalismo como «la prioridad del sistema de precios, el libre emprendimiento, la libre empresa y un Estado fuerte e imparcial». Para ser neoliberal es necesario requerir una política económica moderna con la intervención del Estado. El intervencionismo estatal neoliberal trajo consigo un enfrentamiento con los liberales clásicos laissez faire, como Ludwig von Mises o Friedrich Hayek”. Wikipedia https://es.wikipedia.org/wiki/Neoliberalismo

76 Milton Friedman, Karl Popper, Ludwig Von Mises, Walter Lippman, Michael Polanyi, Salvador de Madariaga, Lionel Robbins, Wilhelm Röpke, entre otros. Una suerte de francmasonería liberal o el encuentro de Davos actual (aunque es mas plural), organizada con reuniones cada dos años, según Perry Anderson (1999:15).

77 Ramírez & Franco (2021)

78 Sherif B., Héctor, (1992) Política económica, crecimiento y bienestar en Bolivia (1950-1990), CEPAL. https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/28237/S9200169_es.pdf?sequence=1&isAllowed=y

79 Los efectos nocivos que ha producido se acompañan con datos verificables en la CEPAL, en toda la década de los años 90, hasta el 2010 en América. Por ejemplo, el empobrecimiento creciente y sostenido de las poblaciones más pobres cuando las poblaciones más ricas han continuado enriqueciéndose. En el especto ambiental la degradación de selvas y bosques naturales y de los suelos fue evidente, así como en la dimensión laboral por la reducción de los derechos de los trabajadores en favor de la propiedad privada y la ganancia. Hubo una expansión considerable de la comercialización en todos los servicios que antes eran públicos; El control de la inflación podría ser un logro, aunque contrastado por rupturas y convulsiones sociales con fuertes devaluaciones monetarias, como fue el caso de Argentina en 2001 así como al final del mandato de Mauricio Macri.

80 Le Monde Diplomatique, Hors-serie, (2016) Manuel d’économie critique, Francia

81 Si el NL es la realidad integral, el reverso es su realidad dual, como le llama Baudrillard (2004)

82 En astronomía, una revolución es un movimiento orbital periódico de un cuerpo celeste, alrededor de otro, de mayor masa. El período de este movimiento también se denomina "período de revolución" porque corresponde al tiempo que tarda el cuerpo celeste en volver a pasar por el mismo lugar.

83 https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/39965/4/S1600175_es.pdf

84 Lahera Sánchez, Arturo (1999), “La crítica de la economía de mercado en Karl Polanyi. El análisis institucional como pensamiento para la acción” Revista REIS, n° 86 file:///C:/Users/Hugo/Documents/ESPA%C3%91OL/Politechnique/Dialnet-LaCriticaDeLaEconomiaDeMercadoEnKarlPolanyi-759784.pdf

85 Tomaremos como referencia los trabajos Gilles Deluze El anti Edipo y Mil mesetas. Y como complemento y actualización a los escritos de Brian Massumi (2018), L’économie contre elle-même, y al filósofo francés, Ives Citton (2018) Contre-courants politiques.

86 El “gurú” del marketing mundial, Philip Kotler, publicó en 2009 La ciencia del caos, Ed Deusto, España, 2010 (versión española)

87 La crisis del 1929, las dos guerras inter-imperialistas del1914-18 y del 1939-45, la crisis del petróleo en 1973, la crisis subprime del 2008 y la situación a partir de la pandemia COVID-19 son las denominaciones genéricas de procesos sistémicos complejos y múltiples.

88 Michea: 2018; Jappe: 2017, Baschet:2018; Laval y Dardot: 2017

89 Jappe, 2017: 121-138

90 Hernán Ramírez (2000) acerca del ejemplo argentino del periodo de la década de 1990-2000. Puede consultarse también la conferencia dada por Julián Castro Rea, el 7 de julio 2020: Los best Sellers en español y su promoción en las redes transnacionales, https://www.youtube.com/watch?v=NjivacuioJI&t=116s

91 Dufour, 2007:164

92 Ver informe de la CEPAL (2014) Panorama de la gestión pública en América Latina y el Caribe, https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/37223/1/S1420739_es.pdf

93 Laval y Dardot, La nueva razón del mundo. Ensayo sobre la sociedad neoliberal, Gedisa, España, 2013; Wendy Brown, El pueblo sin atributos. La secreta revolución del neoliberalismo, Malpaso, Argentina, 2017; Navarro, Vincenç, Neoliberalismo y Estado del Bienestar. Ariel, 2.ed. Barcelona: 1998; Muinos Juncal, Neoliberalismo y desigualdad social en Europa y América, Revista Scripta Nova n° 45, España, 1999.

94 Ver las publicaciones y presentaciones de Thomas Picketty, en particular sus gráficos. http://piketty.pse.ens.fr/fr/lectures La presentación de Capital e ideología: http://piketty.pse.ens.fr/files/Piketty2019Dauphine.pdf

95 http://www.piketty.pse.ens.fr/ideologie

96 Enrique de La Garza Toledo (compil.), 2000, Reestructuración productiva, mercado de trabajo y sindicatos en América latina, CLACSO, Argentina.

97 http://www.piketty.pse.ens.fr/ideologie.et

98 Busso, Gustavo. Observaciones, comentarios personales y reportajes.

99 Radio y Televisión Española (RTVE1): https://www.rtve.es/noticias/20190729/recursos-del-planeta-para-2019-se-han-agotado-este-lunes-fecha-mas-temprana-historia/1976279.shtml

100 Ver bibliografía: Sader y Gentilli (1999), Laval y Dardot (2018), Perry Anderson (2000); Mason (In Geiselberger, 2017:140-170), Ramírez (2000), Busso, Hugo (2020)

101 In Geiselberger, 2018: 140-170

102 Laval y Dardot: 2017; Michea: 2018; Viveret: 2019; Hinkelammert: 2017

103 A partir sobre todo de principios de siglo XX con los desarrollos teóricos y experimentales de la física cuántica. Se marca un hito importante en 1980 con la publicación Science et Conscience. Les deux lectures de l’univers, Stock, Francia. Ver también la compilación de Dora Fried Scnitman (1995) Nuevos paradigmas, cultura y subjetividad, Paidós, Argentina. Ver también Wallerstein (2001), Rifkin (2011), Latour (2017).

104 En el sentido acrítico al menos de los tres últimos siglos de colonialismo e industrialismo depredador, que ha mejorado sustancialmente las condiciones de consumo de aproximadamente el 20 % de la población mundial y degradado, a la vez, la totalidad de los ecosistemas con daños ya irreversibles e irreparables en la mayoría de los casos. Ver informe GIEC 2021 http://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/2021/08/IPCC_WGI-AR6-Press-Release-Final_es.pdf

105 En Argentina : http://www.pagina12.com.ar/270770-comuna-argentina-texto-fundacional-y-firmantes-del-nuevo-esp En En Europa y América Latina: http://www.purochamuyo.com/pequeno-manifiesto-en-tiempos-de-pandemia ; Pacto social latinoamericano: http://www.pactoecosocialdelsur.com/

106 CLACSO, n°15, 2009. Ver ponencia de Antonio Negri los comentarios de Álvaro García Linera (vicepresidente de Bolivia en esa época). El caso de Bolivia es ejemplar en estas temáticas donde la idea de clase social, etnia, movimientos territorializados y acuerdos transversales ha sido un verdadero laboratorio social para pensar los procesos de transformación y antagonismo político -social.

107 Dussel (2007) “¿Fundamentación de la ética? La vida humana: de Porfirio Miranda a Ignacio Ellacuría”, revista Andamios, vol.4 n°7, México, http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-00632007000200007

108 El fundacionalismo es la perspectiva filosófica en la ética según la cual algunas creencias de carácter fundacional se justifican independientemente de sus relaciones con otras creencias.

109 Mouffe, 1998: 113-126; 2018

110 He desarrollado más detenidamente la idea de ciudadanía, capital social y participación en un libro precedente (2005) Capital social y participación. Las redes tecnológicas como redes sociales, Narvaja Editor, Argentina.

111 Laval & Dardot: 2017: 31; Mason: 2020

112 En Pensamiento crítico Latinoamericano, conceptos fundamentales Vol II, (Salas Astrain, 2005: 374-375) Dussel que delimita histórica y conceptualmente la FL, periodiza en tres etapas como sus antecedentes históricos. La primera desde 1511 es la protesta de Montesinos y la disputa de Valladolid en 1550). La segunda con el pensamiento crítico contra el absolutismo borbónico de Benito días de Gamarra en 1774, Mariano Moreno, Simón Rodríguez y Simón Bolívar. La tercera etapa con las reflexiones de marxista no ortodoxo peruano Carlos Mariátegui, la revolución cubana en 1959, el movimiento del 68 en América Latina y las reflexiones del filósofo Salazar Blondy. Por esto proponemos una cuarta etapa, ya que Dussel escribe esto en 2005, y es cuestionar los fundamentos y supuestos como ajuste de cuentas intergeneracional al interior de la FL para su evolución y actualización necesaria.

113 Bourg, Lanata, Sevigne, VVAA: 2020

114 VVAA: 2020; Viveret : 2019, Latouche & Harpegès: 2011; Mason: 2020; Bourg : 2020

115 Una aproximación a estos temas ha hecho Miguel Benasayag (2017) La singularité du vivant, Le Pommier, Francia. Ver video: https://www.youtube.com/watch?v=OEJ55k5LyQc&ab_channel=ChristianMrasilevici

116 Ver propuestas en Bourg, (2020: 74-75)

117 Gorz, André (1988) Adieux au proletariat, Seuil, Francia.

118 Inerarity y Solanas, 2011.

119 Revista La pensé ecologique https://lapenseeecologique.com/

120 Revista IMAGINE demain le monde, n° 133, Bélgica, (2019 :20-35)

121 Renaud Hétier & Nathanael Wallenhorst (2021), « Vivant », In Cahiers de tendances 2021, Durand & Germain (coord.), Editions del ‘aube, Francia.

122 Laurent (2018); Bourg, (2020); VVAA (2005); VVAA 1, (2020) ; VVAA 3 (2020), De Rosnay (2019)

123 https://web.archive.org/web/20210409223817/https://www.dni.gov/files/images/globalTrends/GT2040/GlobalTrends_2040_for_web1.pdf
Comienza el escrito, en la pagina 2: « First, shared global challenges—including climate change, disease, financial crises, and technology disruptions—are likely to manifest more frequently and intensely in almost every region and country. These challenges—which often lack a direct human agent or perpetrator—will produce widespread strains on states and societies as well as shocks that could be catastrophic. The ongoing COVID-19 pandemic marks the most significant, singular global disruption since World War II, with health, economic, political, and security implications that will ripple for years to come. The effects of climate change and environmental degradation are likely to exacerbate food and water insecurity for poor countries, increase migration, precipitate new health challenges, and contribute to biodiversity losses. Novel technologies will appear and diffuse faster and faster, disrupting jobs, industries, communities, the nature of power, and what it means to be human. Continued pressure for global migration—as of 2020 more than 270 million persons were living in a country to which they have migrated, 100 million more than in 2000—will strain both origin and destination countries to manage the flow and effects. These challenges will intersect and cascade, including in ways that are difficult to anticipate. National security will require not only defending against armies and arsenals but also withstanding and adapting to these shared global challenges.»

124 1998: 109

125 He desarrollado más extensamente estas ideas en un libro anterior, Critica de la modernidad eurocentrada. En búsqueda de múltiples alternativas decoloniales, EAE, 2011.

126 Metzner-Szigeth, Andreas (2011: 194-219), “La gobernanza de la ciencia y la tecnología y el desafío del progreso, la vulnerabilidad y el desarrollo sostenible” In Inerarity y Solanas (eds.) (2011)

127 Durand, Cédric, Reportaje: https://www.elsaltodiario.com/crisis-economica/cedric-durand-muerte-neoliberalismo-coronavirus-planificacion-ecologica

128 Durand, Ibidem. También afirma que “las inversiones solo pueden ser sostenibles si dejan de depender de la lógica de la competencia capitalista”. La lógica de las inversiones privadas es muy cortoplacista ya que se deben a aportar resultados casi inmediatos a los inversores si uno no quiere que baje el valor de sus acciones y se quede sin recursos. Esto hace que las empresas se concentren en los resultados finales de cada año en lugar de prepararse a largo plazo.”

129 Recomendaciones del GIEC 2019 https://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/sites/2/2019/09/IPCC-Special-Report-1.5-SPM_es.pdf

130 Ya he adelantado estos puntos en Revista IDELCOOP n° 230 (ver bibliografía)

131 ¿Para qué ha servido las intervenciones políticas y la venganza de occidente y de EE.UU en medio oriente? El fracaso es tan evidente que es un argumento clave para la necesidad de reorientación de las instituciones internacionales y el reemplazo ineluctable de los fundamentos eurocéntricos de occidente.

132 André Gorz (2019)

133 Jacques Rancière (1996), El desacuerdo. Política y Filosofía, Nueva Visión, Argentina. Chantal Mouffe (2018), Pour un populisme de gauche, Francia.

134 Ver : https://www.ica.coop/es

135 Arez, Vincent & Georgeault, Laurent (2016) Vidéos de la UVED : https://www.uved.fr/fiche/ressource/economia-circular-e-innovacion/16#sequence

136 Ministerio de la transición ecológica, de Francia: https://www.ecologie.gouv.fr/leconomie-fonctionnalite

137 Ver : https://institut-economie-circulaire.fr/economie-circulaire/

138 Miguel Benasayag y Bastien Cany (2021), Le retour de l’exil. Repenser le sens commun, Le Pommier, Francia.

139 Informe GIEC agosto 2021, https://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/2021/08/IPCC_WGI-AR6-Press-Release-Final_es.pdf

140 Agamben, Giorgio (2017), reportaje: “Para entender lo que está pasando, es necesario tomar al pie de la letra la idea de Walter Benjamin, según el cual el capitalismo es, realmente, una religión, y la más feroz, implacable e irracional religión que jamás existió, porque no conoce ni redención ni tregua. Ella celebra un culto ininterrupto cuya liturgia es el trabajo y cuyo objeto es el dinero. Dios no murió, se tornó Dinero. El Banco – con sus funcionarios grises y especialistas – asumió el lugar de la Iglesia y de sus sacerdotes y, gobernando el crédito (incluso el crédito de los Estados, que dócilmente abdicaron de su soberanía), manipula y administra la fe – la escasa, incierta confianza – que nuestro tiempo todavía trae consigo. Además de eso, al hecho de que el capitalismo sea hoy una religión, nada lo muestra mejor que el título de un gran diario nacional (italiano) de hace algunos días atrás: “salvar el euro a cualquier precio”. Así es, “salvar” es un término religioso, pero ¿qué significa “a cualquier precio”? ¿Hasta el precio de “sacrificar” vidas humanas? Sólo en una perspectiva religiosa (o mejor, pseudo-religiosa) pueden ser hechas afirmaciones tan evidentemente absurdas e inhumanas.” http://lobosuelto.com/entrevista-a-giorgio-agamben-dios-no-murio-se-transformo-en-dinero/

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Ecoocreatividad. Utopías concretas para tiempos inciertos. Las condiciones de posibilidad para el surgimiento de un imaginario post-neoliberal

Año. 2022

Ecoocreatividad. Utopías concretas para tiempos inciertos. Las condiciones de posibilidad para el surgimiento de un imaginario post-neoliberal

Hugo Busso
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